Justo cuando parecía que Delobos habían encontrado un sonido propio con un largo camino aún por explorar, van y pegan un giro de timón que les hace sonar más convincentes todavía. Con Prender por fin se liberan para entregar su mejor disco hasta la fecha.

Ignoro a ciencia cierta si el resto de aficionados dentro del underground patrio compartirán mi misma sensación, pero siempre he tenido la impresión de que Delobos era un proyecto «pequeño» si lo comparamos con la repercusión que han obtenido las distintas bandas de sus componentes. Habitar La Mar, De La Cuna A La Tumba o Tenpel, dónde Kantz (voz) y Raúl Fernández (guitarra) compartieron aventuras durante casi dos décadas, parecían generar más atención entre el público y la prensa. Algo a todas luces injusto, ya que por trayectoria (tres álbumes publicados en los últimos cuatro años) y calidad (su manera de reinterpretar el folk rock americano es verdaderamente única y personal), merecían un reconocimiento, como mínimo, similar.

Y aunque seguramente tanto a ellos dos como a Luis Fuentes (bajo) y Nacho Romero (batería) todo esto les importará más bien poco, lo cierto es que un trabajo como Prender debería hacer que el interés por el grupo comenzase a aumentar exponencialmente. No es que su debut Moon Moan o el conceptual Salt, Flesh, Smoke & The Last Mystical Beings no acumulasen méritos de sobra para ello, pero el cambio de idioma al castellano y el liberarse de algunas ataduras autoimpuestas les ha hecho dar un salto en lo compositivo que habla por sí solo.

A pocos días de su presentación en Madrid (2 de octubre en Moby Dick), les abordamos con la intención de desgranar cada uno de los detalles de su nueva criatura parida en los Westline Studios de Juan Blas. Como suele suceder siempre que contactamos con ellos, la conversación fue de lo más distendida y profunda.

Con los dos primeros discos conseguisteis dar con un sonido hasta cierto punto original jugando con el folk rock, llevándolo por caminos menos obvios. Aún así, ¿empezabais a tener la sensación de que os estabais auto limitando musicalmente?
RÁUL FERNÁNDEZ «Es curioso porque, si lo piensas, Delobos surgió como un proyecto que queríamos que fuese rápido de hacer y que nos sirviese tanto a Kantz como a mí para salir de la zona de confort en la que estábamos metidos con Tenpel por aquel entonces. Tocar de otra manera, otro idioma, otro tipo de canciones… Y eso sigue siendo así. Pero llegó un momento en el que, sin hablarlo entre nosotros, cada uno sentíamos que nos estábamos auto limitando. De repente nos habíamos creado otra zona de confort con una fórmula diferente. Y ese no era el concepto que teníamos. Yo uso una guitarra acústica o semi-acústica, pero… ¿por qué tiene que ser siempre así?. Hay canciones que podrían sonar mejor con una eléctrica, porque me puedo desenvolver con mayor soltura. Las melodías que hacía Kantz en los dos discos anteriores me sorprendieron mucho porque creo que exploraba caminos nuevos que en los 20 años que llevamos juntos componiendo no había probado. A mí me alucina cuando hace cosas como De La Cuna A La Tumba, Habitar La Mar… Y de repente pensamos que era necesario salir y probar cosas nuevas para volver. Nos hemos ido de vacaciones, hemos aprendido todas estas cosas y ahora las mezclamos junto a todo lo que hemos sido, somos y podemos llegar a ser como músicos. En ese aspecto creo que Prender es muy rico. Aúna lo que hacíamos antes con lo que queremos hacer en el futuro».
KANTZ «Para mí es muy importante que una banda no se estanque. A veces te equivocas y tienes que volver a rebuscar en ese baúl de influencias. Normalmente esto ocurre cuando te subes a algún tren rápido, pero si dejas fluir las cosas te vas encontrando con superficies menos inestables en las que puedes explorar y caminar durante mucho tiempo. Delobos está en un constante movimiento entre tierras y eso es crucial para que continúe vivo. Seguimos un camino, pero es un camino muy ancho».
LUIS FUENTES «Yo no sentí limitación en ningún momento. Al componer, a veces los temas te invitan a recorrer sendas muy distintas. A la pregunta de: “¿Esta canción es más o menos Delobos?”, la respuesta siempre es: “¿Por qué no?»«.

