Con ¡Ahora!, su quinto disco, Biznaga afrontan una vez más el reto de seguir creciendo sin renunciar a un discurso incómodo para quienes solo ven en la música una forma de entretenimiento. 

A lo tonto, ya hace diez años que Biznaga irrumpieron en la escena con su debut Centro Dramático Nacional (Holy Cuervo). Probablemente por su espíritu y maneras más punk, durante un tiempo pareció que mientras otras bandas les adelantaban por la derecha, ellos seguían condenados a predicar solo a los conversos, a pesar de seguir publicando grandes discos como Sentido Del Espectáculo (Slovenly, 2017) o Gran Pantalla (Slovenly, 2020). Pero todo empezó a cambiar cuando hace un par de años lanzaron Bremen No Existe, su debut para el sello Montgrí.

Quizá porque perdieron el miedo a poner más énfasis en las melodías, quizá porque el contexto social tras la pandemia puso al descubierto muchos de los asuntos que ellos ya venían denunciando, las canciones de ese disco conectaron, en número y en intensidad, con mucha más gente de la que posiblemente nunca hubieran imaginado, hasta el punto que tuvieron, y pudieron, dejar sus trabajos para dedicarse plenamente a la música.

Desde esa nueva realidad, Álvaro García (voz y guitarra), Jorge Navarro (bajo) y Jorge ‘Milky’ Ballarín (batería), junto a Álvaro ‘Torete’ Casado (guitarra), el joven que entró sustituyendo a Pablo Garnelo ya empezada la anterior gira, nos entregan ¡Ahora!, otro manifiesto combativo que insiste en poner sobre la mesa cuestiones como la precariedad laboral, el acceso a la vivienda o la salud mental envueltas en unas canciones directas y pegadizas. Quizá no sea la ruta más fácil para llenar un WiZink, pero sí para llegar a derribar lo que representa.

Aunque vuestro lado pop aflora más que nunca en ¡Ahora!,  me ha parecido un disco muy coherente con de dónde veníais. Desde un punto de vista interno ¿qué importancia le dais a evolucionar musicalmente? ¿O creéis que simplemente es una consecuencia de ir tocando juntos y que va a ocurrir de manera prácticamente inevitable?
JORGE NAVARRO “Creo que es eso último que has dicho es la clave. Nunca lo hemos verbalizado, nunca nos hemos planteado evolucionar, pero creo que es lo hemos hecho inconsciente o espontáneamente desde el principio. O sea, ningún álbum es igual al anterior, dentro de que estamos siempre en unas coordenadas estilísticas que, más o menos, podríamos denominar rock. Cada disco tiene su personalidad y algunos han disparado por un lado, y otros por otro, de manera casual. Ha sido lo que nos ha salido del cuerpo. La evolución muchas veces ha sido una consecuencia lógica de donde veníamos y muchas veces ha funcionado como reacción. Por ejemplo, Bremen… fue un poco una reacción al anterior, Gran Pantalla. Siempre es en plan, ‘vamos a hacer canciones, a ver por dónde van saliendo‘, y cuando ya tienes unas cuantas, tienes como una especie de dibujo general, y ves por dónde van a ir los tiros. En ese momento quizá puedes terminar de enfocarte en esa dirección, aunque a lo mejor hay dos o tres canciones que salen un poco en esa órbita general”.

Bremen No Existe conectó con mucha más gente que ninguno de vuestros discos anteriores. ¿Hasta qué punto, ni que sea a nivel inconsciente, dices, ‘si esto ha funcionado, vamos a seguir por ahí’?
“Claro. Yo creo que también es consecuencia de llevar tiempo trabajando las canciones, de hacerlo con el mismo equipo, un equipo en el que Torete ha encajado a las mil maravillas. Entonces, la consecuencia lógica te lleva a orientaciones más pop. Ese tipo de canciones ya nos gustaban, pero hasta la fecha no se habían trabajado mucho por lo que sea, y pronto te vas sintiendo con la suficiente confianza y determinación, porque además vas viendo que funcionan. Tú tienes la intuición de que van a funcionar, y efectivamente luego la gente te da la razón. Yo lo veo como la versión depurada o perfeccionada de la misma sensibilidad pop, o si quieres rock, me da igual, que ya teníamos. Somos los mismos, pero con 12 años de bagaje, haciendo canciones, aprendiendo y tomando nota de los errores, pero también de los aciertos y desarrollándolos y llevándolos aún más allá”.

