En una semana los sismógrafos de todo el planeta registrarán una actividad fuera de lo normal. No será por culpa de un terremoto o un tsunami, sino de Knocked Loose y su nuevo disco You Won’t Go Before You’re Not Supposed To. Avisados estáis. 

En la última década, Knocked Loose se han convertido en una de las pocas bandas que han logrado ascender dentro de la escena metalcore sin renunciar a la brutalidad y honestidad que se le presuponía al género. Su debut Laugh Tracks (2016) y sobre todo A Different Shade Of Blue (2019) supusieron un necesario golpe en la entrepierna de un estilo cada vez más previsible y genérico.

Su doble single Upon Loss Singles del año pasado, no mostraba signos de flaqueza, pero la aparición de la banda en festivales como Coachella o Lollapalooza, donde el vocalista Bryan Garris salió a cantar ‘The Kill’ con Thirty Seconds To Mars, que el grupo decidiera fichar a Drew Fulk, un productor que ha trabajado con Papa Roach o Disturbed, o que Poppy o Chris de Motionless In White aparecieron como invitados de su nuevo disco, levantó algunas cejas de escepticismo. ¿Habrían sucumbido los de Kentucky a la tentación de suavizar su sonido a fin de llegar a un mayor público?

Para nada. You Won’t Go Before You’re Not Supposed To, que verá la luz el 10 de mayo a través de Pure Noise Records, es una cafrada de tomo y lomo en los que durante 27 minutos, Garris y sus compañeros – Isaac Hale (guitarra), Kevin Oten (bajo), Kevin Kaine (batería) y Nicko Calderon (guitarra rítmica)-, te someten a base furia, brutalidad y los mejores breakdowns que vayas a escuchar este año.

Hace unas semanas, teníamos la oportunidad de charlar con Bryan Garris, un tipo serio, pero con las ideas claras, sobre su nuevo disco, la ausencia de interés de las nuevas generaciones por la música del pasado, y el excitante futuro que tienen por delante. Y eso que cuando hicimos la entrevista todavía no se había confirmado su presencia en la gira ‘Here Comes The Pain’ abriendo para Slipknot.

Muchos grupos suelen suavizarse a medida que van sacando discos, pero vosotros habéis conseguido mantener el mismo nivel de intensidad en las canciones y el sonido. ¿Os lo tomáis como un reto?
BRYAN GARRIS «Bueno, simplemente es que es la música que nos gusta hacer. Cuando nos ponemos a componer y a tocar siempre vamos al extremo. Queremos que la música nos provoque sensaciones extremas, y eso hace que nos salga rabiosa, agresiva y rápida, siempre intentamos ir al límite. Normalmente hacemos la música primero y luego yo me ocupo de las letras. La canción ya tiene de por sí ese rollo y yo solo intento mantenerlo diciendo lo que quiero decir».

¿Sonar extremo es un fin en sí mismo?
«Sí. Si escribimos algo heavy queremos que sea lo más heavy posible. Si queremos que sea rápido, queremos que sea lo más rápido que hemos hecho nunca. Y también queremos provocar emociones, no solo de rabia, sino también de ansiedad, intensidad, tristeza… Cualquier cosa que te lleve al límite».

¿No se convierte en una carga tener que ir siempre al límite? Para que suene real, y suena real, tienes que tener esos sentimientos dentro de ti.
«Los tengo, pero para mí es un alivio poder liberarlos. Más que una carga, es saludable. Me da la oportunidad de sacármelas del pecho en lugar de que se queden en mi interior y se pudran ahí. Es terapéutico. Para mí es un privilegio tener esta vía de escape, no es algo que me tome a la ligera».

¿El que la banda haya ido creciendo no ha hecho crecer tu ansiedad? 
«En realidad es algo que va más allá de la banda. Creo que mucha gente padece ansiedad, es algo que es inherente a la vida. Los sentimientos negativos están ahí. Puedes perder amigos porque mueren y eso te provoca tristeza, o puedes perderlos porque te traicionan y eso te provoca rabia. Creo que mucha gente joven siente esas cosas y puede identificarse con lo que canto. Intento ser honesto con lo que escribo, y creo que la gente percibe esa honestidad».