«Es una relación peculiar porque somos muy diferentes, pero en el escenario nos entendemos demasiado bien» RÁUL FERNÁNDEZ

Prender se diferencia por el cambio de idioma y un sonido más eléctrico y vivo en definitiva. ¿Cuál fue el detonante para cambiar el enfoque en este álbum?
RAÚL «Kantz ya había dejado caer un par de veces que quería hacer una transición al castellano. Había una canción cuya letra estaba en inglés, incluso ya tenía el título de ‘Saint John’. Un tiempo después nos la volvió a enviar ya cantada y se convirtió en ‘Maravilla De San Juan’. En una conversación que tuvimos, le pregunté: ‘¿Esto significa que todo el disco va a ser en castellano?’. A lo que me respondió: ‘Sí’. Le volví a preguntar: ‘¿Entonces se presupone que yo voy a volver a tocar la eléctrica?’. Y si no recuerdo mal, me contestó: ‘Eso espero’ (risas). Y lo cierto es que tenía ganas. En Tenpel echaba de menos la guitarra acústica y con Delobos a veces me pasaba lo contrario. Son pinceles diferentes a la hora de expresarse».
KANTZ «Cerrarnos a lo acústico es lo que, a mi juicio, más podía limitarnos. No se trata de dejarlo atrás, simplemente de ampliar el espectro. Creo que para una banda de estas características, me refiero a nivel estilístico donde tratamos de no cerrarnos a cosas muy concretas, lo mejor es dejar las puertas abiertas».

¿Tal vez de haber seguido con Tenpel, algunas de las canciones que hay en Prender podrían haber sido una continuación o evolución de aquello?
RAÚL «No, porque al final hacer una canción es como cocinar. Se trata de combinar ingredientes y de cómo los cocinas. En Tenpel no estaban ni Nacho ni Luis. Por no hablar de que en todo este tiempo he cambiado mi manera de pensar musicalmente, igual que Kantz. Somos cuatro elementos. Lo que hacía a Tenpel bueno, malo, mejor o peor, era que estábamos seis personas haciendo música lo mejor que podíamos. Yo era proclive a que Delobos se pasase al castellano porque pensaba que iba a conectar mejor con la gente. Aparte, a mí me encanta como se expresa Kantz, cómo utiliza el lenguaje de un modo que no es obvio. De hecho, el único miedo que tenía era que se acabase pareciendo a Tenpel».
KANTZ «Yo lo veo lejano a Tenpel. De hecho tras terminar el disco, hice el ejercicio de revisar toda la discografía y sentí claramente esa diferencia. No vamos a obviar que hay dos personas de esa banda, pero como dice Raúl, el conjunto de quienes componen las canciones es otro, tal y como lo era en Tenpel. En Delobos todo el mundo aporta y compone. De hecho, Luis originalmente es guitarrista y varias canciones del álbum son composiciones suyas. Esas personalidades afloran en la música y es donde se matizan las diferencias, más allá de que mi timbre de voz sea uno u otro o que Raúl lleve 18 años con el mismo Cry Baby. Lo que sí tengo claro es que si te gustaba Tenpel, muy probablemente te guste este disco».