¿En qué se manifiesta a la práctica?
“Pues eso implica que tengas confianza para bajar los tempos de las canciones, que no vayan tan acelerados, que el mensaje sea, o trate de buscar la simplicidad pese a que trates de mantener la profundidad del discurso. Que las formas sean lo más accesibles posibles para que cale más, economizar también el número de palabras, pegarte cada vez más a la melodía para que la fuerza del estribillo sea más efectiva. Como te decía lo veo como la versión más depurada de lo de siempre”.

En esa línea de continuidad con Bremen… habéis repetido con Raúl Pérez en la producción y Santi García a la mezcla.
«Al 
César lo que es el César. Esas dos mentes creativas han contribuido a mejorar el disco, y hasta el final del proceso han seguido sumando para que sea lo que es a día de hoy. Santi hizo una mezcla muy creativa con propuestas como meter un sintetizador en ‘La Gran Renuncia’ en lugar de una guitarra para que fuera más frenético. Y también hay que mencionar el mastering de Víctor (Garcia) que te vuela la cabeza».

En cuanto a las voces, las melodías son más elaboradas y con registros más altos como ‘El Entusiasmo’ o ‘Imaginación Política’. Algunas partes en directo van a ser jodidas de cantar…
“Sí, y además es el disco donde más coros hay. Nunca habíamos sido un grupo especialmente de coros, pero en este disco hemos sumado la voz de Torete que puede apoyar a Álvaro mucho mejor de lo que podíamos hacerlo Pablo y yo. En ese aspecto hemos ganado bastante. Pero bueno, ya sabes que el disco es una cosa y el directo, otra. Cuando estás grabando un disco, cantas, paras, descansas, vuelves a cantar, pero en un concierto van todas seguidas y el nivel de exigencia física es mayor. Entonces, digamos que hay que economizar los recursos energéticos (risas)”.

Has mencionado un par de veces a Torete, y me gustaría que expliques qué ha supuesto su entrada en el grupo. Dada su juventud, tenía solo 19 años cuando entró, supongo que era una apuesta, entre comillas, arriesgada. Ya no solo a nivel musical, porque igual tenía unas referencias totalmente distintas, sino también por una actitud ante la vida igual muy distinta a la vuestra.
“Sin duda teníamos un temor. Es normal tenerlo ante lo desconocido, cuando llevas trabajando las mismas cuatro personas durante diez años. De pronto, cuando una de esas patas de la mesa falta, tienes miedo de que lo que pueda pasar. Pero al poco de integrarse Torete y empezar a tocar en directo, vimos que nos reforzaba cosas o las elevaba. Después de estar tocando con él todo 2023 se confirmó claramente que era un miembro de pleno derecho y que merecía estar en la banda. Eso en cuanto al directo, pero se generaba la otra gran duda que era a nivel de composición de grabación, etcétera. Y ahí es cuando entran también las referencias que tú has nombrado. Un chaval que tiene 20 años, aunque investigue, no ha tenido el tiempo ni el recorrido que hemos tenido nosotros para descubrir grupos y ampliar su abanico de sonoridades. Pero está en un momento vital que es una pura esponja, y nosotros, que también hemos tenido 20 años, lo sabemos. Hemos intentado, y seguimos intentando, enseñarle y descubrirle grupos para que se integren dentro de su universo musical, y lo expanda. Y ahí también ha sido un hacha y sabe muy bien qué sonido es el que trabaja Biznaga”.

