En los tiempos que del ‘dámelo todo ahora y rápido’, aún hay grupos que se atreven a ponérselo complicado al oyente. El nuevo trabajo de los británicos Black Peaks viene a ser una prueba más de que se puede hacer música compleja, tener éxito y no morir en el intento.
Imagina que tienes un grupo, sacas tu primer disco con un sello grande y además de presentarlo portodo el Viejo Continente, tienes la suerte de tocar al lado de tus ídolos de adolescencia. Pues más o menos eso es lo que experimentaron Black Peaks a raíz de que Sony les publicase hace dos años su debut Statues.
Cierto es que tampoco causaron un gran revuelo mediático ni contaron con ventas millonarias, probablemente debido a que su rock progresivo con tintes post hardcore y math no resulte tan inmediato al oído del gran público como otros hypes que nos llegan desde las Islas Británicas todos los meses. Y precisamente ésas mismas son las razones que les han convertido en una de las formaciones jóvenes surgidas en el Reino Unido a tener en cuenta para el futuro próximo. Con un segundo álbum recién salido del horno en el que asientan todavía más las bases de su sonido, Will Gardner (voz), Joe Gosney (guitarra), Liam Kearley (batería) y Dave Larkin (bajo) actuaron a principios de mes en Barcelona y Madrid para presentar las nuevas canciones de All That Divides (Rise). Tras un par de intentos fallidos para concretar el día y la hora de la entrevista, finalmente fue su guitarrista el encargado de mantener con nosotros la conversación que leeréis a continuación.
Con Statues, además de girar por toda Europa, tuvisteis la ocasión de telonear a Deftones, A Perfect Circle, System Of A Down, At The Drive-In, The Dillinger Escape Plan… No está nada mal para un debut.
JOE GOSNEY “Nos sentimos unos auténticos privilegiados por tener la oportunidad de haber hecho tantos conciertos. Y tienes razón, muchas de las bandas con las que hemos podido tocar son algunas de nuestras favoritas desde que éramos adolescentes. Es más de lo que cualquier grupo en nuestra situación hubiera podido esperar con su primer álbum, así que es todo un honor. Antes de sacar Statues nuestra intención era dar tantos conciertos como nos fuese posible. Tuvimos la suerte de trabajar con una gran agencia de contratación que siempre nos ha respaldado. Creo que si no hubiese sido por ellos no hubieran surgido tantas oportunidades. Así que estamos muy contentos con cómo nos han ido las cosas”.
Algo que me llamó la atención de vuestro debut es que lo editase una multinacional como Sony. ¿Cómo se interesaron por vosotros? Porque no sonáis a nada de lo que se suele pinchar en las radios precisamente…
“(Risas) Sí, ésa es una buena pregunta. Lo cierto es que es difícil de explicar porque creo que siempre hemos escrito nuestra música como hemos querido, y eso de alguna manera fue lo que le debió de llegar a Sony en un primer momento. Para serte honesto, no sé qué es lo que pensarían, pero cuando a un grupo como el nuestro se le presenta una oportunidad así, debe aprovecharla y no dejarla pasar. Y la verdad es que nos ayudaron mucho a llegar al público dentro de los parámetros en los que funciona un sello tan grande. Todo el apoyo que nos dieron fue fantástico y eso nos sirvió para el siguiente paso que debíamos dar”.
Sin embargo, ahora os habéis pasado a Rise. ¿Qué es lo que ocurrió? ¿Sony no quedó contenta con cómo funcionó el álbum?
“En realidad sólo firmamos para hacer un disco con Sony. Terminamos de manera muy amistosa con ellos y no hubo ningún problema en ese sentido. Pero con este segundo trabajo queríamos probar algo distinto. Hablamos con varios sellos y Rise fueron los que mostraron mayor entusiasmo por la banda. Han creado un equipo de gente exclusivamente para nosotros con los que vamos a trabajar durante una larga temporada. Desde el primer momento en el que firmamos con ellos hemos sentido que estaban construyendo una familia donde la música es lo más importante”.
Personalmente, os veo de algún modo como los grupos británicos de rock alternativo de la década de los 2000 como Hundread Reasons, Reuben, Hell Is For Heroes, Oceansize… Bandas que parecía que siempre se quedaron un poco a medio camino entre el underground y el mainstream. ¿Os sentís cercanos a esa vertiente?
“Para ser sincero y sin querer pecar de irrespetuoso, no creo que seamos como esos grupos porque ninguno de ellos consiguió hacer gran cosa fuera del Reino Unido. Pero entiendo lo que dices porque si hablas con esas bandas, y nosotros también nos incluimos ahí, está claro que compartimos muchas influencias. No puedo hablar sobre las ambiciones que tenían o hasta dónde querían llegar con sus carreras, pero creo que Black Peaks aspiramos a llegar mucho más lejos de lo que cualquiera de esos grupos consiguió. Pero no quiero decir con ello que eso sea malo. Supongo que tal vez sea un reflejo de cómo era el mainstream en aquel entonces. Espero y sé que vamos a trabajar muy duro para conseguir un mayor éxito a nivel comercial. Nunca se sabe qué es lo que puede ocurrir, pero definitivamente nosotros queremos más”.
«Creo que hemos desarrollado mucho más nuestro sonido y eso ha sido todo un reto para nosotros con este álbum»
Entrando en materia con vuestro nuevo trabajo, All That Divides, me ha dado la impresión de que a pesar de que no hay grandes cambios en vuestro sonido, cuesta pillarle el punto un poquito más que a Statues. No es tan accesible de primeras.