Nacho y Luis, como sección rítmica, ¿también modificasteis vuestra manera de acercaros a los temas?
NACHO ROMERO “La verdad, no lo sé.  No tengo claro que el sonido final se deba a una idea preconcebida. Cuando trabajamos los temas en el local probamos muchas cosas e ideas diferentes y vamos jugando con ellas. Luis toca y compone tanto guitarras como bajos, y eso les da a las líneas un toque especial que creo da mucho juego. Intentamos, eso sí, cada vez más pegar las bases para ganar contundencia en directo”.
LUIS «Una cosa que me encanta del proceso de composición en Delobos es que Nacho y yo no nos acercamos a los temas sólo como sección rítmica, del mismo modo que Rául no se acerca sólo como guitarrista, ni Kantz como cantante. Pensamos en qué tenemos que hacer cada uno para que el material en el que estamos trabajando llegue a ser el tema que tenemos en la cabeza, siempre respetando la idea original de quien lleva ese material al local. Grabar las canciones tocando todos a la vez en la sala de grabación implica tenerlo muy claro y preparado. En ese sentido simplificar, sin perder la intención, ayuda mucho, y el resultado son temas mucho más naturales y directos”.

Precisamente, es la primera vez que grabáis con Juan en Westline. Imagino que era una idea que ya os perseguía desde hace tiempo.
RAÚL «El nombre de Juan siempre ha estado ahí. Incluso con Tenpel ya pensamos en grabar con él. Yo le conocí personalmente en un concierto de De La Cuna A La Tumba y Caboverde. Teníamos ganas de trabajar con él porque, además de grabar discos, la música que él hace nos gusta a todos. Entendíamos que era una persona que podía pensar de manera parecida a la nuestra y aportarnos mucho. Aparte, la manera que tienen de trabajar en Westline encajaba con lo que queríamos hacer: una grabación lo más cercana posible al directo. Cuando la gente nos ha visto en los conciertos, siempre nos han dicho que no tiene nada que ver con lo que suena en el disco. Claro, entonces pensábamos que el disco no gustaba (risas). Fue cuando empezamos a sopesar la idea de grabar en directo para así transmitir lo que hacemos cuando tocamos los cuatro. Con Prender sucede que han coincidido un montón de piezas que han encajado en el momento justo, y la grabación ha sido una de ellas».
KANTZ «Yo llevaba mucho tiempo queriendo trabajar con Juan. Como dice Raúl, en alguna ocasión en la época de Ciclos de Tenpel se cruzaron emails, pero por algún motivo no llegó a cuajar. Nuestra relación personal tras aquellos conciertos junto a Caboverde impulsaron este deseo y creo que ha sido la mejor elección en muchísimo tiempo. No me cabe duda de que volveremos a trabajar juntos».
RAÚL «Otro punto del que hay que hablar es que Prender tiene una relación muy importante con lo que ha sido el confinamiento. Ha habido un proceso de pre-producción muy diferente a los otros dos álbumes porque de repente nos hemos visto tres meses encerrados en nuestras casas con un tiempo que nadie esperaba. Y la cuestión era saber que íbamos a hacer con él. Creo que tardé unas 48 horas en limpiar el ordenador, conectar el amplificador, bajarme un programa de grabación y colocar los pedales que necesitaba. Me encontré con que la acústica que tengo en mi casa no es la mejor para grabar, así que acabé cogiendo la eléctrica. Y ahí empezó a cuadrar todo. Me dediqué a grabar todas las canciones que teníamos compuestas y a mandárselas al resto. Cada uno desde sus casas también hicieron pre-producción. Íbamos escuchando y veíamos que es lo que funcionaba y lo que no. Justo lo que nunca hubiéramos podido hacer en circunstancias normales. Hay canciones que están compuestas en el confinamiento: ‘Selva’, ‘Leviatán’, ‘Caídos Del Cielo’… Teníamos la intención de ir un pasito más lejos y teníamos el tiempo para hacerlo. Distanciarnos de lo anterior pero sin dejar de ser nosotros».

