Si la constancia diera dinero, seguro que a estas alturas Cordura serían millonarios. Como no es el caso, la banda de Bilbao se conforma con cumplir 25 años en la brecha publicando Noche Eterna, su séptimo trabajo de estudio. Que no es poco.
No hace falta que les explique porque hoy en día la nostalgia es un arma de marketing tan poderosa. En los últimos tiempos nos hemos acostumbrado tanto a ver como los grupos recurren a las giras conmemorativas con la excusa de cualquier aniversario redondo para hacer caja, que lo extraño es encontrarse con quienes rechazan fijar su mirada en el pasado. Teniendo en cuenta que cada álbum de Cordura siempre ha significado un paso adelante en su humilde pero sólida trayectoria, no es de extrañar que para su vigesimoquinto cumpleaños hayan optado por entregarnos nuevas canciones.
En ese cuarto de siglo desde que se fundaran en los albores del nuevo milenio, los bilbaínos han ido abriéndose camino mientras intentaban encontrar el suyo propio. De sus abrasivos inicios como banda de post hardcore siempre han portado consigo la intensidad y la crudeza por bandera, por mucho que hayan ido transformándose estilísticamente con el paso del tiempo. Es así como llegamos al presente con un Noche Eterna en el que Anero (voz, teclados), Michi (guitarra), Beko (bajo) y Unai (batería) han vuelto a dar el enésimo giro a la rosca. El séptimo en este caso.
A las tendencias progresivas y psicodélicas con las que venían experimentando desde 2015 con El Mal Ya Está Hecho, ahora han inyectado altas dosis de espontaneidad garajera de la mano de Martín Guevara (cantante y guitarrista de Capsula) en las tareas de producción. Un paso lógico si tomamos como referencia su anterior Ruta Suicida, una obra a la que el coronavirus impidió correr mejor suerte. Por ahí arrancamos nuestra conversación.
Antes de empezar a hablar de Noche Eterna, hay que ponernos en antecedentes. Creo que Ruta Suicida fue el lanzamiento que mejor preparasteis de vuestra carrera y las perspectivas que había en cuanto a su salida, conciertos… eran bastante buenas. A pesar de todo ello, la mala suerte se cruzó en vuestro camino.
ANERO “La pandemia nos pilló en bragas como a todo el mundo. Ni por asomo pensábamos en ese momento que iba a pasar lo que pasó. De hecho, la semana antes del confinamiento estuvimos tocando en Gasteiz. Yo salí haciendo el tonto con una mascarilla por hacer la gracia. Y fíjate, un par de días después estábamos todos encerrados en casa (risas). Nos cortó por la mitad toda la presentación del disco”.
MICHI “Teníamos bastantes fechas cerradas. Incluso hubo un momento en el que dejamos de buscar más. Y de repente, todo se paró. Se prohibieron los conciertos y no se sabía si volverían alguna vez. Ruta Suicida se quedó a medio gas. A la hora de retomarlo, pudimos dar algunas fechas. Hubo un par con gente sentada, teníamos que llevar permisos por si nos paraba la policía… Fue bastante anticlimax. Hacíamos cositas, pero porque ya no sabíamos ni que hacer. Ni tan siquiera llegamos a salir fuera del País Vasco. Era imposible conseguir conciertos en otros sitios porque todo el mundo quería tocar. De hecho, es lo que sigue pasando ahora mismo. Tampoco nos pusimos inmediatamente a componer de nuevo porque no nos lo pedía el cuerpo”.
ANERO “Personalmente, yo acababa de empezar con Helltzales y por lo menos pudimos grabar algo en aquella época. Ahora que hemos vuelto a sacar álbum, estamos esperando a ver que nueva plaga bíblica nos toca (risas)”.
Imagino que a lo largo de 25 años de historia de Cordura habréis tenido muchas batallas, probablemente con más derrotas que victorias. ¿Fue ese el peor momento por el que habéis pasado como grupo?
