El que la sigue, la consigue. Ésa podría ser la moraleja a extraer de la carrera de Papa Roach. Cuando muchos la daban por muerta, la banda californiana resucitó con su anterior disco y ahora esperan seguir la buena racha con su nuevo álbum Who Do You Trust?. Contactamos con su frontman Jacoby Shaddix para descubrir las claves de esta inesperada segunda juventud.
Mucho ha llovido desde que Papa Roach consiguieran hacerse un hueco en la superpoblada escena del nu metal de principios del siglo XXI gracias al megahit ‘Last Resort’. Fuera del big four del género -Slipknot, Korn, Limb Bizkit y Deftones-, ningún otro grupo ha aguantado tan bien el tipo, publicando álbumes con regularidad y girando en condiciones bastante dignas. Pero lo suyo les ha costado… Entre 2006 y 2016, la banda formada por Jacoby Shaddix (voz), Jerry Horton (guitarra), Tobin Esperance (bajo) y Tony Palermo (batería) pasó su particular travesía por el desierto, durante la que, pese a sus intentos de adaptarse a los tiempos incorporando elementos del pop y la electrónica a su rap metal, no acababan de encontrar su público.
Pero contra todo pronóstico, su noveno álbum, Crooked Teeth, publicado en marzo de 2017, consiguió enganchar con una nueva generación de fans, al mismo tiempo que reconectaba, quien sabe si por el factor nostalgia, con sus antiguos seguidores. Tres de sus cuatro singles coparon las listas de rock en Estados Unidos y, en su regreso a España, agotaron las entradas en salas como La Riviera y Razzmatazz.
Teniendo el viento a favor, no sorprende que Papa Roach no hayan querido perder el tiempo y el pasado 18 de enero lanzaran un nuevo trabajo, Who Do You Trust? (Eleven Seven Music), para prolongar su buen momento. Justo en el día que se publicaba tenía la oportunidad de charlar con Jacoby Shaddix, un tipo con el que a lo largo de los años he tenido la oportunidad de tratar en varias ocasiones y al cual he visto transformarse completamente. Si en una de sus primeras visitas le recordaba bebiendo a morro de una botella de vodka completamente pasado de vueltas, ahora habla como un responsable padre de familia y hace gala de un estilo de vida totalmente saludable. De hecho, la última vez que estuvieron en Barcelona, apareció de la nada montado en bicicleta mientras estaba tomando una cerveza con su mánager en una terraza cerca de la sala. Una imagen que me chocó muchísimo. “Oh, sí, lo recuerdo”, me dice riendo al otro lado del teléfono. “Sinceramente, ir en bicicleta es mi mejor descubrimiento para ir de gira. Me levanto, cojo una mochila y me voy por la ciudad donde tocamos. Me tomo un café, observo a la gente, pienso… Me encantó toda la zona de la playa en Barcelona. Me tumbé un buen rato a relajarme. La bicicleta me permite salir de la rutina de estar en la sala pensando en el concierto todo el día”. Roto el hielo, era el momento de iniciar la entrevista.
Esta semana está siendo muy popular en las redes el 10 Years Challenge, así que me gustaría empezar preguntándote por cómo estaba Jacoby Shaddix hace diez años.
JACOBY SHADDIX “Oh, tío, déjame pensar. Hace diez años fue cuando sacamos Metamorphosis. En ese momento lo estaba pasando mal, estaba buscando mi identidad como persona y como músico. Siempre hemos probado cosas nuevas, pero Metamorphosis fue el primer disco que hicimos sin nuestro batería original Dave Buckner. Era un periodo de transición para el grupo. Creo que nos salió un disco demasiado cock rock (risas). Pero al mismo tiempo fue natural, porque nos habíamos enamorado del hard rock de los 70 y de los 80. Teníamos un tocadiscos en la gira y escuchábamos muchos vinilos de esa época. Lo pasamos bien, pero a nivel personal y espiritual estaba perdido… Intentaba mantenerme abstemio, pero tenía que esforzarme mucho. Tuve algunas recaídas, así que era un poco un desastre”.
