Pese al mazazo que ha supuesto la reciente muerte del guitarrista Oli Herbert, All That Remains creen que el mejor tributo que pueden rendirle a su compañero es seguir adelante. Hablamos con su vocalista Phil Labonte en este momento tan duro.
El pasado 17 de octubre saltaba la noticia. Oli Herbert, guitarrista y miembro fundador de All That Remains, había fallecido a los 44 años. A las pocas horas se supo que había sido encontrado ahogado en un lago en su finca en Connecticut y, aunque se descartaba el homicidio, las circunstancias no estaban nada claras. Si bien no se ha hecho explícito, todo apunta a que fue un suicidio. Otra víctima más en el mundo de la música. Pero la vida sigue y apenas unas semanas después, el 9 de noviembre, veía la luz Victim Of The New Disease (Razor & Tie), el noveno álbum de la exitosa banda de metalcore. Si bien durante unos días el grupo canceló todos sus actos promocionales, poco después teníamos la oportunidad de charlar con Phil Labonte, vocalista y, desgraciadamente, ahora ya único miembro original que queda en la banda. Su agente de prensa nos pidió que, dada la proximidad de la desgracia, no hurgáramos en la herida preguntando sobre las circunstancias de lo sucedido. Un deseo que entendimos y respetamos.
Me imagino que estás en un momento un poco confuso dado que la salida del nuevo disco llega poco después de la muerte de Oli… ¿Cómo lo estás llevando?
PHIL LABONTE “Sí. Estábamos muy ilusionados con este disco y entonces Oli murió. Pero la reacción ha sido muy buena, hemos notado mucho apoyo. Es todo muy agridulce. Parece que a la gente le está gustando mucho el disco, pero por desgracia, Oli no está aquí para disfrutarlo”.
Me han pedido que no te pregunte sobre su muerte… así que hablemos del nuevo trabajo.
“Te lo agradezco”.
De todos modos, Victim Of The New Disease también tiene un tono bastante oscuro, pero por otro motivo: tu divorcio. ¿Se te hizo raro escribir sobre algo tan personal?
“En realidad, no. Siempre he intentado escribir sobre mis experiencias. No hay nada sobre lo que sepa más que mi propia vida, así que siempre me he mostrado muy abierto. Sobre lo que siento, sobre lo que pienso… En ese aspecto no se me hizo raro, es sólo otro capítulo en mi vida. Si no hubiera sido honesto sobre eso, creo que la música se hubiera resentido”.
¿Fuiste escribiendo cuando estabas en pleno divorcio o preferiste esperar para tener una perspectiva más clara de lo que había ocurrido?
“Muchas cosas las escribí cuando estaba ocurriendo y otras las hice después, cuando pude reflexionar un poco más sobre los motivos y mis sentimientos”.
El disco empieza con la canción ‘Fuck Love’. Más claro no puede ser.
“Sí, pero quiero dejar claro que no creo que el amor sea una enfermedad o algo horrible (risas). No creo que ése deba ser el enfoque que hay que tener. Pero creo que cualquier persona que haya apostado muy fuerte por una relación y no haya salido bien puede identificarse con ese sentimiento. Cuando te das cuenta de que una relación no merecía la pena lo primero que te sale es un ‘que le jodan’ (Risas)”.
Si antes de que salga el próximo álbum te vuelves a enamorar, ¿titularás la primera canción ‘I Love Love’?
“(Risas) No sé si escribiría algo tan evidente, pero ya veremos qué puedo hacer”.
¿Crees que tu trabajo en All That Remains y todo lo que implica lo hace todo aún más complicado?
“Puede que sí. Desde luego estar mucho tiempo fuera no ayuda. Pero conozco muchos músicos que tienen relaciones que funcionan y muchos que no. Algunos dejan de girar o de tocar para salvar una relación y tampoco funciona. Creo que también depende si ser músico te ayuda a pagar las facturas o no. Eso suele ser bastante complicado porque la presión es doble. Pero a nosotros nos va bien, y mira… No creo que haya una fórmula”.
Muchos músicos dicen que estar en una banda es como estar casado con cuatro personas distintas. Eso debería haceros expertos en relaciones.
“Ya (risas). Sí, puedes compararlo con un matrimonio o una familia con cuatro o cinco hermanos”.
Más teniendo en cuenta que empezaste el grupo con Oli hace veinte años.
“Sí. Por eso es tan difícil todo. Pero para mí es una sorpresa haber llegado hasta aquí. En los 90 la idea de empezar una banda de heavy metal, y especialmente una como la nuestra, era una locura. La mayoría de grupos que empiezan no lo consiguen. Y los que lo tiran adelante, difícilmente pueden vivir de ello. Y los que viven de ello, muy pocos duran veinte años. Yo no he tenido que trabajar en otra cosa que no fuera el grupo desde 2005, 2006. Es algo que todavía me maravilla. Pero no lo cambiaría por nada”.
¿Qué idea del grupo teníais cuando empezasteis? ¿Queríais hacer algo muy duro, o siempre pensasteis en tener un lado más accesible también?
