Para August Burns Red hacer música es algo más que una expresión artística, es un vehículo para llevar al mundo un poco de positividad. En su nuevo álbum Guardians, vuelven a hacerlo con su habitual brutalidad y precisión.
Con ocho álbumes a sus espaldas y 17 años de carrera, uno podría hasta esperar que a los componentes de August Burns Red les apeteciera bajar el pistón. Pero lejos de eso, Jake Luhrs (voz), JB Brubaker (guitarra), Brent Rambler (guitarra), Dustin Davidson (bajo) y Matt Greiner (batería) parecen más comprometidos con su música. Para su nuevo trabajo Guardians (Fearless), los de Pennsylvania dedicaron más tiempo que nunca a su composición y grabación. Dividiendo las sesiones en dos periodos distintos a lo largo del año pasado, la banda tuvo la tranquilidad para ser más autocríticos y colaborar conjuntamente en sus creaciones. Pese a haber estado siempre abierto a experimentaciones, su nuevo repertorio se caracteriza por mostrarnos su lado más duro.
Quizá por ello, el primer tramo de la gira la iban a hacer abriendo para Killswitch Engage. Y hablo en pasado porque, aunque cuando contactamos con su batería, se encontraban en la segunda fecha de ésta, pocos días después se cancelaría por culpa del COVID-19. Por ahora, su fecha prevista para el 23 de junio en la sala Razzmatazz de Barcelona sigue en pie, pero habrá que ver cómo evolucionan los acontecimientos.
(Actualizado: Tras publicar nuestra entrevista en el número de abril, esta fecha en la que tenían que actuar junto a While She Sleeps y Motionless In White también fue cancelada).
Acabáis de empezar una nueva gira. ¿Qué te pasa por la cabeza la noche antes? ¿Te cuesta dormir?
MATT GREINER “Para mí girar sigue siendo divertido, pero es importante crearte una rutina. En esta gira sólo tenemos 50 minutos por concierto, así que no hay mucho trabajo. Nuestro equipo trabaja mucho más, pero para la banda es básicamente probar, tocar, y ya está. Así que tienes que aprovechar para ir al gimnasio, visitar las ciudades y, en general, mantenerte ocupado, porque hay muchas horas libres y puedes volverte loco. Depende mucho de las aficiones que tengas. A mí no me gusta estarme quieto. Por ejemplo, en esta gira voy a dar clases de batería cada tarde, de cuatro a cinco. Tengo como 40 estudiantes confirmados y haré clases de dos cada día. Es agradable porque puedo practicar fuera del escenario y es una oportunidad para conocer a baterías locales y enseñarles algo que quizá no sepan”.
Cuando os he visto en directo siempre me ha gustado ver que estáis muy conectados entre vosotros. Como que tocáis casi tanto para vosotros como para el público.
“Es curioso que lo digas, porque precisamente antes de empezar esta gira comentamos que nuestros fans aprecian mucho ver que todavía nos divertimos. Llevamos mucho tiempo juntos y es fácil de ver cuándo una banda odia lo que hace y simplemente toca para ganarse la vida. Siempre hay noches en las que no te apetece tocar, porque no te encuentras bien o añoras estar en casa, pero ya que tienes que hacerlo, intenta divertirte. Y la mejor manera de conseguirlo es seguir siendo amigos. Eso es algo que no se puede fingir en el escenario. Pero si te llevas bien y te diviertes, disfrutamos mucho tocando. Por ejemplo, en este gira, sabemos que hay muchos fans que vienen a ver a Killswitch Engage y que no tienen muchas ganas de vernos, así que ya que no vamos a tener una reacción por su parte, lo mejor es que disfrutemos del hecho de simplemente tocar con tus amigos”.
Guardians sigue la estela de Phantom Anthem en términos de agresividad sonora. ¿Hay algún tema que una vez escrito pensaras que sería la bomba en directo?
“Espero que muchos (risas). Tocar en directo afecta nuestra manera de componer, aunque no es que lo tengamos presente de manera consciente. Cuando grabamos un tema y lo escuchamos, normalmente ya sabemos si funcionará bien en directo. Si tiene un breakdown chulo o alguna parte que la gente pueda cantar, casi siempre funciona. Pero cuando componemos, no lo hacemos con esa intención. Eso siempre viene después”.
El disco habla a nivel general de esas personas que ayudan a los demás de manera altruista. Es algo que está muy ligado a los valores cristianos que vosotros defendéis. Sin embargo, muchas veces vemos actitudes muy excluyentes por parte de miembros de la iglesia. ¿Te provoca una contradicción?
“Sí (risas). Tienes mucha razón. La letra de ‘Lighthouse’ va en la línea de lo que dices. Está inspirada en la historia del buen samaritano. Según cuenta la Biblia había un hombre que estaba hundido, herido, y necesitaba ayuda, y la gente pasaba por su lado y le ignoraban totalmente. Y ‘Lighthouse’ es una manera de decirle a la iglesia que su trabajo es ayudar a la gente y no darle la espalda. En el tema hay una estrofa de una congregación en una iglesia, rezándole a un Dios que no está con ellos, sino al lado de ese hombre necesitado”.
Mucha gente a la que le gusta vuestra música, no comparte vuestras creencias. ¿Cómo te sientes al respecto?
