Pese a que han sido sus salvajes conciertos los que les han hecho subir como la espuma dentro de la escena hardcore, Knocked Loose también quieren que su música hable por sí misma. En su segundo álbum A Different Shade Of Blue dan muestras de evolución sin renunciar a nada.

El primer concierto al que asistió Bryan Garris, vocalista de Knocked Loose, fue uno de Suicide Silence cuando Mitch Lucker todavía estaba vivo. Tan joven era, que su madre le acompañó por miedo a que saliera de ahí lleno de moratones. Sólo una década después, eran otras madres las que acompañaban a sus hijos para verle a él; probablemente estuvieran igual de preocupadas por la agresividad que transmite su grupo.

Desde que en 2015 Garris y sus compañeros -los guitarristas Cole Crutchfield e Isaac Hale, el bajista Kevin Otten y el batería Kevin Kaine- decidieran dejar sus estudios para centrarse en girar dos años después de formarse, la carrera de Knocked Loose cogió velocidad de crucero. Al año siguiente fichaban por Pure Noise Records y publicaban su primer disco Laugh Tracks. A partir de ahí sucesivas giras con Every Time I Die, Comeback Kid, Terror o Parkway Drive les proporcionaron la exposición con la que todo nuevo grupo sueña. La única parte negativa es que con tanta actividad, la banda de Kentucky ha tardado tres años en poder componer, grabar y publicar su segundo trabajo A Different Shade Of Blue. Es de agradecer que, pese a que las cosas les vayan de cara, su música no se haya ablandado y sigan en sus trece de machacarnos mediante breakdowns. Mientras esperamos a que llegue julio, cuando visitarán por primera vez nuestro país dentro del Resurrection Fest, contactamos con el vocalista para concerles un poco mejor.

Al contrario que muchos grupos que intentan publicar material lo más rápidamente posible, vosotros os habéis tomado tres años para publicar vuestro segundo álbum. ¿Fue una decisión vuestra no apresuraros, o más bien una cuestión logística?
BRYAN GARRIS “Hicimos diferentes sesiones de composición mientras estábamos de gira o durante algunos parones, y sin darnos cuenta acabamos con 19 temas. Entonces estuvimos seis meses más trabajando en ellos. Y luego la grabación se fue haciendo esporádicamente, no de manera continua, así que todo se fue alargando. Pero lejos de ser un problema, hacerlo así nos permitió trabajar mejor en las canciones”.

¿De qué manera os afectó todo lo que vivisteis durante el ciclo de Laugh Tracks?
“Sin duda todos los años de estar girando nos han cambiado. Como persona he madurado mucho en mi manera de pensar. Nunca había pensado en el futuro más allá del día siguiente, pero ahora tengo que pensar a más largo plazo. Por ejemplo, tengo una novia con la que llevo cuatro años y ahora me tengo que plantear qué queremos hacer de aquí a cuatro meses, porque estaré muy ocupado girando y tenemos que mirar qué días libres tendré, y ella también tiene su propia vida, obviamente. Diría que Knocked Loose me ha ayudado a organizarme mejor. También estoy mejorando como compositor. Antes simplemente decía lo primero que me salía, pero con A Different Shade Of Blue intenté centrarme en la mejor manera de decir lo que quiero”.

¿Os sorprendió la reacción tan positiva que conseguisteis con vuestro primer trabajo?
“Me sorprendió mucho y sigo sorprendido con todo lo ocurrido con Laugh Tracks. Nunca lo hubiera imaginado ni yo, ni nadie del grupo, y por eso estaremos eternamente agradecidos. No puedo ocultar que sentíamos cierta presión a la hora de hacer el segundo disco, pero creo que hicimos un buen trabajo aislándonos de todo eso y haciendo el álbum que nos gustaría escuchar por encima de todo”.

¿Cómo lograste superar esa presión que sentías?
“Como te decía antes, empezamos a trabajar en el nuevo disco mientras estábamos girando, pero no concretamos nada. Tan pronto como teníamos algo de tiempo libre, nos poníamos a trabajar todos juntos, en mi caso sobre todo en las letras, pero me sentí bloqueado y bastante perdido. Pero una vez estábamos en el estudio, tenía mi propia habitación y me sentaba en mi escritorio mientras el resto dormía y escuchaba las canciones una y otra vez. Era en plan ‘voy a estar aquí hasta que encuentre algo que funcione’. Al final fue una manera muy productiva de hacerlo”.



