The Afghan Whigs reaparecen hoy con How Do You Burn?, un disco grabado durante la pandemia, pero pensado para cuando esta acabara.
Greg Dulli quiso aprovechar la actuación de The Afghan Whigs en el último Azkena Rock Festival, para hacer un poco de turismo pasando unos días en San Sebastián y empezar la promoción del disco que iban a lanzar hoy 9 de septiembre.
Es desde su hotel que nos atiende telefónicamente para charlar sobre How Do You Burn? (BMG), noveno álbum de la carrera del grupo y tercero de su segunda etapa tras reunirse en 2011 después de una década separados. Pese a que sus miembros tuvieron que grabarlo a distancia por culpa de la pandemia, es un álbum especial ya que incluye las últimas colaboraciones de su amigo Mark Lanegan y también de Marcy Mays y Susan Marshall, cuyas voces escuchamos en discos tan emblemáticos como Gentlemen y 1965. Un tratado de cómo combinar intensidad y elegancia decadente que presentarán en directo el 22 de octubre en Madrid (Teatro Barceló) y el 23 de octubre en Barcelona (Apolo 2).
¿Cómo describirías el ambiente que ser respira en The Afghan Whigs ahora mismo?
GREG DULLI «Todos somos amigos, todos nos apoyamos, disfrutamos estando juntos, y todos son músicos increíbles. Es el mejor ambiente a nivel creativo en el que he estado en muchos años. Míralo de esta manera, cuando no estoy a gusto en un sitio, me voy. Creo que es la mejor manera de responder a tu pregunta».
¿No crees en esa teoría de que es necesaria cierta tensión para hacer buen rock?
«La tensión creativa es genial si es natural, pero si vives permanentemente en tensión, es que eres idiota. Esa es mi opinión. Es como la gente que dice que necesita una tragedia para escribir un buen disco, o que necesita superar algo negativo, pero para mí eso juega en contra de la creatividad. He pasado por momentos catárticos como romper con una novia y componer Gentlemen, o empezar una nueva relación y escribir Black Love. Pero cuando no tienes ese momentos tienes que sobrevivir en base tu propia creatividad, con quién eres. Tienes que escribir en base a tu talento, a tu habilidad, a qué es lo que te hace interesante de cara a los demás, sino a ti mismo. Pongámoslo así, he escrito 17 discos, y te aseguro que no he tenido 17 novias (risas). No necesito tensión, necesito un desafío. Créeme, si estuvieras en mi banda y te tocara algo que no te gustara y a mí sí, probablemente lo dejaría estar porque eres mi compañero. Eso es lo que hace que sea una banda. Es como un matrimonio, la crítica tiene que ser constructiva. Lo importante es hacer algo maravilloso y compartirlo con el mundo».
¿Pero musicalmente tendréis vuestras diferencias?
«La verdad es que no demasiado. Yo escribo las canciones y todo el mundo confía en mí. Soy mi crítico más exigente. En este disco hay diez canciones y escribí 24, lo cual significa que 10 quedaron fuera. ¿Eran peores que las otras? No. ¿Les gustaban todas a la banda? Posiblemente no, pero todos tocaron los temas como si fueran sus favoritos y lo más importante es que son las diez que mejor se complementan. Eso es un disco».
Pese a que tuvisteis que grabarlo por separado, es uno de vuestros trabajos más eléctricos.
«Sí, después de mi último disco en solitario que era bastante tranquilo, me apetecía hacer algo más ruidoso, que pudiese sonar potente en directo. Se hicieron con eso en mente y por eso estoy tan feliz de por fin poderlas interpretarlas con la banda en un escenario».
El álbum empieza muy fuerte con ‘I’ll Make You See God’ que tiene un toque a lo Queens Of The Stone Age.
«Sí, puedo verlo… y Josh Homme también (risas). Es un puñetazo. Es solo una canción de rock’n’roll. No me preocupo por esas cosas. Si todo el disco fuera así, quizá sería un problema, pero no hay otra canción igual. Va cambiando de estilo de tema a tema y eso es lo que me gusta».
