Aunque el rock entró tarde en la vida De’Wayne, el músico de Texas se ha convertido en uno defensor a ultranza de un género que tantos se empeñan en dar por muerto. Su debut Stains, es su declaración de amor a la música de guitarras.
Nacido y criado en un suburbio de Houston (Texas), De’Wayne describe su vida ahí como un tanto castrante para sus ambiciones artísticas. «Había mucho gospel, mucha educación, una familia muy numerosa que no me dejaba hacer nada fuera de la iglesia…», nos cuenta. No sería hasta cumplir los 19 años que De’Wayne se mudaría a Los Angeles y descubriría un mundo nuevo. Sobre todo a partir que un amigo le recomendase escuchar cierto disco con un bebé flotando en su portada.
Seis años después, De’Wayne ha publicado su primer álbum Stains, a través del sello Hopeless Records, en el que pone en la coctelera todas su influencias pasadas y presentes, desde el hip hop al pop punk, para ofrecer unas canciones con gancho, pero también profundidad.
A pesar de que algunas declaraciones, así leídas, puedan parecer algo arrogantes, os aseguro que viéndole a través de Zoom, no transmitían para nada eso, sino solamente naturalidad y romanticismo.
Cuando te fuiste a vivir a Los Angeles ¿Tenías el propósito de empezar una carrera musical o básicamente era para salir del ambiente familiar?
DE’WAYNE «El objetivo era intentar hacer música al más alto nivel. Desde pequeño tenía claro que quería salir de Houston, y musicalmente no hubiera tenido ninguna oportunidad de haberme quedado».
La evolución de tus EP’s anteriores a Stains es muy notable. ¿Crees que ya has encontrado tu sonido o ésta es sólo una fase más hacia lo que surja en el futuro?
«Descubrí el rock hace unos años y me enamoré profundamente. Aunque sea un género nuevo para mí, lo que hago es muy sincero. Me he preparado mucho para escribir buenas canciones para el disco. No creo que sea una fase. Quiero construir sobre esto y seguir escribiendo grandes canciones de rock. Quiero que signifiquen algo para la gente, pero también que sea algo divertido. Quiero ser un gran artista de rock».
¿Qué es lo que más te costó? ¿Componer temas de rock, cantar en lugar de rapear…?
«Posiblemente lo más difícil fue superar la presión que me había autoimpuesto. Quería grabar un gran debut. La gente siempre te juzga por tu primer disco, así que quería que fuera realmente bueno. Estoy en esto para tener una carrera, así que el primer paso es muy importante».
Era importante para ti publicar un álbum, en lugar de singles o EP’s. ¿Crees que para entrar en el mundo del rock, el álbum es todavía algo que se valora?
«Totalmente. Todos mis héroes hacían álbumes. Y también es que tenía 11 grandes canciones. No es que quiera presumir, pero cada canción era la bomba. No quería hacer un EP y dejar la mitad fuera. Todas eran importantes».
La industria y el público parece pensar que los álbumes son algo casi obsoleto, pero creo que para un artista es el formato que mejor te permite contar una historia al completo.
«Exacto, y yo tengo una historia. No digo que el resto de artistas no, pero yo tengo algo que decir. Quiero usar mis discos para crear algo que tenga un impacto positivo. Usar mi voz de la mejor manera. Estoy muy feliz que el disco esté recibiendo buenas críticas, significa mucho para mí porque le puse todo mi alma».
¿Has leído algo que te haya molestado?
«La verdad es que todavía estoy en esa fase en la que lo leo todo (risas). Lo que más me ha chocado es que a la gente le ha sorprendido que el disco sea tan bueno. Es como… ¿no habías escuchado los adelantos? (Risas). Sinceramente creo que soy uno de los artistas más vibrantes del momento. Pero ayer vi el comentario de un chaval definiéndome como un Soundcloud rapper. Creo que hay que ser muy corto de miras. Creo que en el disco hay temas más pop, pero nadie parece dispuesto a llamarme que soy un artista pop. Yo quiero hacer pop y rock, y no me da ninguna vergüenza admitirlo. Creo que si me llaman Soundcloud rapper sólo por mi aspecto es muy tonto».
«En el mundo del rock, siendo negro, tienes que ser diez veces mejor y más guapo, ser 20 veces más educado para que te hagan caso.
Tienes que hacerlo todo perfecto» DE’WAYNE
¿Crees que por haber descubierto el rock más tarde aprecias cosas de este género que quizá otra gente ya no valora?
