Después de muchos años picando piedra, a los chicos de Jardín De La Croix les llegó la recompensa a tanto esfuerzo con Circadia. Aquel disco les llevó a lugares que hasta entonces parecían inalcanzables para ellos. Lejos de acomodarse, en su nueva aventura están dispuestos a agitar un poco las cosas.
Aunque iniciaron sus carreras casi al mismo tiempo y es fácil encontrar similitudes entre ambas formaciones, a Jardín De La Croix les ha costado algo más que a Toundra el empezar a obtener el reconocimiento que por calidad sin duda merecen. Sin bien a priori sus canciones resultan algo más enrevesadas y difíciles de asimilar para el oído medio debido a sus dejes progresivos y math, no fue hasta que entraron a formar parte de las filas de Aloud Music (sello del que Toundra también formaron parte en sus inicios) cuando comenzaron a asomar la cabeza más allá de las profundidades de nuestro underground. La publicación de Circadia en 2016 colocó a Ander Carballo (guitarra), Pablo Rodríguez (guitarra), Israel Arias (batería) y Nacho Hernández (bajo) en los mejores escaparates festivaleros de nuestros país además de realizar sus primeras incursiones en territorio europeo. Una situación que muchos grupos firmarían encantados.
Sin embargo, a la hora de darle continuación, los madrileños sufrieron un bloqueo creativo del que salieron con ideas renovadas. En lugar de lanzar un álbum al completo, sus nuevas composiciones verán la luz en los próximos meses a través de una serie de 10″, con dos canciones cada uno, repartidas en tres entregas. Aunque el coronavirus ha truncado parte de sus planes de que éstas apareciesen a lo largo de 2020, no ha impedido que el primer capítulo, Letargo, ya esté en la calle.
La misma semana que abrieron el pre-order, Ander atendió nuestras preguntas para saber más sobre esta etapa que se abre ante una de las bandas instrumentales más punteras que tenemos por aquí.
Con Circadia parece que vivisteis vuestro mejor momento como grupo: gira europea, lleno en la presentación del disco en una sala como Caracol, un montón de festivales importantes… ¿Lo consideráis más el fruto recogido después de años de mucho curro o pensáis que el fichaje por Aloud os abrió algunas puertas que antes estaban cerradas?
ANDER CARBALLO «Creemos que ha sido una combinación de ambas cosas. Nosotros como banda llevábamos tocando muchos años sin apoyo de sellos, era todo autogestionado 100%. Obviamente cuando Aloud entró en la ecuación todo empezó a cambiar a un ritmo al que no estábamos acostumbrados: primera gira europea, festivales, promoción muy profesional y entrar a formar parte de una familia que se vuelca totalmente con sus bandas. A día de hoy, si Aloud no se hubiera interesado por nosotros no sabemos muy bien dónde estaríamos, pero te aseguro que no se nos hubieran abierto tantas puertas».
¿Con qué momento os quedaríais de todo el ciclo del álbum?
«Hay muchos que destacar, pero sin duda nos quedamos con el verano de 2017: Primavera Sound, Be Prog! My Friend, Download Festival, Tsunami y ArcTanGent. Fue un verano sin descanso y sin casi vacaciones, pero fue maravilloso. Un sueño cumplido para nosotros. Siempre hemos pensado que Jardín no era un grupo de grandes festivales y que nunca llegaríamos a estar ahí, pero nos equivocamos. Nuestra música también tiene cabida en grandes escenarios. Ahora que somos mainstream, a ver si Rosalía nos llama pronto para abrir sus conciertos (risas)«.
Por otro lado, el éxito de Toundra también habrá tenido que ver para que ahora se le preste más atención a grupos instrumentales como el vuestro. De hecho, yo os he visto compartir escenario juntos cuando apenas estabais empezando ambas bandas. ¿Crees que sin ellos gente como Syberia o vosotros lo hubiera tenido mucho más complicado?
«Desde luego que Toundra han abierto un camino para el resto de bandas instrumentales, de eso no hay duda. Si no recuerdo mal, empezamos más o menos en el mismo año. Eran propuestas muy diferentes a pesar de compartir la etiqueta de instrumentales, pero por aquella época ellos hacían melodías armoniosas y bonitas y nosotros nos preocupábamos por tocar toda nuestra música en compases impares, reventar tímpanos con disonancias… Nuestro lema principal era ‘cuantas más notas toquemos y más rápido, mejor’. ¡Seguramente de ahí nuestra falta de éxito! (Risas) Eso ahora ha cambiado. A día de hoy también nos preocupamos de que la gente disfrute con nuestras bonitas melodías en 7/8. En 2008 hicimos nuestro primer concierto con ellos en la sala Siroco, y por aquel entonces ya se notaba que empezaban a despuntar con una propuesta atípica para ese momento. ¿Seríamos los mismos si Toundra no hubieran existido? Pues creo que no. Quizás en España la música instrumental se habría quedado en un pequeño nicho de mercado y no hubiera llegado a los grandes festivales o a un público mucho más amplio, pero nunca lo sabremos. Lo que sí te puedo decir, no sé si a raíz de que Toundra empezaran a destacar, es que hay un montón de bandas instrumentales en nuestro país que merecen muchísimo la pena, entre ellas nuestros compis Le Temps Du Loup, con los que compartimos bajista, Syberia y Böira desde Barcelona, Our Next Movement desde Valencia, y muchas más. Con esto quiero decir que dentro de nuestras fronteras también se hace música de calidad que muchas veces pasa desapercibida por el mero hecho de vivir donde vivimos».