¿Cuál crees qué es el techo para una banda como Knocked Loose? ¿Os veis tocando en pabellones algún día?
«Nunca me he parado a pensarlo porque cada año el techo va subiendo. Bandas como Turnstile o Code Orange han demostrado que se puede llegar muy lejos. Hace cinco años te hubiera dicho que era imposible que tocáramos en Coachella, pero lo hicimos el año pasado. Creo que lo mejor es ir paso a paso, pensando en lo que es mejor para el grupo en cada momento y disfrutarlo. Si eso nos lleva a tocar en pabellones algún día, no lo rechazaré, pero nos pongas en una pabellón o en un sótano, recibirás lo mismo de Knocked Loose. No hay duda que sería un reto intentar ofrecer el mismo tipo de experiencia, pero no es algo que me dé miedo, sino que me lo tomaría como un desafío».

Foto: Brock Fetch

«Cuando miro abajo, a veces alucino con el caos que hay en la pista. Me gusta verlo, pero no me metería ahí ni loco» BRYAN GARRIS 

¿Cuándo te diste cuenta de que eras capaz de cantar como lo haces?
«No lo sé. Cuando empezamos Knocked Loose simplemente intentaba chillar tanto como podía. Nuestro lema era ‘da igual si eres bueno o malo, mientras suenes cabreado y auténtico’. Creo que es un buen principio a seguir. Hay grupos que no tienen al mejor cantante del mundo, pero te los crees. Si escuchas los primeros singles de Knocked Loose queda claro que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, solo gritaba tan fuerte como podía, pero con el tiempo, a base de girar y dar muchos conciertos, aprendí a hacerlo bien y no joderme la voz, lo que me ha permitido mejorar muchísimo».

¿Pediste consejo a alguien o desarrollaste una técnica por ti mismo?
«Lo hice yo solo. Somos una banda a la que le encanta girar, no hemos parado prácticamente desde que empezamos, así que mi cuerpo simplemente ha ido encontrando la manera más fácil de hacerlo y responder como yo quiero».

Vuestro anterior disco, A Different Shade Of Blue se ha convertido en un clásico moderno del metalcore. ¿Qué expectativas teníais cuando lo hicisteis? ¿Te ha sorprendido el estatus que ha cogido en estos cinco años?
«Mis expectativas eran que fuera mejor que el primero. Sacamos nuestro debut y giramos mucho, posiblemente demasiado, y cuando nos pusimos a hacer el segundo, lo único que queríamos era superar el primero. Desde luego superó nuestras expectativas, a la gente le gustó mucho más de lo que podíamos imaginar. Nos hizo crecer muchísimo y lo pasamos genial en todo ese ciclo. Aprendimos mucho. Le debemos mucho a ese disco».

¿Os permitió poder vivir exclusivamente del grupo?
«Sí, en ese momento ya pudimos centrarnos 100 % en la banda».

¿Se os hizo raro convertiros en una banda profesional?
«Es raro en el sentido de que afrontas nuevos retos, pero cualquier trabajo los tiene si quieres vivir de él. Nos sentimos muy afortunados de poder dedicar todo nuestro tiempo a nuestro arte sin distracciones. Pero como en cualquier trabajo, también tienes tus días malos».

El año pasado publicasteis dos temas bajo el nombre Upon Loss Singles que me parecieron acojonantes. ¿Surgieron durante el mismo proceso creativo del nuevo disco o era algo completamente aparte?
«Era un proyecto totalmente distinto. El caso es que ya habíamos empezado a trabajar en el nuevo disco, pero nos pidieron tocar en Coachella, Bonnaroo, Lollapalooza, y otros festivales mainstream, y queríamos sacar algo nuevo coincidiendo con ellos porque sabíamos que la gente hablaría de nosotros. Como sabíamos que el disco no estaría listo, decidimos hacer una pausa, y empezar algo distinto. Así que compusimos esos dos temas desde cero, los grabamos, hicimos el vídeo, las publicamos y luego nos pusimos de nuevo con el disco».

¿Ya estabais trabajando con Drew Fulk en ese momento?
«Esos dos temas fueron los dos primeros que grabamos con Drew. Fue una oportunidad para ver si nos gustaba lo suficiente como para grabar el nuevo disco con él».

¿Qué os atraía de trabajar con él? En su currículum aparecen grupos como Papa Roach o A Day To Remember que no tienen mucho que ver con vosotros.
«Habíamos hablado con él hace tiempo y nos caía bien, y nos gustan algunos discos que ha hecho. Nos encanta Will Putney que hasta ahora lo había hecho todo de Knocked Loose, y es alguien a quien todavía sentimos muy cerca, pero nos apetecía probar otras opciones. Cuando hicimos esos dos temas con Drew, vimos que nos entendíamos muy bien y decidimos hacer el nuevo disco con él».