«Sí, tío. Descubrir el rock hace 4 ó 5 años hace que lo valore muchísimo, y pueda mezclarlo con otras cosas. De verdad, me he vuelto un auténtico nerd. En Houston no había escuchado nada de rock, pero cuando lo hice me voló la cabeza. Es lo más hermoso que he escuchado. Supongo que tengo ese entusiasmo de querer hacer algo nuevo con el rock que mucha gente ya ha perdido».
Tengo curiosidad por saber cuál fue el primer disco de rock que escuchaste…
«Fue Nevermind de Nirvana. Te lo juro… Sé que es algo muy básico, pero joder, no entendía cómo no había escuchado eso antes. El segundo fue Dark Side Of The Moon de Pink Floyd. Fue como… buff, me explotó la cabeza. No entendía nada. Cuando escuché a Kurt Cobain por primera vez, fue como la primera vez que escuché rapear a Jay Z».
Yo sentí lo mismo cuando salió Nevermind, y me hace muy feliz que treinta años después todavía provoque la misma reacción.
«Sí, joder, es la bomba. Tengo los diarios de Kurt, me obsesioné. Iggy Pop también me encanta, pero Kurt es hermoso».
En el disco alternas temas simplemente divertidos con otros con un mensaje importante como ‘National Anthem’. ¿Sentiste que era una canción con peso cuando la escribiste?
«No me da miedo dar mi opinión, creo que es el motivo por el que hago música. Quiero hacer mi trabajo de la manera más impecable, como los activistas y los poetas de los 60… No quería hacer un tema político, sino hablar de lo que conozco. Es algo con lo que he tenido que lidiar toda mi vida, especialmente siendo de Texas… Pero quiero que la gente sepa que no estoy hablando de lo que ocurrió el verano pasado, sino que es algo que puede ocurrir en cualquier día, cualquier verano, en cualquier momento a mi familia, a mis amigos…».
¿Cuándo fuiste consciente que te trataban de manera distinta por el color de tu piel?
«Supongo que cuando iba la escuela en 7º o 8º con gente blanca. Nos cambiamos de vecindario y había un rollo distinto. Es algo de lo que te das cuenta muy rápidamente».
¿Has tenido una experiencia distinta en California?
«No, tío, es lo mismo. No cambia nada. Cualquier día puedes cruzarte con alguien que te mira de manera despectiva. Es triste, pero no ha cambiado nada. Pero espero usar la música para hacerlo. Creo que en el mundo del rock, siendo negro, tienes que ser diez veces mejor y más guapo, ser 20 veces más educado para que te hagan caso. Tienes que hacerlo todo perfecto. Y eso es lo que intento. Es un desafío, y eso me gusta».
¿Cómo fue tu fichaje por Hopeless Records? ¿Eran tu primera opción?
«Les conocí en el Webster Hall en Nueva York porque estaba de gira con Waterparks, que están en el sello. Había estado hablando con otros sellos, pero no me entendían. En ese momento no tenía el disco hecho, pero creo que verme en directo fue lo que les convenció. Teníamos la energía adecuada. Luego fuimos de gira a Reino Unido y cuando volvimos me ofrecieron el contrato».
De hecho Austen de Waterparks es uno de tus mejores amigos ¿no?
«Son mis hermanos. Waterparks y yo tenemos el mismo manager. Cuando me fichó ese manager conocí a Austen en un Starbucks. Él es también de Houston aunque no nos conocíamos. Sinceramente, Austen me salvó. Me lo ha enseñado todo. Me llevaron de gira sin tener todavía un disco. Hacemos yoga juntos, salimos a comer, es mi hermano, tío».
Se está hablando mucho de un nuevo boom del pop punk con Machine Gun Kelly, TikTokers, Olivia Rodrigo… ¿Te sientes parte de ese movimiento?
«Tío, lo llaman el revival pop punk. No sé, sinceramente yo creo que hago rock, no quiero que me encasillen. Creo que voy por otro camino».
¿Pero crees que está habiendo un cambio cultural? ¿Están los chavales de nuevos interesados en las guitarras?
«Y tanto, y tanto. Y ésa es la parte que me alegra. Creo que Stains es un disco sexy y divertido que encaja con lo que está ocurriendo. Están KennyHoopla, The Linda Lindas… creo que el rock está volviendo a lo grande».
JORDI MEYA