Este mismo sábado Phil Anselmo se subirá al escenario del Azkena Rock Festival para revivir algunas de las canciones más emblemáticas de Pantera junto a su actual banda, The Illegals. Hace unas semanas teníamos la oportunidad de charlar con uno de los personajes más controvertidos, e icónicos, del metal de las últimas tres décadas.

A lo largo de mis años en este mundillo han sido muy pocas las entrevistas que, pese a tener interés, nunca he llegado a publicar. Una de ellas tuvo precisamente a Phil Anselmo como protagonista. Fue en 2004 durante el transcurso de un Ozzfest en Nueva York, donde actuaba entonces con su banda Superjoint Ritual. El vocalista iba tan pasado (sospecho que de fumar heroína) que apenas era capaz de articular palabra o terminar una frase con coherencia. Así que a pesar de seguirle el rollo para sacar aquello adelante, una vez escuchada la grabación, vimos que no había nada aprovechable. Una pena.

Afortunadamente, 15 años después la situación es completamente distinta. Anselmo suena al otro lado del teléfono como un hombre nuevo; incluso me atrevería decir que feliz. A pesar de saludarme con un intimidamente “Estás hablando con el jodido Phil Anselmo” con su característica voz ultragrave, a continuación suelta una sonora carcajada para romper el hielo. Reposando en un hotel antes de actuar en el Maryland Deathfest con Scour, uno de los múltiples proyectos que ha venido iniciando y matando a lo largo de los años, el cantante nos muestra una faceta más alejada de su personaje público y con ganas de pasar página a sus errores del pasado.

¿Qué te ha llevado a interpretar el repertorio de Pantera en esta gira?
PHIL ANSELMO “Bueno… Lo empezamos a hacer a finales del año pasado, después de que Vinnie Paul falleciera. Oh tío… hay tantas razones para hacerlo. Cuando Vinnie murió, me di cuenta que sólo quedamos Rex (Brown, bajista) y yo. Hablé con él por teléfono y le dije ‘Creo que voy a tocar algunos temas de Pantera’, y me dijo ‘Adelante’. Así que aprendimos a tocar los temas, y cuando empezamos a tocarlos en directo, me impresionó mucho la reacción del público más joven, el que nunca había tenido la oportunidad de ver a Pantera en vivo. Su reacción fue increíble. Para mí The Illlegals es una banda de metal extremo que hacemos para divertirnos, hacemos black metal, death metal… metal extremo. Nunca fue la banda que debería haber tocado los temas de Pantera, pero precisamente por eso les doy mucho mérito”.

¿Cómo ha cambiado tu perspectiva respecto a tu propio legado con Pantera? Desde que terminó el grupo has hecho muchas cosas distintas, así que me preguntaba si tu intención entonces era la de distanciarte de Pantera.
“No sé. Supongo que he aceptado que nunca estaré en una banda tan grande como Pantera. De hecho, no creo que vuelva a existir otra banda como Pantera”.

¿Pero te costó aceptarlo?
“Soy consciente que cualquier banda que he hecho desde entonces va a tener un público más pequeño, pero ya me está bien. Pantera fue la tormenta perfecta, y estoy feliz de haber sido parte de ella, pero eso no suele suceder más de una vez en la vida”.

Ahora que Vinnie Paul y Dimebag ya no están, ¿te has arrepentido de no haber hecho una reunión cuando todavía podíais o al menos haber hecho las paces con ellos?
“Por supuesto. Cuanto mayor me hago, más me doy cuenta de que todo es temporal. Todo. Todo. Todo tiene sus límites. Me hubiera encantado hacer las paces. Hay muchas otras cosas que me hubiera gustado que fueran distintas. Pero ahora toca centrarse en lo que tenemos por delante. Hay que seguir adelante. Es lo que tengo en la cabeza. Respeto mucho su memoria, pero creo que lo más saludable es seguir avanzando y creando. Quizá eso entre en contradicción con el hecho que vaya a tocar temas viejos, pero es que… estas canciones… Cuando empiezas a tocar ‘Mouth For War’ y ves cómo se despierta el público… Es algo mágico”.

El año pasado cumpliste 50 años. ¿Te sorprende haber llegado a esa cifra?
(Risas) Podría ser una gran sorpresa. Sí, tío. Si me hubieras preguntado a los 20 si llegaría a los 50, te hubiera dicho que era imposible. Pero me siento afortunado. Súper afortunado. Estar todavía vivo es jodidamente increíble”.

Te noto en un estado mental mucho más positivo. ¿Cuándo empezó a cambiar tu vida para mejor? ¿Tuviste alguna epifanía, fue una cuestión de tocar fondo…?
“No tuve una epifanía… Fue una jodida y larga lucha. En todo caso fue una epifanía detrás de otra (risas). No le desearía a nadie que pasara por mis circunstancias. Cuando tenía 24 años y me lesioné la espalda, la cirugía en ese momento no estaba preparada, así que opté por no operarme y seguí dando conciertos y bebiendo mucho whisky y tomando muchas pastillas para seguir adelante. Pero lo único que hacía era joderme más año tras año tras año. Finalmente en 2006 me operé la espalda y quizá tuve mi primera epifanía. Empecé a luchar y luchar, pero luego vinieron más operaciones, de rodilla, y otros huesos… En enero del año pasado me hicieron otra operación de espalda y ahora me siento bastante bien. Pero te diré que con 50 tacos, cuando no es una cosa es otra. Siempre hay algo que te duele. Disfruta de tu juventud mientras puedas porque hacerse viejo es una mierda (risas)”.