MICHI “Te diría que sí, pero no como grupo porque seguíamos unidos. Al final si no podíamos dar conciertos en ese momento, pues ya lo haríamos un año después o cuando fuera posible. En realidad, el momento de mayor dificultad que recuerdo fue cuando no sabíamos si nuestro ex batería Josu podría volver a tocar o tan siquiera llegar a grabar por una lesión que tuvo. Al final consiguió grabar las baterías de El Incendio Más Largo Del Mundo de puro milagro. Un fisioterapeuta le recomendó que siguiera tocando mientras se recuperaba para no perder la forma”.
UNAI “Bueno, eso es lo que le dijo uno. Los otros a los que vio le dijeron que ni de coña siguiera tocando (risas)”.
MICHI “Acabamos fichando a Unai para un par de conciertos y al final se terminó quedando. Pero no sabíamos si lo de Josu iba a ser definitivo o temporal. Entre El Incendio… y Metrópolis fue un momento raro porque empezamos a componer de otra manera, con otro tipo de baterías…”.
ANERO “Hasta llegamos a hacer un casting de baterías como si fuéramos Metallica (risas)”.
UNAI “Es fue el momento más complicado, pero ya ves… No somos un grupo que haya pasado por muchos traumas”.
ANERO “Al final los cuatro somos muy colegas. Es la demostración de que ante la adversidad todo puede ir a mejor”.
“Cada uno somos de su padre y de su madre. Eso acaba haciendo que no acabemos siendo una banda de género. Ni mucho menos” ANERO
¿Cuándo empezasteis a escribir material para Noche Eterna? Os conozco desde hace tiempo y sé bien que en vuestro caso el proceso de composición da muchísimas vueltas.
MICHI “La primera canción que salió fue ‘Noche Polar’, pero no se llegó a terminar hasta medio año antes de entrar a grabar. Teníamos mucho material, pero muy desordenado. Cuando ya nos decidimos a grabar con Martín, pusimos una fecha y teníamos ocho meses por delante, de septiembre de 2023 a mayo de 2024. Eso nos hizo forzar la maquinaria porque Beko tuvo un segundo hijo. De ensayar dos veces a la semana, pasamos a solo una. Eso se nota muchísimo. Habrá bandas a las que con una vez a la semana les es suficiente. A nosotros no nos valía. Nos costó mucho sacar adelante las canciones”.
UNAI “Coincidió con la época de post pandemia y bajamos el ritmo”.
MICHI “Cuando hemos tenido que apretar, lo hemos hecho. Pero sí que es verdad que ha sido un curro constante de llegar incluso a mandarnos ideas mientras estábamos en el trabajo, enviar melodías de voz mientras conducías… Una puta locura”.
ANERO “Desde que marcamos la fecha de la grabación en el calendario fue un desgaste de la hostia. Había noches que salíamos de los ensayos hasta mareados de la caña que nos metíamos. Sabíamos que teníamos que aprovechar el poco tiempo que tuviéramos en el local, pero fue duro. Llegábamos a casa y caíamos desplomados en el sofá. Es lo que tiene la presión, aunque es verdad que nosotros funcionamos mejor así”.
MICHI “Ruta Suicida también nos costó un montón sacarlo adelante. Hasta entonces íbamos a un disco cada tres años y ese fue el primero con el que tardamos cinco. Recuerdo que dimos un bolo en el que vinieron a vernos los productores. Tocamos un par nuevas y nos dijeron que ni de broma estábamos preparados para entrar a grabar. En realidad, Noche Eterna lo hemos compuesto mucho más rápido que el anterior. Hemos optimizado más el tiempo del que disponíamos. Ha habido mucho curro individual en casa, porque si no, no llegábamos”.
UNAI “También ten en cuenta que mientras presentamos un disco, no componemos. Necesitamos un tiempo de descompresión. Nunca terminamos una grabación e inmediatamente estamos pensando en el siguiente”.
