A punto de que se cumpla un año del concierto de despedida Desakato, su cantante Pablo Martínez ya está listo para volver a la carretera presentando su debut como Pablo Senator. En La Mano En El Fuego, el asturiano se olvida de los prejuicios para mostrarnos su cara más pop.
Por si algún fan de Desakato tiene la tentación de echarle la culpa del adiós de la banda a este trabajo en solitario de su cantante, tiene que saber que Pablo ya lo tenía escrito y grabado desde antes. En realidad, precisamente decidió mantenerlo guardado en un cajón para centrarse y disfrutar al máximo de su exitosa gira de despedida.
Pero pasado el luto, y después de haber lanzado un puñado de adelantos, el pasado 20 de septiembre por fin era el momento para compartir La Mano En El Fuego al completo. Producido por Manuel Cabezalí (Havalina) y Víctor Cabezuelo (Rufus T Firefly), que también le acompañarán en las presentaciones en directo, este debut es un nuevo punto de partida para un artista que se caracteriza por la ausencia de miedo y las ganas de crecer. Para cualquiera que siguiera la evolución de Desakato, el camino elegido no debería suponer tal sorpresa.
Aun así, Pablo nos avanza que en directo estas canciones vendrán acompañadas de más decibelios. Quien quiera comprobarlo podrá verle el 15 de noviembre en Barcelona (sala Wolf), el 16 de noviembre en Valencia (16 Toneladas) y el próximo año el 11 de enero en Madrid (sala Mon Live), el 14 de febrero en Bilbo (Stage Live) y el 15 de febrero en Xixón (Teatro Albéniz).
En la nota de prensa de uno de los adelantos del disco escribías algo así como «Hola soy Pablo, he hecho un disco de pop, pero no os asustéis». Por un lado, quería preguntarte qué es para ti el pop y también sino te estabas poniendo la venda antes de la herida con eso de avisar a la gente que no se asustase.
PABLO MARTÍNEZ “Bueno, queríamos jugar un poco con la dicotomía que sabemos que existe en este país sobre todo entre rock y pop. Parece que si te gusta el rock no te puede gustar el pop, cosa que es un poco absurda porque hay muchas bandas de rock o que la gente considera que son rock y no dejan de estar haciendo música popular, música para la gente, música con estribillos. Para mí, el pop es un tipo de música que llega a mucha gente, que es fácil de consumir. En ese sentido, yo creo que toda mi vida he hecho pop. Desde los inicios de Desakato hemos hecho canciones para que a la gente le gustase, aunque no fuese de una tribu urbana concreta. Para mí eso es intentar hacer que las canciones sean recordables, sean memorables y en eso estamos. La verdad es que buscábamos un poco también meter el dedo en la llaga con esta promo que habíamos iniciado en las redes sociales, sabiendo que había cierto sector que iba a estar un poco irascible con este inicio de esta nueva etapa, queríamos aprovecharlo un poco en nuestro favor”.
De todas maneras, al final la diferencia entre el pop y el rock muchas veces es más una cuestión de sonido, de la distorsión que le pongas a una guitarra o se la quites, que no de concepto de una canción, que puede ser exactamente la misma, ¿no?
“Totalmente. De hecho, creo que mi forma de componer, mis melodías, son bastante reconocibles. Al final, la esencia que cada uno tiene a la hora de componer es muy difícil de cambiarla, y creo que estas canciones siguen teniendo mi esencia. Es verdad que el vestido es un poco diferente porque quizás no hay ese muro de guitarras todo el rato, pero creo que también, con el paso del tiempo, he ido buscando que las canciones tuviesen cada una un poco de personalidad. Que no fuese todo muro de guitarras, que no todo el disco sea guitarra con distorsión. Y la verdad que estoy muy contento con el trabajo también de Manuel (Cabezalí) y de Víctor (Cabezuelo) en ese sentido, de intentar dar a las canciones un sentido diferente. De todos modos, en directo hay mucha distorsión, hay mucho fuzz, hay mucho pasaje con muchísima evolución de sonido y yo creo que a la gente les sorprende el directo porque hacemos una ruidera bastante cojonuda. Hacer pop no quiere decir que no me gusta el ruido. El ruido me encanta, la verdad”.
«Desde el rock en general se subestima cualquier tipo de música que no sea rock, y para mí es un error garrafal» PABLO SENATOR
Igualmente, en el disco, a nivel de sonido, instrumentación, de algunos arreglos, he notado una influencia muy del pop de los 80. ¿Esa década era el referente sonoro que tenías en la cabeza? ¿O quizás tenías referentes más modernos, pero que se inspiraban en los 80?