Mirando vuestra carrera, ése fue vuestro momento más bajo, pero quizá discos como The Connection y F.E.A.R. fueron pasos necesarios para llegar a donde estáis ahora.
“Sin duda. Cualquier grupo pasa por momentos en los que tienes muy claras las cosas y otros en los que estás más perdido y necesitas descubrirte de nuevo. The Connection y F.E.A.R. fueron en cierta manera el principio de volver a conectar con nuestras raíces. Y una vez llegamos a Crooked Teeth ya íbamos a tope y es lo que nos ha llevado a donde estamos ahora. Es emocionante seguir probando cosas nuevas y evolucionando. Será interesante cómo recordaré este momento de aquí a diez años. Ojalá de aquí a diez años podamos volver a charlar los dos”.
Estaría bien. Crooked Teeth volvió a lanzar al grupo muy arriba y Who Do You Trust? aparece cuando todavía no han pasado ni dos años. ¿Sentíais que teníais que volver lo antes posible para aprovechar este momentum?
“Sí, desde luego. Queríamos aprovechar el buen momento creativo y nos metimos en el estudio nada más terminar la gira. Este disco es una progresión natural de Crooked Teeth. Trabajamos con los mismos productores porque me gusta mucho lo que hacen estos tíos. Son jóvenes, son atrevidos y ven la música igual que nosotros. Todo eso nos llevó a hacer nuestro disco más loco y aventurero. Es divertido llegar al estudio y empezar a experimentar. Creo que esa espontaneidad es lo que hace que este álbum sea especial”.
Desde luego, el disco es muy variado. Hay un tema punk rock como ‘I Suffer Well’ u otro muy pop como ‘Come Around’.
“Sí, es alucinante. Pero es la manera en la que escuchamos música. A mí me gusta el punk rock, me gusta el pop… Cuando era joven me gustaban mucho Third Eye Blind. Creo que este disco es una celebración de nuestros gustos musicales”.
Sí, ‘Maniac’ tiene un rollo Third Eye Blind, incluso Pixies.
“Has dado en el clavo al 100%. Queríamos que el álbum fuera un reflejo de nuestras primeras influencias. Los 90 tuvieron un gran impacto en mí como fan de la música. Este disco es un reflejo de nuestro pasado, pero llevado al presente. Es old school, pero fresco al mismo tiempo. Es maduro, pero adolescente y temerario. Esa dualidad lo hace muy excitante”.
Realmente suenas muy convencido de este disco. Muchos músicos en tu posición parecen hastiados.
“Bueno, para serte sincero, hay momentos en los que yo también estoy cansado y harto de este jodido negocio. Pero eso es algo que me quedo para mí. Y luego lo proceso, y recuerdo que lo que hacemos mola mucho. No puedes olvidarte de eso. Y cuando me pasa, no dejo que se me note porque ése no es el espíritu del grupo”.
Uno de vuestros aspectos más admirables es que, hagáis discos mejores o peores, siempre tenéis mucha energía en directo.
“Sí, creo que esa conexión es lo que engancha a la gente. Creo que el directo es una de las pocas cosas sagradas que quedan en la música. Las redes sociales están bien, pero a veces lo hacen todo demasiado banal. Creo que no hay nada como estar en el público, que el grupo toque tu canción favorita y estar rodeado de gente que siente lo mismo. Es una experiencia colectiva real que no puede sustituirse”.
Siempre me has parecido una persona con mucha energía, casi hiperactiva. ¿Eras ya así de niño?
“Sí, siempre he sido así. Es lo que me ha hecho ser como soy y tener mi carácter. Al final ha jugado en mi favor, pero a veces cuando estoy de gira y no tengo nada que hacer, mi mente empieza a ir a mil y no puedo pararla. Por suerte, tengo el escenario para liberar todo eso. Para mí ir a la escuela era un desafío. Nunca encajé en el molde de ser un ‘buen estudiante’, pero por suerte encontré el camino donde poder canalizar esa energía. Desde los 10, 11 años sabía que quería estar en una banda, estar en un escenario y ser una estrella del rock. Y mira, llevo siéndolo unos cuantos años ya. Me siento muy agradecido por saber lo que quería hacer con mi vida y haberlo podido hacer”.
