El próximo 1 de abril, PUP publicarán su cuarto disco, The Unraveling Of PUPTHEBAND. Un álbum en el que los canadienses relatan, con su mordaz humor característico, la ansiedad y agobio que sintieron creándolo, que, en el fondo, es la misma ansiedad y agobio que podamos sentir todos simplemente por existir.
Que una banda elija como nombre el acrónimo de Pathetic Use of Potential ya da una idea de la poca confianza que tenían en sus posibilidades. Pero doce años después de haberse formado en Toronto, y contra sus propios pronósticos, Stefan Babcock (voz, guitarra), Steve Sladkwoski (guitarra), Nestor Chumak (bajo) y Zack Mykula (batería) se encuentran a punto de publicar su cuarto álbum y con más gente pendiente de su música que nunca.
El hecho ya sería destacable en sí, pero todavía más teniendo en cuenta que, como hemos podido ir leyendo en las letras de sus canciones, la salud mental de Stefan ha estado en peligro en muchas ocasiones, llegando a odiar estar de gira y a sus propios compañeros.
Afortunadamente, las aguas están ahora mucho más tranquilas, en parte porque, irónicamente, la pandemia les proporcionó el tiempo necesario para coger un poco de aire después de años de girar en condiciones más que precarias. Y no es que ahora estén montados en el dólar, ni mucho menos, pero pueden permitirse lujos como pasar cinco semanas en los Tarquin Studios en Connecticut para grabar The Unraveling Of PUPTHEBAND (Rise Records), un álbum en el que su punk pop descacharrado suena más ambicioso que nunca, pero conservando ese punto tan humano y sincero.
Siempre dados a subestimarse, ahora se les nota cierto orgullo. Es algo que se percibe en las expresiones faciales de Stefan y Zack cuando la semana pasada contactamos con ellos a través de Zoom. Aunque, por desgracia, el día no invitaba precisamente al optimismo…
Hoy nos hemos despertado con el inicio de la guerra en Ucrania. ¿Es algo que os preocupe u os pilla muy lejos?
ZACK MYKULA «Yo soy medio ucraniano, y Nestor, también. Y Steve es bileorruso, aunque no está del lado de Bielorrusia. Así que… Es demasiado pronto para saber qué pasará, pero por desgracia mucha gente va a sufrir. Me siento fatal por ellos».
STEFAN BABCOK «Yo soy el único del grupo sin raíces en la Europa del Este, así que solo puede sumarme a lo que ha dicho Zack. El mundo está jodido, y parece que aún lo va estar más. Es una situación horrible».
Apenas hemos salido de la pandemia y volvemos a entrar en otra espiral aún más negativa.
ZACK «Sí, pero hay mucha gente que, por desgracia, nunca puede salir de esa espiral».
Ni siquiera Canadá, que era un país de referencia, se ha salvado de ello. Me quedé bastante impactado con todo lo que pasó con el bloqueo de cuentas bancarias de los manifestantes anti-vacunas.
ZACK «Depende de cómo lo mires… Lo que pasa es que nuestro gobierno es totalmente inepto, pero en Canadá tenemos un problema serio con la extrema derecha y nadie parece querer admitirlo. Esa es la base de muchas de las cosas que están ocurriendo. Todo es una mierda. Para mí al menos resulta complicado pensar en sacar el nuevo disco con todo lo que está ocurriendo. Especialmente hoy».
Además, no sé si es porque éramos más inocentes o estábamos manipulados, pero era más fácil saber de qué bando estar. Hoy resulta más complicado con tanta información…
ZACK «El lado correcto es tener en cuenta la opinión de los demás, pero mantenerte fuerte en tus principios. Al menos para mí. Intentar comprender las experiencias de los demás, pero ser intolerante con los intolerantes».
Bueno, vamos a intentar animarnos. Cuando os entrevisté para Morbid Stuff os comenté que el último tema, ‘City’, me parecía que abría una puerta a la evolución del grupo, y creo que es lo que encontramos en el nuevo disco. ¿Os sentís con más libertad para probar cosas distintas?