“Sí, hay bastante inspiración de los 80. De hecho, había un chorus en el estudio cuando estábamos grabando que sonaba genial, y creo que nos pasamos un poco, lo metimos en todo. Eso hace que tenga quizás ese carácter más ochentero, y las cajas gordas, gruesas, con reverb y demás, las máquinas de ritmos que utilizamos, son cosas que se usaban mucho en los 80. No era algo que estuviese premeditado, pero sí que una vez que estábamos ahí, fuimos un poco a tope con eso”.
¿Cuándo empezaste a escribir este disco, en ese momento el final de Desakato ya estaba decidido? O sea, ¿ha sido causa, una consecuencia o no ha tenido nada que ver una cosa con la otra?
“Estas canciones se empezaron a escribir en la pandemia, cuando justo acabamos de estrenar el disco de Desakato; de hecho, se estrenaba en pleno confinamiento. Suelo hacerlo de vez en cuando, el hecho de componer canciones para otros artistas o con otra instrumentación o con otra intención para oxigenar un poco de Desakato, que me viene bien. Pero en aquel momento no sabía ni qué nombre iba a tener el proyecto, ni quiénes iban a tocar conmigo, ni absolutamente nada, simplemente hacía canciones por aprender. De hecho, en el confinamiento empecé haciendo canciones de electrónica, intentando aprender a trabajar con máquinas, con sintetizadores y demás. Todo eso se quedó un poco apartado porque al tiempo me di cuenta de que lo que había hecho era una puta mierda. Pero bueno, empecé a trabajar otras cosas y poco a poco me fue llevando a esta onda más pausada. Empecé a escuchar discos de Big Thief, de El Mató A Un Policía Motorizado y en ese momento como que me invadió mucho esa música pausada, con más espacio para los instrumentos, con menos elementos en las canciones. ni demasiadas capas. Empecé haciendo una canción, que fue la primera que estrené, ‘Motorizados’, que fue la que me hizo click y pensé: ‘Vale, creo que por aquí vamos bien’. Empecé a tirar por ahí. El disco, en principio, iba a salir paralelo a la carrera de Desakato, pero cuando estábamos ya grabándolo con Manuel, tomamos la decisión, y creo que lo más inteligente de esperar a que Desakato terminara. Desakato también merecía toda mi atención y tampoco quería estar pendiente de otra cosa más que de la despedida y de disfrutar también ese momento”.
Entiendo que lo de ‘Motorizados’ es un guiño a El Mató…
“Totalmente, totalmente. Al principio me recordaba tantísimo a ellos que lo puse así un poco como hacemos los músicos para tenerla referenciada, de decir: ‘Bueno, pues esta es la de El Mató A Un Policía Motorizado. Y al final, ‘Motorizado’ se quedó como título definitivo porque nos parecía que era potente. Pero sí, es totalmente un homenaje a ellos”.
Decías que intentaste jugar con la música electrónica y no te salió bien… ¿Crees que desde la escena rock, o incluso entre los músicos y los fans, a veces se subestima la música electrónica o la música de baile? En el sentido de que ‘bueno, son cuatro maquinitas y ya está hecho’. Y cuando te pones, igual resulta que no es tan fácil, ¿no? Hacerlo bien, al menos.
“De hecho, no creo que solo se subestime la música electrónica, sino que desde el rock en general se subestima cualquier tipo de música que no sea rock, y para mí es un error garrafal. Me pone tan nervioso como el sexismo o el racismo, tío. O sea, me parece tan imbécil creer que la música que tú escuchas es la mejor, la única, y que todo lo demás es una mierda. Decir que el urbano es una mierda, o que el reguetón es una mierda, que la música electrónica es una mierda, es tan generalista y tan absurdo que no tiene ni… Yo creo que no necesita siquiera que nadie lo rebata. Es de gente poco inteligente. O sea, llevo escuchando mucho tipo de música mucho tiempo. Hay estilos que no me pondría a trabajar sobre ellos porque no me veo capacitado, como en el caso de la electrónica, pero decir que todo es una mierda es muy simplista. Hay gente que hace cosas increíbles y hay quienes incorporan al pop, al rock, o a cualquier tipo de estilo, electrónica de una forma súper elegante. Yo creo que la música está para mezclarla, para mezclarse. Lo de las tribus ya quedó muy atrás, cuando la gente era heavy y ahora rockero… Eso ya los chavales ya no lo tienen, y creo que es una evolución inteligente y natural. Eso ya no existe. Bueno, no existe… Sí que existe, pero la mayoría de la gente suele escuchar música en general. Y eso creo que es importante, sí”.
