Todavía habrá que esperar un mes más para que todo el mundo pueda escuchar In The Wild, el ansiado nuevo disco de The Interrupters. Pero en RockZone ya lo hemos catado, y nos ha gustado tanto que insistimos para poder charlar con Aimee Interrupter lo antes posible.
Hay grupos que por el motivo que sean caen bien a todo el mundo. The Interrupters es uno de ellos. Quizá por eso, desde que empezaron en 2011, el cuarteto de Los Angeles formado por Aimee Interrupter (voz) y los hermanos Bivona, Kevin (guitarra), Justin (bajo) y Jesse (batería), no ha parado de recibir el apoyo de gente relevante como Tim Armstrong de Rancid, que los fichó para su sello Hellcat Records, además de producirles, Bad Religion, que se los llevaron de gira por Europa tras sacar su debut en 2014, o de The Mighty Mighty Bosstones, quienes los invitaron a colaborar en su último disco.
Pero más importantes que todos ellos son los miles de fans que los ha aupado con cada nuevo trabajo, y de rebote han generado un nuevo interés hacia la escena ska punk, que andaba algo aletargada en los últimos tiempos. Es evidente que no estamos ante un revival en toda regla como ocurrió a mediados de los 90, The Interrupters no son los nuevos No Doubt, y Aimee no es la nueva Gwen Stefani. Y ni falta que hace.
Aunque la banda tiene muy por la mano hacer temas con gancho, y que cada vez ha ido incorporando cada vez nuevos elementos musicales, y In The Wild, que publicará Hellcat/Epitaph el 5 de agosto no es una excepción (¡hasta hay una balada al piano!), parece claro que The Interrupters no están dispuestos a olvidarse de sus raíces. De hecho, su cuarto disco es un viaje crudo y sincero a la difícil vida que tuvo Aimee antes de convertirse en quién es hoy.
Su infancia en Missoula, una ciudad de Montana, fue de todo menos idílica. Su padre abandonó a su madre y sus tres hermanos cuando solo tenía dos meses, dejándolos en una situación económica muy precaria, y por desgracia el hombre que se convirtió en su padrastro sometió a toda la familia a constantes maltratos. La situación era tan grave que acabaron en una casa de acogida. Tiempo después su padre biológico reapareció en su vida y se convirtió en su tutor legal. Aficionado a beber con sus amigos en un karaoke, su padre la obligaba a cantar para ellos para ganarse su paga. Fue así como Aimee desarrolló su potente voz, y gracias a descubrir el punk y el ska encontró la fuerza para romper con su pasado. Una historia dura que afortunadamente está teniendo un final feliz, aunque sus secuelas todavía necesitan cicatrizarse como comprobamos en el nuevo disco de la banda.
En las últimas semanas estado de gira con Flogging Molly. ¿Cómo os fue? Vi que se habían cancelado algunos conciertos por el COVID. ¿Sigue siendo arriesgado girar en las condiciones actuales?
AIMEE INTERRUPTER «Girar con Flogging Molly ha sido genial. Son una banda de directo increíble y unas personas maravillosas. Las cosas han cambiado mucho desde el inicio de la pandemia, pero nos sentimos muy afortunados por estar de nuevo en la carretera. Obviamente cancelar conciertos es lo último que queremos hacer, pero la salud y la seguridad de nuestros fans, nuestra crew y el personal de las salas es lo primero».
Entrando ya en materia, In The Wild me ha parecido un disco muy personal. En los anteriores hablabais mucho de la familia, la comunidad, de ‘nosotros’, pero este trata sobre ti. ¿Qué te llevó en esta dirección? ¿Fue el documental This Is My Family el origen del nuevo disco? ¿Y te dio miedo abrirte tanto?
«¡Gran pregunta! Mientras estábamos recopilando material para This Is My Family, también estábamos componiendo para In The Wild. Durante el confinamiento, estando aislados, todos reflexionamos mucho sobre nuestras vidas. También yo había hecho mucho trabajo por mi parte en cuanto a mi salud mental. Hice varias terapias y meditación, y finalmente me sentía capaz de contar mi historia. Cuando tuvimos el primer puñado de canciones escritas, las que eran más personales fueron las que destacaban más, y colectivamente decidimos que ese era el disco que queríamos hacer. Como grabamos el disco en casa, podíamos tomarnos el tiempo necesario para que me sintiera segura para contar mi historia como quería. Toda la banda se tomó con mucho respecto cada canción por lo que yo estaba cantando, y me siento muy agradecida de haber podido hacer este disco».
Quizá porque vuestra música es animada, mucha gente no se había dado cuenta de todos los problemas que padecías. ¿Era la música una terapia para ti o más bien te escondías tras ella?
«Nuestra música es animada, pero siempre hemos tenido letras que trataban de asuntos serios. A veces creo que sería más fácil hablar de lo que he pasado si contara la historia como si fuera otra persona. Lo hice en ‘Easy On You’ y ‘Jenny Drinks’ y en otras canciones. La música siempre ha sido una terapia para mí. Escribir y escuchar música es una gran manera de procesar emociones y que te sientas menos solo».
