En apenas un año Fuet! han pasado de dar el que iba a ser su primer y único concierto a terminar colándose en uno de los festivales más grandes del país. Esta es la historia de un grupo de colegas que, partiendo de unas expectativas absolutamente nulas, están consiguiendo llegar más lejos de lo que hubieran imaginado en tiempo récord.

Si los miembros de Fuet! hubieran planeado una estrategia con el fin de acabar tocando en un festival de la magnitud de el Mad Cool, seguramente no les hubiera salido ni la mitad de bien como ha terminado ocurriendo. Nada hacía presagiar que la banda pudiera tener una progresión tan vertiginosa cuando a finales del fatídico 2020 aparecía sin ningún tipo de ruido su EP de debut homónimo registrado en los Westline Studios de Juan Blas. De hecho, en un principio eso iba a ser todo, pues no había intención alguna ni de salir a presentarse en directo ni seguir grabando más música. Todo debía haber comenzado y acabado ahí mismo.

Sin embargo, los acontecimientos empezarían a tomar un giro completamente radical cuando en febrero del año pasado los madrileños participaron en el festival El Underground en la sala Wurlitzer Ballroom organizado por la agencia Nueva Costa. Ninguno de los asistentes podía imaginar que su paso por el escenario fuera a ser tan memorable con una actuación enérgica y contagiosa difícil de olvidar. Motivados por la buena respuesta obtenida, Rubén Armisén (voz), Álvaro Morales (guitarra), Héctor Sánchez (batería), Roberto de Baltasar (bajo) y Gonzalo Sánchez (guitarra), tuvieron claro que aquello no podía quedar solo en un primer y último concierto. Dicho y hecho. Pocos meses después resucitarían con el single ‘KitKat’ y una segunda actuación en la capital junto a Kohatu.

Nuevamente se impuso el silencio dando la sensación de que Fuet! regresaban a un estado de hibernación indefinido. Pero cuando menos lo esperábamos fueron elegidos para participar en la fase final del Mad Cool Talent de este mismo año, resultando vencedores tras desplegar sobre las tablas todos su poderío en apenas un cuarto de hora. La perspectiva de darse a conocer ante un nuevo público dentro del marco de uno de los festivales más importantes del país ha reactivado por enésima vez a un conjunto que amenaza con tener cuerda para rato. Ni que sea en pequeñas dosis.

Decididos a reconstruir punto por punto una trayectoria breve pero intensa, nos citamos con Álvaro, Gonzalo y Héctor para intentar descubrir que tiene de especial su fórmula cuando otros proyectos en los que han militado nunca habían llegado tan lejos en tan poco tiempo. Si tu también quieres averiguarlo, mejor no te los pierdas el próximo sábado 13 de julio cuando se dispongan a arrasar una de las carpas del Mad Cool.

Remontémonos al inicio de toda esta historia. En diciembre de 2020 aparece sin mucho revuelo vuestro primer EP grabado en Westline Studios con Juan Blas. ¿Cómo surge la idea de lanzar estas primeras canciones?
ÁLVARO MORALES “Fueron un cúmulo de cosas que se fueron juntando. Hace unos años Rubén estaba en otro grupo, Matuja, y tenían contratadas unas fechas para grabar en Westline. Al final se acabaron separando, pero Juan Blas le dijo que, dado que ya había pagado la señal de la grabación, se la guardaba durante dos años para ir cuando él quisiera. Rubén le estuvo dando vueltas un tiempo y ya casi daba el dinero por perdido, hasta que volviendo del Resurrection Fest de 2019 nos propuso a Dani, otro chico de la zona de Pozuelo, y a mí entrar a grabar tres canciones. Todo esto sin la intención de montar una banda nueva ni nada. Simplemente pasar un buen rato entre colegas, dejar registrados un par de temas que nos gustaban y tener la experiencia de grabar juntos en un estudio profesional. Nos pareció buena idea y dijimos que adelante. En un principio tenía que haber sido en mayo de 2020 pero apareció el COVID. Y menos mal porque no nos habíamos preparado una mierda (risas). Aprovechando que estábamos encerrados en casa, nos pusimos las pilas. Nuestra intención era hacer tres canciones metiendo todas las influencias musicales que habíamos mamado desde pequeños. Ahí se puede ver un popurrí que va desde Red Hot Chili Peppers hasta Frank Carter, Kvelertak o While She Sleeps. Acabó el confinamiento y buscamos ayuda, dado que eramos tres guitarristas. Ahí fue cuando entraron Héctor y Roberto. Solo hicimos dos ensayos, todo se gestó de manera muy telemática. Quisimos hacerlo sin ningún tipo de pretensión de montar un grupo. Simplemente disfrutar de la música”. 

