Este fin de semana los británicos Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs vuelven a nuestros país para someternos con su stoner metal con arrebatos noise. Hablamos con su vocalista Matt Baty sobre su lugar en la escena, su evolución futura y su pasado como fan de… Linkin Park.
A lo largo de los últimos diez años, Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs han logrado hacerse un nombre dentro de la escena stoner, a pesar de no ponerlo precisamente nada fácil a la hora de escribirlo o pronunciarlo. Después de su experiencia previa en bandas de noise como Ommadon, Blown Out o Khuunt, el quinteto de Newcastle decidió acercarse más a los riffs pesados del doom y el stoner en su nueva aventura, eso sí, sin renunciar a sus ansias experimentales. A modo de ejemplo, su primer concierto en 2012 consistió en un solo tema de 15 minutos.
Desde entonces, Matt Baty (voz), Sam Grant y Adam Ian Sykes (guitarras), John-Michael Joseph Hedley (bajo), y Ewan Mackenzie (batería) no han parado de ir mutando y en sus cuatro álbumes -el último Land Of Sleeper salió en febrero de 2023- ha ido abrazando también la psicodelia y pasajes más melódicos. Un mejunje explosivo que en directo, dicen, es todavía más salvaje. Quien quiera podrá comprobarlo mañana sábado en el Blockparty Arganzuela que se celebra en la Explanada Multiusos Madrid Río y el domingo en una mini edición del mismo festival en la sala Upload de Barcelona.
Seguro que te lo han dicho muchas veces, pero escribir el nombre de la banda es un coñazo. Supongo que los diseñadores de los festivales también deben sufrir para encajar vuestro nombre en los carteles. ¿Fue idea tuya?
MATT BATY “Sí. Y sí, el nombre es bastante molesto (risas). Definitivamente ocupa mucho espacio en los carteles de los festivales. Para serte sincero, creo que todos lo aceptaron porque probablemente son tan tontos como yo. El nombre salió de una conversación estúpida entre Johnny, nuestro bajista, y yo un día en un estudio. Escribimos una lista muy larga de nombres estúpidos y ese fue el que elegimos para nuestra siguiente banda. Y desde entonces estamos atrapados con él”.
El año pasado lanzasteis Land Of Sleeper, ¿cómo ves el álbum ahora?
“Para mí, lanzar y reflexionar sobre los discos es algo curioso, porque una vez que está terminado y masterizado, generalmente no lo vuelvo a escuchar. Estoy orgulloso de lo que logramos, pero luego la experiencia se convierte más en salir de gira, tocar para la gente y crear recuerdos. Eso es lo que más me importa. El álbum nos llevó a Estados Unidos por primera vez, hicimos tres giras allí, fuimos a Australia y giramos por Europa. Así que cuando reflexiono sobre el álbum, pienso más en las experiencias que nacieron de él”.
¿Sientes que todavía estás en el ciclo de Land Of Sleeper o en el principio de algo nuevo?
“Ahora estamos en una especie de tierra de nadie. Estamos trabajando en el próximo álbum, así que el año que viene seguramente tengamos algo nuevo”.
Todavía no os he visto en directo, pero tenéis muy buena reputación. ¿Te intimida que la gente os vaya a ver con demasiadas expectativas?
“No, no me intimida. Llevamos haciendo esto mucho tiempo que ya es como… no sé, sabemos lo que hacemos y sabemos qué nivel debemos alcanzar cuando tocamos en vivo. Hay una capa extra de emoción cuando vamos a países a los que no hemos ido antes o no hemos ido en mucho tiempo. Estaba tratando de pensar… Creo que la última vez que tocamos en España fue en 2017 o 2018, ha pasado mucho tiempo. ¿Existe un festival llamado Mad Cool?”.
Sí, Mad Cool. Es el festival más grande de Madrid.
“Sí, exactamente. Pero eso fue hace años, así que estamos realmente emocionados por volver”.
¿Cómo evalúas tus propios shows? ¿En qué te basas?
