Tras 17 años de carrera y 9 álbumes de estudio, a DeWolff todavía les quedan sueños por cumplir. El último de ellos ha sido grabar su nuevo disco en Muscle Shoals, una de las plazas dónde nació mucha de la música que aman.

Si tener visión de futuro es un punto fundamental en el negocio de la música, pocos casos tan precoces se pueden encontrar con el de DeWolff. Siendo apenas unos adolescentes, Pablo Van De Poel (voz, guitarra), su hermano pequeño Luka (batería) y Robin Piso (teclista) decidieron que tocar en una banda de rock iba a ser su modus vivendi. Desde su formación en 2007 no ha habido un año en el que no hayan publicado nuevo material o aprovechado la oportunidad de tocar y darse a conocer ante cualquier público que se les pusiera por delante.

Así ocurre que llegados a la treintena, su actual currículum parezca el de una banda que lleve circulando el doble de tiempo que ellos. Y es que especialmente en sus presentaciones en directo es dónde se nota que el trío neerlandés acumula las tablas de una banda veterana con la ventaja de poseer el desparpajo de unos jovenzuelos. Esto es que lo que ha hecho que gira tras gira, su rock and roll setentero con influencias de blues y soul haya ido ganando adeptos de forma exponencial.

El próximo mes de febrero volverán a pisar nuestro país con la excusa de su recién estrenado álbum Muscle Shoals, el cuál ha sido registrado en los emblemáticos estudios Fame y Muscle Shoals Sound de Alabama, Estados Unidos. Un lugar histórico cuyas paredes han visto desfilar a figuras legendarias como The Rolling Stones, Bob Dylan, Aretha Franklin, Willie Nelson o, por buscar un referente más reciente, The Black Keys.

Un par de días antes de que lanzaran su nueva obra, establecimos contacto con un simpático y hablador Robin Piso. A buen seguro que mostrará el mismo entusiasmo cuando esté tocando junto a sus compañeros el 11 de febrero en Barcelona (La 2 de Apolo), el 12 en Zaragoza (Sala López), el 13 en Madrid (But) y el 14 en Bilbao (Santanta 27).

Hola Robin. ¿Dónde te encuentras?
ROBIN PISO “Ahora mismo estoy en casa (gira la webcam para enseñarme el árbol de Navidad que tiene en el salón – ndr)”.

Justamente iba a preguntarte cómo llevabas los preparativos para la Navidad o si no te gustaba mucho esta época del año, pero ya me estás respondiendo (risas).
(Risas) Te explico: mi hermana no suele pasar la Navidad en Holanda, así que la celebramos un poco antes con la familia. De hecho, hicimos la cena el fin de semana pasado. Para nosotros son fechas en las que podemos estar todos reunidos y no importa tanto que día sea. Todos los años intentamos encontrar un hueco cuando se acerca diciembre para estar juntos. Esta vez lo hicimos aquí en mi casa”. 

¿Y te gustan los discos navideños? En mi opinión, la mayoría suelen ser una horterada, pero hay algunos como el de Phil Spector que se han convertido en clásicos por sí mismos.
“Me gusta la música navideña antigua. Te hace sentir confortable. Incluso las viejas canciones de Disney. ¿Conoces a The Ink Spots? (empieza a cantar la letra de ‘I Don’t Want To Set The World On Fire’ – ndr.). Me encanta la música que suena como si estuviera saliendo de una radio antigua y hay muchas canciones navideñas que tienen ese rollo. Con Double Cream, otro de nuestros proyectos que tenemos con Dawn Brothers, grabamos un single que tenía dos canciones: ‘Christmas On The Moon’ y ‘Steal Away (On Christmas Day)’. En uno de los temas grabé un xilófono para simular las campanillas de Navidad (risas)”.

«En el estudio estaba el piano original con el que Leon Russell y los Rolling Stones grabaron muchas canciones. Cosas como esa nos hicieron querer escribir canciones de ese tipo» ROBIN PISO