Me identifico mucho con lo que cantas en ‘In The Mirror’ y creo que es importante que personas públicas como tú reconozcan que también se sienten inseguras cuando se miran al espejo. ¿Hay alguna manera de no acabar ‘siempre en el mismo sitio’?
«¡Gracias! Si la hay, todavía no he conseguido descubrirla. Sigo trabajando en ello. Pero creo que escribir esa canción me ayudó a procesar ese sentimiento de sentirme atrapada en un ciclo del que no podía escapar».
¿Después del éxito de Fight The Good Fight sentíais alguna presión? In The Wild suena muy natural, casi sin esfuerzo ¿pero os costó que os salieran nuevas canciones?
«Estamos constantemente escribiendo, ya sea en casa o en gira. Siempre tenemos ideas revoloteando. Esta vez no teníamos ninguna fecha de entrega, así que no hubo ninguna presión. Pudimos tomarnos nuestro tiempo y por eso me siento muy agradecido por lo personal que es el disco».
Musicalmente os habéis abierto a otros estilos como en ‘My Heart’ o ‘Alien’. ¿Tuvisteis dudas de incluirlas en el disco o querías demostrar a la gente sois más que una bana de ska punk?
«Cuando escribimos una canción siempre cogemos nuestros instrumentos y la tocamos en directo. La probamos en distintos estilos y vemos cuál es el que favorece mejor la canción. Al final es la propia canción la que decide lo que quiere ser, y nos ponemos bastante de acuerdo desde el principio. Toquemos lo que toquemos, cuando lo hacemos los cuatro juntos sonamos como The Interrupters».
Hablando de ‘Alien’, la melodía me ha recordar a ‘Hallelujah’ de Leonard Cohen. ¿Te inspiraste en ella?
«¡Oh, gracias por decirlo! Soy una gran fan de Leonard Cohen como compositor y me inspira en todo lo que hago».
A pesar de lo que te he dicho antes, en el disco hay varios temas de ska punk. ¡Y son muy buenas! ¿Crees que será algo que siempre estará presente en vuestra música o podrías hacer como No Doubt y alejaros del todo en el futuro?
«Te aseguro que siempre habrá punk rock y ska en nuestra música porque es nuestro ADN como banda».

«Siempre habrá punk rock y ska en nuestra música porque es nuestro ADN como banda» AIMEE INTERRUPTER
Uno de mis momentos favoritos del disco son los ‘Auuuuhhs’ de ‘Raised By Wolves’. ¿A quién se le ocurrieron?
«¡Gracias! Tuve una infancia dura y al lobo que llevo dentro se le ocurrió expresarlo así».
Kevin produjo el disco. ¿Fue siempre vuestro plan o fue una consecuencia de la pandemia? ¿Qué papel jugó Tim Armstrong en el nuevo disco?
«Antes del confinamiento estuvimos en el estudio con Tim componiendo y haciendo maquetas. Algunas de esas canciones como ‘As We Live’, ‘The Hard Way’ o ‘Burdens’, las grabamos para el disco. Pero cuando llegó el momento de hacer la grabación final, construimos un estudio en nuestro garaje por necesidad, y como estábamos aislados, Kevin hizo de productor. Eso es lo que pasó, pero Kevin hizo un trabajo fantástico. De hecho, siempre se ha involucrado en ese aspecto de nuestros discos. Pero cuando ya estábamos llegando al final tuvimos la suerte de poder contar con varios invitados, y Tim pudo cantar en ‘As We Live'».
Habéis conseguido mucho en la última década. ¿Han cambiado vuestras expectativas? ¿Os cuesta controlarlas?
«La verdad es que estamos muy agradecidos por poder hacer lo que hacemos, y no damos por sentado ni un solo instante de lo que vivimos. Mantenemos los pies en el suelo».
Muchas bandas os sitúan a la cabeza de la escena ska punk. ¿Ves factible que vuelva a formar parte del mainstream como ocurrió en los 80 y los 90?
«La realidad es que hoy en día hay más música que nunca. Siempre está cambiando y evolucionando, y me parece algo hermoso. Las barreras entre géneros ya no existen. Pero creo que la influencia del punk y el ska está presente en todas partes».
El verano pasado formasteis parte del Hella Mega Tour con Green Day, Fall Out Boy y Weezer. ¿Qué recuerdo tienes? No debe ser fácil salir a tocar los primeros en un cartel así…
«Formar parte de esa gira fue surrealista. Cada día estábamos con la boca abierta de estar ahí, especialmente después de tanto tiempo sin haber podido girar. Nos hizo sentir la importancia de la música en directo, los recuerdos y el sentido de comunidad que consigue. Fue un verdadero honor».
A veces me pregunto cómo os sentís las mujeres yendo en estas giras donde la presencia de hombres es total. Estoy segura que tus compañeros de grupo son muy majos, ¿pero no hay momentos en los que sientes que hay demasiada testosterona a tu alrededor?
«No te lo voy a negar, esos momentos ocurren. Pero somos una familia y llevamos girando durante mucho tiempo. Nos queremos y respetamos muchísimo. Y nuestra crew también es fantástica. De verdad que es como una gran familia».
Para terminar ¿tenéis planes de volver a España? Nos encantaría veros de nuevo.
«Esperamos ir a España muy pronto. ¡A nosotros también nos encantará veros!».
MARTA PUIG