STEFAN «Sí, desde luego llegar a tu cuarto disco te da más libertad. Por primera vez en nuestra carrera podemos vivir del grupo y tenemos cierta seguridad económica. Nos llevó mucho tiempo llegar a este punto, pero cuando mejor nos han ido las cosas es cuando nos hemos dejado guiar por nuestro instinto, e intentar impresionar solo al resto de la banda. En cambio, cuando nos hemos apartado de ese camino, cuando hemos intentado impresionar a otra gente o ser algo que no éramos, la hemos cagado».
¿Ponme un ejemplo de cuando la hayáis cagado?
STEFAN «(Risas) En cada disco, excepto en este, había alguna canción pensada en lo que la gente o el sello quería de nosotros. No es que hiciéramos un tema con todos los elementos de PUP para que fuera un hit en la radio, pero sí había pequeños detalles que eran concesiones. Por ejemplo, en el estribillo de ‘Can’t Win’ de The Dream Is Over, hicimos que la letra fuera un poco más simplona para que la gente pudiera cantarla. Es una decisión de la que nos seguimos arrepintiendo. En cambio esta vez, confiamos mucho más en nosotros. Hemos hecho tres discos y no nos ha ido mal, así que creo que todos nos sentimos más seguros. Todos sufrimos del síndrome del impostor, y Zack más que ninguno. No confía en sus habilidades, aunque es de lejos el mejor batería que he conocido. Pero llega un momento en la que la lógica tiene que imponerse. Si Zack mira lo que hemos hecho en estos diez años, aunque tenga sus dudas, la realidad muestra que algo hemos hecho bien».
ZACK «Muchas gracias por tus palabras (risas). Sigo trabajando en mi autoconfianza, pero es cierto que ahora me lo tomo como si estuviera en un laboratorio, y que aunque haga algo que creo que no es demasiado bueno, si la cosa funciona, funciona. Supongo que es la magia de colaborar con gente en la que confías. Aunque no creas 100% en algo, merece la pena enseñarlo a los demás y conocer su opinión porque normalmente conseguirán que acabe saliendo algo bueno».
A pesar de ese síndrome del impostor, ¿alguna vez se entrometen vuestros egos en el proceso creativo?
STEFAN «Sí (risas), pero hemos mejorado mucho. Es lo que tiene estar en un grupo. Supongo que hay bandas en las que una persona domina el cotarro y todo el mundo le sigue, pero PUP no funciona así. Todos aportamos cosas a la hora de crear, y si alguien te dice que en una banda así no ha caído en algún momento en la mezquindad, es que te está mintiendo (risas). Pero hemos aprendido a reconocer esos patrones e intentamos no caer en esas trampas. De vez en cuando caemos, pero mucho menos que antes».
ZACH «Sí hay una constante en el proceso creativo es que el ego forma parte de él. Pero llega un momento en el que no importa. Todos cometemos el error de interpretar las intenciones de los demás, así que es importante recordar que esa persona no te está atacando, sino que forma parte del trabajo en equipo. Creo que poco a poco hemos ido encontrando el camino, pero el ego siempre está ahí porque su función es protegerse, y por eso incluso llega a ser desagradable».
STEFAN «También es importante dejar claro que nosotros pensamos que somos un desastre. Somos muy duros con nosotros mismos. Así que en nuestro caso el ego no es plan, ‘soy la leche y vosotros sois una mierda’, sino, ‘he trabajado muy duro para conseguir esto, no lo tiréis a la basura’ (risas)«.
No es plan ‘soy un genio’, sino ‘me lo he currado mucho’.
ZACK «Sí, sí. Es algo más psicológico».
STEFAN «Sí, en plan ‘por favor, no hiráis mis sentimientos’ (risas)«.
Desde el título del disco, a las letras, las distintas partes de la canción ‘Four Chords’…. es un disco muy meta. ¿Es algo que decidierais de antemano o fue surgiendo a medida que avanzaba el disco?