“Es difícil. Bueno, debería decir que, y esto no es por arrogancia, pero personalmente no siento que haya muchos conciertos que pensemos que son malos. Para nosotros, cada show es como una bendición y una gran oportunidad de pasar un muy, muy buen rato. Pero obviamente, por alguna razón u otra, hay conciertos que se quedan contigo, hay algo que hace click y hay como una magia extra. Obviamente, el público es una gran parte de que eso ocurra, porque podríamos estar tocando en el mejor lugar del mundo, pero si solo hay dos personas allí sentadas leyendo un libro frente a nosotros, no va a ser un buen show, ¿verdad? Se trata más de esa retroalimentación entre nosotros y el público. Cuando sientes ese ciclo, cuando sabes que está allí, esos son los mejores. Pero a veces puede que haya cosas en el escenario que estén fallando y tu atención se desvíe porque un amplificador se ha roto o algo así. Para mí, los mejores shows son aquellos en los que puedes desconectar y estar completamente en otro mundo, otro universo. Todos esos pensamientos triviales o incluso los problemas reales en tu vida desaparecen, se van. Por 45 minutos o una hora, se van. Esos son los mejores conciertos, pero obviamente, hay cosas que devuelven a la realidad, como que el micrófono se rompa, esas cosas te devuelven a ese espacio mental caótico”.
Tocáis a un volumen muy alto. ¿Cuántos años os llevó superar las discusiones con los técnicos de sonido de las salas que os pedían bajar el volumen?
“(Risas) Bueno, eso siempre ha sido innegociable. Creo que hay una diferencia entre hacerlo de forma incómoda o hacerlo sonando bien. Afortunadamente, ahora trabajamos con un ingeniero de sonido muy bueno. Viene a muchos de nuestros shows y también estará con nosotros en España. Hace un trabajo fantástico maximizando el volumen, pero de una manera que no es abrasiva o incómoda para la gente. No queremos que sea dolorosamente alto o molesto, queremos que sea algo físico. Es lo que nos gusta en el escenario, pero no queremos que sea una experiencia desagradable. Queremos que sea inmersivo, como dije antes, que puedas desconectar de la realidad por un rato. El sonido juega una gran parte a la hora de llevarte a otro lugar”.
«Para mí, los mejores shows son aquellos en los que puedes desconectar y estar completamente en otro mundo, otro universo» MATT BATY
¿Cuál es la mejor y la peor banda que has visto tocando a un volumen descomunal? Porque en mi caso es la misma banda, pero te la diré después.
“Oh, ¿en serio? Ok. Supongo que la banda más ruidosa y la mejor que he visto… Hay dos que destacan. He visto a Sunn O))) como cinco o seis veces, y siempre es increíble. Los vi en su gira más reciente, solo los dos, Greg Anderson y Stephen O’Malley. Y aunque antes los había visto con músicos invitados y vocalistas, verlos solo a ellos dos fue algo mágico. No sé, era como la esencia pura de lo que es Sunn O))). También he visto a Swans varias veces, y una vez en particular en un festival pequeño en Bélgica, a mitad de su set tocaron ‘Coward’ y recuerdo que mis piernas casi se doblaron, me quedé sin aliento. Fue increíble”.
¿Y la peor?
“No lo sé, es difícil de decir. Generalmente, si no me gusta algo, simplemente me voy. No me gusta criticar a otras bandas, creo que todo depende del gusto de cada uno. Pero todas las bandas tienen su lugar y su validez, así que no suelo ser crítico. ¿Cuál fue la tuya?”.
En mi caso fue High on Fire. Los vi en un festival y sonaron horribles, pero otra vez fue increíble.
“Ah, los vimos hace poco, y fueron increíbles. Tocaron después de nosotros, y me sentí un poco avergonzado de haber tocado antes que ellos. Pero hay muchos factores para que una banda suene bien o mal. Podría ser que el equipo de sonido no fuera el adecuado, o tal vez fue la persona encargada del sonido…”.
Bueno, también estaban muy borrachos.
“Sí, bueno, eso también cuenta (risas)”.
¿Tocas siempre sobrio o a veces lo haces borracho o drogado?
“Ahora tocamos casi siempre sobrios. En los inicios había mucho caos y nos emborrachábamos antes de tocar. Pero, no sé, creo que había un tiempo y lugar para eso. A medida que progresamos y tuvimos más conciertos, especialmente viajando más, me di cuenta de que no puedes beber todas las noches y esperar tocar bien. Creo que es una cuestión de respeto el público. Leí una entrevista hace poco con Paul Heaton y decía que si subes al escenario borracho, básicamente te estás burlando de tus fans. Estoy bastante de acuerdo”.