“¿Seríamos los mismos si Toundra no hubieran existido? Pues creo que no” ANDER CARBALLO
Aunque no se suele hablar tanto de él como pasa con Aloud, también Lar Gravacións ha tenido un papel importante en todo este camino. ¿Qué me puedes contar de Anxo y su sello?
«Recuerdo un primer contacto con él precisamente en el foro de Zona-Zero. Nosotros estábamos buscando un sello para editar 187 Steps To Cross The Universe en vinilo y todo eran negativas. Un día recibimos un mensaje de un tipo que parecía interesarle el proyecto y que comentaba que podía hacerse cargo de la edición. Para nosotros en aquel momento era una oportunidad de oro. ¡Podíamos editar nuestro trabajo en vinilo! Desde aquel día se ha forjado una relación de amistad y casi hermandad con él. Siempre que puede se viene con nosotros y es uno más del equipo».
Curiosamente, para grabar estas nuevas canciones os fuisteis hasta Verín, en Orense, que es donde Carlos Santos ha trasladado sus Sadman Studios. ¿Os cambió mucho la mentalidad de no estar grabando en casa?
«La sensación ha sido muy diferente. Carlos sigue siendo Carlos y Sadman Studios mantiene el listón de calidad o incluso lo mejora. Las instalaciones son increíbles, un entorno precioso en un pueblo pequeño en el que la gente bebe mucha cerveza y sale hasta altas horas de la noche, lo cual nos pasó factura alguna mañana que otra (risas). La sensación, como comentaba antes, fue totalmente diferente a grabar como lo habíamos hecho otras veces. Estuvimos completamente aislados y centrados en grabar. Creo que eso te hace meterte de lleno en el proceso. El itinerario era siempre el mismo: nos levantábamos, tomábamos café, comprábamos cervezas, y al estudio. Por la noche otras cervezas que hacían el efecto de Dormidina y a dormirla para estar frescos el día siguiente. Desde aquí recomendamos encarecidamente grabar con Carlos Santos. Es una experiencia que recordarás toda la vida».
Esta vez habéis optado por dividir la obra en tres partes con dos temas cada una. ¿Por qué hacerlo así en lugar de publicar un álbum completo?
«Realmente la idea surgió en un momento de bloqueo. Teníamos algún tema compuesto, pero sin proyección de poder terminar un disco de 40 minutos en menos de un año. Un día charlando con Mau y Sergio de Aloud, comentando el futuro de la banda, nos propusieron hacerlo de esta forma y se nos encendió la bombilla. Seguramente a mucha gente no le parezca bien, pero nosotros creemos que por salud mental de la banda y por amor a nuestra música, debíamos hacerlo así. En el momento actual en muchos géneros musicales se tiende a hacer este tipo de estrategias para mantener viva la llama durante más tiempo. Quizás no ha sido nuestra premisa para hacerlo de esta manera, pero no hay una respuesta clara a esa pregunta. Simplemente ha surgido de forma natural. Nos llama mucho la atención el poder hacer algo especial y poco común. La idea de sacar los tres EPs y hacer un box set que junte las tres entregas nos ilusiona un montón. A nivel de edición va a ser algo muy especial».
Me vas a permitir que haga de abogado del diablo, pero ¿no es más caro de esta manera? Me refiero a que tanto vosotros como el público va a tener que rascarse el bolsillo tres veces en vez de una.
«Obviamente es más caro y hay que invertir más tiempo en el proceso de grabación, pero como comentaba antes, creo que es necesario hacerlo así. Respecto a la edición, aseguramos desde ya que va a merecer la pena. Nos podremos encontrar tres artworks diferentes, tres discos distintos a nivel musical y un resultado que no dejará indiferente a nadie».
Como en cada uno de vuestros discos, ésta también es una obra conceptual. El primer capítulo se titula Letargo. ¿Puedes contarnos de qué trata?
«El concepto de esta primera entrega nace de buscar un símil con nuestra propia realidad y lo que hemos vivido estos últimos años. Letargo significa literalmente “estado de inactividad y reposo en el que permanecen algunos animales durante determinados periodos de tiempo”. Si extrapolamos esta definición a nuestra realidad, ha sido lo que hemos vivido. Ha habido momentos de inactividad total y momentos en los que la banda ha estado en reposo, quizás por situaciones personales o por una desmotivación un poco generalizada. Esto a día de hoy ha cambiado completamente. Hemos despertado de ese letargo con más ganas que nunca y eso que las responsabilidades vitales cada vez son mayores. Pero creemos que a pesar de las circunstancias que vivimos, Jardín va a vivir una segunda juventud».