STEFAN «Es un disco meta, pero para mí es difícil verlo así porque siempre escribo sobre mi vida ¿sabes? Y mi vida ahora es estar en una banda en 2022 intentando hacer un disco. En ese sentido es un disco meta, pero nace de experiencias personales. La canción ‘Four Chords’ no estaba pensada para entrar en el disco. Teníamos el resto de canciones y estábamos contentos con ellas, funcionaban bien juntas… y escribí ‘Four Chords’ como una broma. Se la mandé al resto, avisándolos que era solo una broma, pero les encantó y me convencieron para que fuera la primera del disco, algo que ni me había pasado por la cabeza. Pero tan pronto la incluimos, me di cuenta que ya no era simplemente una colección de canciones, sino que cogió una entidad como álbum».
ZACK «Es interesante verlo desde fuera. Para mí las letras son como un examen de nuestro comportamiento y cómo manejamos la situación. En ese aspecto es bastante meta como dices. Y la música también refuerza o acentúa ciertas letras, así que también es meta en ese sentido».
Parece casi que el único camino por explorar creativamente sea ser meta. Lo vemos en libros, en películas, series… Es como si el camino de la ficción ya estuviera agotado y solo quedará la opción de mirar al interior, y crear un universo a partir de ahí, haciendo del proceso creativo la propia historia.
STEFAN «Así es. Creo que también tiene que ver que en los dos últimos años todos hemos tenido que centrarnos en ese universo interior y buscar la inspiración ahí porque no había muchos estímulos en el exterior. O como mínimo estímulos positivos».
¿Cuánto daño os hizo la pandemia como banda?
STEFAN «Mucho, porque estábamos a punto de hacer una gira mundial».
ZACK «Nosotros vivimos de girar, así que nos jodió mucho. Personalmente me provocó muchas dudas existenciales. No llevo nada bien vivir en la incertidumbre. Me costó mucho aceptar la situación. Además estamos acostumbrados a estar juntos, así que yo al menos me sentí muy solo. Todos éramos muy precavidos a la hora de preservar nuestra salud, pero encontramos la manera de seguir conectados a través de la música».
STEFAN «Nuestras canciones no suenan en la radio, ni salen en anuncios, así que no tenemos ingresos por royalties. Nuestra única manera de ganar dinero es tocando en directo».
Bueno, ‘Kids’ fue un mini hit, ¿no?
STEFAN «Me gusta eso de mini hit (risas)«.
¿Pero tuvo o no un mayor impacto que otros singles?
STEFAN «No estoy seguro. Hemos crecido con cada disco, y desde luego con Morbid Stuff dimos un gran paso adelante. Y posiblemente fuera gracias a ‘Kids’ porque es la canción más popular del disco. La verdad es que siempre me sorprende cuando pasa algo bueno. No sé, cada día me levanto pensando, ‘Hoy es el día en que todo se va la mierda’«.
Leyendo las letras a veces me pregunto ‘¿Deberíamos preocuparnos por Stefan?’.
ZACK «Todos deberíamos preocuparnos por Stefan (risas)«.
«Sería raro escribir canciones sobre nuestros defectos, pero que la banda sonara perfecta» STEFAN BABCOK
¿Cómo reaccionáis los demás cuándo os presenta las letras por primera vez?
ZACK «La verdad es que nos las va enseñando poco a poco, pero siempre noto que en ellas intenta mirar sus problemas objetivamente y buscar una solución, y eso es todo lo que puedes pedir».
Stefan, exponiéndote tanto ¿te da miedo caer en la auto compasión o en una caricatura?
