Se ha hecho de rogar más de lo esperado, pero al fin ya es una realidad. The Hellacopters consolidan su vuelta con Eyes Of Oblivion, su primer álbum con material original en diecisiete años. Y aunque haya pasado tantísimo tiempo, los de Nicke Andersson han hecho bueno aquello de ‘quien tuvo, retuvo’.

Desde el mismo momento en el que tocaron la última nota de su último concierto el 26 de octubre de 2008 en el Debaser Medis de Estocolmo, todos los fans de The Hellacopters estábamos esperando ansiosos a que volvieran a escena. A lo largo de los años siempre pareció una posibilidad más que factible, pero probablemente pocos hubiéramos imaginado que llegaría a hacerse efectiva del modo en el que ha acabado resultando.

Por supuesto, el impecable legado que dejaron como miembros de aquel Big Four escandinavo de finales de los 90 que conformaron junto a Backyard Babies, Turbonegro y Gluecifer, ha hecho que su estatus de leyendas no haya menguado lo más mínimo en todo este tiempo. Que su líder Nicke Andersson se embarcara rápidamente en otra aventura bajo el nombre de Imperial State Electric y posteriormente retomando la batería con Lucifer (el grupo de su esposa, Johanna Sadonis), también ayudó de alguna manera a que su nombre siguiese presente en la memoria colectiva. Aún así, y viendo su frenética actividad tanto discográfica como en la carretera, el momento para resucitar a los padres de obras imprescindibles dentro del rock and roll de las últimas décadas como High Visibility o By The Grace Of God aún parecía quedar lejos.

Así fue hasta que de forma inesperada el 30 de octubre de 2015 saltaba la noticia. The Hellacopters regresarían con su formación original para un único concierto en el Sweden Rock Festival, aunque finalmente acabarían prolongando su reunión en los años posteriores. Esto significaba también la vuelta de Dregen tras haber salido en su momento dada la incompatibilidad de agendas con Backyard Babies, dejando fuera a un Robert ‘Strings’ Dahlqvist que fallecería trágicamente en 2017 ahogado en la bañera de su casa tras sufrir un ataque epiléptico. Que justo ese mismo año el bajista Kenny Hakansson también acabara abandonando el barco siendo sustituido en primera instancia por Sami Yaffa (Hanoi Rocks, New York Dolls) y poco más tarde por el The Datsuns y también miembro de Imperial State Electric Dolf De Borst, dejaban la sensación de que su vuelta a los escenarios podría ser un tanto descafeinada.

Pero como pudimos comprobar de primera mano en sus visitas al Azkena, Download Festival o Kristonfest, los suecos están en plena forma y siguen siendo capaces de brindarnos grandes noches de rock. Al fin y al cabo, 4 de sus 5 miembros (completan la alineación el batería Robert Eriksson y el teclista Boba Fett) son los mismos que debutaron con el seminal Supershitty To The Max! allá por 1994. Unido a la publicación de un esperadísimo nuevo trabajo como Eyes Of Oblivion (Nuclear Blast) con el que a buen seguro colmarán la mayoría de expectativas , todo parece indicar que tendremos a The Hellacopters con nosotros durante mucho tiempo. Y para vivir en una época donde cada vez más la música de guitarras parece un género en peligro de extinción, siempre es algo digno de celebrar.

Justo un mes antes de su fecha de salida, tuvimos la ocasión de hablar nuevamente con Nicke Andersson. Nunca ha sido un entrevistado que deje grandes titulares o declaraciones destacadas, pero por su tono tranquilo y cercano siempre resulta un personaje con el que resulta agradable conversar. Al menos nos dejó caer que, además de compartir cartel con Metallica y Weezer en el Bilbao Bizkaia Rock Day, también les tendremos por nuestro país este próximo otoño.

Sé que es una pregunta un poco tonta para empezar la entrevista, pero en 2005 afirmabais que el rock and roll estaba muerto. Ahora que habéis regresado, ¿vuelve a estar vivo?
NICKE ANDERSSON «Si me preguntas a mí, pienso que el rock and roll está ahora aún más muerto que en 2005 (risas). Siempre va a haber buenos grupos en el underground, con eso no hay problema. Pero en lo que atañe al mainstream, si lo comparamos con lo que había en 1975 y triunfaba en las listas, no hay color. No hay guitarras en las canciones de éxito hoy en día. Todo está hecho por ordenador. Así que no creo que el rock and roll esté ahora mucho mejor que cuando lo dejamos (risas)«.