¿Hay algo que una los tres EPs temática y musicalmente o cada uno va a presentar una cara distinta del grupo?
«Van a estar conectados y el artwork va a seguir una línea estética similar que dé continuidad a las tres entregas. Rebeca Valenciano se ha encargado de la parte creativa haciendo un trabajo muy elegante desde nuestro punto de vista. En el terreno musical siempre va a existir esa esencia que caracteriza a la banda, pero van a ser temas diferentes que expresen de alguna manera las sensaciones que vivamos en ese momento. Éste no es un disco que ya esté compuesto al 100% y que lo vayamos a separar en tres entregas. La realidad ha sido un poco distinta a nuestros planes. Con lo sucedido estos últimos meses se nos han trastocado los tiempos. El siguiente EP está compuesto y teníamos ya fecha para grabarlo en mayo, que ha tenido que ser desplazada en el tiempo. El último bloque está en proceso de terminar las composiciones y empezar a preproducirlo para grabarlo. La idea era cerrar todo el ciclo en 2020, pero tras lo sucedido, va a dilatarse hasta 2021″.
¿Los otros dos EPs que quedan por salir los grabaréis también con Carlos Santos o probaréis con otros productores? Por aquello de darle un toque diferente a cada capítulo…
«La idea en principio es grabar en Sadman los otros dos EPs. No valoramos cambiar de estudio por ahora. Sabemos que hay otros sitios que podrían funcionar muy guay pero priorizamos la relación que tenemos con Carlos y creemos que los resultados son bastante buenos».
En Circadia comenzasteis a introducir arreglos de piano y cuerdas que ayudaban a refrescar vuestro sonido. En ‘Ciclos’ además de teclados, también se pueden escuchar algunos detalles electrónicos. ¿Va a haber más sorpresas de este tipo en los siguientes lanzamientos que están por venir?
«Lo de los pianos fue algo totalmente improvisado. Había un teclado en el local y decidimos probar a ver qué pasaba. Hoy en día se ha convertido en un instrumento protagonista dentro de la banda que nos ha dado muchas alas para salir del formato guitarras, bajo y batería. Era una evolución necesaria para variar un poco el sonido en aquel momento. No estamos cerrados para nada a incluir más elementos en el grupo si éstos encajan bien musicalmente. De hecho, puede haber alguna que otra sorpresa en el segundo EP».
Me ha llamado la atención que por primera vez los títulos de las canciones están en castellano en vez de aparecer en inglés.
«Simplemente surgió de manera natural. Un día estábamos en el local pensando los títulos de las canciones y decidimos hacerlo así. En la música instrumental creo que importa menos cómo llames a los temas. Es más encontrar un nombre que represente algo y que en conjunto con el artwork tenga un sentido visual. Es cierto que el concepto que hemos elegido y los títulos que dan nombre a las canciones representan nuestra situación actual, pero éstas no nacen en base a ese concepto, y quien te diga lo contrario miente. El concepto y la historia vienen siempre un poco después. Una vez empiezan a tomar forma los primeros temas, vemos ese sentido a lo que ya ha surgido musicalmente, y ahí les damos un significado. Eso en muchos casos es lo que luego da continuidad al resto de temas del disco que igual están en una fase previa o aún ni siquiera existían. De manera inconsciente ya tienes esa idea ahí y todo fluye más natural con el resto, dentro de ese contexto conceptual. Pero en nuestro caso la música nace siempre antes que el concepto».
¿Cuándo saldrán las otras dos partes?
«La idea es que los tres EPs estén publicados en 2021 si las pandemias y los virus lo permiten. Con Letargo nos hemos arriesgado un poco sacándolo en mitad de toda esta locura, básicamente porque no vamos a poder presentarlo hasta el año que viene seguramente, así que vamos a ir viendo cómo evoluciona la situación actual y en función de esto definiremos un calendario, pero la idea a priori es ésta».
Para acabar, precisamente no puedo evitar preguntarte por cómo os ha afectado el coronavirus. ¿Ha alterado mucho los planes que teníais programados?
«A nivel composición nos ha enseñado que se puede trabajar de otra manera. Hemos hecho mucho trabajo de composición en casa pasándonos ideas casi a diario. Hemos echado mucho de menos poder ensayar y sentir ese punch en el pecho, pero siendo sinceros, no nos ha venido mal en ese ámbito. Respecto a los planes que teníamos, obviamente nos ha partido todo por la mitad. Teníamos programados un montón de conciertos que seguramente no se hagan. No sé cómo saldremos de todo esto, pero las ganas de tocar están ahí y en cuanto se pueda seremos los primeros en echarnos a la carretera».
GONZALO PUEBLA