‘Caídos Del Cielo’ es seguramente mi favorita del disco. Ya no es solo que por sí misma sea un temazo, sino que las intervenciones de Rubén de Viven y Ànteros y de Juan la elevan a otro nivel.
KANTZ «Este tema es el más diferente del disco, bajo mi punto de vista. Lo veo como un bonus que se ha colado entre toda la historia y precisamente por eso quería que fuera algo más raro aún. Tener dos colaboraciones en un mismo tema me parecía algo poco común y, joder, poder contar con dos voces tan distintas pero tan poderosas como las de Rubén y Juan creo que otorgan un golpe de aire fresco para llegar a la recta final del trabajo. Rubén es una fiera. Creo que no he visto nunca un tipo con tanta presencia y fuerza y ser capaz de mostrarla tanto en un disco como en directo y le quería sí o sí en este trabajo. La idea de Juan surgió una vez en el estudio y cuando nos mostró su parte se nos subieron los huevos a la garganta. El tema, como bien dices, había subido de nivel».

Otra de las destacadas es ‘El Descenso’. ¿Es tal vez el tema que siempre habíais querido componer con Delobos y que hasta ahora, por las razones que sean, no habíais podido materializar?
RAÚL «Eres bueno, tío (risas). Mira, en un principio ese tema iba a ir en Smoke. Yo ya tenía el riff, los estribillos, el desarrollo final con un in crescendo sobre el loop… prácticamente estaba entero. Pero al final se quedó fuera de ese EP. En el local notábamos que le faltaba un punto. Yo estaba obsesionado con acabar esa canción. Sabía que de ahí podía salir algo que en directo te volara la cabeza. Tiene gracia porque en mi empeño por sacarla adelante, se unió el de Luis en darle otra vuelta y trabajarla más. Y cuando al fin dijimos: ‘Así, sí’, va Kantz y se empeña en meter la sección de metales del final. Yo no puedo estar más contento del resultado. Fue una suerte que confiamos los unos en los otros para acabarlo”.
KANTZ «La verdad que esa canción para mí es la clave dentro del camino que hemos empezado a explorar. Es la que más me gusta y también algo que siempre había querido hacer. La suerte ha sido poder materializarlo en este disco y contar con la ayuda de mi amigo Gonzalo Rodríguez, con el que llevo desde que llegué a Málaga intentando hacer cosas. Me pasa lo mismo con ‘Selva’ donde colabora Antonio Monedero. Son como polos opuestos, pero a su vez nodos de una red».

Kantz, has comentado que en Prender sientes que has escrito las mejores letras de toda tu vida. Quizás las de los discos anteriores tiraban más por una temática ecologista por así decirlo. En cambio, aquí en algunas como ‘Maravilla De San Juan’, ‘El Descenso’ o ‘Esta Habitación’ se intuye mucho de autobiográfico.
KANTZ «Creo que esa era la distancia que me daba el inglés. Al final ciertos conceptos se extendían hacia otros derroteros en mi obsesión por no ser obvio al buscar la metáfora y lo personal se quedaba un poco en segundo plano. Al hablar en mi lengua materna creo que lo que quiero expresar es más terrenal y al final esa parte introspectiva sale a la luz».

Vosotros dos lleváis media vida escribiendo canciones juntos desde los tiempos de Tenpel, hace ya 20 años. No sé si ahora que componéis a distancia (a diferencia del resto del grupo, Kantz vive en Málaga -ndr.) habéis llegado a un nivel de entendimiento incluso mayor. ¿Cuáles diríais que son los puntos flacos y fuertes de cada uno?
RAÚL «Lo comentábamos al principio. Lo que me gusta de Kantz es que después de 20 años aún conserva la capacidad de sorprenderme. Precisamente por eso creo que llevamos tantísimo tiempo juntos. Eso y que a los dos nos encanta construir canciones. Nuestra forma de hacer música ha cambiado así como nuestra propia relación. Le odio y le amo a partes iguales. A mí la persona que me pidió entrar en Tenpel fue Kantz. Apenas habíamos hablado y en ese momento no era con quién tenía una cercanía emocional más fuerte dentro de la banda. Pero con los años nos hemos ido uniendo más y más. Me gusta su energía aunque a veces sea arrolladora. Creo que no vamos a parar de hacer canciones juntos hasta que él quiera. Es una relación peculiar porque somos muy diferentes pero en el escenario nos entendemos demasiado bien».
KANTZ «Yo no te odio, tío. Aunque parezcas flaco solo tienes puntos fuertes (risas). Además, eres una de las personas que mejor me entiende cuando tengo una idea. Quizá no sepas materializarla y acabe siendo otra cosa totalmente distinta, pero el caso es que me entiendes y lo que acabe saliendo sé que me va a molar. Confi, bro».

