El 26 de febrero de 1996 unos jovencitos de Glasgow lanzaban su primer single. Hoy, 25 años después, el cuarteto publica su décimo disco de estudio convertido en uno de los referentes mundiales del post rock. Se llaman Mogwai, y no piensan irse a ninguna parte.

Cuando Stuart Braithwaite se conecta al otro lado de mi pantalla a través de Zoom aparece exactamente como me lo esperaba: tirado en un sofá, en chándal, y con esa cara de haberse levantado permanentemente de una siesta. Si por algo se han caracterizado Mogwai es por dejar que la música hable por ellos y no darle ninguna importancia a su imagen. Y en tiempos de pandemia, todavía menos.

Pero teniendo en cuenta que ya hace unos cuantos meses que terminaron de grabar su nuevo disco As The Love Continues (Rock Action/PIAS), y que a excepción del concierto en el que lo interpretaban entero que emitieron el pasado sábado, no tienen la posibilidad de salir de gira, esperaba encontrarme a un Stuart más agobiado o hastiado. Sin embargo, el guitarrista, y cantante ocasional, del grupo que completan Barry Burns (guitarra, teclados), Dominic Aitchison (bajo) y Martin Bulloch (batería), reconoce haber llevado bastante bien este largo periodo de confinamiento, incluso que su nuevo disco es el más positivo que han grabado en años. «Si te soy sincero, fui muy feliz haciendo este disco», me dice.

Supongo que sería fácil caer en la tentación de ver As The Love Continues como una banda sonora del momento actual. Pero imago que lo compusisteis antes de la pandemia ¿no?

STUART BRAITHWAITE «No todo, pero la mayoría sí. Casi todo lo compusimos a finales de 2019 y principios de 2020. Pero seguimos trabajando hasta verano, cuando lo grabamos, y obviamente ahí ya estábamos confinados. Pero en cierto modo, nos fue bien para poder trabajar tranquilamente».

Debes ser de las pocas personas que se alegra de haber estado confinada.
«No es eso (risas). Pero nos dio el tiempo necesario para trabajar en las canciones. En un principio íbamos a grabar en mayo, pero lo retrasamos hasta septiembre. Así que ese tiempo extra fue bienvenido, y obviamente no había distracciones de ningún tipo. Pero tengo muchísimas ganas de poder tocar en directo. Creo que quizá antes de esto no me había dado cuenta de lo mucho que podría echarlo de menos. A partir de ahora voy a apreciar mucho más cada concierto que demos. Y espero poder seguir haciéndolo durante muchísimos años más».

El nuevo disco sale justo el día en el que se cumplen 25 años de la salida de vuestro primer single, ‘Tuner’/’Lower’. ¿Qué recuerdas de ese 26 de febrero de 1996?
«Recuerdo estar muy contento e ilusionado. Fue un día divertido. Recuerdo que llegara el paquete lleno de 7″ de la fábrica, abrirlo y estar super feliz. En realidad, las cosas no han cambiado tanto. Todavía me hace muy feliz cuando nos llega un disco nuevo terminado y lo puedo coger por primera vez».

Y cuando escuchaste el single por primera vez ¿te gustó o ya le viste algún defecto?
«A ver, no era un disco perfecto. Tuvimos que grabarlo muy rápido, porque no teníamos dinero. Era lo que era. Formábamos parte de la escena DIY, así que no pensábamos en que nuestra música fuera a llegar más allá de nuestro círculo. Así que no es perfecto, pero es que nunca creo que hayamos hecho nada perfecto (risas). Todo es mejorable, siempre».

En estos 25 años ¿en qué crees que habéis mejorado más musicalmente?
«Creo que en todos los aspectos. Empezamos la banda siendo adolescentes, y no éramos particularmente buenos músicos. Hemos aprendido a componer y a tocar mucho mejor. ¡Por suerte! (Risas)«.

¿Cuántos pedales has comprado a lo largo de los años?
«No sé… cientos (risas)».

¿Cientos?
«Sí, pero en directo suelo usar unos 20».

Supongo que tienes que estar muy concentrado para saber cuál tienes que pisar en cada momento.
«Sí, cuando empezamos una gira siempre me suele llevar unas semanas hasta que lo tengo todo controlado. En las primeras fechas siempre hago algunas cagadas. Pero es como todo, sólo se trata de práctica. Es un poco como bailar (risas)«.

