Siempre dispuesta a sorprender, la enigmática Poppy se reinventa en su quinto álbum Zig en una reina de la pista de baile. Eso sí, una pista completamente a oscuras y con rastros de sangre en el suelo.

Moriah Rose Pereira nació en 1995, pero podríamos decir que Poppy lo hizo en 2014. Fue entonces, cuando se hizo viral en YouTube con una serie de vídeos satíricos sobre la cultura de internet en los que se presentaba como una androide. Su éxito no pasó desapercibido, y Island Records la fichó de inmediato. Dos años después, publicaba su primer EP Bubblebath y desde entonces ha cautivado al público combinando una presencia visual impactante con una música difícil de catalogar. Que haya colaborado con Grimes y Duplo, girado con The Smashing Pumpkins, y haya versionado a Gary Numan y Jack Off Hill, dan una idea de su amplio espectro.

Si en Disagree (2020) tiró hacia el metal y en Flux (2021) hacia el rock electrónico, en Zig, que se publica mañana 27 de octubre a través de Sumerian Records, Poppy ha optado por hacernos bailar, sin perder ese toque oscuro y loco que prevalece en todo lo que hace. Junto a su colaborador habitual Simon Wilcox y el productor Ali Payami, quien ha trabajado anteriormente con Taylor Swif o The Weeknd, Poppy ha creado un disco a medio camino entre Lady Gaga y el universo de David Lynch.

Hace unos días, tuvimos la oportunidad de charlar con ella un rato mientras pasaba unas horas en París.

¿Cómo definirías quién es Poppy?
POPPY “Poppy es una artista multimedia”.

¿Y algo más?
“Eso es todo”.

¿Qué papel juega la música en todo esto? ¿Es la disciplina en la que te sientes más cómoda?
“La música es una parte más en todo en el conjunto. Pero es sincera y muy importante para mí. Es una forma de expresión que no puedo alcanzar con otros medios como los vídeos, las novelas gráficas o los libros. Me gusta mucho hacer música. Y sé que hay mucha gente a la que no le gusta hacer videoclips, pero a mí me divierte mucho. Me encanta el proceso y estar tanto delante como detrás de la cámara”.

¿Cómo nació tu amor por la música?
“Hubo varias fases. La primera fue cuando me sentí conectada a un artista. David Bowie fue mi primer amor musical. La segunda fue cuando empecé a ir a conciertos, y vi que con la música podías viajar por todo el mundo, y no tendría que estar nunca en casa. Y la tercera cuando empecé a hacer música yo misma, y gracias a ella conocí a un montón de gente interesante”.

No me sorprende que cites a Bowie porque tú también cambias de disco a disco. ¿Crees que tus fans lo son de Poppy sin importar el estilo que hagas?
“Es posible. Yo tiendo a ser fan de un artista en general. Siempre me intereso por todo lo que ofrece en global, y no solo por algo concreto. Los géneros me importan más bien poco. Si una canción me gusta, me da igual el estilo”.

En Zig has apostado por un sonido más bailable, aunque sigue siendo oscuro y a ratos agresivo.
“Quería hacer un disco con el que pudiera bailar en los vídeos. Crecí siendo bailarina, y quería unir esos dos mundos. Para mí es emocionante, Bailar es algo sexy y meditativo al mismo tiempo”.

Además de cantar, grabaste las guitarras y el bajo.
“Yo era compositora antes que cantante, así que para mí es importante involucrarme al máximo en todo el proyecto. En directo también toco el bajo. Este disco habla de empoderarse, así que quería ocupar ese espacio. Aunque también quiero remarcar el trabajo Ali Payami”.

¿Qué retos supone hacer un disco más bailable en comparación a uno más orientado al rock o el metal?
“No creo que hubiera retos específicos durante el proceso de creación. El mayor reto fue lidiar con el sello y sus ejecutivos (Habla de Republic al que dejó para volver a Sumerian Records -ndr.). El disco se retrasó un par de veces por todo lo que estaba ocurriendo. No me gusta esperar y eso me puso de mal humor”.

¿Cuál era el problema?
“Que me proponían unas ideas horribles”.

¿Cuál fue la peor?
“Que filtrara mi música en TikTok. Lo cual es una tontería”.

«Me da la sensación que la gente online está siempre compitiendo, y eso no me interesa» POPPY

Pareces alguien que precisamente domina muy bien las redes e Internet para promocionarte. ¿Es algo que te salió de manera natural o que te forzaste a estudiar?
“La verdad es que fue algo que me forcé a hacer. Para serte sincera, estoy saturada de información. Soy alguien bastante sensible y me abruma saber lo que hace todo el mundo a todas horas. Me gusta saber de la gente cercana a mí, pero mi intención no es competir con nadie. Creo que los artistas deberían ofrecer es una visión global, no los detalles de su día a día. No quiero ser famosa porque sí, sino por mi trabajo. Me da la sensación que la gente online está siempre compitiendo, y eso no me interesa. El uso que hago de las redes es totalmente espontáneo, sin saber si lo hago bien o mal. De hecho, hace un año eliminé mi cuenta de Twitter. La tecnología cambia muy rápidamente, así que tienes que estar siempre aprendiendo cosas nuevas”.

¿La Inteligencia Artificial te estimula o te da miedo?
“Es una pregunta compleja. A mí usarla me resulta estimulante, pero es algo con lo que deberíamos tener cuidado. Tengo un par de amigos que están muy involucrados en su desarrollo y sé que están en el lado bueno, pero ambos me dicen que es algo que deberíamos tomarnos en serio. Es un arma muy poderosa. Si cae en malas manos podría ser un desastre”.

JORDI MEYA