A pesar de todos los kilómetros acumulados a lo largo de su carrera, los chicos de La Maravillosa Orquesta Del Alcohol no han perdido en ningún momento el contacto con sus raíces. En sus nuevas canciones se agarran a ellas con más fuerza que nunca al tiempo que las reivindican.
Cuando hace ya más de una década David Ruiz decidió pasar una temporada en Dublín para probar suerte como músico callejero, seguramente aún no era consciente del viaje de ida y vuelta que iba a experimentar en los siguientes años tanto en lo que se refiere a lo musical como al lugar de residencia. De tierras irlandesas regresó a su Burgos natal con la maleta cargada de esa filosofía de que no hace falta enchufar ningún cable para electrizar al público con un instrumento. Con esa idea en mente e influenciado por el espíritu punk de Social Distortion y Dropkick Murphys, nació La Maravillosa Orquesta Del Alcohol en 2011.
Aquel folk tabernario cantado en inglés no tardó en dar el salto al castellano. De ahí en adelante ya no hubo freno. Con un ritmo de trabajo constante y disciplinado, La MODA han ido creciendo a pasos agigantados en cada nuevo álbum publicado hasta convertirse en una de las formaciones más exitosas de España en la última década. Siempre manteniendo sus señas de identidad gracias a las guitarras acústicas, el acordeón, el banjo o el saxofón, pero sin renunciar a probar nuevos caminos como ya dejaron patente en Ninguna Ola, su cuarto trabajo publicado en el año 0 de la pandemia.
A pesar de haber finalizado hace pocos meses su gira de presentación, el combo burgalés también se ha abonado a esa tendencia que muchos artistas pusieron en práctica durante 2021 al volver a lanzar nuevo material en un corto espacio de tiempo. Así es como Nuevo Cancionero Burgalés aparecía el pasado diciembre. Un álbum inspirado en el cancionero popular de su tierra recopilado por Federico Olmeda y Antonio José y para cuya grabación contaron con la ayuda de un viejo conocido como Gorka Urbizu de Berri Txarrak, quién se estrenaba como productor. Ocho nuevas canciones con las que parecen completar definitivamente el viaje de ida y vuelta que comentábamos al principio.
A punto de echarse de nuevo a la carretera, era el momento de volver a hablar con ellos. Acostumbrados a que sea David nuestro interlocutor habitual, en esta ocasión Jacobo Naya (teclados, guitarra, banjo) y Nacho Mur (guitarra) fueron los encargados de realizar la entrevista. Eso sí, aunque ambos residen en Madrid a diferencia del resto de sus compañeros (Joselito Maravillas al acordeón, Alvar de Pablo al saxo y el clarinete, Jorge Juan Mariscal al bajo y Caleb Melguizo a la batería), tuvimos que ponernos en contacto a través de la pantalla del ordenador. Con la gira a la vuelta de la esquina y Ómicron acechando, mejor no jugársela.
Habéis aplazado las primeras fechas de enero por culpa del virus. Aunque se están haciendo conciertos con más o menos normalidad dentro de lo que cabe, queda claro que preferís no correr riesgos en ese aspecto.
JACOBO NAYA «Lo de cancelar estos primeros conciertos fue por varias razones. Fue una decisión complicada pero vimos que lo mejor era aplazarlos para más adelante cuando la situación fuese más estable. Por suerte la gente ha respondido bien. Durante estas Navidades en el grupo nos hemos librado del COVID, aunque ahora alguno sí que lo ha pillado. Así que mira, al final hasta nos ha venido bien aplazarlos para otro momento. Evidentemente nadie quiere que pase esto, pero bueno… No es fácil tomar este tipo de decisiones cuando lo que quieres es salir y hacer tu trabajo».
¿Cómo ha sido regresar a los escenarios durante la pandemia con el público sentado? Debe hacerse muy raro en un caso como el vuestro cuando estáis acostumbrados a ver a tantísima gente cantando y bailando en los conciertos.
