Este domingo Parkway Drive cerrarán por todo lo alto la nueva edición del Barcelona Rock Fest, que se celebrará a partir del viernes en el Parc de Can Zam de Santa Coloma de Gramenet. Charlamos con su cantante Winston McCall antes de tan importante cita.
A la recurrente pregunta de quienes reemplazarían a Iron Maiden, AC/DC o Black Sabbath el día que se retirasen como cabezas de cartel de los festivales de metal, a buen seguro que pocos pensaban en Parkway Drive como posibles candidatos.
Los australianos despuntaron desde buen inicio dentro de la escena metalcore con su segundo disco Horizons de 2007, pero era inimaginable pensar que aquellos tipos con pinta de surferos llegarían algún día a conquistar al mundo entero. Al propio Winston McCall, quien lleva al frente del grupo desde que tenía 20 años, todavía le cuesta creerse lo lejos que han llegado.
Hola Winston ¿cómo estás?
WINSTON MCCALL “Muy bien. Acabo de volver de vacaciones”.
¿Dónde has estado?
“En Italia. Hicimos las dos primeras semanas y media de la gira y luego me fui allí con mi mujer unos días. Ahora nos quedan dos semanas más por delante”.
¿Te reconocían mucho o podías andar tranquilamente por ahí?
“Un poco de todo. Fue interesante (risas). Un día estábamos en una pizzeria en la costa amalfitana y unos americanos me dijeron, ‘¿Eres tú?’ (risas). Me sigue pareciendo extraño”.
Es el precio de la fama.
“Totalmente (risas)”.
«En esencia, somos los mismos, es solo que todo a nuestro alrededor ha crecido mucho” WINSTON MCCALL
En unos días vais a encabezar el Barcelona Rock Fest. ¿A estas alturas ya te has acostumbrado o todavía sientes cierta presión al estar en esa posición?
“Sí, es extraño porque siento la presión hasta el momento en el que me subo al escenario. Pero una vez ahí, todo el trabajo, toda la preparación, toda la ansiedad por no saber qué ocurrirá, desaparece. Y lo bueno es que me da igual si hay una persona o 100.000, no me importa. Sé que me voy a divertir. Hacemos todo lo posible por estar a la altura de lo que se espera de nosotros”.
Hace poco estuve de gira con Cancer Bats y recordábamos la gira que hicisteis juntos y lo mucho que han cambiado las cosas, sobre todo para vosotros…
“(Risas) Sí, lo más loco es que lo recuerdo todo como si hubiera pasado ayer, aunque hayan pasado 17 años. Estaban Warriors, Comeback Kid y This Is Hell también. Es como si el tiempo hubiera pasado volando, pero al mismo tiempo han pasado muchas cosas. Estar en una banda es muy extraño. Ninguno esperábamos todo lo que nos ha pasado. Pero cuando se te presentan las oportunidades, las aprovechas y vas aprendiendo de los errores y vas construyendo algo que te va llevando a nuevos lugares. Pero sí, recuerdo muy bien esa gira, lo que sentíamos entonces, los conciertos… Es increíble que en el fondo estemos haciendo lo mismo tantos años después”.
Bueno, es lo mismo, pero a otra escala…
“Sí (risas). La primera gira que hicimos después de tres años sin girar por el COVID fue la gira europea de Darker Still y llevábamos cinco trailers, tres buses de gira, tocábamos en sitios enormes… Recuerdo que entrábamos los cinco al pabellón antes de que montaran el escenario y alucinábamos de que toda esa estructura se fuera a montar y desmontar solo para que nosotros tocáramos nuestras cancioncitas. En el fondo, somos la parte más pequeña de toda la gira (risas). En esencia, somos los mismos, es solo que todo a nuestro alrededor ha crecido mucho”.
Es muy humano idealizar la situación en la que están los demás. Supongo que Cancer Bats igual piensan que les gustaría haber llegado a vuestro nivel, pero ¿hay una parte de ti que piense quizá viviríais más tranquilos si pudierais girar a una escala más pequeña?
“Es así al 100%. Pero todo el mundo tiene sus propios objetivos, sus propios planes y sus propias visiones de lo que quiere hacer. Pero hay muchos factores a la hora de que un grupo se convierta en enorme, algunos los controlas tú, pero otros no. Y unos implican riesgo, y otros no tanto. La comodidad versus la incomodidad. Es impredecible y por eso no sentimos tan afortunados. Al mismo tiempo, no pensamos que ya no podamos ir más lejos, todavía tenemos la motivación para ver hasta dónde podemos llegar”.