Le daré una escucha. Si te parece bien, pasamos a hablar de vuestro nuevo álbum, Muscle Shoals, que habéis grabado en los estudios Fame y Muscle Shoals Sound. Imagino que para vosotros ha significado tachar otro sueño cumplido en la lista. ¿Era algo que llevabais persiguiendo desde hacía tiempo?
“En realidad no ha sido la primera vez que grabamos en Estados Unidos. Great Southern Electric, nuestro quinto disco, también lo hicimos allí. Pero esta vez era especial porque en esos dos estudios se ha grabado un montón de música que nos ha inspirado. Por otra parte, queríamos trabajar con un productor externo, ya que casi todos nuestros álbumes los hemos hecho nosotros mismos. Cuando estuvimos de gira con The Black Crowes hace dos años, Chris Robinson me dijo que teníamos que hablar sobre cómo grabar nuestro mejor disco. Al principio no entendí que quería decir, pero luego me contó que también es productor. Nos pareció una idea genial, pero teníamos que entrar a grabar en mayo porque ya teníamos planeada toda la gira para 2025 y no encajaba dentro de su agenda. Ellos iban estar tocando con Aerosmith en esas fechas, aunque al final se acabó posponiendo, y también publicaron su nuevo disco. Aquello no funcionó, pero seguíamos con la intención de trabajar con alguien. Llevábamos tiempo queriendo grabar en Muscle Shoals, pero no podíamos hacerlo con un productor. Ellos tienen un comisionado que decide que bandas pueden grabar allí. Les mandamos un correo preguntando si sería posible y nos contestaron que su ingeniero de sonido nos conocía y que les encantaría tenernos en el estudio. Para nosotros fue un subidón porque The Black Keys también habían grabado allí recientemente. De hecho, Great Southern Electric lo hicimos con Mark Neill, quién también había se encargó de grabar Brothers en Muscle Shoals con ellos. Pero todavía necesitábamos un productor. Por pura coincidencia, una semana después, Pablo y Luka fueron a un concierto de Dylan LeBlanc, un cantautor próximo a la zona de Muscle Shoals. Le conocemos de haber tocado juntos en algunos festivales y tenemos varios amigos en común. Pablo le comentó la situación y Dylan le respondió que deberíamos trabajar con su productor, Ben Tanner. Él ha grabado los discos de Dylan, pero también vive cerca de Muscle Shoals y conoce toda su historia. Lo bueno de estos dos estudios es que todo empezó en Fame. Fue fundado por el productor Rick Hall y fue el mentor de Ben. Trabajaron juntos mientras Rick aún vivía. Tuvimos una reunión a través de Skype y sabía perfectamente en qué dirección queríamos ir. Además, es un tío que se parece un poco a cada uno de nosotros tres, así que encajaba de maravilla (risas). En principio solo queríamos grabar en Muscle Shoals Sound, pero nos sugirió que debíamos hacer la mitad en Fame porque sigue funcionando como un estudio de verdad, mientras que Muscle Shoals Sound es más como una especie de museo. Volvió a abrir hace unos años como estudio de grabación, pero algunas cosas están rotas, a veces incluso tienen visitas guiadas. Había sesiones en las que teníamos que parar durante 45 minutos porque había turistas paseando por allí (risas). No era algo muy profesional, pero la sensación de estar en esa sala era increíble. El sonido de la batería era magnífico. Lo guay es que esos estudios tenían su propia banda de apoyo. Luka decía que podía sentir el espíritu de estar tocando en el mismo lugar que Roger Hawkins, el batería de The Swampers que grabó muchos hits que se hicieron allí. Decidimos registrar las canciones más rockeras y directas en Muscle Shoals Sound y las más complejas y ricas instrumentalmente en Fame. Escogimos los temas para que fueran grabados específicamente en un sitio u otro. Perdóname, he olvidado lo que habías preguntado (risas)”.

No te preocupes, está bien. Hablabas de que hicisteis dos grupos de canciones para grabarlas entre los dos estudios. ¿Estaban ya escritas antes de saber que iríais a Muscle Shoals o intentasteis componer de una manera determinada que encajara con lo que se había hecho allí?
“Empezamos a escribir en cuanto el plan quedó establecido. Tan pronto confirmamos que lo haríamos con Ben Tanner en Muscle Shoals comenzamos a componer. Cuando tuvimos la primera reunión con él a través de videollamada nos preguntó si le podíamos mandar alguna demo y la realidad es que no teníamos nada (risas). Así que estuvimos entre enero y abril escribiendo los temas. Normalmente, cuando tenemos una idea para un disco, suele salirnos muy fácil porque la propia experiencia ya es una inspiración para nosotros. El ir a Muscle Shoals y pensar en todas las grandes canciones que se han grabado allí ya nos hizo componer de una manera concreta. En el estudio estaba el piano original con el que Leon Russell y los Rolling Stones grabaron muchas canciones. Cosas como esa nos hicieron querer escribir canciones de ese tipo. Antes de viajar, Ben nos sugirió algunos cambios en los arreglos y las estructuras o adaptar las letras para que sonaran de una forma más natural en inglés. Incluso en el estudio todavía modificamos cosas que ya traíamos de casa. Con algunos temas no estábamos muy convencidos hasta que nos encontramos grabando allí y sentimos que estábamos en el lugar correcto”.