NACHO MUR «Realmente el año pasado fue muy curioso. Dimos entre 50 y 60 conciertos. Hemos tocado muchísimo y nos sentimos afortunados por ello. Pero es verdad que hemos vivido todo el desarrollo de las restricciones. En marzo dimos los primeros bolos en La Riviera de Madrid con el público sentado, con distancia… Lo vivimos como algo muy emocionante porque eran nuestros primeros conciertos en mucho tiempo, pero también con la incertidumbre de ver cómo respondería la gente por lo que dices: estamos acostumbrados a verles dándolo todo. Pensábamos que lo mismo no iba a funcionar, pero lo que vimos es que pasaban cosas diferentes. No cantaban ni bailaban, pero notábamos que prestaban más atención a las letras. Aplaudían en ciertos momentos con determinadas frases o en un solo de clarinete de Alvar, cosa que antes no solía pasar en nuestros conciertos. Se generó un ambiente diferente. Luego los últimos que hemos dado sí que han acabado siendo sin restricciones de ningún tipo. Durante todos estos meses hemos pasado por incertidumbres, miedos a cancelaciones, a que alguno nos contagiásemos… Hasta tres días antes nunca sabíamos que iba a pasar, tanto por nosotros como por las normas de cada Comunidad que iban cambiando. Pero excepto un par de fechas que se movieron, nos hemos librado por completo. Dentro de lo extraño de estos tiempos, es una alegría poder trabajar y darle curro a todo el equipo que llevamos».
«Me da miedo que el oficio se vea tan afectado que mucha gente se quede por el camino» NACHO MUR
Me ha llamado la atención que habéis estado incluso en festivales que se han celebrado al aire libre en pleno otoño. Parece que ni con la que está cayendo se rompe la burbuja. ¿No es un poco obsesivo tener este tipo de eventos incluso en esta época?
JACOBO «Supongo que llegará un punto en el que el tema de los festivales ya pare porque igual no hace falta que haya doscientos a lo largo del año. Se ha visto en 2021 que algunos se han reconvertido en ciclos, otros se movieron a octubre como uno que hicimos en Granada a menos dos grados».
Con vuestra vestimenta salir a tocar con esas temperaturas debe ser curioso.
JACABO «Esa noche fue jodida, sí (risas)«.
NACHO «Hay dos puntos. Por un lado la burbuja de los festivales, que creo que ya se está pinchando. Y luego la situación actual que ha hecho que mucha gente tuviera que improvisar y rehacer sus planes por el camino. Lo de Granada que comentaba Jacobo fue muy raro. En pleno mes de octubre tocando con ese frío y nosotros en camisetas de tirantes (risas). Pero en una época en la que mucha gente no ha podido trabajar, yo aplaudo todo lo que se haya podido hacer siguiendo las normas de cada momento. Más aún cuando ahora se están volviendo a cancelar conciertos. Me da miedo que el oficio se vea tan afectado que mucha gente se quede por el camino».
Precisamente es un momento muy complicado para las bandas debutantes que intentan labrarse su propio camino. Ha habido grupos que publicando su primer o segundo trabajo, al cabo de un tiempo han terminado abandonando por el desánimo. ¿En algún momento de estos últimos meses se os ha pasado por la cabeza pensar que hubiera ocurrido si ¿Quién Nos Va A Salvar? saliera ahora?
JACOBO «Totalmente. Es algo que hemos hablado mucho. Es preocupante que grupos que habían empezado a moverse y darse a conocer con el esfuerzo que supone salir a tocar un fin de semana, de repente se hayan encontrado con que eso ya no existe. Primero porque ya no se lo pueden permitir, y segundo porque la salas por las que giraban han cerrado o ni les compensa abrir con las restricciones que hay. El gasto de alquiler de las salas sigue siendo o el mismo o incluso más, y si hay menos aforo permitido, es imposible. Te quedas en casa. Si ya hay grupos que palmaban pasta cada vez que salían, ahora tampoco pueden volver con pérdidas de 500 euros cada fin de semana. Estamos viendo que hay mogollón de gente haciendo cosas flipantes con una efervescencia brutal, pero tenemos miedo de que haya bandas que se queden por el camino. De hecho, es algo real que ya está pasando. Lo mismo con salas, festivales, discográficas… No se puede mantener todo de esta manera».