Ahora que eres padre, ¿eres quizá más comprensivo si tus hijos no sacan buenas notas?
“Sí, tío. Entiendo muy bien a mis hijos. El mayor, Makalie, no se parece en nada a mí. Se parece a su madre. Es buen estudiante, responsable, pragmático. Pero el mediano, Jagger, tiene 14 años, y es más problemático. Siempre nos están llamando del colegio quejándose porque no puede estar callado. Y lo entiendo, porque yo era igual. Celebro sus diferencias e intento no ser demasiado duro con ellos porque cada uno es como es. Y luego tengo a Brixton, el pequeño de 5 años, que es simplemente perfecto”.
A la tercera va la vencida.
“Exacto (risas)”.
Es conocido que tuviste unos años muy locos y llenos de excesos. ¿Cómo gestionas esa información siendo padre? ¿Cómo intentas inculcarles valores, pero sin caer en la hipocresía? ¿Te cuesta?
“Dejar de beber me ha permitido tener una nueva mirada hacia la vida. En febrero cumpliré siete años sin beber y eso ha tenido un efecto muy positivo. Me ha dado la oportunidad de poder estar por mis hijos cuando tienen problemas. Pero soy un libro abierto, mis hijos lo saben todo de mi pasado y qué tipo de persona era. La realidad es que esos excesos no me aportaron nada bueno, simplemente me jodieron. Mis hijos lo saben y quizá por eso son más precavidos. Dos de ellos son adolescentes, así que también es su momento de ser un poco locos. Pero todas estas cosas, también me hacen reflexionar sobre mí mismo. Soy una estrella del rock, pero ¿qué significa eso? ¿Qué precio paga la gente por ser una estrella del rock? Se destruyen a sí mismos, destruyen a sus familias, ¿para qué? ¿Para llamar la atención siendo el más desfasado? Ahora casi soy anti estrellas del rock. Sólo lo soy cuando subo al escenario. Ahí sí puedo sacar esa parte de mí y no es algo fingido. Las personas somos muchas cosas. Soy una persona comprensiva y generosa, pero también soy una persona salvaje y violenta. Se trata de saber en qué momento y lugar debes ser cada cosa. He aprendido mucho. He cometido muchos errores, pero es que nadie es perfecto”.
Cuando te enteras de una muerte como la de Chester Bennington o Chris Cornell, ¿alguna vez has pensado que podrías haber sido tú?
“Oh, tío… He tenido mis problemas mentales y espirituales, he estado en la oscuridad muchas veces, pero no creo que pudiera hacer algo así. Tengo demasiadas cosas buenas en mi vida por las que vivir. Para mí ésa no es una salida, no es una opción. He escrito una canción en este disco, ‘I Suffer Well’, porque creo que el sufrimiento y el dolor son necesarios para hacernos fuertes. Si la vida fuera siempre feliz, sería aburrida. Caminar por el miedo y el dolor es lo que nos fortalece el carácter. Cuando ahora siento dolor, en lugar de compadecerme, intento aprender y crecer con ello. Cuando hice cambio de chip en mi vida fue cuando las cosas empezaron a mejorar”.
El título del disco, Who Do You Trust?, podría ser interpretado políticamente. ¿Os influyó de alguna manera el clima que se está viviendo?
“Creo que mi experiencia como ser humano está inevitablemente afectada por la política. Pero al mismo tiempo, este disco es muy personal. La confianza es uno de los ejes del álbum. Es una de las bases para cualquier relación humana. Puedes tener dinero, puedes tener fama, pero al final las relaciones humanas son lo que más valoro en mi vida. Por desgracia, en algunas de mis relaciones he sido infiel, he sido poco honesto, pero también ha habido personas que han sido poco honestas conmigo. A veces estás en una situación en la que tienes que recuperar esa confianza en otras personas o tienes que esforzarte para que los demás confíen en ti. El disco va de eso. Y el que el título tenga un interrogante es una manera de que el oyente se haga esa pregunta. Creo que nunca hemos tenido un título que pueda atrapar tanto como éste”.