«Nos preguntamos a nosotros mismos si había alguna justificación válida para seguir existiendo como banda y llegamos a la conclusión de que sí la había» NICKE ANDERSSON

¿Qué bandas crees que han sabido coger el testigo de lo que hicisteis vosotros, Backyard Babies o Turbonegro en su momento? En Suecia nunca os han faltado buenos grupos en los últimos años; Ghost, Graveyard, The Baboon Show, Blues Pills…
«Por supuesto todas ellas son buenas bandas. Pero, por ejemplo, y a pesar de que soy un gran fan de Graveyard, ya no se les puede considerar exactamente como unos recién llegados. No hay grupos jóvenes que me vuelen la cabeza. Necesitamos más bandas de rock. Tal vez el hecho de que nosotros hayamos vuelto haga a la gente pensar: ¿Qué demonios están haciendo esta panda de viejos? Nosotros podemos hacerlo mejor» (risas). Eso es lo que me gustaría que pasara».

¿Es esa la razón por la que habéis vuelto entonces?
«No (risas). En realidad el verdadero motivo es porque sentíamos que era el momento de hacerlo».

Cuando The Hellacopters os separasteis en 2008, muchos de vuestros fans dábamos por hecho que algún día volveríais. ¿Tenías esa misma sensación en tu interior?
«No, para nada. Cuando lo dejas siempre es por alguna razón y suele ser algo permanente. Pero si algo bueno tiene la mente humana es que puede cambiar de opinión. ¿Qué es lo que me hizo querer volver? Bueno, no hubo nada específico. El tiempo pasa, creces, te vuelves un poco más sabio… muchas cosas. Tal vez es solo que las estrellas estaban alineadas en ese momento cuando hicimos el primer concierto de reunión en el Sweden Rock Festival. Se suponía que solo íbamos a dar ese bolo, pero después se convirtieron en dos con el del Azkena y luego vinieron muchos otros más. Fue algo que fue surgiendo. Queríamos estar seguros de que lo estábamos haciendo de manera correcta para poder seguir disfrutando de tocar juntos. Nos preguntamos a nosotros mismos si había alguna justificación válida para seguir existiendo como banda y llegamos a la conclusión de que sí la había. Eso fue todo».

Hace unos años entrevisté a Boba y a Robert cuando tocasteis en el Download Festival de Madrid y me comentaron que el tema de reuniros ya había surgido varias veces, pero que tu parecías ser el que siempre se acababa negando.
«Al final es una cuestión de ser fiel a ti mismo, igual que Boba o Robert también lo son con ellos mismos. Recuerdo que cuando lo dejamos en 2008 no pasó ni un año antes de que nos hicieran una oferta para volver a tocar, lo cual me pareció ridículo. No veía motivo alguno para reunirnos en aquel momento, dado que era una decisión que habíamos tomado todos juntos. Seguí mi camino, monté Imperial State Electric y no sentí necesidad alguna de reunir a The Hellacopters… hasta que lo hicimos».

Desde que habéis vuelto ya no hacéis esas giras tan largas de vuestra primera etapa, pero sin embargo si habéis sido muy constantes cada año hasta que llegó la pandemia. ¿Hubieras preferido que este nuevo álbum hubiese salido antes? Lo digo porque entre 2016 y 2019 estuvisteis tocando casi el mismo repertorio.
«Por supuesto, nadie puede estar eternamente tocando las mismas canciones una y otra vez. Es por eso que decidimos grabar el nuevo disco. Pasado un tiempo, empezamos a hablar sobre esa posibilidad porque no nos iba a resultar interesante ni divertido seguir tocando temas que cada vez se iban haciendo más y más viejos. Necesitábamos algo nuevo. Así que dijimos: ‘vamos a intentarlo’. Tuvimos la primera sesión de grabación hace tres años. Fue un proceso muy lento. No en el sentido de cuantas horas pasamos en el estudio, sino que las sesiones estuvieron muy espaciadas. En la primera probamos dos o tres canciones y tuvieron que pasar meses hasta que hicimos la siguiente, y luego otra vez igual. Fue una grabación muy dilatada en el tiempo y todos estamos de acuerdo en que no queremos volver a hacerlo así. Para mí gusto no puedes tardar tres años en hacer un álbum. De todas maneras, no nos metimos ninguna prisa ni anunciamos que estábamos grabando para que no hubiese expectativas. Nos tomamos nuestro tiempo y lo hicimos tranquilamente».

