Con su actual documental y un libro de memorias en el horizonte, podría parecer que Redd Kross están más interesados en revisar el pasado que en vivir el presente. Pero su nuevo disco, homónimo y doble, demuestra que tras 45 años, la banda de los hermanos McDonald todavía tiene algunos ases en la manga. En nada lo presentarán en el Azkena Rock Festival.

Durante los años 90 me resultaba incomprensible que Redd Kross, la banda que Jeff y Steven McDonald fundaron siendo pre-adolescentes en Hawthorne (California) a finales de los 70, no fueran el grupo muchísimo más popular, capaz de haberse beneficiado de la explosión del rock alternativo y el punk que vivimos en aquella década. Lo tenían todo: una trilogía de discos impecable (Third Eye, Phaseshifter y Show World), imagen, pedigrí (su primer concierto fue abriendo para Black Flag) y un directo arrollador. Pero con el tiempo comprendí que lo suyo no era una cuestión de mala suerte, sino de la falta de ambición, o simplemente desinterés o indolencia, por parte del mayor de los hermanos. La frustración ante esta situación por parte del pequeño, Steven, sigue siendo palpable 30 años después.

Pese a todo, el cantante y bajista, no se da por vencido y todavía sigue luchando para que el grupo de su vida tenga el reconocimiento del que gozan otros artistas con los que se ha ganado el pan a lo largo de los años, sea Beck, Sparks, Melvins o OFF!. Como mínimo, su nuevo disco, titulado simplemente Redd Kross, que verá la luz el 28 de junio a través del sello In The Red Records, transmite una chispa como no hacía en, al menos, una década. Veremos si su actuación este viernes en el Azkena Rock Festival es el primer paso de su reconquista.

Vinisteis a España por primera vez en 1994 con vuestro cuarto disco Phaseshifter. En aquél momento parecía que tenía que pasar algo grande con el grupo, pero, como es típico en vosotros, no se materializó. ¿Qué recuerdo guardas de aquella época?
STEVEN MCDONALD «Sí, me puede comprar varios Roll Royce (risas). Es cierto que había algo de expectación, y todo parecía encajar. Llevábamos un par de años girando mucho con esa formación de quinteto con Gere Fennelly de teclista, Brian Reitzell de batería y Eddie Kurdziel de guitarrista, y nos habíamos vuelto una banda muy compacta. Nos resultó muy fácil hacer ese disco, lo compusimos rápido y trabajamos muy bien con John Agnello quien nos consiguió ese sonido grueso y excitante. Es como me hubiera gustado que hubiese ido todo a partir de entonces, pero nunca logramos repetirlo. Show World es un gran disco, pero ni Gere ni Agnello estaban ahí y se perdió un poco la magia. Cosas de grupos…».

Siempre ha parecido que tu motivación para tirar la banda adelante era mucho mayor que la de Jeff, lo cual es curioso porque él es el principal compositor. Debería ser al revés.
«Si hablas del periodo post hiato, ha sido así. Yo soy un currante de la música. He leído un par de veces el libro que vamos a sacar (Now You’re One Of Us se publicará en octubre -ndr.) para hacer el fact checking y en él Jeff habla sobre que no le gusta sentir que toca por inercia, y yo pensé, ‘¿Te refieres a llegar a ese lugar privilegiado en el que tocas de memoria?’. Porque eso es lo que te permite llegar a ser un gran intérprete. Yo valoro mucho llegar a ese lugar, es lo que he conseguido en otras bandas y lo que me gustaría lograr en Redd Kross. Es lo que estoy intentando conseguir ahora mismo. Quiero que esto sea el inicio de un magnífico tercer acto».

¿Cómo le convenciste para grabar un disco nuevo de Redd Kross y especialmente uno doble?
«La gran diferencia es que ahora compongo mucho más; por fin he encontrado el coraje para hacerlo. Escribí un puñado de temas mientras estaba de gira con los Melvins, y durante la pandemia. Tenía cinco o seis temas acabados, y creo que eso le puso las pilas a Jeff. Pensó que si no lo hacía, acabaría componiendo yo el disco entero. Ese fue el inicio, convertirme en el catalizador de la vuelta a la actividad. Vino a mi casa, y trajo un montón de temas antiguos que nunca habíamos usado. Fue como hacer arqueología, buscando trozos aquí y allá. Por ejemplo, el tema ‘Back Of The Cave’, era super antiguo, eran solo trozos sueltos. Le dije que tenía la idea de hacer un tema en plan los Kinks de Village Green sobre soñar estar viviendo en el fondo de una cueva. Le canté una líneas… y, en realidad, la había escrito sobre Jeff (traga saliva -ndr.). Pero la acabó terminando él, y en la segunda estrofa canta que no es necesario vivir en el fondo de una cueva. Y pensé, ‘Bien, ten el valor de mostrarnos que no tienes que vivir aislado’ ¡porque no tienes por qué hacerlo! Como la entrevista saldrá en español, no la va a leer, pero esa es la verdad».