“Sí, es cierto. Nosotros escuchamos muchos discos que suponen un reto y debes escucharlos varias veces hasta llegar a descubrirlos. Supongo que es la elección que hemos tomado, aunque no fuese de manera intencionada, pero la música que solemos escuchar se asemeja mucho a eso. No quiero que la gente escuche este álbum una vez y pase a otra cosa, quiero que puedan seguir escuchándolo durante años y sigan descubriendo cosas nuevas sobre él. Confío en que el público le dé el tiempo necesario para acostumbrarse. Estoy de acuerdo con que es menos accesible que el anterior en muchos sentidos. Hay muchas cosas que ocurren durante las canciones, algunas son mucho más largas. También creo que hemos desarrollado mucho más nuestro sonido y eso ha sido todo un reto para nosotros con este álbum. No creo que la gente lo pille tan fácilmente en una primera escucha”.
También se corre un riesgo al publicar discos de este tipo. Como bien dices, hoy en día parece que consumimos la música como si fuese fast food y si algo no nos convence de primeras, no nos interesa volver a escucharlo.
“Sí, la verdad es que visto así no parece un movimiento muy inteligente por nuestra parte (risas). Vivimos en la sociedad de la inmediatez, donde la gente lo quiero todo y a la primera. Y All That Divides no es para nada así. Ya veremos qué pasa, pero hemos tenido mucha suerte de tener una gran fanbase, especialmente aquí, en Reino Unido. Estoy convencido de que disfrutarán del disco. Teniendo en cuenta lo rápido que va todo hoy en día, creo que tiene bastante sentido sacar un álbum así. Espero que la gente sea capaz de escucharlo de una forma más natural sin necesidad de estar distraída con otras cosas y abandonarlo a los pocos segundos. Nuestra música no está diseñada para ser escuchada así, por eso me sorprende el éxito que tenemos aquí en la radio. Tenemos mucha suerte de que la gente esté dispuesta a escucharnos”.
También he notado que hay algunos riffs muy metaleros. Sé que sois grandes fans de Deftones y Mastodon, y he leído por ahí que durante la grabación de este disco habéis estado escuchando mucho Reflections Of A Floating World de Elder, quienes debo decir que me encantan. ¿Crees que se nota más vuestra parte metalera?
“Sí, ese disco de Elder es increíble. En cuanto a nuestra influencias metaleras, no sabría decirte. No necesariamente creo que sea más duro. En Statues también había partes muy duras pero también eran algo más esporádicas. Supongo que aún estábamos descubriendo qué es lo que queríamos hacer. Esta vez no hemos incluido secciones más heavies simplemente por el hecho de hacerlo o meter más partes gritadas porque sí. Todo lo que escuchas ha sido estudiado meticulosamente y tiene un propósito concreto. Antes de entrar a grabar en el estudio, hablamos sobre cómo queríamos que cada instrumento encontrase su espacio, y a la hora de grabarlo fuimos muy conscientes de que no queríamos tener demasiadas capas sonando al mismo tiempo, dejando que cada parte y arreglo tuviese su espacio para poder respirar porque así es como se refleja también en las letras. No somos un grupo que nos guste meter caña todo el rato”.
Para ti, que eres el compositor principal del grupo, debe ser toda una gozada tener a un cantante como Will con tanta variedad de registros. ¿Te gusta ponerle a prueba?
“Totalmente. La verdad es que es muy excitante, sobre todo cuando aún estamos escribiendo las canciones. Él es capaz de llevarlas a otro nivel. Cuando grabo alguna demo, se la envío a Will a ver qué se le ocurre, y casi siempre que la ensayamos por primera vez con el grupo al completo, así es como acabamos grabándola la mayoría de las veces. Hay momentos en los que se encuentra estancado escribiendo las letras y las melodías e intento echarle un cable, pero casi todo es cosa suya. Es su manera de expresarse”.
En cuanto a las letras, quizás no se os tenga por un grupo político, pero sí que tratáis asuntos como la restricción de libertades que estamos sufriendo últimamente a nivel global o la fractura que se está dando en la sociedad con temas que nos tocan muy de cerca como pueda ser el Brexit en vuestro caso o el conflicto catalán en España. ¿Cómo lo habéis reflejado en las letras de All That Divides?
“Bueno, no es que queramos dar la impresión de decirle a la gente qué es lo que tiene que hacer. Siempre lo dejamos a la libre interpretación. Más bien lo que hemos intentado hacer en este disco es dar un punto de vista sobre las cosas que nos provocan felicidad o enfado, pero no estamos diciendo que ése sea el camino correcto. Más bien es cómo nos hace sentir a nosotros, y esperamos que el público pueda conectar con ello”.
Pero por ejemplo, ¿qué importancia crees que puede tener el Brexit en los grupos de música a la hora de salir de gira fuera del Reino Unido? Porque si finalmente sale adelante, parece obvio que habrá muchas más dificultades.
“Es muy posible. Ojalá que no, pero todo lo que tiene que ver con ese asunto apesta y muy probablemente nos afecte. Para nosotros cuesta mucho dinero el organizar una gira con la que salir a tocar fuera. Va a afectar a muchas bandas, ya que los músicos apenas ganamos dinero, y si no eres capaz de vender entradas suficientes, al final se convertirá en imposible salir de gira a no ser que te gastes mucha pasta en ello. Supongo que los que votaron a favor no tuvieron en consideración lo que supone exportar nuestra música (risas). Pero es muy triste lo que está ocurriendo”.
GONZALO PUEBLA