Me llama la atención que hayáis tardado tanto  en grabarlo teniendo en cuenta que con Imperial State Electric antes publicabas un álbum cada año prácticamente. Para alguien acostumbrado a trabajar tan rápido como tú, imagino que ha debido de ser un tanto frustrante.
«Como te decía antes, si miras las horas que pasamos en el estudio en realidad no fueron tantas. Creo que estuvimos alrededor de dos o tres semanas todos juntos. El problema es que fue en épocas separadas. De todos modos, esta vez no lo produje yo, sino que Chips Kiesbye (productor de todos los álbumes de The Hellacopters desde High Visibility en adelante -ndr.) fue quién me ayudó, porque nos llevó tanto tiempo que no podía seguir ocupándome de ello. Así que se puede decir que lo hicimos juntos. Grabamos las baterías en un estudio de Estocolmo y luego las guitarras, voces, overdubs y todo lo demás en el mío. Supongo que elegimos hacerlo así porque es como grabamos los últimos discos de The Hellacopters y era una manera de sentirnos cómodos dado que habían pasado tantos años. No sé si lo repetiremos en el siguiente, no tengo ni idea. Pero como comentaba, la próxima vez no lo haremos en distintas sesiones. Eso no volverá a ocurrir».

¿Hubo algo diferente en la composición respecto a cómo lo era en vuestra primera etapa?
«La composición siempre suele ser igual. Primero escribo las canciones por mi cuenta, si me gustan lo suficiente grabo una demo y se la muestro a los demás. Hubo un par de excepciones esta vez. Boba vino con la música de lo que acabó convirtiéndose en ‘The Pressure’s On’. Él aportó la música, yo trabajé en la melodía vocal y la letra y luego la arreglamos un poco. Esa la hicimos juntos. Dregen me ayudó con la letra de ‘Tin Foil Soldier’. Pero todo lo demás es cosa mía. Suelo trabajar así: me siento solo con la guitarra, hago una demo, la ensayamos y hacemos que suene a The Hellacopters».

«Para nosotros es genial comprobar que todavía podemos juntarnos los cinco y sonar como The Hellacopters» NICKE ANDERSSON

¿De cuándo son las canciones de Eyes Of Oblivion? Tengo entendido que algunas son nuevas y otras ya tienen mucho tiempo.
«Cuando empezamos a preparar el álbum hace unos años, no recuerdo la fecha exactamente, les enseñé a los chicos todas las canciones que tenía y elegimos unas cuantas. Yo siempre estoy componiendo todo el rato, así que muchas de ellas eran bastante antiguas. Algunas son de hace diez años. Al mismo tiempo empezamos a escribir otras nuevas, así que sería mitad y mitad».

Tienes fama de ser un compositor muy prolífico. ¿Hay alguna canción de este álbum que se te haya resistido a lo largo de los años o que la tuvieras guardada específicamente para The Hellacopters?
«Realmente no. Creo que hubo una o dos canciones que hice cuando estaba con Imperial State Electric que pensaba que las acabaríamos grabando. El segundo tema, ‘Can It Wait’, la hice con los tíos de Imperial y todos llegamos a la conclusión de que sonaba demasiado a The Hellacopters, así que nunca la grabamos. De hecho, me parece que esa fue la primera canción que probamos para Eyes Of Oblvion«.

Hablando de Imperial State Electric, ¿crees que de algún modo los discos que hicisteis podrían haber sido la evolución lógica de The Hellacopters? Ya sé que los músicos eran distintos, pero ya sabes cómo somos los periodistas, que nos gusta estar siempre comparando.
«Siempre he pensado que hay muchas canciones de Imperial que podrían haberlo sido de The Hellacopters. Como bien dices, el asunto está en quién las toca, y eso marca una gran diferencia. Tal vez no todas, pero hay canciones en este nuevo disco que también podrían haber estado en uno de Imperial State Electric. Pero los músicos son distintos. Supongo que hay similitudes porque yo soy el que canta y toca la guitarra, pero aparte de eso, los temas los hacen las personas que están tocando juntas en una misma habitación. Hay una química especial. Por ejemplo, creo que se nota mucho que es Dregen quien toca la guitarra. Pero no diría que este álbum suena como Payin’ The Dues, sino como una mezcla de todo lo que hemos hecho. Tampoco soy quien deba decir eso, pero para nosotros es genial comprobar que todavía podemos juntarnos los cinco y sonar como The Hellacopters».

¿Hay intención de retomar Imperial State Electric en algún momento o por ahora tus prioridades son The Hellacopters y Lucifer?
«En realidad aún no nos hemos parado a hablar de ello. Me gustaría tener más tiempo, eso es todo. Tuvimos que parar porque Tobias (Egge, guitarra -ndr.) estuvo enfermo durante una temporada. Por suerte ahora vuelve a estar bien. Pero durante el tiempo que estuvimos parados he hecho un montón de cosas con The Hellacopters y también con Lucifer. No era la intención, pero así es como ocurrió. De todas maneras, estoy seguro de que volveremos a hacer un disco en algún momento».