Para mí el disco suena como una especie de resumen de todo lo que habéis hecho a lo largo de vuestra carrera. Hay partes más garajeras, otras más power pop, otras más psicodélicas… y el hecho que termine con el tema ‘Born Innocent’, me hizo pensar si de alguna manera no os estabais despidiendo.
«No, espero que no sea una despedida (se pone la mano en el pecho – ndr.). Para mí el disco representa la dualidad entre la aceptación de cómo son las cosas en Redd Kross y la lucha por cambiarlas. Intento no frustrarme a través de la aceptación. Cuando vi el documental por primera vez, pensé que era muy bonito ver a toda esa gente diciendo cosas tan bonitas sobre nosotros (aparecen Thurston Moore, Buzz Osbourne o Greg Hetson, entre otros -ndr.), pero por otra parte sentí que todavía tenemos algo que demostrar. Cuando la gente dice que estamos infravalorados, seamos sinceros, todavía no hemos demostrado de lo que somos capaces. Con este disco mi objetivo es ser merecedor de todos esos cumplidos. Si tanta gente cree que tenemos ese potencial, vamos a trabajar el tiempo necesario para que se manifieste. Pero en cuanto a lo que decías de que es como un resumen, es cierto, tiene cosas muy espontáneas y guarras de nuestros inicios, y otras más refinadas en plan Show World, incluso cosas de Third Eye, pero ocurrió sin pensarlo. Creo que también tuvo que ver que trabajáramos con Josh Klinghoffer como productor. Jeff siempre ha estado en el estudio con su hermano pequeño apoyándole, pero yo nunca lo había tenido. Y en este disco, para mí, Josh, que tiene 13 años menos que yo, cumplió ese papel. Me hizo sentir muy cómodo».

«Soy demasiado mayor, para seguir protegiéndonos de la humillación pública de no cumplir mis propias expectativas» STEVE MCDONALD

¿Cómo se involucró Josh en el disco?
«A Josh le conozco de cuando los dos coincidimos en la banda de directo de Beck hace 20 años. Y a los dos nos echaron de nuestras bandas, a él de los Peppers y a mí de OFF! en el mismo momento, y esas dos bandas se conocen… así que hemos tenido vidas paralelas (risas). Déjame decir que Josh es un músico mucho mejor que yo, y que se puso a la espalda una banda de estadios en un momento muy complicado. Es mucha presión, y supo tirarlo adelante, así que lo nuestro era fácil en comparación (risas). El caso es que cuando Dale (Crover) tuvo que dejar de tocar la batería temporalmente para recuperarse de una cirugía, Josh se convirtió en nuestro salvador porque es capaz de tocar cualquier cosa. Se convirtió en un miembro más de la banda y se lo tomó muy en serio. Se creó una química que nunca habíamos sentido antes, y cuando estaba ocurriendo fui capaz de reconocerla y apreciarla, y sacarle provecho, Teníamos 14 temas, y en enero le convencí para grabar tres más y luego añadimos ‘Born Innocent’ que hicimos en verano para el documental. Queríamos tener tantas canciones como Exile On Main St. (risas)«.

La verdad es que cuando estuve en el estreno de vuestro documental Born Innocent en Barcelona, y vi a Josh tocando la batería con vosotros en la canción de los créditos fue toda una sorpresa. 
«Sí, fue un momento mágico y me convenció de que teníamos que hacer el disco con él, así que llegado el otoño se lo pedimos. Pero en ese momento estaba grabando los sintetizadores en el nuevo disco de Elton John, y tuvimos que retrasarlo todo, y entonces Andrew Watt le quería para el nuevo disco de Lady Gaga. Y lo divertido es que Jeff y yo somos fans de Lady Gaga (risas), pero Josh decía que solo iba a hacerlo por la pasta (risas). Pero como te decía, Josh y yo conectamos cuando tocamos con Beck, y luego volvimos a tocar juntos en Sparks. Tocamos en el Primavera Sound…»

