No hay que ser un lince para deducir que detrás del nombre Smith/Kotzen se encuentran dos auténticos fenómenos. Adrian Smith y Richie Kotzen han culminado una relación que surgió de la amistad para convertirse en una colaboración musical.
De primeras, Adrian Smith y Richie Kotzen parecen músicos de dos mundos distintos. Mientras el primero ha dedicado la mayor parte de su carrera a forjar la leyenda de Iron Maiden, el segundo a alternado una prolífica carrera en solitario, además de prestar sus servicios a bandas como Poison, Mr. Big, o formando parte de The Winery Dogs.
Aunque hace casi una década, Smith se juntó con el frontman de SikTh, Mike Goodman, en Primal Rock Rebellion, habría que acudir a su único disco con Adrian Smith And Project (A.S.a.P.) de 1989 para poder oírle cantar. Pero por lo que escuchamos en Smith/Kotzken (BMG), el músico no ha perdido sus facultades. Sin llegar al nivel de Kotzen -un tipo que de no ser un guitar hero, seguro que podría haber hecho carrera como vocalista-, su voz encaja perfectamente en el hard rock con toques blues y un poco de A.O.R. de esta primera colaboración.
Hace unas semanas tuvimos la oportunidad de charlar con Kotzen sobre como se fraguó este proyecto que mañana ya estará al alcance de cualquiera.
Adrian y tú sois de dos generaciones distintas, de continentes distintos… ¿cuándo y cómo se cruzaron vuestros caminos?
RICHIE KOTZEN «Adrian tiene una casa en el Sur de California, no muy lejos de la mía. Y cuando vives en la misma zona en Los Angeles, no es muy difícil que acabes coincidiendo, y más si eres músico y te mueves en los mismos círculos. Nos hicimos amigos hará como diez años. Empezamos a quedar y a tocar juntos en su casa, donde tiene todas sus guitarras y amplificadores. Quedábamos con más gente para tocar versiones y cosas así, y hará un par de años alguien sugirió que deberíamos probar componer juntos. Fue algo muy inocente, sin expectativas. La primera canción que hicimos fue ‘Running’, y a partir fue saliendo el resto».
¿Eras fan de Iron Maiden de pequeño?
«¡Dios mío! ¡Y tanto! Cuando iba a la escuela cada día llevaba o una camiseta de Iron Maiden de The Number Of The Beast o una de Black Sabbath (risas). Era un pequeño diablo (risas). Uno de mis primeros conciertos fue el de la gira de Piece Of Mind en Pennsylvania, donde crecí. Para mí ha sido muy emocionante poder tocar con él».
A pesar de toda tu experiencia ¿cuando tocas con alguien legendario por primera vez es como tener una cita con una top model?
«(Risas) Sí, es muy surrealista. Pero primero nos habíamos hecho muy amigos. Nuestras esposas son muy amigas. Cuando quedamos con ellos, ahora es casi como una familia. Es maravilloso que hayamos poder hacer música que nos gusta a los dos. Creo que el disco es muy bueno».
¿Compusisteis los temas juntos o cada uno por su cuenta?
«Escribimos juntos. Sé que en muchas bandas alguien trae una idea completa y luego se trabajan los arreglos con el resto, pero en nuestro caso lo hicimos todos juntos. Igual uno tenía un riff, u otro un estribillo, pero todo surgió de los dos. Adrian siempre tenía ideas. La gente me pregunta cómo nos repartimos las voces o los solos, pero todo salía muy rodado. Había melodías que era obvio que tenía que cantar él, y otras que encajaban más con mi voz».
¿Tuvo Adrian algún reparo en volver a cantar? Diría que desde el disco de 1989 que sacó con ASAP no lo había vuelto a hacer, y además tú eres un cantante increíble.