Como dices, el único fin era publicar ese EP sin más. No había planes de tocar en directo ni que hubiera continuidad alguna. ¿Por qué lo decidisteis así?
ÁLVARO “En ese momento ninguno de nosotros teníamos ni las fuerzas ni las ganas para tirar adelante algo así. Por aquel entonces Rubén estaba viviendo en Londres, luego se marchó a Tenerife… Dani estaba en una situación en la que no podía dedicarle mucho tiempo, yo tampoco andaba por la labor… Además que entre 2020 y 2021 apenas se hicieron conciertos (risas). En realidad ni nos lo planteamos. Lo único que queríamos era enseñárselo a nuestros colegas y poco más. No le dimos nada de bombo. Precisamente esa libertad de no ser un grupo de verdad ni que nadie esperara nada de nosotros fue lo que nos hizo decir: “vamos a hacer lo que nos de la gana, le guste a quien le guste””.

Foto: Eric Larsson

«Desde nuestras casas estábamos intentando hacer todo lo posible para que la banda no muriera, pero la realidad es que no nos estábamos moviendo para ello» HÉCTOR SÁNCHEZ

Todo cambia cuando, un par de años después, Áitor Nova os propone formar parte del festival El Underground en febrero de 2023 en la Wurlitzer Ballroom de Madrid.
ÁLVARO “La historia se remonta a septiembre de 2022. Rubén y yo estábamos en el Andalucía Big de Málaga cuando recibimos un mensaje de Áitor: “Como molaría ver a Fuet! en directo”. Al principio nos lo tomamos a risa, pero le preguntamos si iba a en serio y nos respondió que si estábamos dispuestos nos conseguía un concierto en febrero del año siguiente. Lo hablamos entre todos y nos moló la idea. Como solo era dar un concierto puntual y ya, nos animamos. Por temas personales, al poco tiempo Dani nos dijo que no podía seguir. Entonces recurrimos a Gonzalo, que es el mejor guitarrista que conocemos. No tardó ni media hora en contestarnos que sí (risas)”.
GONZALO SÁNCHEZ “Cuando me escribieron yo estaba en El Corte Inglés de Callao porque me habían robado el móvil unos días antes y me iba a comprar otro. Justo en la cola para pagar me llamó Rubén y me comentó todo el plan. Yo he tenido muchos grupos en el pasado pero llevaba tiempo sin tocar, fácilmente unos cuatro años o así. Aunque había perdido algo de callo, me lo tomé como montar en bici. Acepté porque me parecía divertido. Realmente a partir de ese instante la música volvió a entrar en mi vida como algo súper importante y es lo que más feliz me hace a día de hoy”.