MICHI “Y pierdes la forma. Te cuesta volver a cogerla de nuevo, igual que a los deportistas. He tenido épocas de sentarme y no salirme absolutamente nada. Tienes que ponerte retos como: “¿qué quiero hacer ahora”. Llevamos ya siete discos y no queremos repetirnos. Cuesta mucho volver al estado mental de composición en el que todo va destinado a esa única motivación, hasta el punto de que en la oficina, en el coche, cuando te despiertas por las mañanas… solo estás pensando en las canciones. Ese desgaste es tan grande que, cuando por fin sale el álbum, te sientes como una persona normal. No tienes que ir tarareando melodías por la calle mientras grabas una nota de audio para que no se te olviden. Por lo menos en mi caso, me afecta incluso en la música que elijo escuchar. Cuando he terminado de grabar, no escucho música condicionado en busca de inspiración, sino que me pongo lo que me da la gana. En los momentos de composición todo va dirigido a ese propósito. Entonces, entre que pasa esa época de desconexión, recuperas la inercia y te vuelves a subir a la ola… pasa un tiempo”.
Le habéis mencionado antes: después de tres grabaciones con Javi Peña y Borja Muro en Beard Studios, decidisteis darle un cambio a la producción e iros con Martín Guevara de Capsula. ¿Qué era lo que buscabais en el sonido esta vez?
UNAI “Por ejemplo, que las baterías tuvieran más espacio, cosa que ya buscaba en Ruta Suicida. Este ha sido el disco de Cordura en el que menos claqueta he utilizado. Cuando he grabado en Beard me he sentido muy a gusto porque tienen una sala enorme, pero luego la idea del sonido que tiene cada uno es distinta. Esta vez buscábamos un cambio y pensamos en Martín por eso. Le conozco desde hace años porque estuve una breve temporada tocando con él”.
ANERO “La orientación que teníamos era más de psicodelia garajera. Con Javi y Borja siempre hemos estado muy cómodos. Son muy perfeccionistas, pero esta vez queríamos otro enfoque. Con Capsula, Martin es capaz de abordar la psicodelia desde todos los palos. Para nosotros era ponernos un reto”.
MICHI “También nos cuadraba el presupuesto. Al haberse truncado las fechas de Ruta Suicida, teníamos menos ahorros. Otra diferencia es que en Beard, Javi y Borja tenían su estudio propio. Tanto Metrópolis como El Mal Ya Está Hecho los grabamos durante un mes. Pero luego dejaron su estudio y alquilaron otro en horario nocturno. Ruta Suicida salió muy bien, pero fue duro de realizar. Fueron dos noches en las que íbamos con todo súper medido y preparado. En Noche Eterna hemos ido más justos, por eso hay muchas primeras tomas. Por otro lado, Martín tiene otro tipo de carácter. Es mucho más espontáneo y no le preocupa dejar imperfecciones. Nuevamente lo hicimos todo en un fin de semana. Igual si hubiera tenido diez días habría corregido todos esos errores que se han quedado. En cambio, Javi y Borja son hipermeticulosos. No te pasan ni una. Habrá a quién le guste la producción más cruda y garajera que nos ha sacado Martín y otra gente que prefiera lo anterior. Es una cuestión de gustos”.
ANERO “Ha quedado más natural y menos producido. Es más fiel a lo que luego somos en directo. Con los anteriores nos pasaba lo contrario: estaba todo muy pulido, pero luego cuando nos ves en concierto somos más caóticos y punkis. Siempre digo que hacemos psicodelia con muñones (risas)”.
Precisamente, aunque diría que ahora estáis más asentados en cuanto a estilo, la trayectoria que habéis tenido siempre se ha caracterizado por una evolución constante. Vuestras dos primeras referencias se podrían ubicar dentro del post hardcore, luego hay una etapa de madurez cercana al rock de los 90, y desde hace un tiempo os habéis metido de lleno en el progresivo y la psicodelia. ¿En alguno momento habéis pensado que tantos giros de timón han podido jugar en vuestra contra a la hora de cómo sois percibidos o que la gente os termine de situar dentro de ciertos círculos?