Aunque da la impresión de que Delobos siempre ha estado en un segundo plano por detrás de otros proyectos como Tenpel, De La Cuna A La Tumba o Habitar La Mar, lo cierto es que lleváis un ritmo de publicar un disco cada dos años. ¿Aspiráis a que haya más gente que os empiece a prestar atención a partir de ahora?
RAÚL «Mira, antes de que saliese Prender se lo hemos pasado a amigos como Varo de MiradAlternativa o a ti mismo. Personas que nos habéis demostrado cariño a lo largo de los años por la música que hacemos, además de tener un criterio que valoramos y respetamos. Pero no lo hemos hecho con la intención de hacer algo de cara a promocionarlo, sino porque estamos tan contentos con el resultado que lo queremos compartir con vosotros. Yo no tenía esa sensación desde que grabamos Ciclos de Tenpel. Hacer un disco no es tan guay como se pinta. Muchas veces, cuando lo vuelves a escuchar después de un tiempo, por mucho que te digan que mola, tú solo ves las partes dónde te equivocaste o lo podrías haber hecho mejor. En cambio, ahora escucho este disco y flipo con lo que hemos conseguido. Es una autosatisfacción increíble. No sé si funcionará mejor que los anteriores. Sí pienso que es más accesible, sin ser tan diferente musicalmente a lo que veníamos haciendo. A nivel letras sí es fácil que conecte con la gente. También creo que hemos pulido más el sonido. Confío en que a medida que vayamos rodándolo, vaya creciendo. Hemos pasado un tiempo buscando qué era Delobos, descubriendo por dónde queríamos avanzar… Con Prender puede que lo hayamos encontrado, pero es que lo siguiente que hagamos puede acabar sonando a Radiohead».
KANTZ «Que nos pillen confitados antes de que eso ocurra (risas). Pero mira, Delobos está aquí y aquí vamos a seguir. El puesto que se le quiera dar en relación a otros proyectos a veces no depende de nosotros. Pero la realidad es que en 2022 hacemos una década».
LUIS «Para mí siempre ha estado en primer plano (risas). El ritmo de publicación se debe a que necesitamos componer. Es básico para que el grupo esté vivo y sale solo. Aspirar a que la gente te preste atención y escuche tu música es siempre la idea, ¿no?. Que disfruten con la música que hacemos es de lo que más me motiva para estar en un grupo».

De todos modos, uno de los handicaps es que, sin hacer una música completamente inaccesible, es difícil ubicaros en algún lado. Mucha de la gente que os conoce viene del metal, pero no sois una banda del estilo. Y luego a quién le guste un rollo más rock tradicional, lo mismo os ven demasiado raros… También los grupos con los que habéis tocado como Viven o Bay City Killers poco tienen que ver con lo que hacéis.
RAÚL «Bueno, hace unos años en el festival que organizó The Braves Records en Sevilla tocamos con Teething. Imagina el contraste (risas). No sabemos con quién asociarnos. Aunque tampoco considero que Delobos sea algo imposible de clasificar».
KANTZ «La cosa es que llevo toda la vida escuchando frases similares sobre los proyectos en los que me embarco, así que es algo que no me preocupa. Hacemos música, siempre desubicada y libre, sin ninguna otra pretensión que el hecho de hacerla cada vez mejor y divertirnos con ello. Rock, folk, metal, noise, punk, rap, post-ureo… ¿A quién le importa? Quien nos deje disfrutar a su lado o quién se sume a nuestra lucha no va a depender nunca de una etiqueta. Así que sigamos prendiendo mechas, porque quizá en algún momento no pueda contenerse el fuego».

GONZALO PUEBLA