“Nuestra intención es lanzar un mensaje positivo para todo el mundo, sobre todo para aquéllos que más lo necesitan. Creo que nuestros fans se identifican con eso, sean o no creyentes. Cada miembro del grupo tiene su propia perspectiva, pero todos tenemos en común que queremos hacer la mejor música posible y ayudar en todo lo que podamos. Cada persona necesita algo distinto, unos necesitan dinero, comida, una oración o, simplemente, un abrazo. En general, creo que a la gente que le gusta nuestra música y nuestras letras, suelen identificarse con esa idea. Si vienen a un concierto nuestro, para ellos no es sólo una noche más, sino que cuando llegan a casa, se sienten un poquito mejor respecto a sus vidas porque han recibido un impacto positivo. Al menos eso es lo que esperamos. Creo que para nosotros sería difícil que todo empezara y acabara en la música o sólo en lo que ocurre en el escenario. Nos gusta que trascienda eso y se convierta en algo más personal. Llevamos 17 años en esto y es gracias a nuestros fans, así que para nosotros es un honor poderles conocer personalmente o que quieran escuchar nuestras opiniones. Cuando alguien te dice que una letra le ha ayudado en un momento complicado, es el mejor cumplido”.
¿Fue eso lo que te motivó a empezar a escribir letras además de tocar la batería?
“Sí. Siempre me ha gustado escribir. Recuerdo que tuve una profesora de inglés, Miss Bell, que era la más dura que he tenido nunca. Todo el mundo me dijo que suspendería porque era muy difícil (risas). Así que estaba aterrado (risas). Pero recuerdo mandarle varios trabajos y que me pusiera buena nota, así que eso me animó a escribir más. Me gusta mucho, es divertido. Cuando empezamos el grupo, ya tenía varios textos que había escrito. No sé muy bien cómo fue, pero creo que un día nos sentamos y dije ‘tengo un par de letras o poemas que podríamos probar’. Creo que fue en Messengers cuando empecé a escribir para el grupo. En esta banda, si tienes una buena idea, tienes que presentarla. No importa si no es tu instrumento o no es lo que haces habitualmente, la mejor idea gana. Más ideas, nunca menos. A veces, tu idea no es tan buena como la de los demás, pero al menos has intentado aportar algo. No hay nada que perder e incluso puede que acaben en el disco. Y con las letras es lo mismo. A lo largo de los años, todo el mundo ha aportado alguna letra”.
Parece una manera muy saludable de gestionar el grupo. Muchas veces los egos son los que provocan más conflictos.
“Sí, tienes toda la razón. Nosotros también tuvimos que encontrar la manera de lidiar con esas situaciones. Siempre es doloroso cuando creas algo y otra persona te dice que no es lo suficientemente bueno. Tienes que cambiar tu perspectiva y en lugar de tomártelo como un ataque personal, pensar que es en beneficio de crear algo mejor. Eso lleva tiempo, pero ahora llevamos el suficiente como para haber aprendido (risas)”.
Dirías entonces que ahora hacer un disco es una experiencia más agradable que antes.
“Sí, desde luego. Mi parte favorita de estar en un grupo es la parte creativa. Escribir partes de batería, escribir letras y grabar. Es estresante porque siempre intentas hacer algo del máximo nivel, pero creo que ahora todos disfrutamos de ello. Nos lleva muchísimo tiempo, pero merece la pena. Piensa que empezamos a grabar las guitarras la primavera pasada, luego nos fuimos de gira, y luego estuvimos otro mes entero con las baterías y las voces. Fue un largo camino”.
“Cuando alguien te dice que una letra le ha ayudado en un momento complicado, es el mejor cumplido” MATT GREINER
Respecto a la batería, ¿crees que has conseguido hacer algo en este disco que no habías hecho antes?
“No sé si probé nada nuevo. Pero Dustin tenía algunas ideas para sus canciones que eran bastante difíciles. Por ejemplo, hay una parte que me llevó dos semanas poder tocarla bien. Cuando lo conseguí fue muy gratificante, ¡pero me llevó dos semanas para una parte de 10 segundos! (Risas) Así que la respuesta corta es que no hice nada distinto, pero creo que tuve más tiempo para fijarme más en los detalles. Creo que de aquí a diez años seguiré sintiéndome orgulloso de lo que hice en este álbum”.
A mí me ha parecido que la batería suena más natural. A menudo en los grupos de metalcore suena muy procesada.
“Eso es un gran cumplido. Precisamente nuestro objetivo en este disco era que no todo fueran sonidos sampleados, que la batería no sonara mecánica. Para esta grabación hicimos algo distinto. Carson (Slovak) y Grant (McFarland), los productores, y yo, grabamos nuestros propios samples usando mi batería y mis platos. Estuvimos tres días para grabarlos. Me pasaba dos horas dándole a la caja hasta conseguir el sonido que queríamos. Y usamos esos samples en la grabación. Otras veces habíamos usado samples pregrabados profesionalmente que suenan increíbles. Pero si lo haces muchas veces acaba sonando manufacturado. En este caso, al usar los nuestros propios, todo suena más orgánico”.
Pues eso es todo, esperamos que podamos veros en junio como está planeado.
“Sí, por el momento todo sigue en pie. Esperemos que todo se resuelva rápidamente y podamos veros muy pronto. Hasta entonces cuidad los unos de los otros y ojalá nuestra música os pueda hacer compañía”.
DAVID GARCELL