ANERO “Totalmente. Nos pasa a la hora de buscar bandas con las que compartir escenario. A veces vas a tocar a cualquier lado y no quieres hacerlo con un grupo de punk rock. No por nada, sino porque ya no estamos en ese rollo. Algunos amigos que nunca nos han escuchado se meten en Spotify y les suena todo distinto porque les van saltando canciones de forma aleatoria. Para mi seguir haciendo la misma música durante 25 años me resulta impensable. Al final somos un grupo de colegas, casi como hermanos y desde luego no escuchamos lo mismo que cuando empezamos. Vas abriendo tu mente, descubres otros estilos… A veces todo eso lo aplicamos de manera más o menos inconsciente según el momento que vivimos. Tampoco hay mucho más misterio”.
Os lo comento porque me suelo encontrar con gente que os conoció en la época de La Ridícula Mecánica De La Vida Moderna. Algunos se sorprenden cuando les digo que aún seguís en activo, pero todavía más cuando descubren la evolución que habéis tomado.
MICHI “Es que La Ridícula Mecánica De La Vid Moderna es de 2006. Han pasado 19 años desde entonces. Hay gente que ni había nacido (risas). Hemos tenido un aprendizaje, ya no como músicos, sino como oyentes. Con el primer disco estábamos buscando un lugar en común y había pinceladas de todo tipo. Era más post hardcore, pero había una canción, ‘Ciencia Exacta’, que en el final intentábamos ser los Queens Of The Stone Age de Songs For The Deaf. Igual no sonaba a eso porque no sabíamos tocar muy bien (risas). En otras queríamos darle un rollo Soundgarden, pero tampoco sabía cómo hacerlo ni había entre nosotros un consenso en cuanto a gustos. Fue ir descubriendo poco a poco lo que realmente queríamos ser. Creo que donde nos encontramos de verdad fue en El Incendio Más Largo Del Mundo. Todos los discos cuentan. La Ridícula Mecánica De La Vida Moderna está muy guay y hay mucha gente que le flipa, a pesar de que suene tan mal. Ahí ya estaba ‘Revuelta En Levi Pants’ que tenía un toque incluso progresivo. No sonábamos como Standstill o algunos grupos de Bcore con los que se nos relacionó. Nunca hemos estado dentro de nada”.
ANERO “Cada uno somos de su padre y de su madre. Eso acaba haciendo que no acabemos siendo una banda de género. Ni mucho menos”.
Es que por mucho que ahora podáis estar más cerca de la escena de The Soulbreaker Company, Atavismo, Bourbon o Mohama Saz, creo que hay un componente intrínseco que viene de ese poso post hardcore y punk que hace que también sonéis completamente diferentes a toda esa movida. Aunque el grupo haya cambiado, sigue habiendo esa intensidad y crudeza que hacen de hilo entre todos vuestros discos.
ANERO “La voz define mucho a la hora de como un oyente percibe a una banda. A mí me gusta currarme las voces y que sea un elemento que defina los temas. Por contra, muchos grupos de psicodelia las tienen para acompañar a la guitarra o en un segundo plano”.
MICHI “Pasa mucho en ese tipo de formaciones que el que está cantando en realidad es un guitarrista. Y no es lo mismo que si eres cantante solista. Estás haciendo una voz mucho más secundaria, siguiendo la línea de la guitarra. A Anero no le gusta nada eso. Por ejemplo, en ‘Caza De Brujas’ de Ruta Suicida, el riff recuerda a los King Gizzard & The Lizard Wizard de Polygondwanaland, concretamente a ‘The Fourth Colour’.”
UNAI “Más quisieras tú (risas)”.
MICHI “Pero Anero no es fan de King Gizzard, así que acabamos en otro sitio diferente al que teníamos en mente en un principio. No es algo unidireccional en el que hay que tomar solo un camino. Cada uno aportamos lo nuestro y acaba sonando a una cosa distinta. La propia ‘Ruta Suicida’ parte de una idea que viene de King Crimson, pero no se parece en nada. Si quisiéramos de verdad acercarnos a eso tendríamos que dictarnos según las reglas de un estilo, y no lo hacemos. Ni sabemos ni queremos hacerlo porque al final es desnaturalizar lo que somos”.
