John Lennon dijo una vez que «la vida es eso que pasa mientras hacemos otros planes”. Quizá por eso es tan importante no obsesionarse con intentar que todo suceda como uno ha imaginado, sino reconocer y aprovechar los imprevistos que uno se encuentra en el camino.
The Tales of AI Bizarre Metaverse Club, el sexto trabajo que publica Joan Queralt, es producto de uno de esos caprichos del azar. Tras haber decidido hacer un parón de casi tres años 2020, el destino hizo que se cruzara con Blanca Cereceda (bajo), Edgar Vidal (guitarra) y Mark Ullod (batería) y le entraran ganas de volver a grabar un nuevo disco. Con esta nueva encarnación de The Seasicks, el nombre con los que firma sus discos con banda, el músico barcelonés nos propone un álbum sin pretensiones y altamente disfrutable.
A pesar de que su título podría hacernos pensar que estamos ante un disco enrevesado y sesudo, incluso la portada te lleva a imaginar a algo tirando hacia el progresivo, si por algo destaca The Tales of AI Bizarre Metaverse Club es por su sencillez en el que las canciones en sí y la química entre los músicos forman los cimientos sobre los que se levanta. ¿No es acaso ese factor humano el mejor antídoto contra las amenazas de la inteligencia artificial?
Sin ceñirse a un estilo concreto, más allá del gran paraguas que es el rock, estos ocho temas, que más crecen cuanto más los escuchas, evocan referencias que abarcan varias décadas con una producción si trampa ni cartón, que simplemente destaca con claridad lo que hace cada instrumento. ‘Vending Machine’ tiene una cadencia muy The Smiths, ‘Sue Me’, tiene un espíritu más Seattle, mientras que la más bailable ‘The Denial’ remite a unos The Dandy Warhols sin drogas y ‘What You Really Wanna’ a unos Pavement más disciplinados. Aunque la gran perla es ‘Heal The Pain’, una balada exquisita de corte clásico con una melodía entre el soul y el country y un delicioso solo de guitarra con una slide de fondo.
Ignoro si por una cuestión de medios, o por una decisión artística, el disco solo ofrece ocho canciones en 28 minutos, dejándote la sensación que se queda algo corto. Aunque depende de como se mire, su brevedad tanto puede ser visto como un defecto como una virtud. A fin de cuentas, más vale dejarte con ganas de más que de menos.
JORDI MEYA
BONUS TRACK CON… JOAN QUERALT
Después de tener una carrera muy regular discográficamente hablando, esta vez han pasado 6 años desde Purple Canon. Pandemia aparte, ¿hubo otros motivos que te llevaron a hacer este parón?
«La verdad es que, aparte de toda la locura que trajo la pandemia, este parón tuvo que ver también con cambios grandes en mi vida, como mudarme lejos de Barcelona, lo que me alejó un montón de la música por un tiempo. Fue una etapa rara, de casi redescubrirme; dejé un poco de lado la guitarra y me puse a toquetear el piano, más que nada por hacer algo diferente. Pero todo cambió cuando conocí a Blanca, Edgar y Mark. Empezamos sin muchas pretensiones, tocando versiones de otros y, sin darnos cuenta, las ganas de crear música nueva fueron creciendo hasta que nos vimos metidos de lleno en el nuevo disco».
En este nuevo disco vuelve aparecer firmado con The Seasicks como banda. Sin embargo, la formación es diferente. ¿Cómo encontraste a estos nuevos músicos y por qué decidiste mantener el mismo nombre?
«La incorporación de los nuevos miembros fue muy espontánea. Nos cruzamos por casualidad y comenzamos a tocar juntos, inicialmente por diversión y luego con un propósito más serio. Decidí mantener el nombre The Seasicks porque, a pesar de la nueva formación, sentí que el espíritu original de la banda persistía. El nombre simboliza no solo nuestro pasado sino también nuestra evolución y el compromiso renovado con la música que hacemos juntos».
¿Qué fue primero la gallina o el huevo? ¿Los nuevos músicos te llevaron a un sonido más rock o eso era lo que buscabas y por eso te juntaste con ellos?
«Fue una simbiosis de ambas cosas. No buscaba activamente un cambio hacia un sonido más rock, pero la química entre nosotros naturalmente nos condujo en esa dirección. La energía y el talento de los nuevos miembros amplificaron mi inclinación hacia un sonido más eléctrico y enérgico, marcando el comienzo de una nueva etapa para la banda que coincidía con mi deseo de explorar territorios musicales más rockeros».
Bastante gente tiene la imagen de ti más como cantautor que como frontman de una banda. ¿Te está costando romper esa percepción?
«Cambiar la percepción de ser visto principalmente como cantautor a ser reconocido como el frontman de una banda es un proceso, aunque incluso en mis conciertos más intimistas siempre he utilizado recursos más de banda que de cantautor. Me siento bastante cómodo porque yo siempre he tenido esa vena rockera, a pesar de que mis primeros discos fueran más hacia sonidos estilo americana y letras más intimistas considero que la actitud es algo que jamás he dejado de lado».
¿Es Neil Young un referente para ti en el sentido de combinar trabajos en solitario más acústicos con otros más eléctricos con Crazy Horse?
«Neil Young me gusta mucho en acústico. Aunque reconozco que el disco que se marcó con Pearl Jam es oro puro. A nivel referentes he estado siempre más con Hendrix, Joplin, el grunge, Jack White… y en sonidos más acústicos Nick Drake, Elliot Smith o los inicios de Ben Howard. Ahora mismo me flipa Emily Wolfe o October Drift».
¿Puedes contar de dónde sale el título The Tales of AI Bizarre Metaverse Club? ¿Estamos ante un disco conceptual?
«The Tales of AI Bizarre Metaverse Club salió de ver todo el revuelo con la IA y cómo está cambiando nuestra forma de interactuar con el mundo. El título y el concepto del disco nacieron al lanzar nuestro primer single y darnos cuenta de que queríamos hablar sobre este nuevo universo digital que parece sacado de una película de ciencia ficción, donde lo humano y lo artificial se entrelazan de maneras inesperadas».
Como músico, ¿ves la AI como una amenaza o como una oportunidad?
«La IA es como una moneda de dos caras para mí. Por un lado, es una herramienta increíble que abre un mundo de posibilidades. Por otro, sí que da un poco de miedo pensar en cómo podría reemplazar aspectos de la creatividad humana. Pero al final, creo que depende de nosotros encontrar ese balance y usar la tecnología a nuestro favor, sin dejar que nos consuma».
A medida que pasan los años lo alternativo acaba convirtiéndose en clásico, ¿crees que musicalmente este disco une esos dos conceptos?
«Este disco es una mezcla de todo lo que nos gusta, uniendo lo alternativo con lo clásico y, espero, creando algo en lo que se refleje nuestra personalidad. Hay momentos para todo y los cuatro estamos muy contentos con el resultado».
¿Qué planes tenéis en cuanto a presentar el disco en directo?
«De cara a primavera y verano tenemos varias fechas cerradas y estamos pendientes de unas cuantas más. Vamos a priorizar el formato eléctrico y, sobre todo, tocaremos territorio nacional. También estamos mirando ya más de cara a otoño e incluso 2025 para ver opciones en festivales. Lo que más nos gusta y disfrutamos es tocar en directo así que cuantos más conciertos mejor».
JORDI MEYA
