Cuando LG Valeta escuchó por primera vez a The Hellacopters poco podía imaginar que 18 años después estaría a punto de iniciar una gira por España como parte de su formación. Hablamos con el guitarrista barcelonés sobre su experiencia con los suecos. 

En un par de días, el martes 28 de mayo, The Hellacopters iniciarán en la Razzmatazz de Barcelona una gira por salas de nuestro país que les llevará también el día 29 de mayo a Valencia (Sala Canal), el 30 a Málaga (París 15), el 31 a Madrid (La Riviera) y el 1 de junio a Bilbao (Santana 27). (Entradas en este enlace).

La banda capitaneada por Nicke Andersson llegará con todo su arsenal de grandes canciones, pero, como ocurrió en algunos conciertos en 2023, no estará presente Dregen. El guitarrista todavía no está plenamente recuperado de la lesión que se hizo en la mano derecha en julio del año pasado, así que de nuevo será sustituido por alguien bien cercano, LG Valeta de ’77. Aunque el barcelonés últimamente está más centrado profesionalmente en el trabajo de estudio, no se lo ha pensado dos veces a la hora de volver a la carretera para echar un capote a una de sus bandas favoritas y hacer realidad el sueño de cualquier fan.

¿Cuándo escuchaste por primera vez a The Hellacopters? ¿Su música te provocó un gran impacto?
LG VALETA
 «Si no recuerdo mal, fue en 2006 más o menos … Estaba en el coche con Dolphin (batería de ’77 – ndr.) y puso el Rock & Roll Is Dead, que por entonces era el último disco de la banda y recuerdo que me atrapó mucho el sonido y los temas. No sé si antes los había escuchado o no, probablemente sí, pero al no haber shazams, ni spotifys, a veces era difícil reconocer lo que uno escuchaba en algún garito, etc. En esa época yo estaba en plena efervescencia “AC/DCera”, no era amor, era obsesión realmente (risas) y todo lo que la gente me enseñaba de rock contemporáneo, de los 2000 claro, me parecía siempre un poco mierda. Pero recuerdo que ese día me enamoré de los Hellacopters, fue un flechazo. Lo siguiente que recuerdo es ir a la calle Tallers a comprarme el disco y el Grande Rock también, otro disco que me voló la cabeza y escuché hasta la saciedad».

Si no me equivoco, la primera vez que conocisteis a Nicke Andersson en persona fue en un Azkena en 2010 y al año siguiente, ’77 fuisteis a grabar a Suecia.
«Sí, el de 2010 fue un grandísimo Azkena, la verdad. Como nos enteramos que estaría Nicke con su, por entonces nueva banda, Imperial State Electric, no dudamos en buscarlo por el backstage, vinilo y CD en mano, hasta encontrarlo. Le dijimos que éramos una banda de Barcelona, que habíamos tocado en el festival y que nos haría tremenda ilusión darle nuestro primer álbum porque éramos fans. El tipo los aceptó con gusto, cruzamos cuatro frases y eso fue todo. Ese mismo año, subimos a Suecia por primera vez a tocar y no recuerdo quién, pero alguien nos dijo que Nicke y compañía escucharon el CD en la furgoneta y que le había flipado. Se enteró que tocábamos en Estocolmo en septiembre a través de unas amigas que nos montaron un bolo, y antes de salir a tocar vimos una gorra inconfundible entre el público. Al acabar, vino al camerino a felicitarnos y nos comentó que le gustaría producirnos un álbum y, obviamente, empezamos a trabajar en ello para ocho meses más tarde, tener los temas y la logística listos para poder llevarlo a cabo. El disco lo grabamos en un estudio que tenía por entonces en Solna, cerca de Estocolmo».

¿Cuál fue tu primera impresión como persona? ¿Os entendisteis bien con él como productor?
«Como persona Nicke es un gran tipo, sencillo, humilde, pero con esa aura que desprenden los grandes genios y las grandes estrellas ¿sabes? Y como productor qué decir… Es un tipo que respira rock and roll por los cuatro costados. Para nuestro segundo disco, High Decibels, él se encargó de absolutamente todo, hizo de ingeniero de sonido, tarea nada fácil con dos Marshalls al 10 en una habitación de apenas 10 metros cuadrados, de productor, aportando esas ideas que hacen que los temas acaben de tener la chispa necesaria, y también como ingeniero de mezcla. Esa grabación fue totalmente como la seda. Nos entendimos a la perfección y el ambiente que se creó fue super distendido y agradable. La verdad es que fue una experiencia increíble que siempre recordaré con mucho cariño».

¿Qué relación habéis mantenido a lo largo de los años?
«Nos co-produjo nuestro tercer álbum, Maximum Rock & Roll, junto a Fred Estby y ahí estuvimos mucho en contacto con él, principalmente yo, para preproducir los temas. Pero desafortunadamente no pudo estar en el estudio y, aunque Fred hizo un grandísimo trabajo, echamos mucho de menos a Nicke. Luego, siempre hemos ido coincidiendo aquí y ahí, en algún festival o si venían a España a tocar, etc».

¿Qué te pareció el disco de retorno de The Hellacopters, Eyes of Oblivion?
«La verdad es que lo tengo menos escuchado que los anteriores, lógicamente, pero me encantó desde la primera escucha. Quizás no puedo ser objetivo porque realmente soy muy fan de la banda y de Nicke y todo lo que hacen para mí es siempre gloria bendita, pero sinceramente creo que es un discazo».

