Dropkick Murphys encabezan esta noche el Tsunami Xixón Festival y mañana sábado harán lo mismo en el Barna N’ Roll de Barcelona. Quien los haya visto, ya sabe la fiesta que se le viene encima.

El año pasado Dropkick Murphys triunfaron por todo lo alto en el Tsunami Xixón, lo que explicaría que la banda de Boston hayan decidido volver este verano a visitarnos. Llegarán con un nuevo disco bajo el brazo, Omekah Rising (Dummy Luck Music), en el que de nuevo han puesto música a letras inéditas de Woody Guthrie, el cantautor que ‘mataba’ fascistas con su guitarra en los años 40.

Por desgracia quien seguirá sin estar en el escenario junto a Ken Casey (voz), Tim Brennan (guitarra, acordeón, piano), Jeff DaRosa (guitarra, banjo), Matt Kelly (batería), James Lynch (guitarra), Lee Forshner (gaita) y Kevin Rheault (bajo), es el cantante Al Barr, quien sigue cuidando de su madre enferma.

El pasado lunes teníamos la oportunidad de charlar con el gigante Tim para ponernos al día.

En un par de días cogéis el avión para volar a Europa. ¿Cómo te sientes?
TIM BRENNAN “Tengo muchas ganas. Siempre es duro dejar tu casa. Tengo un perro, y me cuesta separarme de él, pero una vez llegas allí siempre es genial”.

¿Se hace más duro cuanto mayor te haces?
“Sí, supongo. Siempre he sido muy casero. Cuando me uní al grupo hace 20 años, mis amigos me decían, ‘¿Pero qué estás haciendo? Si tú odias viajar’. No es que odie viajar, pero mido casi dos metros y es bastante incómodo volar y tal. Pero una vez estoy estoy en marcha, me olvido de todo. Creo que sobre todo es duro para los que tienen hijos, pero nos encanta tocar y tampoco sabemos hacer otra cosa, así que no pasa nada”.

¿Cuándo viajaste a Europa por primera vez?
“La primera vez fue con 17 años, un viaje que hice a Irlanda, y me encantó. Pero la primera gira europea que hice con el grupo fue en 2003. Fue una pasada visitar tantos lugares. Ha sido increíble ver cómo ha crecido el grupo en estos 20 años. No tiene nada que ver dónde tocábamos entonces a dónde lo hacemos ahora”.

El grupo tiene obviamente una conexión con Irlanda. ¿Tienes parientes allí?
“Todos nuestros abuelos son de allí, así que estoy seguro que tengo parientes, pero no les conozco. Siendo una panda de americanos que hacemos música con influencia irlandesa, la primera vez que fuimos allí, no estaba seguro si les ofendería o algo. Pero la verdad es que siempre nos han apoyado. En la última gira, dimos nuestro mayor concierto en Dublín. Nos sentimos muy queridos”.

¿Te sorprende la magnitud que ha cogido el grupo?
“Desde luego. Ten en cuenta que yo era fan de la banda antes de unirme a ella. Desde el principio Dropkick eran diferentes al resto, pero nunca imaginé que pudiera llegar a tocar en salas tan grandes o en festivales. Y todo esto ha ocurrido gracias a los fans”.

Bueno, y porque tenéis un directo muy bueno.
“Sí, ante todo somos un grupo de directo. A veces lo hablamos, nos encanta componer y grabar discos, pero al final sobre todo una banda de directo. Hacemos discos porque nos dan la oportunidad de tocar, y meter nuevas canciones en el set. Esa es la principal motivación”.