En cualquier caso, parece que en vuestros últimos trabajos siempre buscáis algún tipo de motivación que sirva de excusa para justificarlo. Recuerdo que en la anterior entrevista que hice con Pablo en Madrid, me contó que con Roux-Ga-Roux y Thrust ya habíais intentado hacer vuestros mejores discos y que no tenía sentido volver a plantearlo de esa manera. Desde entonces habéis grabado las Tascam Tapes mientras estabais de gira, Wolffpack fue vuestro disco de confinamiento y Love, Death & In Between justo lo opuesto, una celebración de poder volver a juntaros con varios músicos. ¿Sientes que ahora con cada nuevo álbum necesitáis ese extra que os empuje?
“Es un poco esto que comentas. Cuando surgió la oportunidad de grabar con Chris Robinson para nosotros significaba pasar al siguiente nivel. Es verdad que los últimos álbumes siempre han tenido algo especial, y con este iba a ser que los grabaríamos con Chris. Al final no ocurrió y, bueno, podríamos haberlo hecho en nuestro propio estudio. Pero como decías, sería lo mismo que con Roux-Ga-Roux o Thrust. Creo que intentamos un par de temas de esa manera sin saber muy bien a dónde irían a parar y no nos convenció”.

Imagino que a estas alturas para vosotros sería muy fácil, e incluso más barato, grabar en el estudio de Pablo y ya está. Pero al final no dejaría de ser otro día más en la oficina.
“Exacto. Ya componemos y ensayamos siempre en el mismo local. Dónde estamos ahora está dentro de un gran edificio dónde hay gente trabajando en medios de comunicación y cosas así. Puede que parezca una tontería, pero para nosotros es importante sentir que tenemos algo especial para cada disco. Este es nuestro décimo álbum. Cuando ya has grabado tanta música, necesitas un componente extra que te motive a hacerlo. Para nosotros es de gran ayuda y en este caso fue ir a Muscle Shoals. Sabíamos que nos iba a costar mucho dinero, pero también que sería una experiencia muy inspiradora. Lo pasamos genial y creo que el disco salió muy bien”. 

A la grabación os llevasteis a vuestro buen amigo y colaborador Levi Vis, anteriormente en Dawn Brothers, para tocar el bajo. Después de haber hecho tantos discos en el pasado como trío, ¿sentís que como mínimo tenéis que sumar un elemento más a la ecuación de guitarra, teclados y batería?
“En realidad el bajo siempre ha estado presente en nuestra música. Cuando me pongo un álbum me gusta escuchar el sonido del bajo porque es mucho más natural que si lo hiciera con un sintetizador. Al principio solíamos grabar guitarras, teclado y batería y luego Pablo añadía el bajo. Con Roux-Ga-Roux fue la primera vez que tuvimos a un bajista tocando al mismo tiempo que nosotros, lo cual es una diferencia importante. Sentíamos que todo estaba mucho más completo. Después de aquello hemos seguido trabajando de la misma manera. Por eso le pedimos a Levi que viniera con nosotros esta vez. Especialmente al grabar en estudios como estos, donde el sonido también se está creando en el momento, es un punto clave. Cuando tocamos en directo, si lo hacemos en Holanda, puede venir y tocar en algunos conciertos. Se lo comentaba hace poco a Pablo: me gusta que Levi pueda tocar el bajo con nosotros, pero no me gustaría si fuera siempre así, porque también me gusta tocar el bajo con un sintetizador en directo. Sé que no soy mejor que Levi, pero es lo mismo que si Chris Robinson saliera a cantar con DeWolff. Molaría mucho, pero a Pablo también le gusta ser el cantante. No querríamos que Chris cantara en todos los bolos, aunque dicho así pueda sonar estúpido (risas)”.