Sí, en vuestros discos se puede encontrar de todo. En vuestros inicios siempre se destacaba la influencia de la música negra en contraposición al grunge de vuestros coetáneos. Nunca os habéis casado con nadie…
«Mantener tu mente abierta ayuda a mantener las canciones abiertas. Es como un pájaro que construye un nido, usas lo que tienes a mano. Nunca le he dado la espalda a las cosas que me gustan. Sigo escuchando heavy metal, sigo escuchando country, sigo escuchando jazz… Mi madre tenía muchos discos de Motown que yo también escuchaba. Probablemente a los 10, 11 años empecé a escuchar música negra por mi cuenta porque es genial. Incluso cuando me metí en el punk rock más adelante, cuando es importante ser cool y conocer bandas que nadie conoce, nunca dejé de escuché soul o hip hop. La música negra ha evolucionado mucho a lo largo de mi vida. Cuando apareció el hip hop, fue como si hubiese salido de la nada. Probablemente era una reacción a que todo lo que se etiquetaba como ‘música negra’ se estuviera homogeneizando».
Eres un gran fan de Prince ¿llegaste a conocerle?
«No, nunca le conocí. Para mí es el artista total. Es el mejor guitarrista que he visto, baila como nadie, es el mejor cantante, y uno de los mejores compositores de la historia. Era el tío que podía hacerlo todo mejor que nadie. Es el mejor artista que he visto en directo, sin duda».
Por desgracia, Prince murió hace unos años, y en febrero también nos dejaba tu amigo Mark Lanegan. El disco de Afghan Whigs ya estaba terminado cuando falleció, pero ¿has intentado escribir alguna canción sobre él desde entonces?
«Tengo que decirte que he escrito muchas canciones sobre Mark… algunas las cantó él mismo (risas). Así que es muy probable que vuelva a escribir sobre él. Todavía no lo he hecho porque sigo procesando su pérdida. Era un hermano para mí. Se me hace muy extraño no poderle llamar y hablar de chorradas. Es duro pensar que nunca podré verle o hablar con él. Le echaré de menos para siempre. Es una de mis personas favoritas que he conocido. Y además era uno de los mejores cantantes de la historia. Alguien me dijo que Mark era el mejor cantante de su generación, pero para mí es de los mejores de cualquier generación. Nadie sonaba con él. Era único. Me siento muy agradecido por los 22 años que pude tenerle como amigo y de que pudiera grabar voces en un par de temas de este disco».
Y además el título del disco es suyo.
«Sí, Mark era una persona muy poética y te sorprendía con cosas así. Un día me preguntó ‘How do you burn?’, y le dije que no entendía lo que me preguntaba, pero que lo usaría como título (risas)«.
¿Cuál es tu disco favorito que hiciste con él?
«Mmm… Lo último que hicimos juntos fue la versión de ‘Girl From The North Country’ y salió genial. Me encanta también lo primero que hicimos juntos, ‘Number Nine’ de Blackberry Belle, me encanta la versión que hicimos de Massive Attack… Eso fue lo que empezó el concepto de The Gutter Twins. Durante cuatro años viajamos por todo el mundo girando juntos y fue de los mejores periodos de mi vida. Es algo que nunca olvidaré. Lanegan tiene la imagen de alguien oscuro, pero era super divertido y dulce. Siempre estaba riendo. Era una persona muy buena».
Volviendo a The Afghan Whigs ¿sientes que has recibido todo lo que has dado por el grupo? ¿Te sientes satisfecho por el lugar en el que estáis?
«No me preocupan esas cosas. He tenido una gran, gran carrera, una gran vida. He hecho lo que he querido, con quien he querido, cuando he querido. No he tenido que tener otro trabajo desde los 24 años. Si me lo llegas a decir entonces, te hubiera dicho que estabas loco. Así que estoy totalmente satisfecho por cómo han salido las cosas. Siempre habrá alguien más popular que tú, y siempre alguien que lo será menos. La vida es así».
Para terminar, quería preguntarte por el debut de Foo Fighters. Si no me equivoco eres el único músico, que no fuera Dave Grohl, que tocó en ese disco. ¿Recuerdas cómo acabaste en él?
«Hace tanto tiempo que no recuerdo ni haberlo grabado, pero me han dicho que así es. La verdad es que fue muy casual, no se me invitó a participar en la grabación de un disco, sino que fue más bien en plan ‘eh, ¿quedamos para comer y grabamos algo?’. Creo que lo hice en 20 minutos. Siempre estoy dispuesto a tocar la guitarra si alguien me lo pide. La verdad es que hace mucho tiempo que no veo a Dave. Creo que la última fue hace siete años en un concierto de Queens Of The Stone Age. Pero el caso es que en su momento no le di ninguna importancia a tocar en su disco. Pero no le ha ido nada mal ¿no? aunque no creo que pueda atribuirme ningún merito (risas)«.
JORDI MEYA