“Creo que los objetivos fueron cambiando a medida que avanzábamos. Al principio yo quería hacer una banda que tocara muy rápido, en plan thrash pero más melódico. Me gustan las canciones cortas y rápidas, que van al grano. Nuestro primer disco no acabó siendo así, porque los otros miembros también opinan, claro. Aunque yo soy el que tengo la visión, siempre hemos sido una banda y cada uno aporta sus influencias. Pero a medida que pasaba el tiempo y empezamos a conseguir cosas, sobre todo con el segundo disco This Darkened Heart, y luego cambiamos la sección rítmica, y en 2008 con Overcome pudimos expandir nuestro sonido. Siempre ha sido una progresión natural, y hemos ido viendo la reacción de la gente. Pero creo que cuando hemos tomado riesgos más grandes han acabado saliendo bien. Por ejemplo, cuando lanzamos ‘Two Weeks’, que era toda cantada, acabó sonando mucho en la radio en Estados Unidos. Y luego dos discos después sacamos ‘What If I Was Nothing’, nuestra primera balada, otro riesgo más, pero funcionó muy bien. Y en Madness hicimos una versión de un tema country, ‘The Thunder Rolls’, y en un año llegó a los 25 millones de reproducciones en YouTube. Fue una pasada. Así que siempre que intentamos sorprender nos sale bien. Es una manera de conservar la frescura, aunque sigamos siendo una banda de metal”.
A muchos grupos de metal que intentan hacer ese cambio de orientación les sale mal. No ganan nuevo público y los viejos fans los repudian.
“Los fans tienden a ser conservadores y a nosotros nos han criticado bastante. Pero creo que hemos seguido siendo suficientemente metal para nuestros primeros fans. La verdad es que yo mismo me sorprendo con cómo ha ido todo (risas). Pero creo que al final todo depende de tener buenas canciones. Muchos grupos no se centran en escribir buenas canciones y, para mí, una canción es buena o no sin importar el estilo. No quiero que un estilo me defina. Ese tema country lo convertimos en un tema metal, pero es que la canción ya era buena antes. Es como en la cocina: necesitas una buena materia prima. Si es mala, por mucho aderezo que le pongas, no será buena”.
¿Crees que vosotros abristeis las puertas a una banda como Five Finger Death Punch?
“No lo sé. Ellos llegaron un poco más tarde que nosotros y quizá les ayudamos, pero no creo que como banda fuéramos una influencia para ellos. Es más bien que el género del que veníamos, el metalcore, creció mucho y cuando ellos empezaron en 2005, seguro que les ayudó. Quizá los programadores de radio se dieron cuenta de que había un mercado para esto”.
De hecho, estuviste cantando con ellos cuando Ivan Moody canceló algunos bolos. ¿Cómo viviste la experiencia de cantar para otro grupo?
“Fue muy divertido. Esos tipos son geniales. Me alegro mucho de que Ivan haya vuelto. Es genial verlo de nuevo ahí. Yo conocía a Ivan incluso antes de que empezaran la banda, y al resto les conocí justo entonces. Nos llevamos muy bien. Cuando me dijeron de hacerlo, no lo dudé. Fue una gran experiencia”.
Hablando ya del disco, algunas canciones son mucho más cañeras que las del anterior, Madness. ¿Querías recuperar esa faceta más agresiva del grupo?
“Creo que este disco es una reacción a Madness. Antes de empezar a componer todos estuvimos de acuerdo en que queríamos hacer un álbum más cañero. Es algo intencionado, sí”.
También hay temas como ‘Wasteland’, donde combináis caña y melodía, algo que soléis hacer.
“Sí. Me gusta mucho cómo salieron las estrofas. Me inspiré en Eminem a la hora de hacer las rimas y estructurar los versos. Es una de mis canciones favoritas del disco”.
Además, el álbum es muy conciso. No llega a los 40 minutos. En la era del streaming casi todos los grupos tienden a hacer discos muy largos.
“Teníamos otras canciones que no están en el álbum, pero escogimos las mejores y las que eran más directas. Hablamos de meter todos los temas en un momento dado, pero al final el resultado era un disco peor. Buscábamos lograr el mayor impacto”.
«Pasamos por algo terrible, pero qué vas a hacer… Lo mejor es casi seguir adelante y no pensar en ello”
En ‘Just Tell Me Something’ colabora Danny Worsnop de Asking Alexandria. ¿Cuándo le conociste y por qué pensaste en él?
“Le conozco desde 2010 cuando tocamos con ellos. Tenemos amigos en común y es un gran tipo. Creo que es un gran cantante, me gusta mucho su voz y encajaba muy bien en la canción. No hay mucho más secreto”.
Recientemente habéis anunciado que Jason Richardson de Chelsea Grin y Born Of Osiris os acompañará en la nueva gira en el puesto de Oli. ¿Probasteis a otra gente o fue la primera opción?
“Fue el primer tío al que llamamos. Cuando dijo que podía hacerlo, nos alivió mucho. Habíamos hecho un par de giras con Born Of Osiris en 2010 y 2011, y a Oli siempre le había gustado mucho la manera de tocar de Jason. Decía que era uno de los mejores guitarristas que había visto, y eso que en esa época Jason sólo tenía 18 años. Así que cuando Oli falleció, le llamamos y nos dijo que aceptaba encantado porque le gustaba mucho Oli. Fue todo muy fácil. Estamos ensayando con él y suena de muerte”.
¿Era importante para vosotros no cancelar la gira y seguir adelante lo antes posible?
“No consideramos cancelar nada. Durante un segundo dudamos, pero sabíamos que Oli hubiera querido que el disco saliera y que el grupo saliera a tocar. No hubo gran debate. Fue una decisión rápida. Pasamos por algo terrible, pero qué vas a hacer… Lo mejor es casi seguir adelante y no pensar en ello”.
DAVID GARCELL