Sí, lo recuerdo. Y también tocaste allí con OFF!.
«Sí, pero por algún motivo nunca nos lo ha pedido a Redd Kross. Si conoces a alguien del festival diles que somos una banda joven y vital (risas). En cualquier caso, Josh trabaja con un gran ingeniero, Michael Craver, que hizo que todo sonara grande y excitante. Acabo de recibir el vinilo y tiene una banda que pone ‘Producido por Josh Klinghoffer’. Y no es queramos solo aprovechar el tirón, sino también darle reconocimiento, porque aunque quizá él no se lo crea, es un gran productor. Dice que solo quiere hacer cosas que de verdad ame, pero al mismo tiempo está haciendo cosas con Andrew Watt, cuando Josh tiene el mismo o más talento que él, y mola mucho más. No le voy a dar consejos sobre lo que tiene que hacer, pero sí le digo lo que tiene el potencial para hacer. Supongo que me siento como si fuera su hermano mayor o su tío. Quizá padre, sería exagerado, solo  tengo 13 años más que él, aunque eso es lo que casi me pasó (risas)«.

La verdad es que cuando vi esa historia en el documental aluciné, no tenía ni idea de lo que te había ocurrido. (En él se cuenta que una novia, mucho mayor que él, le secuestró cuando tenía 13 años haciéndole creer que se había quedado embarazada. Estuvo desaparecido durante dos meses).
«Sí, nunca he echado las cuentas, pero a veces pienso que un día estaré tocando y aparecerá un tío de 40 y pico años diciendo que soy su padre (risas)«.

Habiendo trabajado con otros artistas, supongo que es imposible no compararlo con tu propia experiencia con Redd Kross. ¿Crees que os ha faltado la constancia de unos Melvins o la visión comercial de Beck, por ejemplo?
«Es lo que te decía antes, mi lucha es que Redd Kross esté a ese nivel. Es duro mostrar tu ambición en público, porque si no lo consigues, se ve como un fracaso. Pero estoy en un momento en el que si no acepto la posibilidad de un fracaso, nunca aprenderé de los errores. Soy demasiado mayor, para seguir protegiéndonos de la humillación pública de no cumplir mis propias expectativas. Por ejemplo, Sparks son dos hermanos con la misma visión. Es verdad que en Europa eran bastante grandes y siempre han podido llenar salas, pero en Estados Unidos solo han dado dos conciertos en cinco años. Pensaba que estaban locos, pero luego me di cuenta que esa es el tipo de locura que necesito. Estando de gira con los Melvins, un día leí una entrevista con Ron Mael de Sparks en la que decía que siempre sentía que tenían algo que demostrar, y eso me hizo, como mínimo, querer intentarlo con Redd Kross. No sé cuál sería un objetivo realista, pero quiero que trabajemos al fondo durante un tiempo, y si al final Jeff siente que lo está haciendo por inercia, tendré que revaluar la situación, y dejarme llevar. Las cosas son como son.

Durante muchos años parecía que España y el Sur de California eran los únicos lugares del mundo donde había fans de Redd Kross.
«Sí, no sé. Bueno, en Seattle siempre nos ha ido bien también. Ahora hemos agotado las entradas allí antes que en Los Angeles. Estamos intentando montar una gira por Europa. En España siempre hemos tenido el apoyo de David Jiménez (de la promotora Heart Of Gold -ndr.) y hemos podido ir tocando, pero en Europa llevamos sin hacer nuestra propia gira desde 1997. Tampoco quiero hacerla solo por vanidad y perder dinero, así que todo está en el aire».

Para acabar, quería preguntarte por Motorcycle Black Madonna, el disco que tenía que haber salido después de Show World. ¿Realmente existió o todo se quedó en un título?
«Definitivamente esa es una pegunta para Jeff McDonald. No lo sé. Hay muchas cosas que no recuerdo. Iba a decir que todo lo que hemos hecho ha salido ya, pero ‘Candy Coloured Catastrophe’ del nuevo disco tiene 15 años, y me había olvidado totalmente de ella. Se quedó fuera de dos discos, pero a Josh le encantó y la recuperamos. La historia es que grabamos Show World dos veces, cambiamos algunos temas, en un momento dado iba a llamarse Black Shampoo, es un poco confuso. Posiblemente ese nombre fuera cosa de Jeff, y luego sacó su disco en solitario que me parece que solo escuché yo en mi iPod. Muchas cosas en el mundo de Redd Kross siguen siendo un misterio, incluso para mí (risas)«.

JORDI MEYA