¿Cómo fue la preparación de ese primer y “último” concierto?
HÉCTOR SÁNCHEZ “El contexto era dar únicamente ese bolo y ahí se acababa la historia. Nos daban 45 minutos y solo teníamos las tres canciones del EP. Nos miramos y pensamos: “¿qué cojones vamos a hacer?” (risas). Tuvimos que ponernos a ensayar para preparar un repertorio que no existía. Primero hablamos sobre que canciones íbamos a tocar y por suerte Álvaro había estado preparando mucho material. Había ideas que se podían compartir desde GuitarPro, así que teníamos algo de trabajo hecho para después ir al local e intentar improvisar sobre ello, aunque los temas que nos trajo ya tenían cierta estructura”.
ALVARO “Algunas de esas canciones ya tenían un tiempo, pero en cuanto nos llamó Áitor me fui una semana al norte para hacer surf con la intención de componer cosillas. Ahí se concibieron varias ideas que luego se terminarían compartiendo, como ‘KitKat’”.
HÉCTOR “Además también pensamos en cubrir algo del tiempo con versiones. Preparamos ‘Keep Your Hands Off My Girl’ de Good Charlotte, ‘Holiday’ de Turnstile e ‘Invalid Litter Dept.’ de At The Drive-In, además de ‘1984’ de Mezcalina Jones, una banda anterior que tenían Rubén y Gonzalo. Al mismo tiempo, recompusimos los temas que habíamos grabado en el EP para poder defenderlos en directo. En total estuvimos un mes a saco preparando el repertorio”.
GONZALO “Era raro que pudiéramos coincidir los cinco. A veces faltaba alguien, Rubén aparecía de vez en cuando dado que es el que vive más alejado del resto… Hubo mucho trabajo desde casa. En realidad en las últimas dos semanas pudimos hacer dos o tres ensayos todos juntos. De hecho, en el último Rubén apenas gritaba para así poder conservar la voz. Luego en el propio concierto nos dimos cuenta de lo que realmente era capaz de hacer. Apenas tuvimos tiempo para practicar”.

Y llega el día del concierto y arrasáis con una actuación explosiva que pilla por sorpresa a todo el mundo.
HÉCTOR “Creo que esa impresión de sorpresa que tuvo el público es exactamente la misma que tuvimos nosotros. En cierto sentido, también fuimos espectadores. Ni éramos un proyecto serio, ni habíamos compartido escenario juntos previamente. Pero mientras tocaba tenía la sensación de estar viendo a un grupo de músicos haciendo unas cosas guapísimas. Estaba incluso disfrutando de ver a mis compañeros mientras tocaba. Me dio mucha adrenalina. Incluso te diría que era consciente de lo que iba a pasar antes de subirnos al escenario. Esa noche Battosai dieron un buen concierto y la gente respondió muy bien. Recuerdo que Pablo de Skylines se acercó y me dijo que era una putada porque nos habían dejado el listón muy alto. Y mi respuesta fue: “sujétame el cubata” (risas). Sabía que lo que teníamos era algo muy especial. Iba con muchas ganas de transmitir toda la energía que habíamos vivido durante los ensayos. Además, como iba a ser la primera y la última vez que tocábamos, fuimos a tope sin complejos. Solo teníamos esa bala para pasárnoslo bien y que nuestros amigos lo disfrutaran”.
GONZALO “Salimos a tocar sin ningún tipo de presión. Para mi fue súper especial volver a estar en un escenario después de tanto tiempo y que estuviera gente que me había visto hace muchos años, amigos nuevos, gente del trabajo… Dimos todo lo que teníamos y ahí lo dejamos”.
ÁLVARO “A mi me daba mucha tranquilidad que estábamos entre amigos y familiares, así que fuimos a pasarlo bien”.

¿Cómo fue la resaca posterior? Porque debió ser como echar el polvo de tu vida y al día siguiente despedirte sin más.
GONZALO “Ahora que lo dices fue un poco así (risas)”.
ÁLVARO “A nivel emocional fue una resaca enorme. Hubo un momento en el que nos dijimos: “¿y ahora qué?”. Dejamos pasar ese fin de semana porque estábamos arribísima como para pensarlo, pero evidentemente estábamos todos flipando”.
HÉCTOR “Si hubiéramos dado un buen concierto pero la acogida hubiera sido más fría, quizás la sensación habría sido otra. Yo me quede con que tenía ganas de compartirlo, de que llegara a más gente y no se quedara solo en ese concierto. Cuando pasaron un par de días, ya no lo pensaba tanto por los demás, sino por mi. No quería que se fuera esa sensación de placer que había sentido aquella noche. Yo toco en otras bandas, pero hay algo cuando nos juntamos que quizás tenga que ver con la música, pero también con la relación que tenemos entre nosotros. Todos llevamos una vida con mucha presión en nuestros curros, unos ritmos difíciles… Y esa catarsis emocional que conseguimos llevar a cabo cuando nos unimos para mi se volvió en algo, no diría necesario, pero que sí me gustaría experimentar más veces”.

