Como si una fuerza superior a él le empujara, a sus 74 años, Alice Cooper no ha dudado ni un segundo en volver a la carretera a la que se han terminado las restricciones. En julio tendremos la suerte de verle de nuevo por aquí.
No muchos músicos pueden presumir de una carrera como la de Alice Cooper que ya abarca seis décadas. Si bien en términos comerciales nunca ha tenido el mismo éxito que algunos de sus contemporáneos, su lista de grandes canciones y su influencia rivaliza con la de cualquiera. Hablando en plata, sin Alice Cooper, no habrían existido Rob Zombie, Marilyn Manson o Turbonegro. Además, siendo justos, ha llegado en mucha mejor forma a la que debería ser la última etapa de su vida artística, sin perder ni un ápice de dignidad. El 1 de julio en el Barcelona Rock Fest y el 2 de julio en La Nueva Cubierta de Leganés (entradas aquí) tendremos una nueva oportunidad de comprobarlo.
Quizá parte del secreto sea que en lugar de vivir de rentas, Alice sigue produciendo nuevo material. El año pasado publicó Detroit Stories, y como nos confirma, durante el confinamiento compuso material para dos futuros álbumes. Estas ganas de crear, de vivir en definitiva, es algo que percibí cuando tuve la oportunidad de hablar con él hace unas semanas. Con esa sabiduría de alguien que lo ha visto todo, fue todo un placer escucharle.
Hace unas semanas perdíamos a Taylor Hawkins, a quien conocías bien. A lo largo de tu vida has visto como muchos amigos músicos se quedaban en el camino. ¿Qué piensas cuando algo así vuelve a ocurrir?
ALICE COOPER “Bueno, en este negocio, sobre todo al principio, no me sorprendía. Jim Morrison tenía un carácter autodestructivo y no me sorprendió que muriera joven. Era algo que se veía. Nunca pensé que pasaría de los 30… y murió con 27. Jimi Hendrix fue distinto, fue un accidente. Janis Joplin, nadie sabía que se metía heroína. Sabíamos que podía beber hasta tumbarnos, pero no sabíamos que además se pinchaba a escondidas. Todas esas muertes por drogas en el fondo son auto inflingidas, hasta cierto punto. Me sorprendió mucho la muerte de Chris Cornell. Escribí varias canciones con él y puedo decirte que era uno de los mejores cantantes de rock‘n’roll de la historia. De verdad, no lo esperaba. Pero nuestro negocio es peligroso, y puedes hacer que aún lo sea mucho más si juegas con cosas que pueden matarte. Yo lo dejé todo hace 40 años, y nadie en mi banda juega con eso. Nunca contrataría a alguien que tuviese la fama de drogarse o beber. Es algo que evito porque para mí eso no es ser profesional. En resumen, hay muertes que no me sorprenden, y otras que sí”.
De todos modos, la lista de artistas que mueren antes de tiempo es muy larga. ¿Crees que el ser humano está capacitado para ser adorado como un dios cuando está en el escenario y luego llegar a casa y ser simplemente una persona más con todas sus miserias?
“Desde luego no hay un manual para ello. Creo que lo más peligroso es cuando chavales que tienen un hit que han hecho con GarageBand en su casa, y de golpe pasan a tocar en arenas. No tienen tiempo para ajustarse. Todo el mundo les quiere, y solo piensan en la fiesta, es normal, pero eso es lo que al final te hará daño. Si no sabes distanciarte de la adulación, lo tienes crudo. Todo el mundo te adula porque quieren que vendas más. Siempre les digo a mis músicos que en el escenario tienen que sacar todo su ego, porque el público quiere ver seres sobrenaturales, pero cuando bajas del escenario tienes que ser una persona normal. Cuando yo estoy actuando disfruto mucho liberando mi ego, pero tienes que dejarlo ahí. Si te ganas la vida haciendo música perteneces a un club muy exclusivo, así que no quiero escuchar ninguna queja, porque el tío que compra una entrada igual está trabajando todo el día, mientras tú trabajas dos horas, y encima haciendo lo que te gusta”.

«Sé qué muchos grupos se están retirando, pero yo sigo divirtiéndome demasiado como para dejarlo” ALICE COOPER
¿Fue crear el personaje de Alice Cooper una manera de proteger a Vincent Furnier de su propio ego?
“Mira, cuando empecé a actuar en el instituto me entraba pánico escénico. Pero cuando me inventé a Alice… tienes razón, podía ser alguien sin ser yo mismo, sin mostrar nada de mí. Ser Alice es como llevar una máscara. Me tomo en serio a Alice en el escenario y en el estudio, pero nada más. Soy una persona muy normal que no se toma demasiado en serio Si alguien me pide un autógrafo, no tengo ningún problema”.