NACHO «Para un grupo que está arrancando estos han sido los peores tiempos, al menos de la época moderna. Nosotros ya tenemos un trabajo hecho de antes que era precisamente ese: sacar discos y estar tocando todos los fines de semana durante dos años. Es la única manera, o al menos la que conocemos nosotros, de que vaya aumentando tu público. Por eso da miedo que tal vez en estos años no surjan proyectos nuevos o que otros que estaban ahí acaben desapareciendo. Pero bueno, seamos optimistas con 2022».
Entrando ya en Nuevo Cancionero Burgalés, ¿cuándo empezó a gestarse? ¿Cómo descubristeis esos cancioneros populares de Federico Olmeda y Antonio José?
JACOBO «Hemos ido conectando con Burgos y la tradición musical de la Península a lo largo de los años. Te vas quedando con ciertas cosas. Un día David encontró uno de esos cancioneros en un pdf y obviamente flipó porque es para caerse de culo en cuanto lees eso. No solo en la música, sino también en la parte de ensayo. ¿Cómo es que nadie ha recopilado esto? ¿Por qué la gente lo desconoce y no se le ha dado el valor que merece? Por lo menos es tan maravilloso como lo que tienen en la provincia de al lado y mientras allí sacan pecho, nosotros en Burgos no lo valoramos. Entonces empezamos a trabajar sobre ello. Vimos que no tenía sentido intentar hacer algo tradicional, porque no sabemos hacerlo. Además hay gente que se dedica a ello de una forma increíble y gracias a eso se han podido editar ahora. Hemos cogido un trocito de lo que nos gustaba de cada cosa y lo hemos hecho a nuestra manera con nuestra música».
¿Os resultó fácil el conseguir adaptar estos textos de hace un siglo a vuestro lenguaje?
NACHO: «Es relativo, porque desde que sacamos Ninguna Ola a Nuevo Cancionero Burgalés ha pasado un año. Pero claro, las canciones del anterior disco venían de mucho antes. Con el nuevo ha sido un año de trabajo. Hemos pasado 5 o 6 meses recopilando las letras, que ha sido la primera vez que las teníamos antes que la música. Luego en el local estuvimos otros 5 meses y después fuimos a grabarlo. Las cosas han cambiado por el camino. Es lo bonito de las canciones. El trabajarlas los siete, dándole vueltas… Además ha sido complicado porque, por suerte, los fines de semana estábamos tocando. Nosotros dos entre semana nos íbamos a Burgos a ensayar y preparar los temas. Luego apareció Gorka Urbizu en la ecuación y nos ayudó muchísimo. Le dimos más vueltas aún y las canciones fueron evolucionando. En un principio pensamos que iba a salir algo más eléctrico, pero volvimos a incorporar banjos, mandolinas…».
Cuando anunciasteis a Gorka como productor fue una sorpresa para todos. Es verdad que siempre ha habido una relación muy estrecha entre La MODA y él, pero nunca había tomado este papel . ¿Por qué le elegisteis? Tengo entendido que la opción de repetir con Steve Albini también estuvo sobre la mesa.