Pocos meses después disteis continuidad al proyecto. Salió el single ‘KitKat’ y ofrecisteis un segundo último concierto junto a Kohatu, pero tampoco dio la sensación de que la banda pudiera ir mucho más en serio, al menos en ese momento.
HÉCTOR: “Después del concierto de la Wurli tuvimos una reunión para decidir que queríamos hacer. Si verdaderamente íbamos a dejar que terminara ahí como habíamos anunciado o si queríamos continuar. Todos decidimos seguir sin tomárnoslo especialmente en serio, pero poder dedicarle cierto tiempo a ensayar, componer… De ahí al concierto del El Sótano con Kohatu intentamos llevar a cabo unas dinámicas que, en aquel entonces, no estábamos preparados para asimilar. Nos impusimos una auto exigencia bastante alejada de lo que probablemente éramos capaces de llevar a cabo. Eso acabó generando, no tensiones, pero sí una situación que no era la que pretendíamos. Cuando dimos aquel segundo bolo, aunque las sensaciones fueron positivas, ya arrastrábamos un componente negativo que se nos hacía complicado gestionar. Cuando grabamos ‘KitKat’ lo hicimos todo casi a última hora y empezamos a estresarnos. Esto hizo que, una vez acabado ese concierto, nos replanteáramos nuevamente si queríamos seguir”.
GONZALO “Para mí no fue así. Es cierto que fuimos con prisas hasta el día del concierto, pero llegamos e hicimos lo que teníamos que hacer. Salió todo guay y en esa segunda conversación quedamos en que durante el verano íbamos a preparar el siguiente paso. La frustración llegó cuando, al fijar unos objetivos de crecimiento, nuestras vidas no nos estaban permitiendo cumplir con los tiempos. No terminábamos de desarrollar la composición. Por otro lado, de los cinco que somos, solo tres estamos permanentemente en Madrid, lo cual dificulta todo el proceso. Al final tuvimos que cancelar las fechas que habíamos reservado en el estudio para grabar más material. A la vuelta del verano hablamos de darle una marcha atrás al grupo porque no habíamos sido capaces de lograr las metas que nos habíamos marcado. Si ninguno podíamos seguir el mismo ritmo, no tenía sentido forzarnos”.
ÁLVARO “La planificación que teníamos en nuestras cabezas de lo que se suponía que teníamos que hacer como banda y el ver que no eramos capaces de llevarlo a cabo, terminó por generarnos cierta frustración. No podíamos quedar ni para ensayar. Por eso decidimos dar un pasito atrás. Yo que vivo fuera de Madrid, siempre que venía les llamaba para quedar e intentar montar algún ensayo, pero no de manera pro activa como tal”.
GONZALO “La expresión que yo utilicé es que Fuet! entró en la UCI después de aquello. Si había un transplante, nos iban a dar caña con el desfibrilador y volveríamos a estar a tope. Si no, estábamos en coma”.
HÉCTOR “Esa reunión tras las vacaciones fue dura. Desde nuestras casas estábamos intentando hacer todo lo posible para que la banda no muriera, pero la realidad es que no nos estábamos moviendo para ello. No sabría decirte si fue porque no queríamos o no podíamos o que nos pasó durante esa temporada. Hubo unas expectativas erróneas y un plan de trabajo que no estaba ajustado a nuestra realidad. Eso hizo que tuviéramos una frustración constante. En realidad, el segundo último concierto iba a ser realmente el último (risas)”. 