ANERO “Ser un grupo de género para acabar sonando como Bad Religion o Black Sabbath no tiene sentido. Eso ya existe. Quien quiera que lo haga, pero a mí no me interesa”.
MICHI “Me pasa mucho con el stoner. Para escuchar a bandas de ese estilo, antes me pongo a Kyuss y no salgo de ahí. Otra cosa es que tengamos influencias de stoner, pero no queremos ser fieles a ello porque está más que hecho. Hay que aportarle un toque personal, al margen de que luego a ti se te dé bien ejecutarlo o no. En el inicio sí que queríamos hacer algo más post hardcore, pero no nos salía porque la voz era diferente, nuestra forma de tocar era distinta… En el segundo disco queríamos ser Fugazi y ni de coña éramos así. Recuerdo mientras lo grabábamos que me preguntó el productor si me gustaba el metal. Claro, igual no me di cuenta, pero en el ataque, la manera de tocar… es diferente. Y no eres consciente de ello”.
Volviendo a Noche Eterna, lo más destacable sería el papel cada vez más grande que tienen los teclados. ¿Era algo intencionado darles mayor protagonismo?
ANERO “Cuando empecé a meter teclados a partir de El Incendio… la intención es que fueran más un acompañamiento. En La Ridícula… ya metí alguno súper simple con solo dos dedos. No sabía ni diferenciar lo que era un La menor de un La mayor. Con el paso del tiempo he ido aprendiendo, aunque fuera de manera autodidacta, y comprado un mejor equipo… Hablé con Aitor Abio de PI L.T. para que me aconsejara. Acabé pillando un Roland y desde entonces estoy encantadísimo. Sigo siendo un manco tocando, pero por lo menos tengo otra perspectiva y sé cómo darle una presencia y donde puedo aportar musicalmente. Además, al haber solo una guitarra en Cordura, los teclados tienen un peso muy importante en los temas. Otras atmósferas, otros riffs, otro tipo de acompañamiento… Ya que dispongo de un poco de conocimiento, intento aprovecharlo para que las canciones se enriquezcan”.
MICHI “Aparte de quedar mucho mejor, yo me siento menos vendido. Antes no podía salirme de una guitarra que sonara gorda y potente, porque si no las canciones se caían. Hemos aprovechado las teclas en un primer momento para reforzar, pero han terminado cogiendo una entidad increíble por sí mismas”.
ANERO “Cuando tienes un teclado con un buen arpegiador, que puedes editar sonidos, crear capas y capas… Te encuentras con unas posibilidades que antes no existían. Al principio iba con dos teclados. Ahora lo he reducido a solo uno, pero con mayor calidad. Se nota mucho”.
Anero, quería preguntarte sobre las letras y el concepto de Noche Eterna, si es que lo hubiera. Igualmente, desde El Mal Ya Está Hecho has empezado a incluir muchas referencias y metáforas al espacio y el cosmos. ¿De dónde te viene todo ese mundo?
ANERO “El trasfondo de las letras es muy costumbrista. Son situaciones que me pasan a mí, no me invento historias. Tratan del día a día, relaciones… Y lo has dicho bien; en El Mal Ya Está Hecho ya llevábamos varios trabajos y me cansé de escribir de la misma manera. Siempre he sido fanático de los cómics, videojuegos, pelis de serie b… Ya que tenía conocimiento de frikadas de ese tipo, decidí aplicarlo como recurso. Me llega a agobiar el hablar siempre de lo mismo y de la misma manera a la hora de afrontar el papel en blanco. No quiero ir por los derroteros de siempre. En El Mal Ya Está Hecho lo apliqué mucho. En Ruta Suicida también pero no tanto. Y para Noche Eterna me dije que no quería sobrecargarlo de movidas cósmicas, aunque he acabado metiendo alguna que otra referencia. He intentado irme más hacia los orígenes. Cambiar me ayuda a encontrar otras métricas, rimas… Es un curro con mucho dolor, pero también mucha recompensa”.
