No hay adjetivo que mejor defina la carrera de los madrileños Hamlet que el escogido para dar título a su decimotercer álbum de estudio, Inmortal. Un retoño que, sin embargo, ha tenido que esperar casi siete años para ver la luz debido a un cúmulo de factores.

Primero fue la pandemia la encargada de cortar de raíz la actividad de la banda cuando Berlín, su último trabajo, afrontaba un nuevo ciclo vital sobre las tablas. Más tarde, retomada la normalidad en 2022, sería el éxito del ‘Revolu-Insomnio Tour’ el culpable de extenderse más de la cuenta y alargar esa espera respecto a entrar de nuevo al estudio. Lo que en verdad desconocíamos era la crisis artística sufrida por la banda en medio de todo aquello, un momento crítico que se solventó mirando a lo más profundo de sí mismos. De esta forma nos lo explicó su guitarrista Luis Tárraga minutos antes de salir a escena en los camerinos de la sala Tótem en Villaba (Navarra). Primer pistoletazo de gira que además de presentar algunos de los nuevos temas de Inmortal, (Maldito) sorprenderá al público con un repertorio totalmente renovado y un par de caramelitos menos habituales.

Supongo que el primer concierto de toda gira siempre es especial.
LUIS TÁRRAGA «Es especial. Estás un poco nervioso, pero eso siempre es bueno. El día en el que vea a alguien del grupo calmado… como que no. Lo que pasa que esta vez se mezcla el tocar por primera vez unas cuántas canciones nuevas y luego, como verá la gente, unos cuántos cambios respecto a los conciertos de los últimos 3 o 4 años. De ese repertorio solo hemos dejado 7 canciones, entonces la mayoría es “nuevo”, antiguo pero que hace mucho que no tocamos, y entonces hay que estar súper concentrado. Hoy fallaremos (risas)«.

A mí eso me gusta, resulta más humano (risas). Bueno, decía también lo de especial por el tiempo que ha pasado desde que presentasteis nuevas canciones. No es la primera vez que hacíais una gira remember, pero nunca se había alargado tanto como el Revolu-Insomnio Tour.
«Claro, ahora hay cosas que van a sorprender. Hay cosas que hace 20 años que no tocamos, y ‘Limítate’, por ejemplo, desde hace 7 u 8. De repente, para nosotros, resulta muy especial mezclar esas con otras ‘antiguas nuevas’ al estar 4 años tocando con una mecánica que salen solas. Todavía nos falta acostumbrarnos a ellas, pero le da naturalidad al no resultar tan esquemático todo».

En muchos aspectos fue como una vuelta a los inicios, ¿no? Gira larguísima, en todo tipo de espacios… hasta con Soziedad Alkoholika en muchas de las fechas, como en los viejos tiempos.»
Sí, ahora tenemos otra fecha en Burgos con ellos. Para la gente más joven, fue cuando sacamos el ‘disco negro’ nosotros que empezamos a hacer un tour conjunto, pero fue justo cuando empezó la persecución política hacia ellos en todos lados y toda la semana era una incertidumbre, era llegar a un sitio y no saber si se iba a tocar o no, incluso estando en sitios nos obligaron a suspender. Ahora justo hemos coincidido de nuevo, lo recordamos y sí, hay mucha amistad. Encantados».

Foto: Irene Bernad

«Sé que habrá gente que diga que nos hemos copiado a nosotros mismos, pero para mí es un halago» LUIS TÁRRAGA

En Inmortal hay precisamente mucha influencia de aquella época. ¿Fue premeditado o el volver a tocar esos discos tanto tiempo os influyó de alguna manera?
«A ver, siempre influye cuando estás en una gira con una dinámica de un determinado tipo de canciones. La energía que tenían esos discos y ver a la gente disfrutar tanto hizo que a la hora de ir al local y componer algo diferente no enganchara, pero porque vienes de hacer una serie de temas ‘fáciles’ en el buen sentido de la palabra, temas de 3 minutos, directos. Podíamos meter quinientas partes, que está bien hacerlo, lo hemos hecho en otros discos, pero queríamos concretar más, que este riff mole, y eso sí se acerca a la influencia de haber tocado esos discos. Pero también te digo una cosa. Hicimos Berlín que nos encantó, estábamos en una gira que estaba saliendo de puta madre y llegó la pandemia. Fue un disco bastante experimental, comparado con este, por ejemplo, y cuando volvimos a intentar hacer canciones no nos gustaban absolutamente nada, no me digas por qué. Queríamos coger Berlín e ir más allá, hacer temas complejos porque llevábamos mucho tiempo sin sacar nada, y al no funcionar dijimos que había que encontrar la raíz de Hamlet. La gira nos ayudó en ese sentido. La raíz de cualquier grupo para mí son los tres primeros discos, no quiere decir que luego tengas un cuarto o quinto que sea incluso mejor, pero la esencia con la que tú montas el grupo está en esos discos. Ahora tenemos una ventaja, que tocamos mejor, y podemos hacer mejores arreglos y jugar dentro de una misma canción, cosa que antes o no nos atrevíamos o no sabíamos hacer. Sé que habrá gente que diga que nos hemos copiado a nosotros mismos, pero para mí es un halago. Me encanta tener el sello propio y queríamos hacer un disco con toda nuestra personalidad».