En mayo publicasteis Okemah Rising, que podríamos considerar una secuela o una segunda parte de This Machine Still Kills Fascists, musicando letras inéditas de Woody Guthrie. ¿Cuál ha sido el mayor reto a la hora de afrontar este proyecto?
“Nosotros lo vivimos sobre todo como una oportunidad. A principios de los 2000, Nora Guthrie y su gente contactó con el grupo para hacer un par de cosas. De ahí surgieron ‘Gonna Be A Blackout Tonight’ y ‘I’m Shipping Up To Boston’. Mucha gente lo desconoce, pero ‘I’m Shipping Up To Boston’ es una letra de Woody Guthrie. A Nora le extrañó que Ken (Casey) escogiera esa letra, porque tiene muy pocas palabras, le parecía una de las peores que había hecho su padre. Pero teniendo la referencia a Boston, a Ken le llamó mucho la atención, y, al final, mira en lo que se ha convertido. Así que, a partir de entonces, siempre estaba en el aire volver a hacer algo con letras de Guthrie. Así que cuando nuestro otro cantante Al (Barr), decidió apartarse un poco para cuidar a su madre que padece demencia, nos pareció un buen momento. No queríamos hacer un disco de Dropkick Murphys como tal sin Al, pero al mismo tiempo queríamos sacar algo nuevo. Nos pareció una buena idea explorar el tema Guthrie de nuevo y hacer algo más acústico. Inicialmente íbamos a hacer solo un disco, pero mientras estábamos grabando, Nora no paraba de mandarle más letras a Ken. Así que al final acabamos grabando 21 temas, y decidimos dividirlos en dos discos. Estoy seguro que a Billy Bragg y Wilco les pasó lo mismo cuando hicieron Mermaid Avenue. Solo querían hacer un disco, y acabaron haciendo dos”.

¿Tienes idea de cuántas letras inéditas quedan todavía?
“No lo sé, pero tienen que ser muchas porque en ningún momento nos ha dado la sensación de que iba escasa de material”.

¿Os contó algo de su padre que le pareciera importante que supierais o algún tipo de contexto sobre las letras?
“Solo sé que estaba siempre escribiendo, en cualquier circunstancia. Tengo la sensación de que Nora ha intentado encontrar aquello que Woody Guthrie y Dropkick Murphys tenemos en común. Creo que ha intentado seleccionar para nosotros las letras en las que su padre estaba más cabreado. Cada vez que nos mandaba algo nuevo, era como un regalo”.

Es bastante increíble lo vigentes que siguen siendo sus letras.
“Sí, es muy interesante. La verdad es que yo me ocupo más de la parte musical, así que realmente hasta que Ken no empieza a grabar las voces, tampoco me doy cuenta de la importancia de las letras. Fue ahí cuando me di cuenta como cambiando un par de palabras o de nombres, esas letras podrían haber sido escritas ayer mismo. ¡Pero fueron escritas hace casi 100 años! Si algo te demuestran es que las injusticias que someten al pueblo siempre están ahí, y nunca deben dejar de ser combatidas. Tenemos que aprender de nuestra historia para no repetir los mismos errores”.

¿Crees que hay artista actual cuyas letras serán vistas como las de Guthrie de aquí a 100 años?
“Es posible, hay grandes letristas por ahí diciendo cosas importantes. Pero claro, Woody está a un nivel superior. Es difícil compararlo con alguien actual”.

Antes has mencionado la situación de Al Barr. ¿Hay alguna novedad? ¿Tenéis idea de cuándo podría volver al grupo?
“Es complicado de decir. Si algo me gusta de esta banda es que es como una familia. Todo el mundo tiene sus padres, sus parejas, sus hijos… y si cualquiera, en un momento dado, tiene que priorizar eso, sabe que puede contar con el apoyo del resto. Cuando me uní al grupo hace 20 años, mis padres tenían algo de miedo, porque era muy joven. Pero cuando conocieron a la banda, se sintieron muy aliviados porque se dieron cuenta que es un círculo en el que todo el mundo se preocupa de los demás y les protege. Así que, volviendo al caso de Al, por desgracia, que su madre sigue igual. No tenemos ni idea de cuándo podrá volver, pero está haciendo lo correcto”.

Tiene que ser un poco agridulce estar en el escenario sin él.
“Desde luego. Intentamos seguir trabajando para poder seguir apoyándole, y seguir pasándolo bien mientras lo hacemos. Es todo lo que podemos hacer. Siempre le tenemos presente, a él y a su familia. Pero tenemos ganas de que vuelva, claro”.

¿Qué planes tenéis próximamente?
“Cuando acabemos la gira europea, que durará un mes aproximadamente, estaremos un par de semanas en casa, y luego estaremos de gira por Estados Unidos con The Interrupters. Y el año que viene ya se verá. Yo siempre estoy componiendo y grabando maquetas, así que igual nos ponemos a hacer algo nuevo”.

JORDI MEYA