«Nicke me llamó y me hizo dos preguntas: ¿Sigues tocando la guitarra eléctrica? ¿Sigues teniendo pelo?» LG VALETA

¿Cuándo contactó Nicke contigo para tocar en directo sustituyendo a Dregen en el verano de 2023? ¿En qué términos te lo planteó?
«Pues recuerdo perfectamente que me mandó un whatsapp el 23 de julio, un domingo por la tarde mientras yo estaba currando en el estudio preguntándome si podía hablar. Me sorprendió porque no le había visto, ni había hablado con él desde 2019 aproximadamente, cuando los teloneamos en Barcelona. Le dije que estaba muy ocupado y que si podíamos hablar al día siguiente, pero me insistió diciéndome que era algo muy importante y urgente así que le pedí que me diera 10 minutos. Me llamó y me hizo dos preguntas: ¿Sigues tocando la guitarra eléctrica? ¿Sigues teniendo pelo? (risas). Me explicó el desafortunado accidente que tuvo Dregen y me preguntó si podía hacer el bolo del Tsunami Fest en Gijón que era el siguiente viernes».

¿Necesitaste pensártelo o enseguida le dijiste que sí?
«Le dije que obviamente contaran conmigo, pero que necesitaba unas horas para ver si podía tener el jueves, el viernes y el sábado libres en el estudio, pero no hubo problema. Lo complicado fue que ese lunes curré todo el día, por lo que tuve solo martes por la mañana y miércoles para sacarme los 18 o 19 temas que me pasó como posible set list. El jueves fui a Gijón con mi hermano en coche, y el viernes ya fue el bolo. No hubo ensayos ni prueba de sonido ni nada, solamente Nicke y yo repasamos una vez los temas en la habitación del hotel el viernes por la mañana y al ruedo… Recuerdo que fue un bolo que no pude disfrutar mucho, primero porque no estaba muy seguro con los temas aún, y segundo porque al no haber prueba, el sonido en el escenario fue bastante malo y solo me escuchaba a mí y a Nicke un poco. Pero, por suerte, parece que salió bien».

¿Y para esta gira de 2024? ¿Era algo que habíais planeado o fue a última hora también?
«La verdad que no contaba con ello obviamente, pero unas semanas atrás Nicke me llamó para decirme si podía hacer estos bolos porque Dregen necesitaba más tiempo de rehabilitación ya que sus dedos no estaban al 100%. Por suerte me he podido cuadrar los estudios y el curro para poder hacerlos. La verdad que me hace mucha ilusión tocar por la península con ellos porque conozco a mucha gente aquí, pero sobre todo hacerlo en Barcelona, mi ciudad natal… Es algo con lo que ni había llegado a soñar y estoy super emocionado».

¿Esta vez habéis podido ensayar ya fuera a distancia o presencial?
«Como te decía, el año pasado no hubo ensayo alguno, en las pruebas de sonido les pedía tocar los temas que menos tenía por mano y con eso ya bastó. Esta vez sí que subí a Estocolmo para un concierto privado y haremos un ensayo antes de volver a Barcelona para empezar la mini gira de cinco fechas».

¿Has pedido consejo a Dregen sobre cómo tocar algunas partes o algún otro aspecto?
«Realmente no, y a Nicke tampoco. Busqué videos recientes de la banda tocando los temas para ver los detalles importantes, cómo suelen empalmar temas, quién hace cada solo, etc. Es lo bueno de YouTube, y la verdad es que casi todos los temas me los sé de memoria porque he escuchado los discos mucho y eso siempre juega a tu favor. Además, a fin de cuentas, es rock and roll de la vieja escuela y ese es un lenguaje que conozco y con el que más cómodo me siento porque llevo toda la vida escuchándolo y tocándolo. Eso facilita mucho las cosas».

¿Usas tus propias guitarras o te las presta Nicke?
«Uso mi inseparable SG del ’71 que tengo desde que empezamos ’77; como guitarra de repuesto el año pasado contaba con guitarras de la banda, pero no hicieron falta realmente. Si puedo evitarlo, siempre prefiero tocar con la mía porque es con la que más a gusto estoy, obviamente.

¿Qué es lo que más te ha llamado la atención tocando con The Hellacopters que quizá no te habías dado cuenta como espectador?
«Pues no sé qué decirte, en cuanto a tocar no mucho. Pero sí que me ha gustado ver lo melómanos que son en general, y el conocimiento que tienen de muchísima música, no solo rock and roll. En las pruebas de sonido podíamos tocar desde AC/DC a un tema de la Creedence o The Damned, por decirte algo, y lo clavaban a la primera, lo cual no es fácil.
Además, me hace gracia ver que siguen siendo un banda muy banda, o sea, siempre comentan cómo estuvo el sonido después del bolo, cómo estuvieron los tempos, hacen bromas sobre si alguien se había olvidado una parte, o de hacer un solo o lo que sea… Parece una tontería, pero ese punto de banda sin artificios, que ama lo que hace, para mi es importante porque es exactamente lo mismo que yo siempre he hecho y con lo que me siento como en casa».

¿Habéis hablado del futuro? ¿Si fuera por ti te convertirías en un miembro fijo del grupo?
«No realmente, y tampoco pienso en ello. Quien me conoce sabe que soy muy prudente en general y, en el fondo, soy el tipo que les está echando un cable para no tener que cancelar todos los compromisos que ya tenían; no soy miembro de la banda. Para miíya era la ostia tocar un bolo con ellos, al final hice siete y este año van a caer otros tantos. No puedo estar más emocionado y agradecido al respecto. Y con esto me quedo».

JORDI MEYA