Con el shoegaze convertido en uno de los subgéneros más populares dentro del rock, es de justicia que los neoyorquinos DIIV hayan podido aprovechar el momento con su cuarto disco, Frog In Boiling Water. Contactamos con ellos antes de su nueva visita a España, para descubrir qué hay detrás de este inquietante trabajo, su intención política y qué pinta Fred Durst en todo esto.

La historia de DIIV es, en muchos aspectos, la clásica odisea del outsider en la escena alternativa. Formados en Brooklyn en 2011 y liderados por el inquieto y enigmático Zachary Cole Smith, anteriormente en Soft Black y Beach Fossils, la trayectoria del grupo ha estado marcada tanto por sus vibrantes atmósferas shoegaze como por los turbulentos episodios que han vivido. En 2013, Cole Smith fue detenido junto a su entonces novia la cantante Sky Ferreira por llevar una bolsa con 42 papelas de heroína, su batería original Colby Hewitt acabó dejando el grupo también por problemas de adicción en 2015, y dos años después el bajista Devin Ruben Perez era expulsado al descubrirse que era el autor de numerosos comentarios homófobos, racistas y sexistas en las redes bajo un seudónimo.

Pero pese a toda la controversia, DIIV han conseguido que su música haya sido aceptada y celebrada dentro del circuito independiente, y después decun tiempo fuera de los focos y de renovar la formación con el bajista Colin Caulfield y el batería Ben Newman uniéndose a Cole Smith y el guitarrista Andrew Bailey, el pasado mayo publicaban Frog In Boiling Water (Fantasy Records), un disco que han definido como político y que plasma la sensación de vivir en una era donde todo parece estar en constante degradación.

El título, inspirado en la metáfora de la rana que, al no percibir el cambio gradual de temperatura, acaba cocida sin darse cuenta, funciona aquí como una poderosa crítica a la apatía colectiva frente a problemas sociales y ambientales. Pero, al mismo tiempo, es una invitación a despertar, a tomar conciencia antes de que sea demasiado tarde. El álbum les valió las mejores críticas de su carrera y les llevó a girar por Estados Unidos como teloneros de Depeche Mode. Unos días antes de sus conciertos el 25 de noviembre en Madrid (sala But) y el 26 en Barcelona (Apolo), Zachary Cole Smith y Ben Newman tuvieron la cortesía de atendernos vía Zoom.

Por lo que he leído, crear Frog In Boiling Water fue un proceso largo y pasó por varias etapas. Cuando miráis atrás ¿tenéis un buen recuerdo o fue como masticar arena?
BEN NEWMAN “Sí, fue complicado, pero no quiere decir que no hubiera buenos momentos. Ya veremos qué pasa en el futuro, pero creo que aprendimos mucho sobre cómo evitar algunas de las partes más difíciles”.

¿Cómo cuáles?
ZACHARY COLE SMITH “Creo que una de las mayores lecciones que sacamos fue entender lo que implica cambiar y revisar constantemente todo lo que grabas, analizando las canciones con una lupa microscópica. Porque la mayoría de esas cosas, nunca nadie las notará. Hubo temas que pasaron por veinte versiones distintas. Quizás logres mejorar algo un poco, pero el esfuerzo que supone no se justifica a largo plazo. Es mejor tener una actitud de que pase lo que tenga que pasar. Creo que la lección es aprender a aceptar las imperfecciones y saber que nunca llegarás a hacer algo perfecto. Lo dijéramos o no, nuestro objetivo era hacer el disco perfecto y al final, se convirtió en una trampa”.
BEN “Sí, nos pusimos mucha presión. Acabamos haciendo un buen disco, pero no creo que sea la única manera de hacer un buen disco”.

¿Qué es para vosotros un disco perfecto?
BEN “
Un álbum perfecto es uno que puedes escuchar de principio a fin sin saltarte ninguna canción o uno al que puedas volver durante años y no te canse”.
ZACH “Sí, uno que siempre puedas descubrir algo nuevo cuando lo escuchas. Que las canciones se vayan revelando poco a poco porque contienen muchas ideas condensadas en unos pocos minutos. Para mí eso es el elemento común en los discos que considero perfectos”.