¿Qué grupos les habéis enseñado vosotros y cuáles, igual, os han enseñado ellos a vosotros?
“Nos ha descubierto grupos sobre todo nuevos, sobre todo de la escena nacional, de chavales de su edad. Nos hemos dado cuenta de que la música de guitarras pasa por un buen momento. Y nosotros, pues imagínate, mogollón de cosas de los 70, de los 80. Pero en los 90 estaba muy puesto. Los 90 es su década. Entonces, cosas como Weezer, Oasis, Nirvana, Green Day, los tiene controladísimos”.

Hay una banda que, escuchando el nuevo disco y un poco la línea que habéis cogido, me ha venido a la cabeza, y de la que creo que nunca habíamos conversado, que es Manic Street Preachers.  ¿Crees que podríais tirar hacia donde han ido ellos? ¿Ser una banda reivindicativa, pero cada vez más y más pop?
“No sé si el resto la conoce, yo sí, pero tampoco soy especial conocedor suyo. Hace poquito me escribió David Saavedra, porque quería hacer algo de un aniversario de un disco de Manic Street Preachers, y le parecía que Biznaga podía estar en esa órbita, por lo mismo que me has dicho tú, y me preguntaban si me gustaban, si había sido una referencia… Pero a raíz de esas comparaciones me dio un poco más de curiosidad. He visto ciertas similitudes y puedo entender por qué se dice, pero no es una referencia para nadie aquí”.

Una de las canciones que puede que sorprenda más es ‘Espejos De Caos’ que ya habéis lanzado como single. ¿Os llevó más quebraderos de cabeza hacerla o fue una canción más simplemente?
“Como yo hago las letras, Álvaro siempre me va mandando cuando se ha sacado algo de lo que está especialmente contento. En este caso, él tenía bien claro que tenía un potencial enorme, pero que era un territorio que no habíamos realmente andado nunca porque es una canción bastante acústica. Es lo más parecido a una balada que hemos hecho en la vida. Entonces, sí, era un reto, pero eso también te engorila. Siempre va a haber alguien que diga, ‘vaya pastelazo que me han sacado aquí’, pero también habrá mucha que piense que somos una banda inquieta y que podemos hacer un tema súper frenético, pero también una balada. Lo que te comentaba antes de que Torete es un loco de los 90, y esta es una canción con una sonoridad, con un talante muy noventero, él dijo: ‘Esto es un temazo’. Y si un chaval joven está tan seguro, y nosotros también, pues adelante”.

Como decías, las letras las haces tú en base a la música que te manda Álvaro. Me imagino a ti con el mp3 y un folio o la pantalla en blanco… y es un marrón. ¿Cómo lo afrontas?
“La pantalla en blanco, nunca. Yo creo que es el único consejo claro que podría darle a alguien que se ponga a hacer canciones, que es, si te ocurre algo, apuntarlo. Y trabajar siempre sobre un fichero, tus documentos, que cuando llegue el momento de hacer una canción, lo abras y a lo mejor te encuentres con, no sé, 15 folios de muchas tonterías. O a lo mejor, no, encuentras una perla entre 17 mierdas, pero ya tienes algo sobre lo que caminar. Muchas veces no es que literalmente vaya a aparecer lo que pone ahí, como un verso exacto de la canción, pero a lo mejor te da la idea para empezar a escribir algo”.

De todas maneras, me imagino que una cosa es hacer una o dos o tres canciones, pero cuando tienes ahí un disco por delante, debe imponer un poco, ¿no?
“Impone muchísimo, pero hay un punto de inflexión muy grande que es sacar la primera. Como que hay un momento de estar llorando y decir ‘no voy a poder, tengo que hacer 11, 12 canciones’, y ves todo lo que te queda y te marea. Pero cuando has puesto la primera piedra, y estás muy contento con la primera piedra, se hace real y te da fuerzas para continuar. Yo lo llamo peregrinar por el desierto, tío. Digo esto porque es verdad. Es que vas ahí y lo pasas tan mal, sudas tanto, pasas tanta hambre y tanta sed que acabas renunciando a tu propio ego ¿sabes? Renuncia y cuando de pronto ves la luz, vuelves como convertido en un superhombre ya con un montón de canciones, pero para eso tienes que haber llorado, tienes que haberte arrastrado por el suelo (risas)”.