Vivir con dolor crónico es algo muy jodido. ¿Cómo aprendiste a convivir con ello?
“Escúchame con atención: odiaba mi estado. Odiaba mi estado. Y cuando odio algo voy a luchar contra ello con todas mis fuerzas. Yo no estaba destinado a ser el borracho y farlopero que muriese en 1996. Yo no tenía que ser ese tío. Así que el hecho de estar convirtiéndome en ese tío hacía que me odiara. Y hasta el día de hoy he seguido luchando. Quizá un poco más duro que los demás para demostrarme a mí mismo, tanto mental como físicamente, que no volvería a eso. Lo único que quería hacer en esta vida era crear música, tocarla en directo, mirar mis peleas de boxeo y mis pelis de terror. Eso era todo. Pero las circunstancias… Los huesos rotos, las operaciones, las medicinas, los discos de éxito, todo ocurriendo al mismo tiempo hicieron que tenga una historia interesante que contar”.

Pese a todo, siempre has seguido haciendo música. ¿Crees que el dolor era tu principal combustible para crear?
“Desde luego. Lo era y lo es. Estás en lo correcto”.

Foto: Philip H. Anselmo & The Illegals

«El metal extremo es lo que me sigue poniendo a mil”
PHIL ANSELMO

¿En cuántos proyectos estás involucrado ahora mismo?
“Tengo a The Illegals, mañana toco con Scour, pero es una cosa suelta. Hace una semana empecé a trabajar con En Minor. He escrito mucha música para eso y estoy montando la banda. Es algo muy oscuro, pero no es heavy metal. Es distinto. La realidad es que En Minor es probablemente la música más antigua en la que he trabajado, la llevo arrastrando desde antes de Pantera. Hace muchísimo que la tengo, pero nunca supe cuál era el momento de publicarla o si despertaría algún interés. Pero cuanto más viejo me hago, más me he dado cuenta que a la gente le gusta ‘Stone The Crow’ que hice con Down o la versión de ‘Planet Caravan’. Quizá esos dos temas son más parecidos a lo que hago con En Minor, aunque sea distinto. Creo que ahora que he hecho como 50 bandas distintas, quizá mis fans sean más abiertos para aceptar algo así”.

Estoy muy intrigado por escuchar En Minor…
“No creo que haya una banda que suene exactamente como En Minor. Es distinta”.

Normalmente la gente suele escuchar música cada vez más tranquila a medida que se hace mayor, pero en tu caso siempre has tenido un gran interés por lo que se seguía cociendo en el underground extremo.
“Bueno, es una parte de mi cerebro contra la que todavía sigo luchando (risas). El metal extremo es lo que me sigue poniendo a mil”.

¿Con Down volveréis a hacer algo?
“Sí, claro. Estamos hablando de hacer algo para el 25 de aniversario de NOLA y normalmente cuando planeamos hacer algo, ni que sea pequeño, se acaba convirtiendo en algo más grande. Veremos… Llevamos ya cuatro años sin hacer nada. Pero En Minor puede que me vaya a ocupar bastante tiempo”.

De todos los discos que has grabado, ¿cuál te hubiera gustado que hubiera tenido más reconocimiento del que tuvo?
“Creo que el tercer disco de Down no recibió la atención que merecía, pero en aquel momento todavía era un borracho odioso. Quizá debería haberme tomado un tiempo libre, porque no estaba en condiciones para hacer que ese disco funcionara. Así que lo entiendo. Incluso te diré que el segundo disco de Down es jodidamente bueno. Si hubiéramos quitado tres canciones, creo que sería un disco perfecto. Pero de nuevo, también me encontraba en un estado lamentable… (Suspira). Bueno, al menos ahora me puedo reír de ello (risas)”.

Siempre has sido un personaje muy polémico. ¿Has aprendido a mantener la boca cerrada o prefieres cagarla y después pedir perdón?
“Bueno, nunca más voy a pedir perdón por nada. Lo aprendí la última vez (en 2016 terminó un concierto haciendo el saludo nazi -ndr.). No importa lo que digas, no sirve de nada. Si pides perdón de verdad, eso debería servir, pero no. La gente que me conoce sabe que tengo un buen corazón, que en el fondo sólo soy un freak de la música, no soy nada polémico. Son los medios los que me hacen aparecer así. Conmigo ya sabes lo que te vas a encontrar. Joder, no he pegado a nadie en 20 años (risas). ¿Cómo puede ser que siga siendo polémico? (Risas)”.

JORDI MEYA