Pocos discos mejores, y más necesarios, escucharemos este año que Bremen No Existe de Biznaga. Su cuarto trabajo te golpea con su habitual mensaje fatalista, pero llega envuelto de las mejores melodías de su carrera.

Un burro, un gallo, un perro y un gato escapan de una granja con la esperanza de evitar una muerte segura y encontrar una vida nueva en la ciudad alemana de Bremen, sin que se sepa si nunca llegan a alcanzar su destino. Así podría resumirse la historia de Los Músicos De Bremen, el cuento que los Hermanos Grimm publicaron en 1819 y que dos siglos más tarde sirve como marco metafórico y estético del nuevo disco de Biznaga.

Si nos ciñéramos a la literalidad, uno podría pensar que esos cuatro animales son Álvaro García (voz y guitarra), Jorge Navarro (letrista y bajista), Pablo Garnelo (guitarra), y Jorge ‘Milky’ Ballarín (batería) en busca de un sueño que no saben si llegará a cumplirse, pero escuchando las canciones de Bremen No Existe (Montgrí) queda claro que sus letras no hablan de ellos, o al menos no solo de ellos, sino de todos aquellos a los que ni la España del PP ni la del ‘gobierno más progresista de la historia’ les permite otra opción que simplemente sobrevivir. El No Future hecho realidad.

Sin embargo, si la crudeza de sus versos podrían llevarte a una depresión, las melodías vocales y de las guitarras te invitan a todo lo contrario, llevándote a un estado que podríamos calificar de indignación eufórica. De cómo Biznaga han llegado hasta aquí, hablamos hace unas semanas con Jorge Navarro.

¿De dónde salió la idea de la idea de jugar con Los Músicos De Bremen en el nuevo disco? Te lo pregunto porque a mí de pequeño me leían el cuento, y ver vuestra portada con esos animales en plan yonqui, me ha perturbado un poco (risas).
JORGE NAVARRO “Bueno, en realidad está bien, o sea tiene sentido que te haya causado esa reacción. Nosotros siempre trabajamos los discos en sus diferentes facetas más o menos a la vez. No se trata solo de la composición, sino que muchas veces también ya empezamos a pensar cuál va a ser la portada o si va a haber algún tipo de concepto para darle siempre un poco de unidad y haya cierta congruencia. No hace falta que sea claramente conceptual como el disco anterior, pero para que tenga algo de sentido. Como las canciones iban saliendo de corte más pop o más melódico, pensamos que podía ser interesante hacer una cosa que no habíamos hecho nunca para la portada, que era hacer algo de dibujo. Pensando un poco, queríamos algo que fuera infantil, pero a la vez que transmitiera cierto desasosiego, mal rollo, tristeza desolación… pero sin renunciar a los dibujos animados. Enseguida descartamos la factoría Disney y ese tipo de cosas que serían muy obvias, y acabamos en algo más de aquí”.

…en la serie Los Trotamúsicos inspirada en el cuento.
“Sí, es una serie española de animación de los 90 bastante cutre. Y eso molaba porque apelaba a una generación en concreto que nos interesaba también mucho a nivel discursivo. Y bueno, eran cuatro músicos, o sea que todo encajaba. Y lo que terminó de cerrar el círculo fue que investigando sobre el propio cuento de los hermanos Grimm, que yo la verdad no había leído o no recordaba más allá de las cosas que salen en la serie, descubrí que el cuento finaliza sin que los protagonistas lleguen nunca a Bremen. A nivel metafórico o simbólico, lo de Bremen No Existe es algo importante porque en el disco hablamos mucho de ese futuro prometedor que no terminó de llegar o de las expectativas incumplidas. Todo fue en esa dirección perfecta”.

Yo tampoco recordaba mucho del cuento, pero he vuelto a leer la sinopsis, y la verdad es que, como muchos cuentos infantiles, en el fondo es bastante deprimente. Esos cuatro animales son casi despojos de la sociedad destinados a morir hasta que deciden escapar para ser músicos. No sé si vosotros os sentís, no diré igual, pero ¿crees si no fuera por la banda vuestra vida sería mucho peor?
“El otro día, en el contexto otra entrevista, Álvaro dijo que a él la banda la había servido de terapia en varios momentos a lo largo de su vida. Yo creo que también ha sido así, y desde luego ha sido el vehículo creativo que nos ha permitido dar salida de una forma,  digamos positiva, a una serie de frustraciones y malos rollos. En el nuevo disco ha vuelto a ser así porque se compuso en el contexto de la pandemia. Teníamos un disco recién lanzado que nos lo tuvimos que comer con papas, y para mantenernos en la cordura lo más lógico fue empezar a hacer canciones nuevas. Creo que nos ayudó a decir, ‘Ostia que tenemos un grupo y sigue teniendo sentido’”.