«No lo creo. Cuando has cantado y tocado durante tanto tiempo como nosotros, muchas de las cosas que te preocupaban de joven las tienes superadas. Los dos nos centramos mucho en las canciones, y en pensar en lo que quedaba mejor. Pero no hubo nada de miedos o desconfianzas. Creo que si salió tan bien fue porque nos conocíamos desde hacía mucho tiempo. Como te decía antes, todo fue muy natural. Yo era fan de Adrian, pero tampoco me sentía inseguro por tocar con él».
No hubo lucha de egos…
«No, no. Sinceramente muchas veces el ego son un reflejo de las inseguridades. En nuestro caso no hubo nada de eso».
Además pese a ser un disco de dos grandes guitarristas es un disco de canciones, pese a que hay solos, no una exhibición de virtuosismo.
«Así es. Es algo que he tenido incrustado en mi cabeza desde siempre. Cuando era adolescente tocaba en un grupo de versiones, tocando los temas populares del momento. Y cuando conseguí mi primer contrato de muy joven y saqué mi primer disco, me di cuenta que no me interesaba ser un guitarra solista. Quería escribir canciones y poder cantarlas. La gente que me aconsejó en mis inicios, me dijeron muy claro que si no tienes canciones, no puedes tener una carrera. Mi foco siempre ha sido ése. Cuando me mudé a Los Angeles empecé a escribir con mucha gente. Escribí con Edgar Winter, con Robert Hazard que escribió ‘Girls Don’t Wanna Have Fun’ para Cindy Lauper, escribí temas para Rod Stewart… Lo que pasa es que también tenía muchas habilidades como guitarrista porque me machaqué a tocar entre los 13 y los 15 años, pero para mí las canciones siempre han sido lo primero».
«Es la primera vez en la que comparto las voces y las guitarras con alguien. Y con Adrian fue muy fácil porque tenemos influencias parecidas»
RICHIE KOTZEN
¿Dónde crees que encaja este disco en el clima musical actual?
«La verdad es que no tengo ni idea de lo que se cuece ahí fuera. Dejé de prestar atención a lo que suena hace mucho tiempo. Tengo la suerte de hacer la música que amo y que a la gente le interese. Es genial para un artista haber tenido la posibilidad de haber hecho tantos discos y poder seguir haciéndolos. Una de las cosas más interesantes para mí en este disco fue ceder el 50% de lo que suelo hacer en mis discos. Es la primera vez en la que comparto las voces y las guitarras con alguien. Y con Adrian fue muy fácil porque tenemos influencias parecidas. A Adrian le gusta el blues americano, a mí el R&B, nos encanta todo lo que hizo Paul Rodgers con Free, Bad Company…».
¿Crees que Adrian sacó algo de ti que nunca habías mostrado?
«No lo sé. Siempre intento ser yo mismo aunque colabore con alguien. Nunca siento que estoy en la escuela aprendiendo, sino que simplemente intento expresar lo que siento en cada momento. En este caso lo que fue muy positivo es que si yo no me sentía inspirado, él recogía el testigo y lograba tirar adelante. Fue como ir poniendo ladrillos».
¿Tocasteis vosotros el bajo y la batería también?
«Yo toqué la batería en cinco canciones, y el bajo en casi todas, aunque no lo recuerdo. Adrian también tocó el bajo en algunas. En los créditos está todo. Nico McBrain tocó la batería en ‘Solar Fire’. Tal Bergman, mi batería de directo, tocó en un par… Pero básicamente lo hicimos todo entre nosotros dos».
¿Y habéis hablado de llevar el disco al directo?
«Sí. El plan era sacar el disco en marzo y girar durante marzo y abril. Por suerte pudimos mantener el lanzamiento del disco, pero la gira está en el aire. Tenemos que esperar a ver qué pasa. Es una pena porque teníamos ese hueco entre mis giras y las de Iron Maiden, pero estoy seguro que encontraremos la manera de hacerlo. A los dos nos apetece hacerlo, así que de una manera u otra lo haremos».
JORDI MEYA