Así de entrada uno no relacionaría a la cantautora Emma Ruth Rundle con el crudo sludge de Thou, pero como esas parejas que no pegan ni con cola, pero se quieren con locura, esta colaboración funciona. Vaya si funciona.
Es de suponer que la semilla para este proyecto surgió en alguno de sus encuentros en la carretera y sobre todo en su actuación conjunta en el festival Roadburn del año pasado versionando a Misfits. Su intuición artística les debió llevar a la conclusión que aquello podía tener más recorrido y May Our Chambers Be Full es el resultado. De manera insólita, sin que ninguna de las dos partes haya renunciado a su personalidad, estas siete canciones consigue llegar a un territorio al que probablemente no habrían llegado por separado.
Por un lado, la voz de Emma Ruth nunca había sonado rodeada de tanta distorsión, y la música de Thou no se había caracterizado precisamente con algo que pudiera ser considerado remotamente hermoso. Sin embargo, aquí los elementos que ambas partes aportan fluyen en perfecta armonía.
El contraste entre la evocadora voz de Emma y la agresividad gutural de Bryan Funck, a quien ya sabíamos por su disco tributo a Nirvana que también era capaz de adaptarse a sonoridades más melódicas, brilla especialmente en ‘Magickal Cost’ o ‘Into Being’. Pese a ser un álbum dominado por la oscuridad, y para nada concebido para que suene en una fiesta, May Our Chambers Be Full no es en absoluto impenetrable.
Probablemente haya que buscar en el grunge salido de Seattle en los 90 el alambre que les ha permitido caminar hacia un punto de encuentro. Temas como ‘Ancestrall Recall’ o ‘Out Of Existence’ conjuran algunos riffs y melodías que podríamos imaginar en los primeros Soundgarden. Y tampoco podemos olvidarnos de la sombra de Melvins o Neurosis en todo esto.
Tal como están las cosas es arriesgado hacer planes, pero daría un brazo por poder ver cómo suena esto en directo en el AMFest 2021. Por soñar…
DAVID GARCELL