¿Cuál fue la llave que lo desbloqueó todo?
«Normalmente empiezo yo en casa con la música, la base, y luego ensayamos mucho antes de grabar. Somos muy críticos con lo que vamos a hacer. Le damos entre todos muchas vueltas y cambia todo mucho. Pero el click llegó tocando la guitarra un día en casa, salió la primera canción, que creo que fue ‘Acto de Fe’, y ese groove que salió rodado hizo que luego todo fluyera muy fácil. Si escucharas lo que antes pretendía ser un posible disco de Hamlet dirías que no tiene nada que ver. No emocionaba, y a mí esto me emocionó, pero me lo tuvo que provocar esa canción. Y fue cuando yo mismo me di cuenta que lo anterior que estaba componiendo era una mierda».

Algo parecido le pasó a Gorka Urbizu con su debut en solitario.
«Eso es, misma sensación. Le di vueltas, hasta lo llegué a repugnar y decir que no quería hacer un disco más de Hamlet. Llegó un momento de bajón y tuve que decir ‘Luis, ¿qué es lo que te mueve a ti?’. No quiero demostrar nada a nadie, me lo quiero demostrar a mi y a la banda, cómo es un tema de Hamlet de verdad, y cuando eso me hizo click en la cabeza salió todo».

Supongo que el tener un sonido tan propio puede ser a veces un arma de doble filo, y más cuando has escrito ya cientos de canciones.
«Totalmente, te condiciona mucho. Sabes qué canciones pueden llegar a la gente, pero tienen que salir de formal natural. Es lo que te decía, este disco tiene mucho de raíz, pero te prometo que fue saliendo así llegados a ese punto. Lógicamente recuerda más que otros discos, que a lo mejor tienen más variedad en el sentido de ser más diferentes. Ese es el arma de doble filo, muchas veces caes en tu sonido, pero para nosotros este tenía que ser el momento porque nos suena fresco tocar esto ahora. Ir a otros extremos, que nos gustan, no lo sentíamos en este momento».

Si no fuera porque ya tenéis uno, diría que este disco podría llamarse perfectamente Hamlet. Lo digo porque suena a eso, 100% Hamlet.
«Le pegaría. El ‘negro’ es un disco que le tenemos mucho cariño, hoy caen tres canciones de él que hemos recuperado, y nosotros le pusimos Hamlet en aquel momento porque nos parecía el culmen de todo lo que habíamos hecho hasta entonces. A la gente no le sorprendió tanto porque veníamos de discos que eran la bomba, pero para nosotros fue muy especial, porque a nivel de producción y cosas que hicimos fue uno de los más completos».

Yo creo que es de los que mejor ha aguantado el paso del tiempo.
«Exactamente, para mí también. Para la gente los anteriores son insuperables, pero yo, como músico, que analizas la composición, los desarrollos de las canciones, cuándo vas más al límite… Es muy crudo y pesado, como a nosotros nos gusta. Y no es un disco para nada comercial, aunque tenga ‘Limítate’. Es verdad que tiene ese paralelismo con Inmortal por ser un disco muy de nosotros».

Berlín destacó por la presencia de muchos efectos y pinceladas electrónicas. En Inmortal también las hay, pero su presencia es muy diferente. Me ha sorprendido que en el interludio vayáis a saco, pero luego no veamos casi esa influencia a lo largo del disco.
«Hay más detalles de los que la gente cree. Los sintes están muy escondidos con las guitarras, no hemos querido que se diferenciara tanto para que fuera muy Hamlet y distanciarlo un poco de Berlín, también. Está muy empastado, muy tocado de mano, que no se note directamente la pista. El tema de las coordenadas (‘41.9383403, -7.4310342’) es como la parte uno de ‘Amor o Poder’. Cuando empezamos a experimentar en esta junto a Pau Durán (el chico que ya les ayudó con ese tipo de arreglos en Berlín -ndr.) nos empezó a salir como una canción aparte que nos moló un huevo y la metimos. La podíamos haber puesto como una intro de ‘Amor o Poder’, pero nos cuadró más como un tema independiente pero que tiene que ver, hay un pasaje de notas y una parte que es la misma. Tiene un par de variaciones, pero es la misma línea melódica y lo hicimos aposta».