Pasan los meses y la situación vuelve a cambiar una vez más cuando os presentáis al Mad Cool Talent de este mismo año, de dónde sois seleccionados para participar en el festival. ¿Esperabais salir vencedores teniendo en cuenta el escaso recorrido que teníais con apenas cuatro canciones y dos conciertos?
GONZALO “Cuando vi el anuncio del concurso lo pasé por el grupo de Whatsapp. Llevábamos un tiempo sin hablar por ahí y al principio estos se lo tomaron un poco a risa. Claro, con 20 oyentes mensuales ni de coña pensábamos que nos fueran a seleccionar. Pero oye, que nos quiten lo bailado (risas)”.
ÁLVARO “En realidad necesitábamos algo que nos reactivara. A todos nos pareció bien y nos apuntamos”.
HÉCTOR “Desde que nos inscribimos hasta que somos elegidos para participar en la fase final de la batalla de bandas, hay una serie de pasos que son a cada cual más inverosímiles”.
ÁLVARO “Se presentaron más de 2.600 bandas y el primer filtro era hacer una criba hasta llegar a 100”.
HÉCTOR “Eso fue lo primero. Lo siguiente fue una votación popular dónde solo pasarían a la siguiente fase los 25 primeros grupos que más votos consiguieran y otros 10 que serían seleccionados por el jurado. Estuvimos a la cola de los 25 primeros y el último día de votación acabamos en el puesto treintaitantos. Estábamos fuera. Pero entonces nos llegó un aviso de que nos había salvado el jurado. Quedaban 35 grupos que tenían que pasar otro filtro a través de un jurado para terminar en los 15 que pasarían a la fase final. Y ahí el jurado nos volvió a elegir. Hasta ese momento nos lo tomábamos como algo que no dependía de nosotros. Pero yo tuve dos sensaciones. La primera fue que habíamos llegado al punto dónde creo que más destacamos, que es el directo, por lo cual teníamos muchas papeletas de pasar. La segunda fue pensar: “mierda, ahora toca currárnoslo otra vez” (risas). Para nuestra suerte, solo había que tocar cuatro canciones en 15 minutos”.
ÁLVARO “Una cosa que aprendimos al salir de esa UCI de la que hablaba Gonzalo, fue adaptar nuestra forma de trabajar a nuestras vidas y condiciones. Ahora cuando vamos al local, se nota mucho que traemos los deberes hechos de casa. Tocábamos el setlist completo 4 o 5 veces y salía todo a la primera. Como te decíamos, fue el chute que necesitábamos para resucitar. Ya no era algo para nuestros colegas ni nosotros mismos, sino la oportunidad de tocar en el festival más grande de Madrid y uno de los más importantes de España”.
HÉCTOR:“Y todo eso después de que en la última reunión pensáramos que no íbamos a ninguna parte (risas).Hay algo que puede que nos faltara antes de entrar en la UCI y es que no nos estábamos juntando todos para ensayar. Cuando nos metíamos en el local, salíamos de ahí con un subidón que podía con toda la frustración que nos generaba el que no salieran las cosas. Cada vez que me iba a casa después de preparar la actuación para las finales del Mad Cool, lo hacía feliz. Y esa misma sensación es la que tuve cuando tocamos en la Wurli por primera vez”.
ÁLVARO “Yo también lo viví muy parecido. Recuerdo lo que dijo Roberto después de El Underground: “Quiero tirar adelante con esto porque mi vida por lo general no me está dando más y la motivación que he tenido para dar este concierto me hace feliz. Y lo único que ha cambiado es que ahora tengo a Fuet!”. Y para mi era exactamente así. Tocar con esta gente me ayuda a evadirme y hacer que luego me vaya contento a la cama por las noches. Es un punto de ilusión que no imaginaba que pudiera encontrar cuando tenía la música casi aparcada de mi vida”.
GONZALO “A mi la idea de participar en el concurso del Mad Cool me flipó, porque además estaba muy convencido de que íbamos a pasar. A ver, siempre queda la duda y no quiero hacer de menos al resto de grupos, ni mucho menos, porque había musicazos con proyectos súper interesantes. Pero siendo consciente de nuestra propuesta, de lo bien que sonábamos y lo medidas que estaban las cuatro canciones que tocamos, como las enlazamos, lo a tope que estábamos… Si no importaba que fuéramos un grupo de hardcore gritón con una distorsión del demonio que no nos quieren en ningún sitio, sabía que íbamos a pasar. Y así fue”.