Creo que como letristas has sabido tomar muy bien el pulso a lo que nos ocurre. No sé si sientes que se ha creado una expectativa hacia Biznaga, como que la gente espera que le contéis qué le está pasando. ¿Te siente cronista más que letrista? También por lo de que el disco se llame ¡Ahora!.
“Yo creo que independientemente de que esté en un grupo, uno es ciudadano, una persona que está en el mundo. No soy ajeno a las cosas que me rodean, desde las más inmediatas, las más cercanas, las más cotidianas y las más locales, hasta las más universales. Simplemente se trata de salir un poco de ti mismo, levantar la vista de tu propio ombligo, que al final es inevitable también mirártelo, pero bueno, mirar a tu alrededor y pasarlo por tu prisma. Desde luego mi intención es apelar al mayor número de personas y yo creo que hablando de problemas que atraviesan a un número de personas grande, enorme, diría la gran mayoría, es fácil, pero hay que encontrar el cómo. Ahí también entra la habilidad y el talento, pero también el trabajo y el aprendizaje, las herramientas que se hayan adquirido a lo largo de tantos años. No solo es talento, es mucho curro y 12 años haciendo canciones. Escribo mejor ahora que hace 10 años”.

Lo curioso es que, o al menos eso me parece como usuario de Twitter en el último año, es que mucha gente no es que no se entere de lo que pasa a su alrededor, sino que se niega a ver la evidencia. Gente pobre que no ve que es pobre, o no quiere aceptar que es pobre, y le echa la culpa al que es más pobre que él en lugar de al que le está chupando la sangre.
“Totalmente. El asunto es que estamos todos contra todos, o al menos el último contra el penúltimo, cerrados en ese círculo, sin ampliar el poco y ver que nada de lo que ocurre en las redes sociales es casual. Nada de lo que muestran redes sociales es casual, y nada de lo que sucede en el mundo a nivel político es casual tampoco, ¿sabes? Entonces sí que hay una corriente de vendarle a uno los ojos, y el uso de algoritmos lo ha acelerado. En plan, aislarnos todos en burbujas e impedir que veamos lo que hay más allá. Romper eso conlleva un trabajo, conlleva un tiempo y conlleva un esfuerzo, y es precisamente de lo que carecemos hoy en día, de tiempo para emplearlo en contrastar informaciones, en mirar más allá, en ser críticos y en desarrollar un pensamiento propio. Luchar y remar contra esto tiene el doble de complejidad. Son los mensajes positivistas de manera tramposa. Siempre va a estar por encima, o mejor posicionado, algo que no plantea un desafío o una oposición al status quo o a lo que es la hegemonía cultural del momento. Luego hay otros desafíos, como que tus canciones, digamos críticas, no sean canalizadas y utilizadas y vaciadas de contenido. Sin duda, es una situación complicada, pero bueno, yo creo que hacemos las canciones que queremos hacer y, de la misma manera, hablamos de los temas que creemos que es importante hablar, independientemente de que lo escuchen más o menos gente”.

Foto: Cristina Pontijas

«Tratamos de hacer las cosas en coherencia con lo que pensamos. Es lo mejor para poder mirarte al espejo» JORGE NAVARRO

No sé si también es un poco frustrante ver que ni siquiera en una escena se supone underground o alternativa, muchas bandas están cayendo en la trampa del mercantilismo, consumismo, llámalo como quieras.
“Lo que está claro es que, a nivel social, a nivel de la calle, a nivel de peña más joven, hay una desafección grande por la política. Y prima un mensaje más hedonista, pero depresivo a veces. Por ejemplo, la juventud sí que aborda el tema de la salud mental, pero creo que necesitan otra perspectiva o les falta una perspectiva importante, que es lo coyuntural y lo estructural. España es el primer consumidor de Europa de antidepresivos ansiolíticos. O sea, no se trata de, ‘Bro, qué mal estoy, me tomo un antidepresivo’. No es una cosa de algo individual. En ese sentido quizá hemos picado o comprado el discurso de que tu malestar individual es un asunto tuyo, es una cuestión puramente química y que no tiene que ver con problemas estructurales y que nos afectan a todos como los ritmos de vida asesinos que llevamos ¿no? Que son insanos. Y eso contribuye evidentemente a deteriorar nuestra salud mental. No soy nadie para decirle a la gente que haga canciones políticas o no. Que hagan lo que quieran, pero bueno, estamos rodeados de política. Las canciones de amor pueden, hoy más que nunca, tener una responsabilidad política incluso. Digo las canciones de amor porque es como el tema preferido de la gente”.