¿Qué importancia le dais a que vuestro sonido evolucione de disco a disco? ¿Hay una intención deliberada por conseguirlo?
BEN “Creo que sucede de forma natural porque todos somos oyentes curiosos. Siempre estamos escuchando cosas nuevas y diferentes, así que eso nos lleva a evolucionar. Cuando terminamos de hacer un disco solemos estar cansados con ciertas influencias y buscamos otras nuevas”.
ZACH “Es deshonesto hacer la misma música una y otra vez, porque como persona cambias mucho y tus circunstancias también. Te haces mayor, aprendes cosas…  e inevitablemente cambias. Así que si la música no lo refleja es un poco deshonesto, o es que estás desconectado de ella. Para nosotros es natural evolucionar, pero sí hay una intención de crear un espacio al que podamos movernos”.

En los cinco años desde que lanzasteis Deceiver, el shoegaze ha ganado mucha popularidad incluso entre los jóvenes a través de plataformas como TikTok. ¿Os parece positivo este fenómeno o sentís que hay demasiados ‘intrusos’ que intentan subirse al carro?

ZACH “No, es genial para nosotros. Definitivamente no queremos ser quienes restrinjan la entrada al género. Cuanta más gente lo descubra, más ideas nuevas aportarán. Hemos visto cómo el shoegaze se ha expandido de manera fascinante en estos últimos cinco años a través de muchos artistas nuevos, y creo que intentar adueñarse de eso es una batalla perdida. Queremos apoyar a todos los que sentimos que están impulsando ese mundo hacia adelante. Es hermoso que interese a tanta gente”.
BEN “Sí, mientras más, mejor. Los géneros pueden convertirse en algo demasiado rígido, así que cuantas más voces distintas haya que puedan expandirlo, o incluso destruirlo, es positivo”.
ZACH “La idea de destruir los géneros es buena. En todos los géneros hay buenas ideas y está bien que haya gente que quiera maximizarlas o explorarlas, pero los artistas que más me gustan son los que no se encasillan en un género”.

¿Cuáles de ellos os han influenciado de manera directa?
BEN “Dos artistas que definitivamente ‘copiamos’ en Deceiver fueron The Smashing Pumpkins y Radiohead”.
ZACH “Sí, sin duda Radiohead. Nuestros gustos como individuos son muy amplios. Aunque tengamos algunas cosas en común, cada uno tiene sus propios referentes alejados del resto o que no identificaría con nosotros. Bayley escucha solo hip hop, y muchas de las técnicas de sampling que aporta vienen directamente de ahí. Pero más que copiar lo que intentamos es coger ideas de otros lados y adaptarlas a nuestro sonido”.

En este punto de vuestras carreras, ¿a quién creéis que se beneficiaría más: vosotros produciendo un álbum de Smashing Pumpkins o Billy Corgan produciendo vuestro próximo disco?
ZACH “Creo que nosotros produciendo a Billy Corgan sería realmente divertido. Es un compositor increíblemente bueno, y a lo largo de su carrera han tenido producciones increíbles, pero creo que podríamos hacer algo guay juntos. Pero definitivamente, querríamos que él escribiera las canciones y las cantara. Su voz es única y me encantaría hacer cosas con ella”.

¿No os parece que en los últimos discos es aún más exageradamente nasal?
BEN
(Risas) Siempre ha sido su rollo”.
ZACH “La ecualizaríamos un poco y ya está”.

«Ahora hay una cantidad enorme de escapismo a través de muchos medios y no queríamos participar de eso. Sentíamos que lo correcto era hablar del mundo real” ZACHARY COLE SMITH

Hablemos un poco de las letras de este álbum, porque en general, las bandas de shoegaze más bien intentan crear una atmósfera con las palabras, no enviar un mensaje claro. En cambio, aquí había una intención más política ¿no?
ZACH
“Existe esta idea en el shoegaze o en la música más textural que las letras o las voces son algo secundario. Creo que en el pasado también caímos un poco eso, donde las voces tenían la misma importancia que el bajo o cualquier otro elemento. Pero desde hace tiempo me volví un oyente más atento de las letras, así que a la hora de hacer este disco me lo tomé como un desafío: ¿cómo crear buenas letras y contar historias en una música que normalmente no está enfocada a las letras? El secreto fue simplemente dedicarle el mismo tiempo y esfuerzo que a la música”.