«Siempre hemos hecho canciones de corte más pop, pero ahora no nos pusimos límites» JORGE NAVARRO

Anímicamente debió ser un golpe duro porque Gran Pantalla era un disco muy bueno, y no tuvo recorrido. ¿Cómo superasteis ese bajón y parir un disco tan vitalista?
“Lo típico de los traumas es pasar por diferentes fases. Al principio es la de negación o incredulidad. Cuando van pasando los meses, y te vas dando cuenta de la envergadura del problema a nivel mundial, empiezas a aceptar que el año está perdido. Luego termina 2020, haces 5 conciertos, llega 2021 y ves que la cosa no termina de remontar. Entonces al final te tienes que mentalizar y te concentras en tirar adelante por supervivencia. En ese contexto, estando encerrados, queríamos hacer una réplica a Gran Pantalla. Ese era un disco que hablaba sobre la relación de nosotros con las pantallas, como de mirarte al espejo un poco virtual de tus dispositivos. Y ahora estábamos encerrados, y lo único que anhelábamos era salir a la calle, entonces lo normal era que hiciéramos un disco que anhela la calle, que fuera romántico, que anhela la luz, que hablara de todo eso”.

¿Os podíais reunir físicamente para componer?
“Al principio todo eran esbozos e ideas por Whatsapp, y más adelante ya empezamos a quedar. Además, había toque de queda, y era salir del local corriendo por la calle para llegar a tiempo casa. Un día incluso nos paró la policía (risas). No se acababan de creer que unos tíos vestidos de negro con capucha vinieran de ensayar”.

Yo pensaba que haríais un disco más claustrofóbico, pero me habéis sorprendido haciendo vuestro disco más accesible. ¿Os sorprendió también a vosotros que os salieran este tipo de temas más luminosos?
“En esas primeras ideas que nos íbamos mandado por Whatsapp había canciones de diferentes palos, unas más oscuras y otras más luminosas como ‘Domingo Especialmente Triste’ y ‘Madrid Nos Pertenece’, que son las dos primeras que salieron. Pero llegamos a la determinación de hacer un disco totalmente diferente a Gran Pantalla, y entonces aparcamos las ideas más siniestras. Igual algún día las retomamos, pero en este momento quedaron fuera”.

También supongo que es mucho más divertido ensayar este tipo de temas. Si ya estás en la mierda y encima en el local te echas más mierda…
“Sin lugar a dudas. No nos arrepentimos de la decisión de tirar al pop porque realmente era lo que nos pedía el cuerpo. Fue más agradecido porque dimos rienda suelta sin cortapisas a influencias que teníamos de siempre. A todos nos gusta mucho la música en general y el pop. Siempre hemos hecho canciones de corte más pop, pero ahora no nos pusimos límites. Fue como, ‘Vamos a por la guitarra brillantes, a por los estribillos, a por las melodías’”.

Y de todas maneras sigue sonando a Biznaga. No creo que nadie os pueda echar nada en cara.
“Porque se nos nota naturales, porque no son influencias que nos resulten ajenas. Es música que siempre hemos escuchado en nuestras casas desde que tenemos uso de razón. No es algo impostado”.

A veces tengo la sensación con bandas de perfil underground que no se atreven a dar ese paso por el qué dirán. Quizá sea porque tampoco la industria en España da para más, y al final como que casi es mejor fracasar haciendo algo super artístico que no haciendo algo que aspira a llegar al gran público.
“Como miedo al fracaso por intentar el exito o algo así ¿no? A ver creo que la receta es ser menos autocensor de uno mismo y hacer lo que lo que de verdad te pida el cuerpo. Ni lo que tú piensas que lo va a petar, ni lo que pide el público, ni lo que piensas que el público puede querer; o lo que ves que están haciendo otras bandas que pueden tener más éxito porque son más accesibles. Lo primero con quien hay que ser sinceros es con uno mismo a nivel creativo y si te mueres por hacer estribillos, hazlos. Lo que sí que es un fracaso es querer hacer con lo no estás a gusto, pero piensas que lo va a petar. Si luego no gusta a la gente es doblemente estúpido”.