¿Os pesan mucho los principios a la hora de tomar decisiones de banda? O no sé, ¿a veces te expresarías de una manera desde el escenario, pero por ser Jorge de Biznaga no lo puedes hacer?
“A ver, todos tenemos una responsabilidad personal y hay que intentar portarse lo mejor posible con el entorno más inmediato y luego con cualquier persona. Eso a nivel personal, a nivel de grupo, supongo que a lo mejor tenemos más visibilidad y pueda tener una dimensión extra. Pero no nos para la gente por la calle. Somos personas anónimas. No estamos en el momento ni en la posición para que eso nos tenga que preocupar. Pero a ver, nadie es 100% honesto, tenemos fallos, cometemos errores, incurrimos en contradicciones. Eso va a pasar y va a seguir pasando. Que dentro de eso tratemos de ser lo más coherentes posible, supone una responsabilidad. Supongo que es más sencillo cuando te da igual todo, y todo es para tu mayor beneficio. Tenemos unos principios y hay sitios por los que no vamos a pasar, pese a que la corriente y la manera de funcionar a nivel de la música, no estamos afuera. Probablemente si no estuviéramos en la industria, no estaríamos teniendo esta conversación. Entonces es tramposo que diga que estamos fuera, estamos muy dentro. Pero tratamos de hacer las cosas en coherencia con lo que pensamos. Es lo mejor para poder mirarte al espejo”.

Para terminar, te quería preguntar por ‘Madrid Nos Pertenece’, uno de vuestros hits en directo. ¿Qué sientes cuando estás, en Barcelona, en Sevilla o Bilbao y la gente canta ese estribillo? ¿Cómo has vivido el crecimiento de esa canción?
“Yo creo que las canciones tienen un margen de crecimiento a nivel del propio creador.  A partir del momento que la graba y la entrega, empieza como una segunda vida que es la de la gente que la escucha y la enfrenta desde una perspectiva u otra. Claro, yo cuando escribí la canción, escribí sobre Madrid que es la ciudad donde vivo. Pero pese a lo localista del nombre, mi intención siempre fue una intención internacionalista, o sea, internacional, que una persona de Sevilla o de Barcelona, pudiera hacerla suya, tanto de una manera literal, cambiando Madrid por Sevilla o Madrid por Barcelona, cómo analizarla de forma crítica por el lugar que ocupa Madrid en el imaginario. También me interesaba esa lectura. Al principio teníamos dudas, incluso de plantearnos no tocarla, pero la respuesta ha sido muy positiva. Nos dimos cuenta de que tenemos un público inteligente, un público maduro, un público que entiende el mensaje que lanzamos y, es más, lo amplifica. Nos encanta tocar ‘Madrid Nos Pertenece’, es la hostia, la verdad. Nos hace sentir orgullosos de nuestro público”.

JORDI MEYA

Puedes ver a Biznaga en las siguientes fechas:

04.10 – Móstoles @ Testa Rudes
11.10 – Zaragoza @ Fiestas del Pilar
12.10 – Barcelona @ Paral.lel 62
19.10 – Alhaurín de la Torre @ La Térmica Village
25.10 – León @ Espacio Vías
08.11 – Fuenlabrada @ EnVibe Fest
16.11 – Pamplona @ Tótem
28.11 – Valencia @ Moon
29.11 – Castellón @ Terra
30.11 –  Alicante @ Baluarte (Castillo de Santa Bárbara)
05.12 – San Sebastián @ Dabadaba
06.12 – Bilbao @ Kafé Antzokia
07.12 – Vitoria @ Jimmy Jazz