Hablar es fácil, pero actuar es otra cosa. In Hearts Wake llevan desde sus inicios lanzando mensajes ecológicos en sus canciones, pero para su nuevo álbum Kaliyuga han ido un paso más allá, creando un álbum ‘libre de carbono’ que esperan que abra el camino para que otras bandas sigan sus pasos.
Es evidente que tal como está montando el mundo, la opción de que un grupo pueda girar, y más a nivel internacional, de forma totalmente verde es una utopía. Más todavía si tu lugar de origen es Australia y tienes que coger un avión para salir del continente. Pero lo que sí se puede hacer es tomar decisiones que sean lo menos nocivas posibles. Los siempre concienciados Jake Taylor (voz), Eaven Dall (guitarra), Ben Nairne (guitarra), Kyle Erich (bajo, voz limpia) y Conor Ward (batería) decidieron atacar el problema de raíz desde la propia gestación de su quinto álbum Kaliyuga (UNFD), que verá la luz el 7 de agosto.
La banda de Byron Bay, el mismo paraje idílico del que salieron Parkway Drive, han calculado que durante el proceso de grabación (incluyendo la electricidad, viajes, comidas etc…) han producido 26.37 toneladas de CO2e y lo han compensado comprando créditos de carbono en el Yarra Yarra Biodiversity Corridor of Western Australia. Además tiene previsto minimizar el impacto de la huella ambiental usando material reciclado para crear los formatos físicos del álbum y sin usar plásticos. Una decisión encomiable que además viene acompañado de un salto creativo importante, introduciendo ideas frescas a su habitual metalcore.
Vosotros lleváis años muchos años alertando de los peligros de dañar al medio ambiente. ¿Te imaginabas que algo como la pandemia actual pudiera ocurrir? ¿Crees que es una consecuencia de cómo tratamos el planeta?
JAKE TAYLOR “No me imaginaba una pandemia a tan gran escala. No creo que nadie lo supiera. De todos modos cuando pones a hervir una olla, empiezan a crearse burbujas que salen a la superficie. No hay duda de que hemos estado hirviendo y la olla, y cómo esas burbujas exploten es muy difícil de predecir. Creo que el hombre ha ido invadiendo espacios naturales de los animales, así que es posible que cada vez veamos un aumento de nuevas enfermedades. Sin duda creo que esto es una consecuencia de cómo tratamos la naturaleza y a nosotros mismos. Espero que no volvamos a la normalidad. La normalidad no era buena (risas). En Australia hemos tenido bastante suerte porque nuestra población está muy dispersa, y no ha sido tan grave como en otros países, pero pueden llegar nuevos peligros”.
La pena es que en este caso, los gobiernos sí han actuado, o al menos la mayoría, con medidas drásticas, pero en cambio en lo referente al calentamiento global no se hace apenas nada. Ahora hemos visto de primera mano, que es posible parar la contaminación. ¿Crees que se puede sacar una buena lección de todo esto?
“Creo que alguna gente lo hará y otra no. Como decías ahora hemos tenido la evidencia de nuestro efecto sobre el medio ambiente. Pero creo que el cambio tiene que venir de la ciudadanía. Si sacudes la base, los de arriba se mueven. Ahora los de arriba están preocupados en reactivar la economía lo antes posible, así que tendrán que ser los de abajo los que decidan si quieren un mejor futuro para sus hijos, y eso puede hacerse a través del consumo, por ejemplo. Veremos si como colectivo tenemos la fuerza para generar ese cambio. Es un reto monumental”.
Vosotros no sólo cantáis sobre estos asuntos, sino que también actuáis. Vuestro nuevo disco se producirá sólo con materiales reciclados y habéis intentado que todo el proceso sea ecológico. ¿Crees que habéis abierto un camino para que otras bandas os sigan?
“Creo que sí. Creo que cada vez será más frecuente, simplemente como una cuestión de supervivencia. La gente está despertando y va a querer gastar su dinero en productos y su energía en empresas, marcas, productos o, también, arte que sea perjudicial para el medio ambiente. Creo que es el siguiente paso: pensar más a largo plazo y menos en el beneficio a corto”.
¿Fue difícil conseguir vuestro objetivo o las opciones están ahí, pero simplemente las ignoramos?
“Fue un desafío porque es un camino poco explorado. Tuvimos que descubrir las áreas en las que generamos residuos de carbono, pero una vez las supimos no es tan complicado actuar sobre ellas. No es complicado calcularlo. Bueno, no estuvimos nosotros haciendo las fórmulas, sino que trabajamos con un profesional que hace este tipo de consultoría para empresas. Nunca lo había hecho con un grupo de música, pero el modelo es el mismo. Ahora que hay un precedente, creo que será mucho más fácil para que otros lo apliquen. Cualquier banda puede hacerlo”.
