No hay nada más definitivo que la muerte. Pero incluso cuando ésta llega de manera inesperada, no tiene por qué significar el fin de todo. En Holy Hell, Architects nos muestran el camino para seguir adelante incluso en los días más oscuros.
La muerte de Tom Searle, guitarrista de Architects, en agosto de 2016 como consecuencia de un cáncer de piel, como no podía ser de otra manera, supuso un mazazo tanto en la banda como entre sus miles de seguidores. Más teniendo en cuenta que su hermano gemelo, Dan, es el batería del grupo. Pero pronto quedó claro que tras el shock inicial, la banda de Brighton no estaba dispuesta a dejar morir también el último disco que habían grabado con Tom, All Our Gods Have Abandoned Us, aparecido en mayo de ese mismo año. Architects -que completan el vocalista Sam Carter y el bajista Ali Dean- reclutaron al guitarrista Josh Middleton de Sylosis, y salieron a la carretera, convirtiendo cada noche en un tributo a su fallecido compañero. La gira, que en verano de 2017 pasaría por el Resurrection Fest, culminó el pasado febrero con un gran concierto en el Alexandra Palace de Londres.
Pero una cosa, por difícil que sea, es tocar en directo, y otra es crear un nuevo disco sin el que era el principal compositor del grupo. Al fin y al cabo, el single ‘Doomsday’, que habían lanzado en septiembre del 17, había surgido tomando como base una maqueta que había dejado Tom para su anterior álbum. Pero tras meses de intenso trabajo, Architects reaparecían en noviembre con Holy Hell (Epitaph), superando todas las expectativas y situándolos de nuevo en lo más alto de la escena metalcore.
Antes de que vengan a presentarlo el 24 de enero en Barcelona (Razzmatazz) y el 25 en Bilbao (Santana) -en junio también en el festival Download Madrid-, teníamos la oportunidad de charlar, ni que fuera brevemente, con su bajista.
Holy Hell podría ser visto como una sesión de terapia tanto para vosotros como para vuestros fans. Muchos grupos usan la palabra ‘catarsis’ a la ligera, pero en este caso parece muy apropiada. ¿Os sentisteis personas diferentes una vez terminasteis el disco a cuando lo habíais empezado?
ALI DEAN “Siempre que terminas un álbum te sientes aliviado y satisfecho, sobre todo porque le has dedicado mucho tiempo y esfuerzo. En este caso la sensación fue todavía mayor porque había una presión enorme por hacer algo que estuviera a un gran nivel, y creo que lo conseguimos”.
Por razones obvias, teníais un gran desafío delante vuestro, ya no sólo por hacer un nuevo álbum, sino por simplemente tirar adelante. ¿Fue difícil encontrar la fuerza y la confianza para hacerlo? ¿En algún momento considerasteis dejarlo?
“No creo que romper el grupo fuera una opción en ningún momento. Sabíamos que queríamos seguir girando y tocando la música de Tom para todo el mundo. En un primer momento, la sola idea de hacer un disco nuevo era intimidante, pero una vez vimos claro que había una buena dinámica creativa entre Dan y Josh, todos nos sentimos mucho más confiados para seguir adelante”.
¿Cómo recuerdas la gira que hicisteis en 2017? Supongo que emocionalmente tuvo que ser muy dura…
“Obviamente fue muy difícil, pero creo que estar los cinco juntos haciendo lo que amamos nos ayudó muchísimo. Algunos de los conciertos fueron complicados y en otros pudimos disfrutarlos más. Era como una montaña rusa, lo cual es normal en un periodo de luto. Pero nos ayudó mucho ver lo mucho que Tom significaba para nuestros fans. Nos ayudó muchísimo”.
Considerando el peso que Tom tenía en la composición, ¿cómo os ajustasteis a nivel interno para hacerlo sin él?
“Dan dio un gran paso adelante en este disco. Siempre ha tenido una mano en la composición, pero en Holy Hell asumió la mayor parte del trabajo. Esto incluye escribir las letras y las melodías vocales, además de en otras áreas. También ayudó muchísimo incorporar a Josh en el grupo, porque no sólo es un guitarrista con mucho talento, sino que también intervino en la composición”.
¿Qué más valoras de Josh?
“Josh ha aportado muchas ideas nuevas, pero respetando la química original de Architects, lo cual era muy importante para nosotros. Este disco no existiría sin él y nos sentimos muy agradecidos por tenerlo en el grupo. Como te decía, no es sólo un guitarrista increíble, además tiene mucho conocimiento sobre aspectos técnicos de grabación. Es alguien a quien hemos admirado durante mucho tiempo y también lleva años siendo amigo nuestro”.
Tengo entendido que Tom dejó algunas partes grabadas antes de morir. ¿Cuánto de ese material pudisteis integrar en la música que estabais creando?
“Tomamos las maquetas que él había grabado y las convertimos en nuevas canciones. Hay algunas partes del álbum que son exactamente iguales que las maquetas originales y otras que cambiamos o retocamos por completo”.
Grabasteis el disco en dos sesiones diferentes. ¿Necesitasteis un tiempo en medio para coger perspectiva?
“Fue más una cuestión logística. Grabamos la batería, el bajo y las guitarras en Middle Farm en una misma sesión. Y algo de voces, también. Pero la mayoría de voces se grabaron en Brighton con Dan y Sam”.
¿Por qué decidisteis incluir ‘Doomsday’ finalmente en el disco? La idea era que fuera un single aislado, ¿no?
“No, nuestra intención siempre fue que estuviera en el trabajo”.
Ah, OK. Considerando todo por lo que habéis pasado, ¿aprecias la banda más ahora que antes?
“Siempre hemos valorado mucho lo que tenemos y eso sigue siendo así. Nunca hubiéramos imaginado conseguir todo lo que hemos conseguido, y ahora tras todo lo ocurrido, todavía nos sigue sorprendiendo más”.
Sé que es una pregunta difícil, pero ¿qué crees que Tom pensaría de Holy Hell?
“Creo que le gustaría mucho lo que hemos hecho”.
DAVID GARCELL