¿Cómo os sentisteis tocando en esos festivales que no forman parte de vuestra escena? ¿Os sentisteis bienvenidos o algo extraños entre bandas con las que musicalmente no os parecéis en nada?
«Nos aceptaron muy bien. Knocked Loose siempre hemos intentado no ceñirnos solo a nuestro círculo, nos gusta sentirnos como la oveja negra dentro de un cartel. Fue una gran experiencia porque los conciertos fueron increíbles y conocimos a mucha gente fantástica».

¿Conociste a algún músico fuera del hardcore o el metal que te hiciera especial ilusión?
«Conocimos a Ethel Cain de quienes somos grandes fans. Y también giramos con $uicideboys, y esos tíos son buenísimos. Aprendimos mucho de toda la dedicación que le ponen a su arte. Para mí fue uno de los momentos cumbres del año».

Supongo que esa amplitud de miras es la que os ha llevado a colaborar con Poppy en el tema ‘Suffocate’. ¿Cómo surgió la idea?
«De hecho, fue idea suya, lo cual es muy interesante. Isaac, el guitarrista, y yo somos muy fans de su música y su arte. Poppy me escribió diciendo que era fan de la banda y me dijo que algún día le gustaría hacer algo juntos, e inmediatamente nos atrajo la idea. Ya habíamos terminado el disco, pero Isaac y yo nos pusimos a escribir el tema al día siguiente y se lo mandamos. Fue algo de última hora, pero es una de mis canciones favoritas del disco. Se vino al estudio a Drew y trabajamos juntos en las voces. Fue una experiencia muy guay, la verdad».

Otro aspecto que creo que os sitúa por encima del resto de bandas es la calidad de vuestros breakdowns. Con el tiempo se han convertido en un recurso aburrido, pero los vuestros siguen teniendo mucha fuerza. ¿Para ti cuál es el secreto de un buen breakdown?
«Para nosotros siempre es el clímax de una canción. Dejamos que fluyan de una manera natural en función de dónde nos está llevando el tema. Llegados a ese punto, nos preguntamos si debería ser un breakdown vocal, si debería tener un subidón largo y un desarrollo corto, o un subidón corto y un desarrollo largo, hay muchas maneras distintas de hacerlo. En este punto de nuestra carrera hemos escrito tantos breakdowns que parece que no nos queden muchas opciones, y por eso también nos centramos en el sonido. Por ejemplo, el final ‘Blinding Faith’ es solo el sonido de guitarra lo que lo hace especial, no los acordes, pero tiene ese nivel de intensidad y caos que buscamos».

¿Compartes la sensación de que muchas bandas lo usan como una fórmula y se ha vuelto algo aburrido?
«Creo que lo que ha pasado es que muchos grupos se inspiran en un solo grupo. Los escuchas y sabes perfectamente por quién están influenciados, no tienen variedad. No digo que nosotros seamos mejores que el resto, pero a nosotros nos inspira cualquier tipo de música, de enfoque, y cuanto más tiempo pasa, más abiertos estamos. Es normal que cualquier grupo que empieza tenga un gran referente, pero lo que tienes que hacer es investigar que grupos le influyeron a él, y luego seguir yendo atrás y ver qué grupos influyeron a todos esos otros; es así como aprendes sobre música. Tengo dos hermanos pequeños a quienes les gusta el metalcore, y sobre todo el más pequeño, se la sopla la historia, saber de dónde viene todo esto. Creo que es algo generacional. Yo a su edad, me importaba la historia, las bandas punk de los 80, el New York Hardcore de los 80 y los 90, y por qué Terror suenan como suenan, y leer entrevistas en fanzines, ir a conciertos… No veo el mismo interés en las nuevas generaciones y creo que eso también se nota en las bandas jóvenes, solo se quedan en la superficie de sus influencias. Mucha gente dice que Knocked Loose tomamos influencias de Disembodied, pero seguramente muchos chavales nunca se molestarán en escucharles. Y sin embargo, tienen cosas geniales. Creo que muchos jóvenes alucinarían escuchando bandas antiguas, porque se darían cuenta de la gran influencia que han tenido en la música que les gusta».

¿No crees que tiene que ver con la manera en la que se consume música? En las plataformas de streaming, todas las bandas están al mismo nivel, da igual si es una banda de hace 20 años o de hace dos días, pero si vas a una tienda de discos, ves el catálogo de cada banda, las portadas, en qué año se hicieron… ese sentido histórico es más palpable, lo tienes en las manos.
«No lo había pensado, pero es una una buena observación. Las plataformas de streaming son buenas por la inmediatez, puedes ver qué otras bandas escuchan los fans de ese grupo… Creo que otro factor a tener en cuenta sobre lo que hablábamos antes es que las reuniones se pusieron muy de moda en los festivales. Cada año había una reunión, Disembodied, Earth Crisis, todas ocurrieron tan rápido que ya no quedaban grupos por reunirse. Pero tal como vinieron, se fueron. Ahora ves a bandas nuevas como Sunami encabezando festivales, lo cual mola mucho, pero quizá ya no quede espacio para que bandas más antiguas puedan tocar para gente más joven».