Hay casi un contraste entre los sonidos más ensoñadores de la música y el tono sombrío de las letras, lo cual supongo que es casi inevitable con todo lo que está pasando. ¿Crees que el arte debería reflejar los tiempos actuales o aspirar a evocar sentimientos o emociones más atemporales?
BEN
“Creo que la palabra ‘debería’ es interesante en relación con el arte porque depende de quién sea el artista y lo que quiera hacer. Cada uno debería hacer lo que quiera. Para nosotros era importante que el álbum hablara del mundo que veíamos y poner el dedo en la llaga. No queríamos que fuera una forma de escapismo. Mucha gente nos ha preguntado qué pretendíamos con este disco, y quizá lo único a lo que aspirábamos es que a la gente no se sienta sola o piense que está loca por pensar lo contrario de lo que la gran masa piensa”.
ZACH “Lo cierto es que ahora hay una cantidad enorme de escapismo a través de muchos medios y no queríamos participar de eso. Sentíamos que lo correcto era hablar del mundo real”.

El título del álbum parece tratar de ayudar a crear conciencia sobre lo que está pasando, de que nosotros somos las ranas en el agua hirviendo.
ZACH
“Creo que la mayoría de la gente es consciente de que somos las ranas. La gente que tiene el poder intenta escaquearse de sus responsabilidades y enfrentar a la gente de pie una contra otra. Queríamos señalar a los poderosos, pero más que ofrecer una solución, queríamos capturar la experiencia de cómo es vivir bajo los síntomas del capitalismo e intentar darle un significado a tu vida”.

Ahora que se acercan las elecciones en Estados Unidos es muy evidente que la estrategia que decías de los poderosos está funcionando, con las ranas, para seguir con la metáfora, enfrentándose entre ellas. Y es algo que está sucediendo en todo el mundo, con el agravante de la sensación de que gane quien gane, eso no va a cambiar.
ZACH “Sí, por eso queríamos hacer un disco político. Muchos artistas usan sus plataformas para decirte a quién debes votar, pero eso no nos parecía interesante, ni correcto. Queríamos hacer un disco político que no tuviese que ver con los partidos o contra Trump, porque al final el neoliberalismo manda en ambos bandos. Como decía, queríamos tener una visión más amplia y que transmitiera la experiencia humana”.

Sé que igual estáis un poco cansados de hablar de esto, pero tengo que preguntaros sobre Fred Durst, con quien tuve un pique hace años y que aparece en vuestro vídeo de ‘Brown Paper Bag’. ¿Cuál era vuestra conexión con él? ¿Invitarle fue un intento de tener un vídeo viral?
ZACH “Mi teoría sobre Fred Durst y Limp Bizkit es que está interpretando un personaje. Todo lo que hace públicamente parte de ese papel. Es como si fuera un luchador de wrestling ¿sabes? Con nosotros, fue completamente diferente, fue muy amable. La razón por la que lo invitamos fue porque necesitábamos un famoso que nos presentara en nuestra ‘actuación’ en Saturday Night Live. Nuestro manager lo conocía de hacía muchos años. Le envió el álbum y le encantó el disco y todo lo que estábamos haciendo con nuestra web, así que aceptó”.

¿La idea de un vídeo basado en SNL era la de hacer un homenaje o una crítica?
ZACH Fue una parodia. SNL se ha vuelto una basura imposible de ver, es propaganda neoliberal. Parecía un buen objetivo porque es un pilar de la cultura del statu quo político, que odio al máximo. Su ‘negocio’ es la parodia, así que parecía justo hacer lo mismo con ellos. Además, en Estados Unidos, tocar en SNL es como tocar en la Super Bowl, es como si fuera el punto culminante de tu carrera, cuando antes podía descubrirte a grupos nuevos. Ahora las actuaciones se han convertido en algo completamente producido, como si fuera un videoclip. Hicimos el nuestro por puro desprecio”.
BEN  “Sí, antes solía ser más punk rock. Era genial porque descubrías nuevos artistas. Ahora es casi una parodia de sí mismo, Va a salir una película sobre la primera temporada de SNL, están celebrando su 50 aniversario… todo da bastante asco”.