Para mí es una pena que el lugar que ocupan Supersubmarina, Miss Cafeina o Izal, no lo ocupéis Carolina Durante, Cala Vento o vosotros, aunque creo que poco a poco vais ganando espacio. ¿Es una cuestión de autoconfianza, de atreverse y decir ‘Voy a por ello’?
“Bueno, sí hay mucho de autoconfianza. Nosotros hemos funcionado así desde el principio y siempre nos ha salido bien, en el sentido que no hemos tenido un éxito fulgurante como el de los Carolina, pero siempre hemos ido creciendo poco a poco con cada nuevo lanzamiento”.

Un poco como Mujeres.
“Claro. Siempre hemos hecho lo que hemos considerado que en ese momento teníamos que hacer, siendo consecuentes creativamente con nosotros. Los únicos a los que les pedíamos explicaciones era a nosotros mismos. Creo que esa es la clave, por lo que he dicho anteriormente. Yo a alguien que empiece le recomendaría que haga lo que le pide el cuerpo porque lo que pienses que está funcionando en ese momento, pues mañana no funciona. Si vas a fijarte en lo que funciona, para eso no formes una banda ¿sabes? Es fundamental ser consecuente con uno mismo”

Antes hablabas de esas influencias pop, y en el fondo a veces se produce una especie de dicotomía estúpida entre el punk y el pop, cuando en realidad The Clash tenían temas pop y Johnny Rotten cuando hizo P.I.L. hacia temas pop. Es un paso mucho más natural de lo que parece.
“Yo creo que tiene que ver también un poco con el grado de conocimiento de la historia de la música pop que pueda tener una persona. Primero habría que acotar o qué significa música pop, y luego nos daremos cuenta que de música pop hay de muchos tipos. Si una persona que identifica la música pop con El Canto Del Loco o Pereza, evidentemente cuando tú le dices que haces pop y luego escucha tu música, pues dice ‘What the fuck?’ (risas). Pero hay que abrirse un poco más, no hay que ser tan dogmático ¿sabes? Y lo mismo digo de los punks que también es un género con su buena caterva. De gente cuadriculada y dogmática la hay en todos lados. Yo creo como tú que ese paso sí tiene sentido. Además de las bandas que han nombrado están los Buzzcocks y de ellos podríamos a hacer una especie de árbol genealógico de lo que ha venido después, como el post punk que fue el caldo de cultivo a lo que salió después. Ves que había mucha inquietud, muchas ganas de explorar, de no cerrarse y circunscribirse a un único estilo, o sea que tiene como un carácter muy anti rock, de huir de ese dogmatismo. Yo creo que hay muchísimas ramificaciones que demuestran eso que el pop y el punk están muy emparentados”.

The Cure mismo.
“Otra».

Te iba a decir suerte de ‘Just Like Heaven’, porque los solos de este disco si no existiera esa canción, hubierais tenido que inventarla (risas).
“Ojo, porque aquí hay polémica (risas). De hecho, hay hasta vídeos de Youtube que hablan de este tema. O sea hay como un cierto riff, llamémoslo así, o proto punteo, que está en varias algunas canciones anteriores a ‘Just Like Heaven’. ‘Another Girl Another Planet’ de The Only Ones si te das cuenta, tiene el soniquete que luego va a tener ‘Just Like Heaven’. Es un poco lo que pasa con ‘Heroes’ de Bowie, es como un patrón en sí mismo. Pero desde luego, este disco, eso te lo reconozco, es deudor de The Cure. Pero de unos Cure muy concretos, circa 86, 87, 88. Y también de R.E.M., de los Replacements, grupos que vienen el punk o del post punk que luego derivan en hacer canciones más pop. Para nosotros han sido ejemplo de grupos inquietos que no han renunciado a las melodías o a las canciones más complejas viniendo de la tradición que vienen. Era un poco lo que nosotros queríamos conseguir, así que The Cure no es un nombre tirado al azar”.