Más allá de la música creo que es admirable la manera en la que habéis mantenido vuestra independencia a lo largo de todos estos años. ¿Qué consejo le darías a un grupo que está empezando?
«Creo que el mayor error que cometen las bandas es escuchar a gente de la industria que sólo mira a uno o dos años vista, y que no siempre tienen las mejores intenciones. Presionan a los grupos para que sigan una moda concreta para vender más, y, al cabo de un tiempo, los músicos se dan cuenta que ni siquiera les gusta lo que hicieron. Creo que lo más importante es escucharte a ti mismo y recordar por qué empezaste el grupo de primeras».

¿Tenéis la sensación de haber creado una nueva escena o haber acostumbrado a más público a escuchar música instrumental?
«No lo sé. Tengo la sensación que mucha gente que nos escucha sabe bastante de música, o escucha a otras bandas parecidas a la nuestra. Diría que tenemos un público bastante diverso, gente que escucha hardcore, gente que nos descubrió en un festival… Creo que una de las grandes suertes de tener una carrera larga es que acabas llegando a mucha gente distinta».

En los últimos años muchas bandas de metal o hardcore han incorporado paisajes sonoros parecidos a los vuestros. ¿Crees que, ni que sea de manera directa, habéis inspirado a otros músicos?
«Espero que sí. Cuando empezamos mucha gente pensaba que lo que hacíamos era algo muy raro, y en cambio ahora no creo que nadie lo considere así. Creo que sí hemos contribuido a que hacer música épica se vea con normalidad. Eso me alegra».

Volviendo a As The Love Continues ¿por qué decidiste cantar en ‘Ritchie Sacramento’?
«No sé, me pareció que le hacía falta. Lo veía un tema más pop que rock. No me gusta especialmente cómo suena mi voz, pero intenté hacerlo lo mejor posible (risas)«.

Dave Fridmann os ha vuelto a producir, pero esta vez tuvo que hacerlo desde la distancia, en otro continente. ¿Cómo os organizasteis?
«Lo hicimos como ahora estoy hablando contigo, por Zoom. Estuvo muy implicado. Incluso antes de la grabación, hablamos mucho de las maquetas y las canciones. Por ejemplo, ‘Ceiling Granny’ la habíamos concebido como un tema lento, y Dave nos insistió en que lo tocáramos mucho más rápido, y más rápido. Llegó un punto en que ya no podíamos más (risas). Tony (Regan) nos hizo de ingeniero y estaba en contacto permanente con Dave. Y luego le mandamos los archivos e hizo las mezclas».

Supongo que estamos en un momento en el que le estamos sacando mucho provecho a la tecnología, pero al mismo tiempo somos muy conscientes de los peligros que implica. ¿Qué relación tienes con la tecnología?
«Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Yo, por ejemplo, no tengo un aparato tipo Alexa en casa. Para mí es muy raro tener la sensación de que el teléfono te espía, tu televisor te espía… De hecho, lo encuentro asqueroso. Pero soy demasiado vago para hacer nada al respecto, excepto quejarme (risas)«.

¿Y qué importancia dirías que ha tenido en vuestra evolución musical?
«Mucha. Usamos muchas técnicas electrónicas, y grabamos mucho en casa. Nos ha facilitado mucho las cosas, especialmente con Barry viviendo en Berlín. Poder compartir música al instante es genial. Así que diría que al final tiene más cosas positivas que negativas».

Uno de los grandes popes de la tecnología, Atticus Ross, colabora en el tema ‘Midnight Flit’. ¿Qué hizo exactamente?
«Ya habíamos trabajado con él y Trent (Reznor) en la música del documental Before The Flood, así que sabíamos de lo que era capaz. Hizo los arreglos de cuerda y tocó varios instrumentos. Estamos muy agradecidos por su aportación, es muy especial».

¿Eres fan de Nine Inch Nails?
«¡Soy muy fan de Nine Inch Nails! Durante el confinamiento me obsesioné con ellos. Me leí unos cuantos libros sobre ellos. Mi favorito es el EP Broken. Creo que son un gran ejemplo de una banda con éxito que sigue haciendo música interesante».

Una gira Mogwai/NIN molaría bastante.
«¡Me encantaría! Nunca hemos tocado juntos. Así que Trent, si estás leyendo esto, ya sabes (risas)«.

JORDI MEYA