JACOBO «Como te contaba Nacho, la idea primigenia era dar con algo muy crudo, del estilo del EP 7:47 que grabamos precisamente con Albini. Intentar hacerlo más punk. Y como el rollo iba por ahí, pues queríamos hacerlo con el mejor en ese campo. Y ese es Steve. Le llamamos para que viniese a España a grabarlo, pero nos comentó que no había ningún estudio aquí dónde él hubiese currado y se sintiera a gusto. Nos recomendó dos, uno de ellos fue Black Box en Francia, que es dónde acabamos grabando y él había hecho un montón de discos allí. Pero como los temas fueron cambiando tanto y tomando otra dirección, hubo algunas cosas que nos gustaban más que el rollo que hubiera podido darle Albini, por decirlo así. Creíamos que el disco iba a salir mejor de otra manera que si lo hiciese él. A dos semanas de irnos a Francia, le dijimos que no viniese porque pensábamos que era lo mejor para nosotros y las canciones. Su forma de hacer las cosas nos encanta, pero no es para el disco que queríamos hacer. Nos dijo que no había ningún problema, que entendía que lo más importante era que hiciésemos el mejor álbum que pudiésemos, y que seguía estando ahí para grabar el siguiente. Fue cuando atracamos a Jordi Mora y le dijimos que tenía 18 días para grabar y mezclar el disco. En cuanto a Gorka, él lleva muchos años en el imaginario de la banda. Queríamos hacer más colaboraciones juntos. Viendo la idea que teníamos para este disco, creíamos que encajaba y no nos hemos confundido. Es la mejor decisión que podíamos tomar. Él nunca había producido nada. De hecho, le había dicho que no a mucha gente, así que hemos tenido el privilegio de ser su conejillo de Indias (risas). No tenemos más que palabras de agradecimiento. Se vino a nuestro local y era uno más. Pillaba la acústica, el bajo, el acordeón… y se ponía a hacer las canciones con nosotros».
«Gorka ya tenía una idea de cómo quería que sonase, pero lo que hizo fue un trabajo de picar piedra» NACHO MUR
No sé si buscabais en él la figura más de un consejero a la hora de hacer las canciones que la de alguien como Albini o Raül Refree que os ayudase a conseguir un sonido concreto. Quizás para la parte técnica ya estaba Jordi Mora, ¿no?
NACHO «Tal cual. Gorka ya tenía una idea de cómo quería que sonase, pero lo que hizo fue un trabajo de picar piedra. Lo que yo llamo de verdad un productor, vaya. Pillar las canciones y darle todas las vueltas que hicieran falta. Lo que ha currado es una locura. No sé si es porque era su primera vez o porque él es así, que yo creo que es esto último (risas). Su aportación ha sido increíble a todos los niveles: melódicamente, estructuras, ideas para los coros, instrumentación de todo tipo… Como decía Jacobo, descubrimos que sabía tocar el acordeón desde jovencito, lo cual es acojonante. Jordi también ha sido fundamental, sin duda. Ha buscado que todo sonase orgánico y analógico. Han hecho un buen equipo. Puede que no sea la última vez que trabajen juntos».
Como decíais, me ha llamado la atención que a nivel estético, el sonido sea mucho más directo y sencillo de lo que veníais haciendo últimamente como en Ninguna Ola. En cierto sentido, igual que pasa con las letras, también hay una vuelta a lo más básico y primigenio de La MODA.
NACHO «Que fuese más directo sí que lo teníamos en la cabeza, pero lo de recuperar nuestra esencia musical del principio me cuesta más verlo. Yo voy viendo cada disco y todos me parecen muy diferentes entre ellos. Realmente ¿Quién Nos Va A Salvar? y La Primavera Del Invierno no tienen nada que ver en cuanto a cómo se aborda el sonido. Y en Nuevo Cancionero Burgalés hay más guitarras eléctricas que nunca. Pero sí puede ser que la gente lo haya entendido como algo más directo y que le viene bien a estas letras que tienen un componente más de celebrar. Ninguna Ola era más reposado, quizás pensado para escucharlo en tu casa tranquilamente con los cascos. Por mucho que lo grabáramos en directo, era otra manera de encarar las canciones y buscar las emociones desde otro lugar. Este disco es más para compartir y celebrar en un concierto. Al final los cancioneros realmente tienen mucho que ver con la colectividad. Eran canciones que se cantaban cuando se trabajaba o se festejaba… Eran cosas en común. Creo que tienen mucho que ver. Me parece un buen análisis».
También creo que hay que destacar como habéis ido desmontando a lo largo de esta primera década de vida la idea que se podía tener de vosotros como banda de folk rock en vuestros inicios. Podéis sonar muy crudos, a veces con más arreglos y experimentar, otras con ideas más básicas… Al final, habéis conseguido crear un catálogo propio dónde podéis ir en muchas direcciones.