¿Cómo te estás sintiendo ahora que estás de nuevo en la carretera? ¿Echabas de menos poder ser Alice?
“Para serte sincero, he necesitado un tiempo de ajuste. Estamos acostumbrados a dar 150, 200 conciertos al año, y de golpe durante 18 meses no pudimos hacerlo. Fue como estar enfermo, porque cuando te quitan eso, echas de menos la adrenalina de estar actuando en el escenario. Llevo haciendo esto desde los 15 años ¿sabes?”.
Claro. En julio podremos verte en Madrid y en Barcelona dentro del Rock Fest. ¿Qué podemos esperar de tu nuevo show?
“Es un nuevo espectáculo que tiene lugar en el castillo de Alice, así que el escenario representa eso. Tengo una banda que es fantástica con tres guitarristas: Ryan Roxie , Tommy Henriksen, los dos increíbles, y Nita Strauss que es una fiera. Salió votada como ‘Guitarrista de la Década’ en Guitar Magazine. Y Glen Sobel salió como Mejor Batería hace dos años. Mi banda es tan buena que es ridículo. Tocamos todos los hits, hacemos todos los trucos, con la guillotina y todo lo que la gente espera, pero también hay sorpresas. Es un show muy potente, y para la gente que venga será la mejor fiesta de su vida”.
Siempre has tenido muy buen ojo para formar tu banda. ¿En qué te fijas más a la hora de fichar a un músico?
“La verdad es que muchos de mis músicos han terminado teniendo su propia carrera como Orianthi, Kane Roberts o Kip Winger. Aprenden de mí y luego se van (risas). Pero casi es lo que espero, me gusta verles volar por su cuenta. Ozzy, Steven Tyler y yo siempre estamos al tanto de quienes son los mejores músicos que corren por ahí. Para empezar es muy importante que sean realmente buenos, pero también tienen que cuajar a nivel personal con el resto. Todos en mi banda son grandes amigos, así que no hay problemas de ego. No hay discusiones, ni nada parecido en el backstage. Todo el mundo simplemente se lo está pasando bien. Y lo mismo pasa con Hollywood Vampires con Joe Perry y Johnny Depp. Llevamos siete años con esa banda y jamás hemos discutido. Todos somos profesionales y no hay sitio para los egos”.
¿Es algo que aprendiste a las duras?
“Sí. He tenido músicos a los que no podía esperar más para perderlos de vista (risas). Cuando estás en medio de una gira, ahí es donde la gente muestra su verdadera cara. No voy a decir nombres, pero he tenido que lidiar con gente insufrible. Pero he tenido otras bandas, como la de ahora, con las que es un verdadero placer trabajar. La banda original era un placer. Todos fuimos al instituto juntos y todavía sigo componiendo y haciendo algún concierto de vez en cuando. Seguimos siendo grandes amigos”.
Al contrario que Kiss o Aerosmith, sigues publicando nuevos discos con regularidad. ¿Es algo irrenunciable para ti?
“Sí. Si ahora le preguntases a Paul McCartney o a Bob Dylan si creen que ya han escrito sus mejores canciones te dirían que no, que las mejores están por llegar. Y yo me siento igual. Tengo 30 discos a mis espaldas, y todavía creo que el próximo será el mejor que haga. Si no tienes esa mentalidad, lo único que haces es revivir tu pasado. Yo sigo tocando los hits del pasado, pero mi último disco, Detroit Stories, fue mi primer nº 1. Fue muy emocionante. Siempre crees que has hecho un buen disco, aunque luego igual te das cuenta de que no lo era, pero con Detroit Stories estaba muy seguro de haber hecho algo realmente bueno, y el público lo validó, aunque no me esperaba llegar al nº 1 después de tantos años”.
Y tengo entendido que estás grabando dos discos nuevos.
“Sí, la mayoría de los temas ya están terminados. La verdad es que fue una consecuencia del COVID. Tenía 18 meses libres, así que solo podía componer y componer. Cuando terminó el confinamiento me reuní con mi productor Bob Ezrin y le pasé todo el material que tenía. La idea es irlos grabando cuando tenga tiempo libre”.
¿Son dos discos muy distintos?
“Bueno, siempre hago discos de hard rock, y normalmente siguen una historia. Ese es mi estilo. Te puedo garantizar que los dos serán discos de Alice Cooper, de rock’n’roll con guitarras, pero habrá alguna sorpresa. Ya lo verás”.
En el pasado has comentado que te volvería gustar a hacer un disco con Desmond Child, una especie de secuela del super ventas Trash de 1989. ¿Tienes planes para eso?
“Bueno, de hecho, he escrito algunos temas nuevos con Desmond que irán en esos dos discos. Y también canté en un tema para un disco que va hacer, pero no se parece en nada a una canción de Alice Cooper. Y también hemos hecho un tema para una banda sonora, así que continuamente estamos colaborando. Es un gran doctor de canciones. Puede coger un tema, despedazarlo, volver a coger las piezas y hacer algo muy creativo. Y Bob Ezrin es igual”.

