El próximo 22 de enero, los canadienses Simple Plan regresan a nuestro país para ofrecer un único concierto en el Sant Jordi Club de Barcelona junto a Mayday Parade y State Champs como bandas invitadas (Entradas aquí). Hacemos la previa con su batería Chuck Comeau.

Es preocupante, pero a la vez reconfortante, comprobar que en sus últimos vídeos y fotos algunos de los miembros de Simple Plan ya empiezan a mostrar canas. Parece mentira pero aquellos chavalines que lo petaron con su debut No Pads, No Helmets… Just Balls hace ya 22 años son ahora tipos de mediana edad que se resisten a crecer al mismo tiempo que ejercen de padres de familia. Y seguramente sea ese mismo sentimiento el que comparten los miles de seguidores que todavía siguen acudiendo a verles cada vez que tocan en una ciudad.. quizá ya acompañados de sus propios hijos.

Tras haber visitado Bilbao y Madrid en octubre de 2022 acompañados de sus compatriotas, y antiguos rivales Sum 41, en esta ocasión, Simple Plan llegan a Barcelona como los amos del cotarro para presentar su último disco Harder Than It Looks, en el que como nos cuenta Chuck intentaron que sonar a Simple Plan en su máxima potencia.

Hola Chuck ¿dónde te pillo?
CHUCK COMEAU “En mi casa, en Los Angeles”.

Ah, no sabia que vivías ahí.
“Sí, hace diez años que me mudé aquí. Mi mujer es de aquí, así que eso es lo que me llevó a California. Seguimos yendo a Montreal los veranos y en Navidad, pero me gusta vivir aquí. Es difícil odiarlo, el tiempo es perfecto, como en España”.

Bueno, pues pronto disfrutar de nuestro clima, aunque en enero hace algo de frío, no te creas. ¿Qué nos vamos a encontrar en esta gira? La última vez nos visitasteis con Sum 41, pero me imagino que siendo vuestro propio tour haréis un setlist distinto.
“Haremos un poco de todo. Estamos en un punto interesante de nuestra Carrera. Estamos muy orgulloso de nuestro pasado y de nuestros primeros discos, y eso sigue siendo una gran parte de lo que somos. Y sabemos que a los fans les encanta. Pero también tenemos la suerte, que al contrario de otras bandas de esa época, todavía tenemos fans que les gusta nuestro nuevo material. No es como que toquemos un tema nuevo y todo el mundo se vaya a por una cerveza, sino todo lo contrario: nos piden que toquemos más temas nuevos (risas). Así que el setlist es un poco un equilibrio entre todo eso. Habrá quien nos vea por primera vez y por eso no faltarán los clásicos, pero la gente que ya nos haya visto antes también verá algo nuevo”.

¿Crees que vuestro último disco puede mirar de tú a tú a vuestros discos más populares?
“Creo que cumplimos nuestro objetivo que no era otro que hacer un disco que representara al máximo lo que es Simple Plan. Queríamos capturar nuestra esencia, pero no intentando sonar como lo hacíamos hace 20 años, sino sonando como lo hacemos ahora. Sobre el papel parece algo fácil, pero es muy difícil. Cogimos todos los elementos que nos gusta de nuestra música y todo lo que gusta a los fans para hacer un disco que tuviera la energía de nuestro debut y la vulnerabilidad del tercero. Es como una vuelta a las raíces, pero con un sonido moderno. Las nuevas bandas de pop punk me parecen muy interesantes, y en cierta manera nos hemos dejado influenciar por ellos, de la misma manera que nosotros les influenciamos a ellos antes. Es como cerrar el círculo. Así que me siento muy orgulloso del disco. Lo escuché de nuevo ayer  y me siguió sonando fresco, lo cual es buena señal”.

Hace poco leía una entrevista con Mike McCready de Pearl Jam y decía que les hacía falta un productor como Andrew Watt para que les pusiera pilas. ¿Crees que es fácil para bandas con una larga trayectoria caer en la autocomplacencia?
“La verdad es que en nuestro caso somos nosotros quienes nos ponemos las pilas, siempre nos ponemos el listón muy alto. Entiendo que cuando llevas 25 años o más, tienes tus familias, tus movidas, y es fácil que la música empiece a pasar a un segundo plano. La vida se entromete ¿sabes? Cuando tienes 22 años lo único en lo que piensas es en la banda, y toda tu existencia se basa en hacer música, pero cuando te haces mayor surgen otra obligaciones y prioridades. Es normal. Lo que pasa con nosotros es que siempre hemos sentido que tenemos algo que demostrar. Nunca hemos sido la banda más grande de nuestro estilo y tenemos tenido el mayor hit del mundo, siempre hemos tenido que trabajar mucho para avanzar cada centímetro. No somos como el Cristiano Ronaldo del pop punk, más bien somos que ese jugador que tiene que pelear más que nadie para seguir en el equipo. Creo que tener esa mentalidad nos ha ayudado mucho”.