Ya que hablamos de detalles concretos del disco, también me chocó en una primera escucha -y parece que a mucha gente- el riff inicial de ‘Paz y Amén’, por su parecido a ‘Break Stuff’ de Limp Bizkit.
«Es verdad (risas). El disco tiene una serie de homenajes a música que nos gusta, muy de los 90´s o finales, eso está claro, pero no era algo concreto. Era algo más rollo Beastie Boys, que nos gustan mucho, ese groove, o Refused, Snapcase, Helmet, con ese tipo de riffs cortantes. Luego queda muy Limp Bizkit, lo reconocemos, pero no nos importó porque nos mola mucho la canción, realmente es solo el principio. No fue algo premeditado».

El disco es cortito, más aún cuando dos de los temas son un interludio y otro ya conocido (‘Sombras’). ¿Sentís que el ritmo de vida nos está llevando a que todo sea más inmediato, casi sin darnos cuenta?
«Totalmente. En este caso había un tema más, pero queríamos que fuesen diez, nos dio por ahí. Esa canción no llegaba al nivel, te soy totalmente sincero. En cambio ‘Sombras’ nos encantaba, le hemos hecho unos cambios que la gente no aprecia. No entró en Berlín porque no llegamos a acabarla, y la sacamos ahí en la pandemia como un tema suelto, pero nos apetecía que estuviera en un disco de Hamlet. Que no se quedara en el limbo. El que supuestamente iba a entrar no nos gustaba y entró ‘Sombras’ como décimo tema para cerrarlo».

Esta misma sala fue testigo de un concierto desenchufado con el Syberia como protagonista en plena pandemia. Es verdad que la situación invitaba a ello, pero mucha gente estaría deseando escuchar algún repertorio especial de otros discos no tan obvios, como el ‘negro’ o el Pura Vida, por ejemplo. Sé que ahora estáis centrados en Inmortal, pero ¿lo habéis hablado alguna vez? ¿Lo tenéis en mente de cara a algún aniversario?
«Me gustaría contarte una historia de los acústicos. Ahora mismo tiene que pasar un tiempo para que volvamos a hacer algo parecido, porque al igual que fueron muy emocionantes esos conciertos en ese momento, porque hicieron que el grupo siguiera funcionando, nos recuerda a una época chunga, por el momento de la música, de la gente. Tocar ahora un acústico nos traería una sensación un poco amarga, que no quita que fueran la polla esos conciertos. Tenemos todo eso grabado y queremos editarlo en algún momento, y cuando sea el momento volveremos a hacerlo. Es una faceta que a la gente le gustó mucho. Nosotros somos los primeros que nos gustaría hacer repertorios totalmente diferentes muchas veces. Somos así, vemos a un grupo que nos flipa y nos gustaría escucharles canciones o discos menos típicos, pero la gente incluso se mosquea cuando no tocas ciertas canciones (risas). Hay canciones que son muy singles que hoy no van a caer, por ejemplo, porque a lo mejor hemos metido otras de los discos que estás hablando. Y estás presentando un nuevo álbum, tiene que haber cierto equilibrio. En cuanto a la pregunta, nos encanta hacer remembers, a lo mejor de esos discos enteros no, pero sí coger tramos de nuestra carrera como hemos hecho recientemente, claro que nos gustaría».

A muchas bandas se les pregunta dónde se ven en 15 o 20 años, pero es que vuestra música es mucho más exigente que la de otros, sobre todo en directo. ¿Cómo se ve Hamlet?
«Sabemos que algún día llegará. Cuando de verdad veamos que no podemos, que el grupo no mola, vamos a ser los primeros que lo vamos a saber. Ni a nivel compositivo de hacer canciones ni a nivel de tocar en directo, no nos vamos a arrastrar. Cuando perdamos la ilusión. Todavía la tenemos y eso es lo que nos mantiene. Las canciones las hacemos para este momento, el directo, para salir ahí quietos no. Tampoco quiere decir que ahora estemos dando botes como antiguamente. Bueno, a lo mejor a veces más que antiguamente (risas)«.

¿Qué tal estás tú de la espalda, por cierto?
«Me operaron de la médula, tuve un susto muy gordo y casi me quedo en una silla de ruedas. Me tuvieron que operar, estuve un tiempo mal, pero no fueron achaques de la edad, sino una enfermedad de la que, afortunadamente, me recuperé. Ahora estoy perfecto en ese aspecto. Me cuido, hago mucho deporte y no me impide tocar en Hamlet (risas)«.

Que no es poco (risas).

JORGE AZCONA