Hablando de bandas influyentes, me imagino que Converge es otro de vuestros referentes. ¿No os habéis planteado grabar con Kurt Ballou?
«Sí, somos grandes fans de Kurt y Converge. Es una banda que crecimos admirando y que tenemos en un pedestal. Son una de las mejores. Espero poder tocar con ellos algún día, o poderles conocer, al menos. Hemos hablado e imaginado cómo sería trabajar con Kurt. De hecho, hemos hablado con amigos que han grabado con él para que nos contaran su experiencia. Ojalá pase algún día».

«Que el disco te deje exhausto para mí es una victoria, porque significa que no transmite una rabia prefabricada, sino auténtica» BRYAN GARRIS 

Respecto al nuevo disco, es muy directo y relativamente corto, pero te deja agotado. ¿Cómo fue el proceso de selección de los temas? ¿Quedaron fuera algunos outtakes que puedan salir en un futuro?
«Compusimos durante mucho tiempo y acumulamos mucho material. Siempre escribimos mucho y luego revisamos lo que tenemos e intentamos afinarlo todavía más, así que efectivamente nos sobraron canciones. Pero somos un grupo que siempre estamos mirando al futuro, así que es posible que cuando sea el momento de lanzar algo nuevo, prefiramos componer algo que nos estimule en ese momento, más que publicar algo que quedó fuera de este disco. Teníamos muy claro, desde el principio, que queríamos que el disco solo tuviera diez temas. No queríamos nada de relleno, queríamos las diez mejores canciones. Eso nos llevó a algunas discusiones, pero creo al final nos permitió concentrarnos en este grupo de canciones y ofrecer las diez mejores canciones de Knocked Loose posibles. A pesar de ser un disco corto, es dinámico y variado. No da respiro, pero es como también cómo nos planteamos nuestros conciertos. Es a saco y cuando llegas al final, simplemente desaparece. Es una experiencia corta, pero muy intensa y abrumadora. Me encanta que sea así. Que el disco te deje exhausto para mí es una victoria, porque significa que no transmite una rabia prefabricada, sino auténtica. Quiere decir que has vivido esos 27 minutos a tope».

Hablando de acabar exhausto, he visto vuestra agenda de conciertos para este año y tenéis un montón de fechas. ¿Qué te viene a la cabeza cuando ves que tienes todo eso por delante? 
«Son giras que nos apetece mucho hacer y que son importantes para la banda y para el disco. Cuando es nuestra propia gira, prestamos mucha atención al resto de bandas que nos acompañan, son conciertos a los que nos gustaría ir. El único estrés que siento es por ofrecer el mejor concierto posible».

¿Cuál dirías que es el mayor error que habéis cometido en cuanto a giras se refiere?
«Quizá intentamos hacerlo todo nosotros mismos durante demasiado tiempo. Llegó un momento en el que la banda creció mucho, pero seguíamos aferrados a la idea de que teníamos que hacerlo todo. Creo que si hubiéramos delegado un poco, quizá no nos hubiéramos estresado tanto. Rechazamos tener un mánager durante mucho tiempo o fichar por un sello, y visto en perspectiva, cuando lo hicimos, nos dimos cuenta que si tienes un equipo en el que puedes confiar, las cosas son más fáciles. En la gira de A Different Shade Of Blue, cuando ya estábamos dando conciertos realmente grandes, seguíamos girando diez personas metidas en una furgoneta con todo nuestro backline y nuestro equipo de luces en un trailer. Cada día lo montábamos todo de cero, cada día durante 30 días sin un solo descanso. Quizá hubiera estado bien tener un autobús, o tomarnos algún día libre, o tener una crew más grande. Podría mirar atrás y pensar en esa gira como algo más divertido, no como algo estresante. La realidad es que fue muy duro».

¿Alguna vez has sentido miedo por la reacción que provocáis en vuestros fans cuando tocáis en directo?
«Desde luego. Yo nunca he sido un mosher. Cando le he intentado, me he acabado haciendo daño (risas), así que prefiero estar en el escenario. Pero cuando miro abajo, a veces alucino con el caos que hay en la pista. Me gusta verlo, pero no me metería ahí ni loco».

JORDI MEYA