Bueno, tampoco es que seáis una banda pequeña precisamente.
“Ya, pero cada vez tenemos la sensación de que nos la jugamos con cada disco. No sé, llámalo inseguridad o fragilidad, pero todavía es como si tuviéramos que ganarnos el estar aquí. Pero no lo veo como algo negativo, al final es lo que nos hace querer escribir cada vez mejor y tocar cada vez mejor. Cada uno es responsable de lo que hace y no queremos cagarla de cara al resto. En el estudio todo el mundo quiere hacerlo lo mejor posible, aportar las mejores ideas, quieres impresionar al resto, que te respeten”.

Creo que es una buena actitud, pero también hay que saber disfrutar de lo que tienes.
“Tienes razón, pero bueno, no sé, quizá solo soy yo. Para mí ir a España y tocar para tres o cuatro mil personas no es un derecho, es un privilegio y siento que me lo tengo que ganar cada día. Tener éxito durante un tiempo no garantiza que vaya a durar para siempre. Creo que muchas bandas caen en esa trampa, creen que el éxito les pertenece, pero no es así. Ya te digo, quizá es cosa mía, y quizá por eso desempeño ese papel en la banda. A veces los demás me dicen que debería relajarme (risas)”.

Foto: Jordan Kelsey Knight

«Es un cliché, pero una banda es como un matrimonio, pero con cuatro personas. No es fácil” CHUCK COMEAU

¿Crees que si tocarais otro estilo que no fuera pop punk se os valoraría mejor como músicos?
“Sin duda. Creo que el nombre Simple Plan todavía es un estigma para algunos, por eso la gente se sorprende cuando viene a vernos en directo. La energía y el nivel que tenemos como músicos no tiene nada que envidiar a nadie. Pierre y yo hemos tocado juntos desde los 13 años, y Jeff y Sebastian, iban a la misma escuela y también tocaban desde los 14, 15 años.  No encontrarás muchas bandas con esa historia y ese nivel de compenetración. Seguimos siendo los mismos y eso marca una gran diferencia. Quizá yo no sea el batería más técnico del mundo, pero soy muy sólido y soy el mejor batería para Simple Plan y me centro en eso. Y Pierre canta igual en directo que en disco, lo cual es poco frecuente. Así que encima de un escenario creo que somos tan buenos como los mejores”.

La realidad es que vuestro primer disco ya funcionó muy bien. ¿Quién dirías que se adaptó más fácilmente a estar en una banda de éxito y a quién le costó más?
“Creo que cada uno lo vivió a su manera. Personalmente yo solía estar más a la defensiva y me metía en muchos líos. Decía cosas que quizá no debería haber dicho. En ese aspecto he mejorado mucho. Creo que Jeff también ha madurado en ese aspecto. He cambiado, pero también hay cosas que quiero conservar de cuando empezamos: la motivación, la ambición, el entusiasmo…  Para el chaval de 16 ó 17 años que soñaba con tocar en Europa es una pasada poder hacerlo de nuevo. A veces sientes envidia de otras bandas, pero nunca sabes qué hay detrás, todo el drama que puede haber a nivel interno. Esa es otra de las cosas que he aprendido: lo importante que es que haya una buena comunicación. Es un cliché, pero una banda es como un matrimonio, pero con cuatro personas. No es fácil”.

Bueno, tampoco tiene que ser fácil ser Taylor Swift y que todo dependa de ti.
«Sí, claro, claro. Pero bueno, cuando llegas a ese nivel ya tienes un equipo que trabaja para ti. Sinceramente creo que por mucha presión que tenga es más complicado estar en una banda porque tienes cuatro opiniones distintas. Pero bueno, a diferencia de Taylor Swift puedo salir a la calle y que nadie me moleste. Eso no se lo cambio (risas)«.

JORDI MEYA