Foto: Eric Larsson

“Aún estamos haciendo un poco de prueba-error para averiguar como aprovechar la oportunidad que se nos ha presentado» ÁLVARO MORALES

En cualquier caso, estamos acostumbrados desde hace tiempo a que los festivales organicen estos concursos para bandas pequeñas con el premio de entrar a formar parte de sus carteles. Personalmente no soy muy amigo de este tipo de propuestas, ya que en muchos casos no dejan de ser un falso termómetro de popularidad en las redes dónde los grupos se dedican a mendigar “me gustas”. ¿Cuál es vuestro punto de vista después de esta experiencia? ¿Estarías dispuestos a volver a pasar por ella?
HÉCTOR “Justamente hoy ha salido el Band Contest del Resurrection Fest y nos hemos apuntado, pero no vamos a dar la brasa a la gente para que nos vote. En el caso del Mad Cool lo vivimos de otra manera porque en el fondo lo que buscábamos era que alguien lograra reanimarnos. Ahora que la banda vuelve a estar despierta, tener que pasar de nuevo por eso te pone en una posición que, a mi al menos, no me gusta. Cuando tienes tu primer grupo, a veces pasas por una etapa en la que sí abusas un poco de la amistad, pero llega un momento en el que decides que a quién le guste, pues bien, y a quien no, pues también. En ese sentido, no comulgo mucho con tener que andar pidiendo “likes” en las redes. Me parece bien que los festivales le brinden una oportunidad a las bandas noveles, amateurs o undergrounds, pero al mismo tiempo hay cosas controvertidas. Creo que en cierto sentido le quita valor a muchas propuestas chulas cuando tendría que ser algo bidireccional. Los festivales deberían nutrirse de todos esos grupos más humildes, no aprovecharse de la necesidad que tienen por emerger. Al menos cuando vimos las bases del concurso del Mad Cool, apreciamos que le iban a dar un tratamiento más profesional al asunto, por mucho que viniéramos del underground”.
ÁLVARO “Eso se ve en que la selección eran las 25 más votadas y otras 10 elegidas por el jurado. Ya te están dando la oportunidad de que no tengas que basarlo todo en el marketing de las redes sociales, sino que también hay una serie de personas especializadas que eligen entre todas las candidaturas. Había artistas que ya tenían números muy grandes en las plataformas de streaming. Ante eso no podíamos competir”.
HÉCTOR “Al mismo tiempo es una putada porque a veces es la única posibilidad que tienes para acceder a este tipo de eventos tan masivos. Ahora que estamos intentando organizarnos un poquito mejor, hemos comprobado que a la hora de enviar correos a la prensa, agencias o promotores, el caso que suelen hacerte es nulo. Entonces, si no tienes otras vías de alcance al público, te toca pasar por el aro”.
GONZALO “Hemos cogido esta oportunidad con mucha ilusión porque significa reactivar Fuet! en serio. Y por otra parte, formar parte de esa lista de 100 bandas seleccionadas implicaba que alguien había tenido el criterio para decidir que molábamos más que otras 1000 propuestas. Nos hizo darnos cuenta de que quizás teníamos posibilidades reales de ganar y que la gente nos viera”.

Todos vosotros estáis o habéis pasado por formaciones que, tomándoselo un poco más en serio, no han acabado de despuntar como lo habéis hecho vosotros en tan poco tiempo cuando la premisa era justo la opuesta. ¿Qué creéis que tenéis de diferente que haya llamado la atención respecto a otros grupos en los que habéis militado?
HÉCTOR “En mi opinión, creo que tiene mucho que ver con la manera en la que nos presentamos. Para el Mad Cool pasamos el videoclip de ‘KitKat’. Tiene un toque estético, tanto en la vestimenta, los colores, la narrativa… que tiene cabida en la cultura popular actual. Eso hace de vaselina para que la cera que repartimos entre un poco mejor (risas).Diría que va por ahí. La propuesta es atractiva, pero somos conscientes de que hicimos el vídeo con un presupuesto muy bajo y la producción no es tan buena como la de los singles que vamos a sacar próximamente. Así que pienso que lo que llamó la atención del jurado fue el envoltorio audiovisual. Es algo a lo que queremos prestarle más atención de ahora en adelante, porque pensamos que eso está haciendo que tengamos una mejor acogida. Hace poco comentamos en otra entrevista que de esta forma tenemos un acceso más fácil a todos los públicos. El no aparecer como la clásica figura habitual del hardcoreta mazado cubierto de tatuajes nos hace parecer más cercanos”.
GONZALO “Yo también diría que gran parte de la clave está ahí. Tenemos la suerte de que el rock está volviendo con diferentes matices: más pop rock, mezclándolo con el urbano… Pero hay un resurgimiento del rock de primeros de los 2000’s que está ahí en distintas versiones y creemos que podemos formar parte de ello en la vertiente más dura. El hecho de que nuestra estética nos haga parecer más humanos, que se entienda cierto sentido del humor a la hora de afrontar como aparecemos en los directos y en los vídeos, sin perder la seriedad, nos da puntos para acercarnos a ese espectro del público que a día de hoy escucha rock pero no se imagina que le pueda gustar un grupo de hardcore”.