STEFAN «Auto compasión no, más bien auto flagelación. Después del primer disco, dejé de estar enfadado con el mundo y la gente a mi alrededor, y de sentirme como una víctima, y me di cuenta que quizá yo era el problema (risas). No me siento mal conmigo mismo, sino que me doy cuenta de mis rasgos negativos, y me castigo por ello. Pero es curioso que digas lo de una caricatura porque a veces sí siento que estoy interpretando una caricatura de mí mismo en esta banda. Creo que las letras muestran esa parte de mi personalidad, pero no toda mi personalidad. Si te tomaras las letras al pie de la letra pensarías que soy un borracho hijo de puta, que se odia a sí mismo y al resto de la gente. Y eso forma parte de mí, pero soy mucho más que eso. Lo que pasa es que escribir sobre esa otra parte sería muy aburrido. Escribir sobre que ahora soy emocionalmente estable y que soy una persona introvertida y tranquila sería aburrido».
ZACK «Estamos aquí para entretener a la gente (risas). ¿Cuál es mi papel en la sociedad? Entretener a la gente. Esa es la conclusión a la que llegué cuando tuve mi crisis existencial».
Supongo que ahí está la gracia. Es como un cómico. Tienes que hacer creer al público que ese es tu verdadero yo, pero en realidad es solo una exageración de una parte de ti. Supongo que en el fondo es un método de protección de tu verdadero yo.
STEFAN «Así es. Desde luego hay partes de mí que todavía no me siento cómodo compartiendo. Me llevó mucho tiempo escribir de manera tan honesta sobre mis defectos. Pero estoy trabajando en ello. Un buen ejemplo sería ‘Robot Writes A Love Song’. Me considero una persona abierta emocionalmente y quería escribir una canción de amor de verdad, no una canción de amor nihilista como ‘Kids’, pero soy incapaz de expresar esos sentimientos sin algo de humor. Tuve que esconder ese sentimiento bajo una capa de humor. Pero espero poder hacerlo en los próximos discos».
¿Crees que ese 30% de ‘hijoputismo’ es el que mejor encaja con la música de PUP?
STEFAN «No creo que sea un 30% (risas)«.
ZACK «Creo que solo admitir que eres un hijo de puta ya rebaja mucho ese porcentaje».
STEFAN «Solo diré que siempre intento ser mejor persona. Creo que a nivel interno de la banda he mejorado mucho, y el próximo paso es ser un poco más amable conmigo mismo».
Musicalmente una de las cosas que me ha gustado del disco, es que melódicamente podrías haber hecho un disco muy pop, muy pulido, pero es como si hubierais decidido mancharlo con elementos más ruidosos.
ZACK «Me hace gracia que pienses que somos suficientemente competentes para hacer un disco pulido (risas). Sí, somos muy pop, pero hay un intento de subvertir ese aspecto. Igual que Stefan se centra en esa parte oscura de su personalidad, la música también tiende tirar hacia eso, aunque sea muy melódica».
STEFAN «Sí, viene a cuento de lo que estábamos hablando. Gran parte de la esencia de PUP se basa en las imperfecciones, tanto a nivel personal como de grupo, y es importante que la música lo refleje. Sería raro escribir canciones sobre nuestros defectos, pero que la banda sonara perfecta».
Bueno, es un poco lo que hacen Weezer. Estoy seguro que podríais hacer un disco tipo Green Album si quisierais.
ZACK «No me sentiría cómodo haciéndolo».
STEFAN «Todos crecimos escuchando música ruidosa e imperfecta. Todos tenemos influencias distintas, pero tenemos ese aspecto en común. Cuando escuchaba esas bandas de punk pop más pulidas en la radio, para mí era inimaginable que pudiera lograr hacer esa música. Pero cuando empecé a escuchar a bandas que no sonaban tan perfectas, fue cuando de verdad conecté y me animé a intentar hacer canciones. Me parecía más humano».
ZACK «En el estudio puedes corregir muchas cosas, pero intentamos no hacerlo. E incluso cuando lo hacemos alguna vez, la música ha sido interpretada con tanta ansiedad que nunca acaba de sonar perfecto. Seguimos grabando como banda. Aunque luego añadamos pistas, la base es siempre la banda tocando junta, y eso se nota».
JORDI MEYA
PUP actuarán en la próxima edición del festival Canela Party que se celebra del 24 al 27 de agosto en Torremolinos.