Os quería preguntar sobre el sello en el que estáis actualmente. Después de publicar vuestros tres primero discos con Captured Tracks, fichasteis por Fantasy Records, que tiene un catálogo muy diverso, casi loco, con artistas como Steve Perry de Journey, L.S. Dunes, Ry Cooder, o Switchfoot. ¿Los fuisteis a buscar vosotros, vinieron ellos? ¿Cómo creéis que encajáis en el sello?
ZACH
“Nos ha encantado trabajar con ellos porque tienen esta infraestructura enorme que puede manejar las necesidades de artistas grandes como Ry Cooder o Steve Perry. Esta banda es nuestro sustento, nuestra vida, nuestro trabajo. En términos de la cuestión financiera, de que seamos una banda viable, necesitábamos acceso a este tipo de estructuras organizadas que funcionan como máquinas bien engrasadas para distribuir música. Pero, sobre todo, son las personas, ¿sabes? Todo el mundo con quien hemos trabajado llevan en Fantasy como 20 años, y son apasionados y geniales. Tienen esta especie de sensibilidad independiente. El A&R que nos firmó, antes habían fichado a Tool, Modest Mouse y Anti-Flag. Así que pensé, bueno, nunca llegaremos a ser tan raros musicalmente como Tool, ni tan políticos como Anti-Flag, pero podemos existir en este mundo donde las decisiones que tomamos serán respetadas. Y desde el principio, hemos podido hacer lo que queramos, lo cual en sellos pequeños ni siquiera siempre es posible».

Tengo que deciros que los representantes del sello en España también es gente con ese perfil, con mucha experiencia y que le gusta la música.
ZACH “Sí, todas las personas que hemos conocido en todo el mundo que trabajan para Fantasy son siempre muy majas. Cualquier sistema en la industria musical, ya sea un sello discográfico o una empresa de relaciones públicas, al final está compuesto de personas, y puedes juzgarlas a ese nivel. Cuando conoces a alguien y conectas, es como ‘bueno, no importa el nombre de la marca, estoy trabajando contigo y me gustas’”.

Estuvisteis abriendo para Depeche Mode en su última gira americana, así que tuvisteis una muestra de lo que sería ser una banda de estadios o arenas. ¿Es algo que diríais, «Oh, tal vez me gustaría llegar a ese nivel» o al contrario, algo que diríais «No, nunca querría eso para DIIV»?
BEN
“No, definitivamente sería genial”.
ZACH
“Ver la forma en que logran mostrar su arte cada noche con una ejecución perfecta es increíble. Muchos de los conciertos que damos nosotros tienen factores externos que no podemos controlar: el sistema de sonido es malo, el escenario es pequeño, lo que sea. Esas son cosas con las que lidian todos los artistas todas las noches. Incluso Depeche Mode probablemente lidian con eso en menor medida, pero su show es perfecto todas las noches. Y es súper de alta fidelidad. En su gira prendimos mucho sobre cómo hacer que nuestro sonido sea más hi-fi y mejorar la experiencia. Desde la pandemia, la gente va a menos conciertos. Así que cuando alguien va a un concierto, realmente quieres ofrecerles algo especial. No es solo como, ‘oh, es jueves, vamos a tocar’. Es diferente ahora, es una especie de experiencia, y realmente queremos brindar eso. La experiencia máxima sería tocar en pabellones, pero tratamos de llevar esa calidad de show de pabellón a salas más pequeñas con altos valores de producción”.

De todos modos, desde la pandemia, siento que muchas bandas se basan más en la producción y menos de la actitud o la emoción. Y debido a eso, también las bandas ganan menos dinero porque gastan más en producción, y al final los precios de las entradas se han disparado también por eso. Creo que sería bueno ir en la dirección opuesta. Obviamente es importante tener buen sonido, pero creo que menos producción y una experiencia más humana entre el artista y el público sería mejor.
ZACH “Creo que lo ideal sería tener ambas cosas, sabes… Depeche Mode tienen las dos cosas. Es una experiencia muy humana, pero con mucha producción. El rock es algo humano, es gente tocando instrumentos. Pero estamos compitiendo con… todo. Queremos usar las herramientas que tenemos para hacer el mejor show, pero no es solo la producción lo que estamos impulsando. Queremos ser el centro del show, pero amplificarlo con otras cosas. Creo que altos valores de producción son como un regalo para el público. Los precios altos de las entradas se deben al monopolio de Ticketmaster, porque posee casi todos los recintos, los puntos de venta… todo. Y como los precios de las entradas van a ser caros igualmente porque está fuera de nuestro control, queremos darle al público algo que valga la pena. A veces es a nuestro propio costo; nosotros pagamos por la producción, ¿sabes? Así que estoy en desacuerdo contigo, creo que una buena producción sí mejora el show porque proviene del artista. Y cualquier medio que tenga el artista para expresar una idea creativa creo que es mejor”.

Bueno, si tiene una intención artística, estoy de acuerdo, pero a veces solo son llamaradas y explosiones porque sí.
ZACH
“Sí, eso también ocurre (risas)”.

JORDI MEYA