Hablando ya de música. El disco me ha sorprendido muy gratamente. He tenido de haber escuchado algo nuevo en vosotros, es más imaginativo. ¿Dirías que es un nuevo punto de partida para el grupo?
“No diría que es un nuevo comienzo, sino que lo veo más bien como una nueva temporada de una serie de televisión en la que presentan nuevos personajes. Creo que seguimos siendo nosotros, pero es la versión 5.0 de la banda. Hemos crecido mucho en los cuatro años transcurridos desde que escribimos el último disco. Creo que ese crecimiento es lo que se escucha en el disco. Hemos tenido el tiempo, y la oportunidad, para crecer”.
Sí, de hecho vuestros primeros discos salieron muy seguidos. Sacasteis cuatro discos entre 2012 y 2017 ¿Crees que iba en contra de vuestra propia evolución?
“Bueno, es cómo funciona el mundo, lo cual viene a mostrar que no funciona bien. Se intenta generar una oferta para crear una demanda, en lugar de dejar que la demanda venga a ti. Se necesita más paciencia para crear y crecer. Pero creo que también tiene que ver con la edad. Cuando tienes 20 años, tienes mucho que decir y mucha energía. Queríamos expresar muchas cosas. Pero llega un momento en el que ves que necesitas dar un paso atrás y coger un poco de perspectiva. Creo que a partir de ahora vamos a seguir así. No vamos a sacar otro disco el año que viene, sino que nos daremos el tiempo necesario para que cada paso tenga un sentido”.
“Teníamos una regla para este disco: en cada canción tenía que haber una decisión que fuera atrevida” JAKE TAYLOR
¿Confiáis también en que vuestros fans hayan crecido y os sigan?
“La confianza no viene tanto de los fans. Nos da permiso para poder experimentar, pero la cuestión es que si quieres hacer algo nuevo, tienes que probar cosas nuevas. Es la única manera. Siempre vas a tener la duda de si va a gustar a la gente, pero tienes que arriesgarte a ser vulnerable si quieres expresar cosas nuevas. El compromiso del artista no tiene que ser con gustar a la gente, sino con decir lo que sientes y ser honesto”.
¿Habéis cambiado vuestra manera de componer?
“Sí, hemos cambiado. A medida que vas cogiendo más seguridad como compositor, eres capaz de empezar canciones de manera individual, en lugar de tener que quedar todos y construir algo de cero todos juntos. Cuando lo haces por separado es más fácil que aparezcan distintos matices porque cada uno ha empezado desde un punto distinto. Incluso geográficamente. Buena parte de este disco lo escribí estando en América, mientras que el resto estaba aquí. Creo que todo eso le da más diversidad a la música, voces distintas. Creo que todo eso se nota en el disco”.
Desde luego. La combinación de influencias creo que es mucho más rica que antes.
“Sí. Teníamos una regla para este disco: en cada canción tenía que haber una decisión que fuera atrevida. Y si no había una decisión atrevida, teníamos que explorar algo nuevo, fuera un concepto para la letra, un instrumento nuevo, o una estructura diferente”.
¿Cuál dirías que fue la decisión más atrevida?
“Yo diría que la dureza de ‘Worldwide Suicide’, que es de lo más cañero que hemos escrito, pero que se va ralentizando cada vez más es una estructura muy convencional. Y luego contrastándola con la suavidad de ‘Crossroads’. Para mí esa decisión fue muy atrevida”.
¿Cómo te sientes respecto al punto en el que está el grupo? Cada vez os conoce más gente, pero da la sensación que hay una especie de techo de cristal para muchas bandas que resulta muy difícil de romper. ¿Tienes la sensación de estar siempre dando vueltas al mismo circuito y que no podéis salir de él?
“Bueno, yo creo que hay muchas bandas que rompen ese techo. Pero tienes que estar satisfecho aun permaneciendo en ese circuito más minoritario. Algunos de nuestros mejores conciertos los hemos dado con sólo 20 personas. Creo que el crecimiento tiene que estar más en la música que en el número de gente que te sigue. Antes el techo era ser cabeza de un cartel en un festival y actuar ante 100.000 personas, pero ahora mismo nadie puede hacerlo, así que ese techo ha bajado. Pero nunca sabes que será lo que permita romper ese techo. Puede ser que una canción tuya suene en una serie de televisión o cualquier cosa. Pero lo importante es disfrutar del arte sea en el circuito que sea”.
Sí, pero también tiene que ser viable desde un punto de vista económico.
“Creo que mientras no vayas hacia atrás, y con eso quiero decir que pierdas dinero, depende de ti tener la energía para que las cosas vayan hacia adelante. En Australia están cambiando las cosas, estamos creciendo y podemos tocar continuamente. En el resto del mundo es más complicado porque sólo podemos girar cada dos años o así, pero incluso si no ganamos nada o perdemos un poco, estamos contentos con poder tocar en otros continentes”.
JORDI MEYA