De todas maneras, si puedes concretar, ¿cuál es la mayor dificultad? ¿La dificultad está en que los cánones del rock o del pop son completamente diferentes a los de la música electrónica?
“Si te das cuenta, la electrónica tiene como una base muy continuista en la que van apareciendo y desapareciendo cosas. Y yo he intentado hacer electrónica, pero llevada a mi forma de hacer canciones, y eso fue un error, o sea, quería que tuviesen diferentes partes, estribillos, estrofas, no sé qué… No es que lo hiciese de forma premeditada, pero sí que me salía así, y con un poco de distancia me di cuenta de que eso no funciona. Luego, evidentemente, la gente que hace electrónica bien tiene un proceso. Yo, cuando empecé a hacer punk rock, para poder llegar a tener el sonido que a mí me gustaba, el que yo tenía en la cabeza, tuve que investigar mucho, cagarla muchas veces, y bueno, si quiero en algún momento hacer buena electrónica, tendré que seguir cagándola. Eso es así”.
Aunque en Desakato tanto las voces como las letras yo creo eran un elemento muy importante, ¿sientes que en La Mano En El Fuego te has expuesto más, incluso sin querer?
“No estaba pensando en eso cuando hice las letras. Es verdad que en estas canciones la voz, la melodía y la letra toman una posición muy primordial, muy importante. Nosotros siempre, desde que componía para Desakato, teníamos muy claro que la letra es algo importantísimo, no solo que diga cosas importantes y que tenga sentido también, sino que estéticamente, desde una forma más global, tenga también sentido. A mí me pasa que muchas veces escucho canciones sin estar pendiente de exactamente de qué está hablando la canción, pero me tiene que… a nivel estético, las palabras que utiliza me tienen que llegar de alguna forma. En este caso sí que he utilizado una forma quizá un poco más superficial, a propósito, de hablar de cosas que son profundas, pero de una forma más superficial, no yendo tan a la emoción, a lo desgarrador, sino a lo cotidiano. Ke doy muchísima importancia a cada estrofa, a cada parte y a cada estribillo. De hecho, no sé, puede ser que una canción en un día me salga y la tenga terminada, pero hay veces que me tiro con una estrofa días y arranco y empiezo a escribir y tacho y vuelvo a parar. Creo que, sobre todo la letra, en cada parte me tiene que decir algo muy importante y estar súper orgulloso de cada cosa que escribo en cada parte de mis canciones. Es algo que llevo muy al extremo”.
Hablabas al principio que para ti el pop es música popular, de intentar llegar al máximo de gente. Se puede dar la paradoja que un proyecto más pop no funcione tan bien como Desakato. ¿Cómo te tomas el proyecto a medio o largo plazo?
«Lo más probable es que no llegue a ser lo que fue Desakato nunca, eso estaba clarísimo desde el principio. Desakato tuvo muchísima importancia por muchísimos factores que al final sumados pues hicieron que llegásemos a tener una cantidad de público muy superior a lo que nosotros hubiésemos soñado nunca y sobre todo al tipo de música que hacíamos. No me preocupa para nada el número de seguidores. No es que haya hecho un disco más relajado, con tiempos más tranquilos, porque me gustaría llegar a más gente, ni mucho menos, pero sinceramente me gustaría poder llegar a la gente que se emocionase con mis canciones, pero el número de personas al que pueda llegar tampoco es algo que me preocupe. Es un trabajo muy a largo plazo sabemos que estamos otra vez en… si no en el punto cero quizá en el primer escalón otra vez. Hay que volver a empezar a marchar, empezar en salas pequeñas, trabajar… Pero eso también me motiva y me ilusiona”.
¿Llevarás bien el tener que volver a cargar tú la furgo o eso no apetece tanto?
«De hecho disfrutaba mucho cuando en Desakato estábamos con esas ganas de comernos el mundo y de tener trascendencia, íbamos a salas pequeñas y vendíamos poco. Lo recuerdo con muchísimo cariño. Ya pasé por ello y lo disfruté, no fue algo que fuera traumático para mí. Volver ahí me parece lo más lógico y lo más justo también, con lo cual es algo que no me preocupa para nada. Yo es que viví en la mierda durante muchísimos años. Empezamos con 17 años a tocar y tuvimos cierta trascendencia cuando yo tenía 30 o 30 y pico, ¿no? Entonces, en realidad, el hábitat natural es la mierda, no lo otro. Viví muchos más años en el barro, así que no me van a caer los anillos por volver a eso”.
JORDI MEYA