Hablando de confianza, Jerry, Tobin y tú habéis logrado seguir juntos en el grupo. Después de más de veinte años es inevitable que la gente cambie. ¿Cómo habéis conseguido crecer individualmente, pero al mismo tiempo, conservar unos intereses comunes?
“No es fácil, es duro, pero la realidad es que somos como hermanos. Hemos crecido juntos desde que no teníamos nada. Pasamos de ser unos adolescentes aburridos de la escuela, a ser jóvenes que viajaron por el mundo, a ser adultos y convertirnos en esposos y padres. Hemos hecho esa evolución juntos. Creo que un aspecto importante es que nos hemos dado nuestro espacio y cuando no estamos de gira cada uno hace su vida. Jerry y yo vivimos en la misma ciudad, pero si pasamos un mes sin vernos, no pasa nada. Y también es importante dejar que cada uno sea como es. Si un día alguien quiere hacer una locura, no hay que impedírselo. Tienes que darte libertad. Y al mismo tiempo, si alguien pide ayuda, somos los primeros en estar ahí. Nos respetamos. Pero, ¿sabes qué? Simplemente es que nos caemos bien”.
«Si tienes malas canciones vas a tener conciertos de mierda, y con eso no vas a llegar nunca a nada”
Desde fuera puede parecer que cuando un grupo tiene éxito es cuando más fácil es todo, pero a menudo, ahí es cuando empiezan los problemas. Y en cambio, la adversidad es lo que te une de verdad. ¿Ha sido vuestro caso?
“Desde luego. Nosotros empezamos de la nada, sin pasta. Estuvimos siete años luchando hasta que sacamos nuestro primer disco y esos siete años fueron los que nos pusieron a prueba y nos prepararon para sobrevivir a los fracasos. Hemos pasado por etapas en las que no teníamos un éxito comercial, pero seguíamos dispuestos a luchar por la banda porque nunca olvidamos nuestros inicios”.
Sé que tienes bastante relación con Mötley Crüe. ¿Alguna vez os plantearíais hacer algo como ellos y firmar un contrato que os prohibiera volver a tocar como Papa Roach?
“Nunca lo he considerado. Cuando lo hicieron, pensé que era una gran estupidez (risas). Pero Mötley Crüe siempre han sido muy extremos en todo, así que encaja con su manera de hacer. Y en cierta manera, les funcionó porque todo el mundo habló de ello. Lo que tengo muchas ganas de ver es la película de The Dirt. He oído que está muy bien”.
Eso dicen. El año que viene se cumplen veinte años de Infest. ¿Tenéis planeado hacer una reedición o una gira de aniversario?
“Estamos trabajando en ello. Vamos a dar algunos conciertos, pero no creo que hagamos una gira mundial. Y habrá una edición especial. Mi idea es que algunos artistas hicieran remezclas de los temas o incluso que algunos grupos hicieran versiones. Hay muchos grupos que nos dicen que son fans nuestros, así que molaría. Pero ya veremos. Desde luego vamos a celebrarlo porque es un disco icónico para nosotros”.
Cuando lo petasteis con Infest, el nu metal estaba en pleno apogeo. Pero como pasa con cualquier tendencia, sea el hard rock en los 80 o el grunge en los 90, todo acaba siendo sustituido por otra cosa. ¿En ese momento erais conscientes de eso? ¿Sabíais que hicieseis lo que hicieseis llegaría un momento en el que vuestro estilo dejaría de ser popular?
“Sí, lo sabíamos. Es como funciona este negocio. Nosotros no somos un McDonald’s que servimos siempre la misma hamburguesa y la experiencia siempre es la misma, el mismo uniforme, el mismo sabor, en cualquier parte del planeta, sea el año que sea. Esto es arte y naturalmente va a ir cambiando. Al final lo que cuenta es tener buenas canciones. Es la base de todo. Si tienes malas canciones vas a tener conciertos de mierda, y con eso no vas a llegar nunca a nada”.
JORDI MEYA