Aún no han cumplido los treinta, pero viendo la discografía que atesoran a estas alturas, cualquiera diría que DeWolff llevan un par de décadas en esto. Quemando etapas a una velocidad vertiginosa, su último disco es una demostración de originalidad y talento innato para el rock más clásico.
Mucho antes de que tuviesen la edad legal para sacarse el carné de conducir o tomarse una cerveza, los miembros de DeWolff ya estaban dando sus primeros conciertos y grabando su álbum de debut. Publicado en 2009, Strange Fruits And Undiscovered Plants puso el foco de los aficionados al rock setentero en estos tres jovencísimos holandeses con edades comprendidas entre los 15 y los 18 años gracias a su asombroso manejo de un blues rock psicodélico con pinceladas de soul.
Pero al contrario que otros niños prodigio, Pablo van de Poel (voz y guitarra), su hermano Luka (batería) y Robin Piso (teclados) supieron canalizar su talento para construir una sólida carrera que ya cuenta con siete álbumes de estudio en poco más de un década de actividad. En el último de ellos, Tascam Tapes (Mascot Records), han optado por agitar un poco las cosas sustituyendo su estudio de grabación por un cuatro pistas. Escrito y grabado en plena gira, sus nuevas canciones fueron fruto de la improvisación en momentos aislados antes y después de los conciertos.
De todos modos, tal y como nos confiesa el propio Robin Piso semanas antes de su desembarco en nuestro país, quien espere encontrarse en sus citas en Madrid (jueves 20, Caracol), Zaragoza (viernes 21, Sala López) y Barcelona (sábado 22, Wolf Live) una réplica idéntica en vivo de lo que se puede escuchar en su disco, se llevará toda una sorpresa. Y si ninguna de las fechas te pilla a mano, tranquilo porque este próximo verano tendrás otra oportunidad de cazarles en Azkena Rock Festival.
Habéis grabado vuestro nuevo álbum utilizando un cuatro pistas de los 80. ¿Cómo se os ocurrió hacerlo así?
ROBIN PISO «Bueno, fue una idea de Pablo y Luka. A mí no me entusiasmó mucho de primeras, la verdad. El asunto es que pensamos en utilizar el tiempo libre que teníamos en la carretera para componer y grabar un nuevo disco. Pero girar ya de por sí es algo agotador como para encima dedicar el poco tiempo libre que tienes para relajarte a escribir música. El caso es que un par de días antes de empezar el anterior tour probamos la grabadora Tascam. Y ya no pudimos parar (risas). Hicimos una jam y de ahí ya salió la primera idea para la primera canción».
Las canciones las fuisteis registrando mientras estabais de gira en la furgoneta, en la habitación de un hotel o en el backstage de un festival. Dicho así, parece que todo tiene un toque de improvisación. ¿Fue realmente de esa manera o todo está mucho más pensado de lo que pueda parecer?
«Es justo como lo describes. En la furgoneta estábamos constantemente probando la grabadora con los altavoces para obtener nuevas ideas. Por ejemplo, no tardamos mucho en descubrir que si grabábamos en la furgoneta se producía un zumbido muy grande. Así que acabamos registrando los temas en el backstage de las salas entre las pruebas de sonido y los conciertos, e incluso después de tocar cada noche. En Rennes, tras tocar en la sala Ubu, Pablo estaba tan motivado que acabó grabando las voces para ‘Awesomeness Of Love’. ‘Made It To 27’ la hicimos en una parada en medio de la carretera con un paisaje precioso de fondo. Pronto lanzaremos un documental donde podrás ver todo el proceso».
Pero vosotros tenéis vuestro propio estudio de grabación. ¿No os hubiera resultado más cómodo hacerlo allí?
«Queríamos hacer algo distinto a lo que habían sido nuestros anteriores discos. Normalmente intentamos escribir los temas y grabarlos de la mejor manera posible. Pero esta vez necesitábamos algo diferente, que nos obligase a salir de nuestra zona de confort. Si no hubiese sido así, Tascam Tapes habría terminado sonando como Thurst«.
Me resulta curioso porque de algún modo habéis hecho lo mismo que muchos artistas de hip hop hoy en día. No necesitan de un gran estudio para crear canciones, sino que se bastan con un simple portátil. Solo que vosotros os habéis mantenido fieles a vuestro espíritu vintage usando un viejo cuatro pistas.
«El principal motivo por el que usamos la Tascam fue por el sonido. Si tu grabas en un ordenador, tienes que emplear mucho tiempo y esfuerzo en conseguir sacar un buen sonido. En cambio, con la Tascam ya sonaba alucinante desde el primer momento (risas). Solo teníamos que conectar nuestros instrumentos, subir el volumen y al instante ya teníamos ese sonido sucio y jugoso que buscábamos. Esta máquina nos inspiró muchísimo y eso es justo lo que necesitábamos para este álbum. El único contratiempo es que se averiaba cada dos por tres (risas). Pero eso no nos detuvo. La arreglamos y seguimos rockeando».
Aquí Pablo continúa tocando la guitarra, pero en cambio Luka y tú habéis usado una caja de ritmos y un pequeño sintetizador respectivamente. ¿Os resultaba más complicado aportar detalles estando tan limitados?
«Precisamente, como nos encontrábamos fuera de lo que estábamos acostumbrados con nuestros instrumentos y debido a la limitación de poder usar únicamente cuatro canales, también nos vimos forzados a cambiar nuestra forma de componer. Normalmente solemos complicar mucho nuestras canciones con ritmos extraños y cambios de acorde raros. Así que esta vez hicimos lo opuesto. La norma era crear temas sencillos con un groove sexy. También hubo veces en las que no disponíamos de mucho tiempo para escribir, porque llegábamos a una sala y teníamos que parar. Así que muchas de las canciones las acabamos dejando tal cual estaban. Creo que fue lo mejor».