Vuestra música es indiscutiblemente agresiva. ¿Crees que en general las bandas de hardcore o metalcore se han domesticado en exceso?
“Creo que ahora hay muchas más oportunidades para las bandas cañeras que hace un año. Por ejemplo tienes un grupo como Code Orange tocando en grandes recintos o siendo nominados a un Grammy. Nunca empezarías un grupo como el nuestro pensando que podrías tocar en estadios, pero ahora es una posibilidad y eso es increíble. Creo que Code Orange son agresivos sin sacrificar nada, así que eso nos anima al resto a ir a saco”.

¿Cómo canalizarías esa agresividad si no fuera a través de la música?
“Llevo haciendo música desde siempre, así que me resulta difícil imaginar otro escenario. No tengo ni idea. En cualquier caso me gusta la posición en la que estoy y me gustaría que se mantuviera así (risas). Quizá escribiría libros, es lo más cerca a escribir letras que se me ocurre”.

Como decías, empezaste a hacer música de muy joven. ¿Quién te ayudó a meterte en este mundo?
“Empecé a escuchar música dura cuando era muy joven. Siempre he amado la música. A toda mi familia le gusta la música de diferentes estilos. Yo empecé con el rap, pero mi tía Heidi fue muy importante. Pasé un verano con ella y me descubrió a grupos como Korn, Slipknot y Metallica, y eso lo cambió todo. Me compraron una guitarra, aunque vi que no era lo mío, pero a los 13 años me pidieron gritar para un grupo, y ahí empezó todo”.

Una parte nuclear de vuestras canciones son los breakdowns, pero de alguna manera no suenan como una fórmula. ¿Cómo los trabajáis?
“¡Oh, muchas gracias! Digamos que cada uno tiene sus propias influencias, desde el nu metal al rap, pasando por el rock alternativo, pero sobre todo nos gusta la música dura y al final siempre acabamos en el hardcore. Knocked Loose siempre nos hemos presentado como una banda hardcore y todavía mantenemos esa mentalidad DIY. Queremos tocar para el máximo de gente posible y dar a conocer a los chavales el hardcore y la música heavy en general. Queremos que la gente se divierta en nuestros conciertos y lo pase genial”.

¿Hay alguna canción en A Different Shade Of Blue que no podríais haber escrito cuando hicisteis Laugh Tracks?
“Creo que todas las canciones del nuevo disco son distintas a las que hacíamos entonces. ‘By The Grave’ fue una de las primeras canciones que escribimos para el nuevo álbum y nos marcó el camino a seguir. Nos centramos mucho más en los riffs que antes”.

«Normalmente, en nuestros shows, el stage diving empieza con la primera canción y ya no para hasta el final» BRYAN GARRIS

¿Por qué esa prevalencia del color azul en vuestros diseños?
“Llevamos usando el azul desde hace bastante tiempo. Empezamos a usarlo en la portada de Laugh Tracks, en nuestros vídeos más recientes para ‘The Rain’ y ‘Mistakes Like Fractures’, en los 7”, en las fotos, en el merch… Para mí el color azul representa una mirada diferente hacia mis sentimientos. No escribo sobre historias o política, escribo sobre lo que siento”.

En ‘Forget Your Name’ contáis con la colaboración de Keith Buckley de Every Time I Die. ¿Es una banda que te marcara
especialmente?
“Llevo admirando a Keith desde hace mucho tiempo y me encanta la banda. Estuvimos de gira con ellos y llegamos a conocernos muy bien. Se me ocurrió pedirle a Keith si quería formar parte de nuestro nuevo disco y estuvo encantando. Le expliqué de qué iba la canción y él escribió sus propias letras. Fue una experiencia increíble”

Al igual que ellos sois conocidos por ofrecer conciertos muy intensos. ¿Alguna vez se os ha ido de las manos?
“Sí, nuestros conciertos son siempre una locura. Nuestros fans reaccionan bailando y saltando al escenario y gritando. Normalmente, en nuestros shows, el stage diving empieza con la primera canción y ya no para hasta el final. Sé que si lo miras desde fuera puede parecer una situación peligrosa, pero sé que nuestros fans son maravillosos y espero que se sientan seguros en nuestros conciertos. Recuerdo un show en Seattle en el que tocamos ‘The Rain’ y el público cogió a una chica en silla de ruedas y la levantaron hasta el escenario. Fue maravilloso”.

DAVID GARCELL