NACHO «Bueno, eso lo tendrá que juzgar cualquiera que no seamos nosotros (risas). Yo quizás lo veo de una manera distinta porque antes les seguía como fan y ahora formo parte del grupo. Pero sí que creo que desde fuera se ve que La MODA es una banda inquieta. Sacas un primer disco que empieza a funcionar y puede que tengas la tentación de repetir la fórmula, pero no es muy interesante. Nosotros seguimos escuchando música, nos pasamos cosas nuevas que salen cada día u otras más clásicas… Tu manera de tocar va cambiando. Desde que empezó, o incluso cuando entré yo, creo que ha evolucionado. Además creo que para bien, (risas). Nos escuchamos más, vamos más juntos, investigamos más… También nos gusta rodearnos de gente como Diego Galaz, Santi García, Raül Refree, Gorka Urbizu… Es gente que te va enseñando y vas cogiendo cosas de ellos. Pero también cambiamos porque es algo que la gente nos permite. Cuando hicimos el EP con Albini, dónde todo eran guitarras eléctricas, al poco sacamos ‘La Zona Galáctica’, que es una canción que no tiene nada que ver. Es una manera de no quedarnos estancados en un mismo lugar y no tener el miedo a quizás equivocarnos. Puede que fuese una equivocación, igual que lo pudo ser grabar con Albini o hacer este último álbum. Pero al final no dejan de ser fotografías del momento del grupo. Me siento orgulloso de que el publico nos permita hacer eso porque se mantiene, aunque haya gente que nos diga que no le ha gustado. Puede que desde fuera no se note, pero para nosotros es importante que haya una motivación para seguir yendo al local. Si tocas la misma canción durante diez años, a lo mejor eso se va perdiendo por el camino. Hay que buscar nuevos retos como el investigar estas canciones de hace 150 años e ir a hablar con Gonzalo Pérez Trascasa de Yesca, que es un erudito de la música tradicional y nos cuente porque esto es lo más importante del mundo. Igual que currar con Gorka. Es un regalo tremendo».
JACOBO «Además hay un crecimiento personal. Cuando eres joven piensas que el río de al lado de casa es el Misisipi y ahora valoras que el río que tienes en frente sea el Arlanzón, ¿sabes? Igual que el blues de allí es nuestra canción de siega que ahora nosotros te enseñamos de esta manera».
En otro apartado, me han gustado mucho los videoclips que habéis lanzado para acompañar el disco. En lugar de salir vosotros, aparece gente corriente de Burgos. Supongo que es otra forma de poner el foco en lo que queréis reivindicar.
JACOBO «Teníamos claro que queríamos hacer algo que englobase a todos los videos y que los hiciese la misma gente, que al final han sido Arriguri quienes han hecho un trabajazo increíble. Les estamos muy agradecidos. Tampoco queríamos que fuese un anuncio de la Diputación (risas), pero sí que se viese lo que hay en la localidad. Creo que ayuda a dar una imagen de cancionero más allá de los propios temas, igual que el diseño de José Houdini con el que ha creado un pequeño mundo que va desde algo muy local a lo más universal».
También tengo entendido que está sobre la mesa la idea de volver a tocar en pueblos pequeños de la provincia como hicisteis hace unos años, lo cual tiene mucho sentido con Nuevo Cancionero Burgalés.
NACHO «Estamos en ello. Esperamos poder llevarlo a cabo en abril más o menos. Nos encantó cuando lo hicimos y siempre hemos tenido en mente repetirlo. Más aún con este disco que tiene toda la lógica del mundo. Aún lo estamos organizando porque planificar cualquier cosa ahora es tan difícil… Pero lo haremos, sí».
Tal y cómo está el panorama, ¿os centraréis en seguir girando por España u os atrevéis ya a planear un regreso a Latinoamérica?
JACOBO «Este año va a ser de girar por aquí. Obviamente siempre estamos picando piedra para intentar volver a Latinoamérica. Por ahora no se puede decir nada porque tampoco hay nada concreto, pero se está trabajando. Esperamos ir en 2023. Ahora se nos viene una larga gira de salas, festivales, pueblos y todo lo que salga porque es lo que queremos hacer».
GONZALO PUEBLA