“He empezado un grupo con mi amigo Mike Vennart, que toca con nosotros en directo, que se llama Empire State Bastard. Tenemos nueve canciones, algunas suenan como los primeros Napalm Death, otras más como el último de Daughters, y es algo repulsivo y agresivo (risas). Nunca he hecho algo tan bestia como esto». Con estas palabras en agosto de 2020, Simon Neil nos presentaba este proyecto cuando le entrevistamos para la salida de A Celebration Of Endings de Biffy Clyro. Si desde luego quería despertar nuestra curiosidad, lo hizo de puta madre.
Desde entonces hasta que el pasado marzo compartieron su primera canción, Empire State Bastard habían sido bautizados genéricamente por los medios como «la banda grindcore de Simon de Biffy Clyro», pero una vez podemos escuchar su debut al completo, queda claro que no se ajusta del todo a la realidad. Sí, hay pasajes muy violentos, rozando lo extremo, pero también otros en los que la mano más atmosférica que Vennart metía en los reivindicables Oceansize se deja notar, e incluso alguna melodía que no desentonaría en los Biffy.
Viniendo de Neil, la sorpresa es relativa, pues ya en su banda principal hace gala de cierta esquizofrenia musical, es solo que aquí la ha puesto al servicio de sonoridades más ruidosas y poco amables. Para ello ha fichado al batería ideal, el gran Dave Lombardo, a quien todo el mundo conoce por sus años en Slayer, pero que ya está acostumbrado a moverse en aguas más experimentales al lado de Mike Patton. Es precisamente el polifacético vocalista el que se antoja como uno de los referentes principales en este proyecto. La variedad de registros vocales, con partes gritadas, guturales, sincopadas y otras más convencionales recuerda bastante al enfoque que Patton plasma sus grabaciones.
El arranque con ‘Harvest’ deja claro que en este disco, las estructuras convencionales han saltado por los aires, alternando diferentes tempos e intensidades. Los temas son como puzzles en el que las piezas no encajan de manera natural, sino a base de martillazos con la intensidad de las interpretaciones. A lo largo de 35 minutos, Empire State Bastard sacan su lado salvaje metiendo en una coctelera a los primeros Mastodon, Slayer, The Locust, Tomahawk o Unsane en ‘Blusher’, ‘Sold!’ o ‘Tired, Aye?’. Pero quizá los cortes más satisfactorios son cuando quitan el pie del acelerador y apuestan por una especie de doom noise en ‘Moi?’, ‘Sons And Daughters’ o la amenazante ‘The Looming’ en la que también tienen cabida unos teclados épicos.
Rivers Of Heresy acaba siendo un trabajo que resulta más singular por quienes están detrás que por su contenido en sí, y que puede epatar a los fans de Biffy Clyro, pero no a quienes estén acostumbrados a escuchar música que se mueve en los márgenes. De todos modos, si ha servido para que Simon se haya quitado la espinita de hacer algo más radical de lo que puede en Biffy, bienvenido sea.
JORDI MEYA