«Todos los estilos tienen una fecha de caducidad, pero el hard rock no. Siempre estará ahí” ALICE COOPER
Llevas haciendo música desde los años 60, ¿te explicas por qué has logrado sobrevivir?
“Si miras las diferentes eras de la música verás que el rock’n’roll se volvió punk, pasó por el disco, por el grunge, por el hip hop… Pero lo que no ha cambiado dentro del rock es el hard rock de guitarras. Banda como The Rolling Stones, Aerosmith, Guns N’ Roses, Alice Cooper somos los patrones. Podemos seguir tanto tiempo como queramos porque somos capaces de pasar por encima de las modas. Todos los estilos tienen una fecha de caducidad, pero el hard rock no. Siempre estará ahí”.
¿Y Alice Cooper no se plantea jubilarse?
“Miro al futuro y no concibo retirarme. Para nada (risas). Sé qué muchos grupos se están retirando, pero yo sigo divirtiéndome demasiado como para dejarlo”.
Genial. Inevitablemente con una carrera tan larga, has pasado por momentos altos y bajos. ¿Cuándo aprendiste a poder ser feliz independientemente del éxito de tu carrera?
“Siempre que hablo con grupos jóvenes les digo, ‘Mirad, cuando tienes un hit, todo el mundo te quiere, pero si el siguiente disco no funciona igual de bien, puedes perderlo todo’. Es muy importante saber que este negocio es una montaña rusa. Nadie está en la cima de manera permanente. Vas a subir, vas a bajar, pero tienes que seguir haciendo música para poder volver a subir. Si no eres capaz, o tu ego no te permite entender eso, entonces es mejor que ni lo intentes. Tienes que entender que no siempre vas a estar tocando en estadio y pabellones, que te va a tocar volver a las salas. Y no puedes desesperarte. Yo llevo montado en esa montaña rusa 55 años, y ya ves, después de tanto tiempo conseguí mi primer nº 1. Si lo hubiese dejado antes, nunca lo hubiera tenido”.
Algo que ha permanecido inamovible es la relación con tu manager Shep Garden, algo casi inédito en el negocio. ¿Qué hace que vuestra relación sea tan especial?
“Shep vio en nosotros algo que el resto no veían. Cuando empezamos éramos unos muertos de hambre buscando conciertos. The Doors eran la banda residente en el Whisky A Go-Go, también Love eran una banda grande, pero el resto solo intentábamos hacernos un nombre. Pero Jimi Hendrix nos vio tocar y le gustamos, y él nos presentó a Shep Gordon. Nunca había llevado a un grupo, pero tenía pinta de poder ser un buen manager. Y ahora llevamos 53 años juntos, sin haber firmado nunca un contrato. Creo que acabó siendo el mejor manager del negocio. Aprendió a serlo, igual que nosotros aprendimos a ser una banda. Aprendió a montar esa montaña rusa con nosotros, pero siempre mantuvo su sentido del humor. El primer día le dije que no quería ocuparme de nada del negocio. Soy cantante y compositor, no quiero saber cuánto cobramos por un concierto, cuánto pagamos a la banda, cuántos impuestos pagamos. Nada de eso me parece importante. Solo dime al final del año cómo nos ha ido. Él se ocupa del negocio y yo de dar espectáculo. Nunca le he cuestionado, y él nunca a mí. Esa es nuestra relación”.
Requiere mucho valor confiar tan ciegamente en alguien.
“Sí, pero creo que tengo buen ojo para juzgar a la gente. Siempre he confiado en todo el mundo de entrada, hasta que cometen un error, porque a veces ves cosas que pueden llegar a ser un problema gordo en el futuro. Hay gente que funciona dos o tres meses, pero luego empiezan a mostrar su verdadero carácter. En realidad, nunca he tenido que despedir a nadie, siempre se han acabado marchando ellos. Para mí es importante rodearme de buenas personas”.
A lo largo de tu vida has conocido artistas increíbles. ¿Dirías que todos ellos tenían algo en común que los hacía distintos al resto de nosotros?
“Sí, sí. He conocido a todo el mundo: a Elvis, a Dylan, a Sinatra, a los Beatles, a los Stones… Y lo que tienen en común los que son lo mejor de lo mejor es que son muy amables. Y creo que el motivo es que no tiene que demostrar nada a nadie. Ya lo han hecho todo. Actores como Paul Newman, los grandes actores eran muy, muy majos. Los imbéciles siempre son los que están intentando trepar. Los grandes artistas son muy normales, pero cuando entras en un sitio ves inmediatamente que tienen carisma. Y el carisma no se puede inventar, se nace con él”.
JORDI MEYA