Para ir acabando: Vosotros sabéis de sobra que no es normal que una banda permanezca estable durante un cuarto de siglo cuando no se gana la vida con ello. Menos aun siendo prácticamente la misma alineación desde el inicio y sin haber sufrido retiradas temporales. En Cordura casi todos tenéis familias y la media de edad empieza a ser muy elevada. ¿Sentís que cada año pesa más a la hora de mantener el grupo a flote?
ANERO “En realidad nos pesa lo mismo con cada álbum que hemos hecho. Cuando tienes que ponerte con las redes sociales, prensa, sellos, salas… Eso es una labor que no está pagada. Pero es solo ese momento. Cuando te lo quitas de encima, lo único que tienes que hacer es dedicarte a tocar o componer. ¿Sabes qué pasa? Nosotros somos colegas de verdad. Puedo tener una bronca con cualquiera de ellos, pero al rato nos estamos abrazando. En realidad, nunca discutimos, pero si ocurre es algo tan puntual que no va a ningún lado. Al no ser algo profesional, el grupo se convierte en un hobby. Si seguimos haciéndolo después de tantos años es porque nos gusta, porque lo sentimos así y estamos a gusto. Si en un momento dado nos encontráramos hartos de todo… Pero no es algo que se haya planteado”.
MICHI “Ahora cuesta más sacar adelante un álbum. Antes nadie se planteaba no lanzar un disco porque se vendían. Con los dos primeros podíamos editar en un solo sello o en dos como mucho. Hoy en día es mucho más complejo porque hay que dividir el esfuerzo entre ocho o nueve discográficas. Cuando empezamos las redes sociales no existían. Bueno, estaba Fotolog (risas). Tenemos que hacer un esfuerzo por adaptarnos a ese mundo, porque si no, no existes. Cuesta más, pero no por una cuestión de edad”.
UNAI “Bueno, tienes más achaques, todo te duele más a la hora de cargar el equipo, estás más sordo… (risas) “.
ANERO “Siempre nos pasa lo mismo. Cuando nos ponemos a componer, nos cagamos en todo. Cuando toca buscar sellos, también nos cagamos en todo. Pero cada tres o cuatro años lo volvemos a hacer. Son cosas por las que hay que pasar porque si no, no te va a ver nadie”.
MICHI “Tampoco tenemos una obligación. Hemos visto a muchos grupos nacer y morir por intentar llegar a objetivos que estaban fuera de su alcance. O en el mejor de los casos, lo conseguían pero se quemaban muchísimo por estar tocando todos los fines de semana”.
ANERO “Para nosotros el fin de Cordura es hacer lo que nos apetece cuando nos apetece. Eso sí, intentando grabar siempre los mejores discos posibles. Una vez escuché una frase que se me quedó grabada: “Del rock no se vive. Del rock se muere”. Y es la puta verdad. Esto lo haces porque te nace y porque quieres hacerlo. Por supuesto que debes que tener expectativas, pero tienen que ser reales. Cuando empiezas a fliparte por querer se alguien es cuando todo se va a la puta mierda”.
MICHI “Hasta los grupos más grandes se han terminado quemando o cambiando de miembros por perseguir un fin. Nosotros no hemos tirado por ese camino porque sabemos que no lo vamos a conseguir, pero preferimos eso a perder la ilusión por tener que tocar cuando no te apetece. Imagínate que tu sueldo depende esto. No queremos que se convierta en un trabajo. Lo haremos a nuestra manera y si eso implica que toquemos menos y no logremos gran cosa, tampoco pasa nada. Este es nuestro séptimo disco. Yo estoy súper orgulloso de todo el camino que hemos recorrido hasta la fecha: las canciones, los discos, las amistades… todo está ahí”.
GONZALO PUEBLA