Con un humor afilado y alejado de lo políticamente correcto, Mark Normand se ha convertido en uno de los stand up comedians con más proyección de su generación. Con él hablamos sobre sus gustos musicales y los paralelismos y diferencias entre el mundo del rock y la comedia.
Durante estos meses de confinamiento, además de la música, una de mis fuentes de distracción han sido los monólogos cómicos. Uno de mis favoritos es el que hace poco ha publicado Mark Normand, titulado Out To Lunch. Tras haber sido rechazado por las principales plataformas de distribución, este cómico nacido en New Orleans, pero residente desde hace años en New York, decidió lanzarlo él mismo a través de YouTube. Su apuesta le ha salido bien y en pocas semanas ya acumula casi un millón y medio de visualizaciones.
Todo un éxito que se suma al de su podcast que comparte con su colega Joe List, Tuesdays With Stories!, o al haber hecho de telonero de figuras como Amy Schumer o el mismísimo Jerry Seinfeld, quien lo ha citado varias veces como uno de sus nuevos cómicos favoritos. A través de Zoom mantuvimos una charla mientras paseaba por las calles todavía medio vacías de Nueva York hace unos días.
¿Te consideras un melómano? ¿Te interesa descubrir bandas nuevas?
MARK NORMAND «Estoy muy fuera de onda, pero me gusta mucho la música. Creo que es la forma de arte más pura que existe. Me gusta el jazz, la música clásica, el rock antiguo de los 60 y los 70… Pero no estoy muy al tanto de grupos nuevos. Me gustan Dr. Dog. Son buenos y tienen buenas letras. No me gustan los grupos cool. Se ponen de moda, hacemos ver que nos gustan y luego desaparecen».
¿Pero cuando eras un chaval te interesaban los grupos del momento o siempre has tirado más por lo clásico?
«Cuando era joven quería encajar, así que escuchaba la música de los 90. Pearl Jam son una gran banda. Me gustan Nirvana, Green Day. Me gustaba mucho el ska. Era divertido ver a tipos blancos haciendo ese tempo reggae. De ahora me gustan Passion Pit o MGMT. Quizá son un poco electrónicos, pero me gustan. También Tame Impala… Prefiero la música tranquila. No me entra el rap de ahora, es demasiado rápido y yo soy viejo (risas). Me gusta el hip hop de los 90, Biggie, Tupac… El de ahora tiene buenos beats, pero me suenan como una panda de quejicas que han tomado demasiado café »
¿Cuál fue el primer concierto al que fuiste?
«Mi primer concierto fue de una banda de jazz en una carpa, y también algo de gospel, pero no lo recuerdo. Pero el primero para el que me compré una entrada fue Limp Bizkit en el UNO Lakefront Arena en New Orleans. Mi amigos iban a ir y les sobraba una entrada. Me emborraché. Pasé bastante vergüenza ajena, pero una vez te metes en el rollo, no estuvo tan mal. Aunque no me gustan».
No hay demasiados cómicos que sean también músicos o viceversa…
«Cuando te dedicas a la comedia tienes que ir a saco. Tienes que escribir cada día, actuar cada noche, no creo que haya tiempo para además hacer música. Puedes tocar la guitarra en el autobús de gira o lo que sea, pero es difícil compaginarlo. Pero hay algunos, Stephen Lynch, Garfunkel & Oates, Weird Al Yankovic… Puede hacerse, pero raramente es bueno.
¿Cuál crees que es el motivo?
«Creo que las estrellas del rock son más fantasiosas. Van sin camiseta, visten pantalones de cuero, llevan el pelo largo, muerden murciélagos, se follan a groupies, tiran un televisor por la ventana del hotel… Los cómicos somos personas mucho más cínicas y neuróticas. Si alguien fuera a tirar un televisor pensarías que le puede caer a alguien encima. Si yo me pusiera pantalones de cuero, me imaginaría a todo el mundo de mi instituto burlándose de mí».
Supongo que los músicos tienden a crear un alter ego artístico y en cambio un cómico tiene que ser proyectar cómo es para que funcione.
«Eso es. Para los cómicos ser pretencioso es nuestra kryptonita, mientras que los músicos se alimentan de eso».
Fat Mike de NoFx podría ser un buen cómico.
«Sí, me gustan NoFx. Fat Mike es bueno. Tiene buenas letras, aunque a veces me cuesta entenderlas porque tocan muy alto. ¿Sabes qué grupo es bueno mezclando humor y música? Pavement. Sus letras son muy divertidas y están bien escritas. Y también algún rapero como Lil’ Wayne o J. Cole».
¿Qué te parecen Henry Rollins o Jello Biafra como monologuistas?
«Los he visto, pero ese rollo no me va demasiado. Para mí el spoken word es un poco hacer trampa. Hay un poco de comedia, pero sin tener que ser graciosos. Pero ellos dos son buenos intérpretes, es así».
¿Has visto películas como This Is… Spinal Tap?
«¡Sí! Spinal Tap es una gran comedia musical. Creo que es más comedia que musical, pero las canciones no están mal. A Mighty Wind, también con Christopher Guest, es buena».
«Para los cómicos ser pretencioso es nuestra kryptonita, mientras que los músicos se alimentan de eso» MARK NORMAND
En los últimos años ha habido un boom del stand-up, y ahora es normal ver a cómicos actuar en grandes pabellones e incluso estadios como si fueran conciertos. ¿No te parecen sitios demasiado grandes?
«Sí, estoy de acuerdo».
Hace unos años hiciste de telonero de Amy Schumer en pabellones. ¿Cómo te sentiste?
«Lo curioso es que tenía a una banda de jazz antes de salir yo. Era la banda, luego yo, y luego ella. Y a la pobre banda nadie le hacía ni caso. El jazz es muy sutil, y en un sitio para 20.000 personas no puedes escuchar una batería tocada con escobillas. Yo lo baso todo en la palabra, no me muevo demasiado, así que no era mi sitio tampoco. Amy lo puede hacer porque no para de moverse, es muy animada, pero yo creo que la comedia es un forma de arte íntima, es una conversación con el público, más que una actuación que pueda llegar al fondo de una grada. Un teatro aún, pero un pabellón no es el sitio».
Yo disfruto escuchando un chiste, pero es difícil que suerte una carcajada. Viendo algunos especiales, a veces la gente parece que ría casi por obligación. ¿Te das cuenta cuando una risa es falsa?
«Sí. Llevo desde pequeño intentando hacer reír a la gente, así que me doy cuenta. A veces la gente lo hace para darte un poco de ánimo, y es bonito, pero noto la diferencia. La verdad es que me hace sentir muy incómodo e intento cortarlo».
¿Hay diferencias entre las groupies de músicos y las de los cómicos?
«Creo que son diferentes. Las groupies de los músicos son más salvajes, les va más la fiesta. Con los cómicos es una atracción más intelectual. Es en plan ‘vaya, pienso lo mismo que tú, pero no me atrevo a decirlo, así que voy a follarte’. Los músicos son sexys, como Robert Plant con su pelo, sus pantalones con su polla. No creo que los cómicos tengamos el mismo sex-appeal«.
JORDI MEYA