En general, se os mete dentro del rollo stoner, ¿pero os influyeron más las bandas americanas tipo Kyuss o veníais más de Black Sabbath?
“Personalmente, creo que hice las cosas al revés, y me da un poco de vergüenza admitirlo. Cuando tenía 14 o 15 años y empecé a tocar la batería, desafortunadamente, lo más popular eran bandas como Korn, Limp Bizkit y Linkin Park. Esas fueron las primeras bandas que me hicieron desarrollar una pasión por el rock y el metal. Sé que hay dudas sobre la calidad artística de ese tipo de música, pero creo que tiene su lugar. No fue hasta algunos años después, cuando empecé la universidad, que comencé a retroceder y a explorar algunas de las bandas que influyeron la música que escuchaba. Fue entonces cuando empecé a escuchar Black Sabbath, The Stooges, que son mis favoritos, MC5, Motörhead, todo eso. No fue hasta mis 20 años que comencé a profundizar en ellas”.
No hay nada de lo que avergonzarse. A cada uno le toca vivir la época que le toca.
“Ya, además en mi ciudad no había tiendas de discos donde conseguir música, así que terminaba con un conocimiento bastante limitado sobre qué bandas había. Básicamente leía la revista Kerrang, y ellos promocionaban a todas estas bandas nuevas del momento, así que eso era todo lo que conocía. Pero cuando llegué a la universidad, comencé a interesarme más por los extremos del rock y el metal, particularmente las bandas que salían bajo el sello Southern Lord. De hecho, escuchaba más bandas de Southern Lord antes de apreciar Black Sabbath, pero al hacerlo, comencé a retroceder en la historia y llegué a Black Sabbath. Así fue mi camino hacia ellos”.
No pensaba preguntarte esto, pero me lo has puesto a huevo. Como antiguo fan de Linkin Park, ¿estás emocionado con su nuevo disco o no te interesan ya?
“No sabía que estaban haciendo un nuevo álbum. Vi algo en redes sociales sobre una nueva vocalista, lo cual es genial para ellos, pero no he escuchado nada aún. Lo escucharé por curiosidad cuando salga, pero no es lo mismo para mí ahora que cuando tenía 14 años. Tampoco escuché el último álbum de Limp Bizkit”.
¿Cuando empezasteis fue fácil ser aceptados en la escena del stoner, o erais vistos como extraños? Porque incluso vuestra imagen no encaja con lo que la gente podría esperar.
“Sí, somos un grupo algo raro en ese sentido. Pero la escena en la que caímos rápidamente, sobre todo en el Reino Unido y Europa, fue la del noise rock y el psych rock, que estaba muy animada en ese momento. Y en esa escena, la estética es menos importante. Puedes ver a alguien que parece haber salido de trabajar como contable, pero suben al escenario y tocan un increíble noise rock. Fuimos acogidos por esa escena, con bandas como Part Chimp, Luminous Bodies y Nod. Así que, en lugar de caer en el stoner rock, nos metimos más en ese mundo, aunque ahora hemos sido un poco más aceptados por el stoner rock”.
¿Y hacia dónde te imaginas la banda evolucionando en el futuro?
“Creo que hasta ahora hemos hecho un buen trabajo de darle a cada álbum su propia identidad y carácter. Así que espero que el próximo álbum sea otra vuelta de tuerca y también tenga su propia identidad. Un gran parte de eso es gracias a Sam, uno de nuestros guitarristas, que produce nuestros discos. Siempre lo tiene en mente cuando trabaja en la producción, así que cada álbum no suena exactamente igual. Cada uno tiene sus propios colores, por decirlo de alguna manera. Espero que el próximo álbum sea así también, porque odiaría que cayéramos en la trampa de ‘bueno, somos buenos en esto, sigamos haciéndolo y quedémonos en esta línea’. Me gusta que, cuando estamos escribiendo música, sea un desafío o que hagamos algo un poco inesperado”.
JORDI MEYA