Ya que has mencionado antes a Dregen, sé que es otra pregunta complicada, pero ¿qué dirías que tenían en común y de diferente él y Strings? Tanto en su personalidad como a la hora de tocar la guitarra, me refiero.
«Son muy distintos. De hecho, eso era justo lo que buscábamos cuando Dregen tuvo que dejar la banda. No queríamos otro guitarrista que fuese una copia de él. Y Strings no lo era. Los dos tenían cualidades, pero eran estilos completamente opuestos. Como individuos era muy diferentes también. Los dos siempre me han gustado mucho en cualquier caso».

De hecho, el tipo de la portada se da un aire a Strings. ¿Es un homenaje?
«No. En realidad es un mashup entre diferentes personas. De hecho, creo que la nariz es mía, pero también podría ser la de Peter Fonda (risas). No recuerdo muy bien cómo lo hicimos. Estuve trabajando muy estrechamente con Charlie Granberg (cantante de Hellsingland Underground – ndr.), mantuvimos muchas llamadas sobre lo que había que cambiar y demás. Soy muy meticuloso cuando se trata de diseñar las portadas. Pero no es Strings el que aparece, sino una mezcla de gente distinta. Pero bueno, una vez que la terminamos ya no me preocupé más por ella. Ya nos costó bastante decidir el título del álbum (risas)«.

Precisamente, ¿de dónde viene Eyes Of Oblivion?
«Eyes Of Oblivion son unas gafas de sol que te pones cuando no quieres oír hablar sobre la guerra en Ucrania durante una hora, cuando no quieres oír hablar sobre el COVID, cuando no quieres oír hablar sobre el fascismo… Y no quiero decir que debas ignorar eso, pero a veces todos necesitamos una vía de escape. Y en nuestro caso es este disco. Puede ser cualquier cosa que quieras, pero básicamente es una forma de olvidarte de todo esos problemas al menos durante un rato. En realidad eso mismo es lo que significa el rock and roll».

Cambiando de asunto y corrígeme si me equivoco, creo que aún no habéis tocado en Estados Unidos desde que volvisteis. En la época de High Visibility y By The Grace Of God sobre todo girasteis mucho por allí, pero al final es un país complicado si eres una banda que viene de Europa. ¿Cómo es para ti la experiencia americana?
«Hemos hecho dos conciertos en Estados Unidos con esta reunión. Uno en Las Vegas y otro en New York. Es un país muy grande y cuesta mucho dinero ir allí. No siempre es el sitio más económicamente rentable para girar, pero al mismo tiempo es muy divertido porque al ser tan enorme todo es muy diferente dependiendo de donde toques. Cuando lo dejamos, yo ya no quería girar tanto por Estados Unidos, pero de hecho eso incluso nos paso antes, ya que teníamos ciertas restricciones sobre cuánto tiempo podíamos pasar fuera tocando. Hace mucho tiempo que ya no vamos tanto de gira por allí como lo hacíamos en el pasado».

Y hablando de girar, ¿el plan con Eyes Of Oblivion es seguir dosificando los conciertos como hasta ahora o iréis más a saco?
«Haremos unos cuantos festivales en Finlandia, Noruega, unas pocas fechas en Suecia antes del verano… Y luego el plan es hacer un tour europeo en otoño. Por supuesto, nos podrás ver en salas de España (risas). No puedo esperar a volver a tocar allí. Con The Hellacopters siempre hemos dado conciertos increíbles en vuestro país. El último que dimos en el Kristonfest lo pasamos genial».

Fantástico, siempre hay ganas de veros por aquí. Ya lo último, te quería preguntar por el documental I’m In The Band sobre vuestra carrera que se estrenó el año pasado. Por desgracia, parece que solo se puede ver en Suecia. ¿Saldrá en algún momento con subtítulos para el resto del mundo?
«Bueno, lo primero de todo es que no es nuestra película. La dirigieron dos amigos nuestros. Nosotros no fuimos quienes la publicamos, sino que ellos llegaron a un acuerdo con la televisión pública sueca. Así que hay cuestiones de licencias y esas cosas a las que no te puedo responder. Creo que al menos debería estar disponible con subtítulos en inglés, pero desgraciadamente no  está en nuestras manos tomar esa decisión. Mantendremos a todo el mundo informado si llega el momento».

GONZALO PUEBLA