En los conciertos estáis interpretando los temas de Tascam Tapes del modo tradicional, con teclados y batería de verdad. ¿Por qué habéis querido hacerlo así en lugar de trasladar al directo las mismas herramientas que usasteis en la grabación?
«Lo cierto es que ha sido muy divertido darle la vuelta a estas canciones y convertirlas a su versión en directo. Muchas de ellas tienen solos extra y partes distintas a las originales. Es como versionarnos a nosotros mismos. Cuando la gente viene a uno de nuestros conciertos quiere vernos tocar lo mejor que podamos. No hay nada de interesante en ver a Luka pulsar el botón de encendido y apagado en cada canción sin hacer nada más (risas). Queremos pasarlo bien en el escenario y que el público disfrute de ello. Y eso es complicado de hacer con la configuración con la que realizamos Tascam Tapes«.
Cambiando de tema, lleváis siete álbumes y sin embargo ninguno de los tres habéis cumplido aún los treinta. Comenzasteis vuestra carrera siendo unos adolescentes. ¿Qué es lo que os atrajo en un primer momento del rock and roll en lugar del rap o la electrónica como les ocurre a muchos chavales de hoy en día?
«El poder, la crudeza y la energía electrizante. Yo empecé tocando la guitarra antes de pasarme al teclado Hammond. Cuando descubrí a Jimi Hendrix y ví las cosas que era capaz de hacer me voló la cabeza. Por supuesto, si eres fan de Hendrix acabarás viendo la película de su actuación en Woodstock, y ahí puedes descubrir muchísimas bandas. El modo en el que se crea la música en el rock and roll es muy diferente a como se hace en el rap o la electrónica. Tienes que tocar de verdad un instrumento, juntarte con un grupo y practicar. En cambio, la música electrónica es muy fácil de realizar con un ordenador y un software como Fruity Loops. De todos modos, no es que no me gusta el rap o la electrónica. Es solo que no me gusta la música que no está hecha con amor por el instrumento que tocas. La música fácil es como la comida rápida».
«Quizás Greta Van Fleet puedan abrir el camino para que otros grupos de rock vuelvan a sonar en la radio» ROBIN PISO
¿Os costó que os tomasen en serio al principio cuando ibais a tocar a las salas siendo unos críos?
«Cuando empezamos, a la gente le gustábamos, pero no por nuestras canciones, sino porque veían a unos chavales muy jóvenes tocando música que les recordaba a los 60 y 70. Hubo un punto en el que nos dimos cuenta de eso. Ahora sé que hay un público al que le gustan nuestras canciones, porque ya no somos unos niños. Aún así, todavía hay gente que después de los conciertos vienen a preguntarme mi edad. Cuando les digo que tengo 29 se sienten un poco decepcionados (risas). Pero entonces les digo que Pablo aún tiene 25 y se sienten mejor (risas)«.
¿Qué pensáis del éxito que está teniendo una banda como Greta Van Fleet? No sé si a veces os preguntáis: «nosotros también empezamos siendo unos adolescentes y hacemos rock, ¿por qué ellos sí y nosotros no?» ¿Sentís algo de envidia?
«Claro que siento envidia de ellos. Tocar en conciertos tan grandes como lo están haciendo es un sueño para muchas bandas. Pero creo de verdad que es positivo que exista un grupo haciendo música de los 60 y 70 para un público tan enorme a día de hoy. Me siento muy feliz, porque eso significa que hay esperanza. Quizás Greta Van Fleet puedan abrir el camino para que otros grupos de rock vuelvan a sonar en la radio».
Por curiosidad, aparte de DeWolff ¿tenéis algún trabajo aparte, estudiáis o el grupo es vuestra principal y única ocupación?
«Nuestras vidas están completamente dedicadas al grupo. Por supuesto, hacemos otras cosas, pero DeWolff es nuestra prioridad número uno. Por ejemplo, en nuestro tiempo libre, yo trabajo en una sala de conciertos. Pablo es productor y Luka trabaja en un taller de autos antiguos. Pero DeWolff nos ocupa la mayor parte del tiempo, porque es algo en lo que estamos involucrados en todos los aspectos, no solo en la música. Siempre estamos pendientes del artwork, los diseños, el merchandising, los videoclips, la promoción… También pasamos mucho tiempo haciendo entrevistas, reparando la furgoneta, en la que ahora hemos instalado una PlayStation (risas), reuniones con los sellos, managers, agentes de booking, planeando el DeWolffest, nuestro propio festival, cuidando de nuestro estudio de grabación… Y la lista continúa (risas). Al final es un trabajo a tiempo completo y nos encanta».
El próximo verano volveréis a España para tocar en el Azkena Rock Festival. No sé si lo conocéis u os han hablado de él, pero es un festival perfecto para vosotros.
«¡Oh tío, tengo muchas ganas de tocar allí! Nuestros fans en España llevan años diciéndonos que es el festival ideal para nosotros. De todos modos, me hubiera gustado tocar el viernes en lugar del sábado. Hubiera sido increíble conocer a John Fogerty. Otros años han tocado grupos que nos encantan como The Who, Black Mountain, The Black Crowes… Aún así, también estamos impacientes por volver a tocar en las salas de vuestro país. La última vez que estuvimos en Madrid dimos uno de nuestros conciertos más especiales. Había gente entre el público que estaba llorando emocionada, lo cual nos hizo llorar también. Había algo especial en el aire esa noche».
GONZALO PUEBLA