En parte, ese mismo recurso ya ha funcionado anteriormente. En el videoclip de ‘New Noise’ Refused salían tocando en jersey. O por citar una caso más reciente,  Turnstile también es una influencia muy clara para vosotros.
HÉCTOR “Puede que me esté equivocando, pero cuando yo intento escuchar otros grupos parecidos al nuestro, sus tonos son mucho más oscuros, las personalidades de los componentes son muy rudas… En cambio, lo que nosotros ofrecemos en los vídeos no está tan asociado a esa estética. Tampoco sabría decir si eso nos ayuda, pero desde luego es algo que nos caracteriza”.
GONZALO “Da igual quien seas, puedes venir a rockear y pasártelo bien. Ese es el mensaje. Y por supuesto, Turnstile son un gran referente para nosotros. No nos escondemos (risas)”.

Recientemente habéis regresado a Westline para grabar más material que iréis lanzando en los próximos meses. ¿Hay planes para que Fuet! tenga un futuro solido más allá de un par de conciertos y singles esporádicos al año?
HÉCTOR “Es una idea que estamos esculpiendo ahora mismo a medida que se acerca la fecha del Mad Cool. Hay una mezcla de emociones. Por un lado, piensas que en un año has conseguido llegar a un lugar que nunca habías pisado con ninguna otra banda. Pero al mismo tiempo, te vas dando cuenta de que tampoco es para tanto. En un punto intermedio entre esas dos sensaciones es dónde creemos que está nuestro camino. Una de las conclusiones a las que hemos llegado es que si hay personas dentro de esta industria que han querido apostar por nosotros, quiere decir que nuestro “producto musical” tiene cabida en la escena. Eso lo tenemos claro. Nuestro debate ahora es cómo afrontarlo. ¿Intentamos dejarnos llevar hasta donde lleguemos gracias a  este impulso que tenemos ahora  o vamos a intentar meterle mano nosotros mismos? Poco a poco estamos encontrando un equilibrio. Tenemos un montón de material que todavía no sabemos como lo acabaremos sacando, pero está ahí. Por otra parte, queremos tocar pero tampoco es que estemos sobrados de tiempo para buscar conciertos. Ahí entra la discusión sobre tirar por el DIY o delegar en otras personas. Estamos en esa encrucijada, pero en este momento los cinco tenemos el suficiente cariño en el proyecto para dedicarle tiempo de calidad y darle el hueco que se merece”.
ÁLVARO “Aún estamos haciendo un poco de prueba-error para averiguar como aprovechar la oportunidad que se nos ha presentado. Hemos cambiado la manera de trabajar y organizarnos de cara al futuro. Iremos publicando cosas poco a poco y disfrutaremos de lo que venga”.

¿Y existe la posibilidad de publicar un álbum completo más adelante?
HÉCTOR “Nuestra intención es recopilar las canciones que tenemos y las que vayamos lanzando próximamente en un mismo trabajo. Aunque estén muy dilatadas en el tiempo, todas han nacido del mismo sitio y pueden tener cabida en un álbum. De momento, hemos grabado tres temas nuevos en Westline y tenemos más guardados. Igual en algún momento del año que viene lo recopilemos todo en un disco. Hay mucha gente que nos pregunta si abogamos por el formato LP y claro que estamos a favor, pero como no tenemos tiempo para ponernos a componer durante un año, vamos haciendo poco a poco. También es como funcionan las cosas ahora. Sacar un EP o varios singles sueltos que son como pequeñas fotografías de un momento que luego sirven para formar una más grande que lo amplíe todo”.

GONZALO PUEBLA