Inspirados por los clásicos del punk y el power pop, Bad Nerves tienen por misión que el rock’n’roll vuelva a ser divertido. Mientras acaban de preparar su segundo largo, los ingleses siguen en la carretera ganando fans a la vieja usanza. Este viernes estarán en el festival Ebrovisión en Miranda de Ebro, y el sábado en el Tropical Riot en Ullestrell (Barcelona).

Hace cuatro años, cuando ni siquiera la formación del grupo estaba cerrada, dos de las maquetas de Bad Nerves, ‘Can’t Be Mine’ y ‘Wasted Days’, ya estaban sonando en la BBC. Era una atención a la que ninguno de sus componentes estaba acostumbrado con sus bandas anteriores y que les señaló que el camino que habían elegido era el acertado.

Su primer álbum homónimo de 2020, complementado por el directo Alive In London del año pasado, han sido suficientes para que Green Day o Royal Blood se hayan fijado en ellos. De hecho, en un par de semanas se irán a girar con estos últimos por Estados Unidos, pero antes volverán a nuestro país para dar un par de conciertos. Una nueva oportunidad para disfrutar de esas pegadizas canciones y desparpajo que podría, debería, llevarles bien lejos.

En breve estaréis de nuevo tocando por aquí. ¿Lo pasasteis bien en vuestra anterior visita?
BOBBY NERVES (voz) “Nos encanta España. Nuestro primer concierto fue en la sala Upload de Barcelona. Fue una locura. Estamos muy agradecidos a la gente que vino al concierto. También tocando en el festival Funtastic en Benidorm y fue igual de loco. Por ahora hemos tenido grandes experiencias”.

Tengo entendido que antes tocabais en bandas de metal. ¿Cómo fue el cambio hacia el punk rock?
“Todos hemos tocado en muchas bandas distintas. El cambio fue un alivio, tocar metal es demasiado difícil”.

¿Os sorprendió lo bien que fue recibido vuestro primer disco? Parece que cada día hay gente que lo sigue descubriendo.
“Nos sentimos muy agradecidos por toda la gente que ha escuchado el disco. Es un placer saber que la gente nos ha pillado el rollo”.

Lleváis tiempo trabajando en el segundo disco. ¿Lo habéis terminado? ¿Qué nos podéis contar sobre él?
“¡No lo hemos terminado! No lo pudimos grabar todo del tirón por nuestra agenda de conciertos, lo cual no es lo ideal. Todo lo que puedo decirte es que hemos seguido nuestro instinto como hicimos con el primero. Realmente no suena como el primero, pero cada canción tiene su rollo. Habrá muchas melodías que se te pegarán durante mucho tiempo”.

Antes decías que tocar metal es más difícil, pero tampoco es fácil hacer canciones pegadizas.
“A veces es muy difícil y a veces es fácil. Normalmente si escribo pensando en lo que la gente espera, suena como una mierda. Pero cuando cambio el chip y simplemente escribo lo que quiero, suena guay. La verdad es que somos muy perfeccionistas, no queremos sacar ninguna canción que tenga cierto nivel. Preferimos no sacar nada que sacar algo música mediocre”.

A menudo se os compara con los Ramones y los Buzzcocks. ¿Los consideráis vuestras primeras influencias?
“En algunos aspectos, sin duda. Pero también nombraría a The Clash, Radioactivity y Jay Reatard”.

En unas semanas os iréis a Estados Unidos a girar con Royal Blood. ¿Sois amigos suyos?
“No diría que somos amigos, pero parecen tíos muy majos. Hicieron el esfuerzo de venir a saludarnos después de la prueba de sonido en nuestro primer concierto con ellos en Reino Unido, y fueron muy simpáticos. Tenemos muchas ganas de tocar con ellos en Estados Unidos. Creo que podemos gustar mucho a la gente de allí”.

¿Después de tantas giras os seguís llevando igual de bien? ¿Quién la lía más en la banda?
“¡Todos la liamos, pero nos llevamos muy bien! Solemos molestarnos los unos a los otros, pero hemos aprendido a no llegar al límite. Estar en un grupo es como tener hermanos, te peleas, pero a los diez minutos ya estás bien”.

Hoy en día las bandas pequeñas lo tenéis muy difícil sobrevivir. ¿Qué expectativas tenéis?
“Es muy duro, pero peor es rendirse y pasarte cada día pensando en lo que podría haber sido. Para mí eso sería lo peor. Cuando empezamos no teníamos expectativas y seguimos sin tenerlas. Seguiremos haciendo esto hasta que físicamente no podamos más. Es una alegría y un privilegio”.

DAVID GARCELL