Entiendo a lo que te refieres. Por ejemplo, cuando tocáis en Holanda, podéis llevar a un montón de músicos en el escenario con coristas y sección de vientos, pero cuando estáis de gira solo podéis ir los tres. De algún modo hace que cada vez sea diferente en lugar de hacer siempre lo mismo.
“Claro. Como te decía, poder tocar el bajo con un sintetizador es una sensación fabulosa para mí. Llevamos tocando como trío desde hace un montón de años y eso hace que nuestra música sea muy flexible en directo porque podemos ir a dónde queramos. Quizás en un concierto la diferencia entre un bajo y un sinte no sea tan perceptible para el público, pero en un disco sí que marca una diferencia importante. En los directos es más como un extra que mola tener, pero no es necesario que esté siempre presente”.

Siguiendo por ahí, sé que para una banda como la vuestra, que no es pequeña pero tampoco enorme, no debe ser fácil llevar de gira a tantos músicos como sí podéis hacerlo en vuestro país. ¿Crees que llegará un momento en el que podamos veros en España con el formato big band?
“El problema más bien es que muchos de los escenarios dónde tocamos no son lo suficientemente grandes para poder meter a tanta gente. En Holanda podemos hacerlo, pero cuando vamos a España, a pesar de que cada vez tocamos en sitios más grandes, no es tan sencillo. Pero en este nuevo disco no tenemos vientos, así que no los llevaremos. Sin embargo, en algunos conciertos sí que vamos a tener coristas. No te lo puedo asegurar al 100%, pero creo que vendrán con nosotros cuando vayamos a España en febrero”.

Eso sería fantástico. Precisamente, como decíais, con cada disco, al menos en España, habéis ido subiendo el aforo de las salas en las que tocáis. Me parece algo sorprendente teniendo en cuenta que ya lleváis 17 años de carrera y una decena de álbumes. Lo normal sería que ya hubierais alcanzado vuestro techo y sin embargo todavía os queda margen para poder seguir creciendo.
“Siempre hemos sentido que nuestra carrera ha ido en ascenso, aunque haya sido de manera lenta. Por ejemplo, hasta hace poco nunca habíamos tocado en Reino Unido o Suecia. Es una oportunidad de poder hacernos un hueco allí. Me alegra saber que todavía hay mucha gente que no conoce nuestra música a la que podemos llegar. A mí también me sorprende que todavía seamos capaces de seguir creciendo en cuanto a público, pero la verdad es que trabajamos muy duro cada año para conseguirlo. En el negocio de la música debes tener algo de suerte, pero que tu música guste o no depende de tus fans. Puedes confiar mucho en ti mismo y creer que estás dando lo mejor, pero si no hay un público que lo reciba entonces tendrás que buscarte otro trabajo. Nosotros hemos tenido suerte, pero también hemos trabajado duro. Puede que tengas un buen año en el que te hagas famoso y al siguiente nadie se acuerde de ti. Pero si te esfuerzas año a año, sales de gira, escribes buenas canciones, vas a grabar al estudio, tienes reuniones sobre cualquier cosa, inviertes un montón de horas y tienes una pizca de suerte, creo que cualquiera podría hacer lo que hacemos con DeWolff”.

Incluso la manera en la que trabajáis se podría tomar como un ejemplo de que también hacéis las cosas a la vieja escuela. Me refiero a que vuestros seguidores lo son porque, sobre todo, os han visto en directo y se han enganchado al grupo. No porque alguna canción o video se haya hecho viral en las redes.
“Quizás esa sea la razón por la que siempre hemos ido hacia arriba en lugar de tener altibajos. Hemos tocado constantemente y supongo que esa es la manera en la que hemos convencido a la gente. También los videos en directo han ayudado mucho. Mucha gente vio nuestro concierto en el Pinkpop Festival de hace unos años y durante la pandemia hicimos un par de live streams. Poder mostrarle al mundo lo que hacemos en los conciertos ha sido un factor importante en nuestra trayectoria”. 

Y a estas alturas, ¿qué te resulta más excitante cuando sales a un escenario; saber que vas a tener una sala llena de fans o hacerlo en un festival como el Azkena dónde tienes que ganarte a una audiencia que no os conoce de nada?
“Es una buena pregunta. Diría que prefiero cuando la gente compra una entrada para vernos a nosotros porque el tener una sala llena de gente que sabe lo que puede esperar te permite hacer el concierto que quieras y poder ir tan lejos como desees. Cuando te toca abrir para un grupo grande como The Black Crowes o en un festival también mola, pero seguramente más del 90% del público no esté ahí por ti ni te esté prestando atención. Y lo puedo entender porque tal vez yo haría lo mismo. Me gusta más poder tocar en una sala para nuestros seguidores y poder hablar con ellos un rato después de acabar el concierto”.

 GONZALO PUEBLA