¿Hasta qué punto crees que vuestro acercamiento al metal ha tenido que ver en vuestro crecimiento? Parece que para los grupos de hardcore el techo es mucho más bajo.
“Sí, estoy de acuerdo. Pero creo que en nuestro caso fue más bien el liberarnos de la idea de una etiqueta concreta. Todos crecimos de chavales en el hardcore, pero cuando empezamos a tocar, éramos una banda hardcore, pero siempre tiramos hacia el metal. Aunque musicalmente podamos haber evolucionado, creo que hemos mantenido la misma ética y mentalidad del primer día. Seguimos siendo los mismos, pero nunca nos hemos puesto un límite sobre cómo debíamos sonar o en nuestra imagen. Supongo que las guitarras, las melodías, las estructuras de los temas o nuestra portada tiran más al metal que al hardcore, pero nunca fue en plan, ‘vamos a convertirnos en una banda de metal’. Supongo que el camino que hemos tomado ha resultado más atractivo y ha conectado con más gente, pero no fue algo calculado”.
El fuego y la pirotecnia se ha convertido en un elemento esencial en vuestros espectáculos. ¿Fue una inspiración directa de Rammstein? ¿Habéis contactado con ellos para que os asesoren a nivel técnico?
“No, no hemos llegado a tanto (risas). Pero sí, recuerdo haber ido a ver a Rammstein en 2013 y me quedé alucinado. Hasta entonces había visto conciertos con fuegos y explosiones, pero ellos lograban que todo eso amplificara la música hasta otro nivel. Era como, ‘Dios mío, esto es algo nuevo’. Era tan heavy que hacía que temiera por mi vida (risas), se me aceleraba el corazón. Así que tomé nota de cómo los efectos pueden ayudarte a amplificar lo que has creado. Cuando escuchas música, simplemente la escuchas, pero cuando vas a un concierto, vas a ver algo, a oler algo, a sentir algo… intervienen todos los sentidos, y si los activas de la manera adecuada, te sube la adrenalina de una manera increíble. Así que, sin duda, Rammstein tuvieron una gran influencia en ese aspecto. Además los vi en Inglaterra, cantando en una lengua distinta y conectando totalmente con el público. Me hizo ver que mi voz tampoco tiene que ser el factor decisivo para que el show funcione”.
Al principio de empezar a usar tanto fuego ¿no te daba miedo?
“Sí, sí. Ha sido un proceso de aprendizaje. No es como si todo empiece a explotar y tú estés ahí en medio (risas). Tienes que aprender dónde colocarte, en qué momento, y hay muchas pruebas antes de salir a la carretera. Trabajamos con gente confiamos totalmente y cuantos más años han pasado, más hemos ido aprendiendo. Toco madera porque nunca hemos tenido un susto gordo. Lo curioso es que estar rodeado de fuego también hace que tu interpretación sea distinta. Es como si pudieras tocar a Dios o algo así (risas)”.
Desde el público se nota bastante el calor de las llamaradas, me imagino que en el escenario todavía más ¿no?
“Pues no te creas. Por lo que ha hablado con varias personas, se siente más el calor desde el público que en el escenario. Ahí arriba no es nada exagerado”.
Esta pregunta es más técnica, pero todas las bandas que tocáis en grandes escenarios tenéis que usar in-ears en lugar de monitores. Obviamente son necesarios para escucharos bien, pero no te da pena aislarte de lo que ocurre en el público.
“Sí, cuesta un poco acostumbrarte, pero usarlos es imprescindible para poder moverte con libertad sin perder calidad de sonido. Es cierto que el sentimiento no es el mismo que cuando tocas con monitores, porque no es tan ‘vivo’, pero cada uno elige la mezcla que quiere en sus in-ears, y en mi caso siempre pido que me pongan mucho sonido de los micrófonos que tenemos enfocados al público. De hecho, algunas veces he escuchado algunas conversaciones muy curiosas de las primeras filas (risas). Ahora ya estoy totalmente acostumbrado y me costaría ir atrás”.
¿Habéis ya empezado a pensar en el siguiente disco?
“Sí, estamos componiendo y ya tenemos bastantes cosas terminadas, pero todavía no sabemos qué haremos con todo eso. Es curioso hacer música en el momento actual porque todo cambia muy rápidamente y tienes que adaptarte. Puedes sacar un disco o sacar un single o dos, o sacar cinco EP’s en los próximos ocho años, todas las opciones están abiertas. La perspectiva es distinta cuando piensas en hacer un álbum que cuando haces piezas que puedan existir de manera independiente, cosa que no hemos hecho antes. Ya veremos qué acabamos haciendo”.
JORDI MEYA