Sin entrar en muchos tecnicismos, a nivel de pedales o amplis ¿habéis cambiado muchas cosas para encontrar este sonido?
“Una cosa que condiciona a la composición y al posterior sonido es haber hecho una preproducción, algo que nunca habíamos hecho. Siempre habíamos trabajado los temas en el local y cuando llegaba la fecha de grabación, lo soltábamos todo en el estudio, y venga, saliera como saliera. Pero ahora hemos trabajado mano a mano con Raúl Pérez de La Mina, pasándole las maquetas y las cosas que íbamos trabajando en el local y él nos iba pasando el feedback de lo que le parecía cada canción con recomendaciones, y luego volvíamos al local para probar esas ideas y viendo si mejoraban o no las canciones. Y luego en el estudio también tuvimos más tiempo y es nos permitió probar diferentes amplis, guitarras, reverbs… En lugar de cinco días esta vez fuimos 11, divido en dos partes. Y también hemos introducido elementos como guitarras acústicas o teclados, cosas que al final hacen que tengas un disco más accesible, pero, ojo, con mucho músculo porque también se ha trabajado mucho para que tenga una buena pegada”.

También es un disco muy de claqueta ¿no?
“Esa es otra. Es la primera vez que hemos utilizado la claqueta en toda nuestra historia y eso se nota, se nota”

¿Ha sido ha sido un reto? ¿Os ha costado?
“Hombre ha sido un poco el reto, la verdad, sobre todo para el batería porque nunca había grabado con una. Se probó un poco en el local, pero no mucho, y fue un poco elemento sorpresa. Pero al final salió bien y es lo que importa. Y fue como un chute de confianza, que te empodera un poco ¿sabes?”.

En plan, ‘Ya soy pro de verdad’.
“Claro, claro, eso es (risas)”.

«No nos no sentimos cómodos ni pontificando, ni dando órdenes. Yo creo que la música no está para eso” JORGE NAVARRO

Vosotros ya pasáis de los 30…
“Milky es el más jovencito que tiene 27, pero el resto sí estamos en 37, 38”

Y tengo la sensación de que vuestro público es más joven…
“Mira, no se si es verdad o no, pero una de las cosas guays de Spotify es que hace el sesgo por edad, por géneros, por países… Y nuestro grueso está entre 25 y 55, pero en algunos conciertos hasta viene peña de hasta 60. Te hablan de Eskrobuto, de Parálisis Permanente… Así que hay de todo”.

Ok, pero mi pregunta va enfocada por ese sector más joven. Vuestro mensaje es como muy fatalista, con una visión negativa, pero realista, de la realidad. Y mi pregunta es que quien tenga 20 años y os escuche puede pensar, ‘Vale, está muy bien, ¿pero qué alternativa propones? ¿Qué estás haciendo tú para cambiar eso?’
“Bueno, yo también tuve 20 y 21 años en su momento y he pasado por ahí. Y era igual de jodido, de cabrón, e igual de nihilista, o sea que al final va un poco en un poco la personalidad. En relación a lanzar un mensaje muy agorero o muy cenizo, la gente no está para eso, a la gente eso le marchita y quiere que le hablen de cosas guays. Pero es que así ya hay toneladas de música. Alguien tiene que equilibrar la balanza. La vida no es color de rosa, la vida también tiene sinsabores y también conviene tener una actitud crítica con respecto al contexto y a nuestra realidad. Desde hace una década o más que todo es una tremenda mierda a nivel social. No hay expectativas, hay una precariedad rampante, y para los chavales jóvenes más todavía. Para mi generación, la tuya o la mía ya la había con la crisis de 2008, pero no han parado de sucederse mierdas. Así que no sé cuál es el motivo de la alegría. A ver, yo también me alegro por cosas y no siempre estoy cabreado, pero creo que es compatible con contar lo que veo”.

Igual lo que necesitan escuchar los jóvenes es que hay que cargárselo todo.
“Puede ser que en un momento determinado sea necesario un mensaje que les permita tener una dosis de ira racional. Algo que les ayude a canalizarla en algo constructivo. Pero al final no creo que un grupo esté para dar respuestas. A lo mejor si las tuviera, no estaría haciendo música, sino otra cosa. Lo que sí tenemos que hacer es plantear preguntas y generar sensaciones, y luego que cada uno las mastique, y quizá eso dé lugar a acciones concretas. No sé, nosotros no somos nadie para decirle alguien qué tiene que hacer. No nos no sentimos cómodos ni pontificando, ni dando órdenes. Yo creo que la música no está para eso”.

JORDI MEYA