Esta semana The Maine llegarán a nuestro país para presentar su último disco You Are OK. Los de Arizona prometen su espectáculo más ambicioso acorde a lo que han mostrado también en el estudio. Su guitarrista Jared Monaco nos avanza qué podemos esperar.

Como una hormiguita que va trabajando pasando desapercibida, The Maine han logrado construir a largo de los últimos 13 años una carrera que, sin provocar grandes titulares, les permite ir sacando discos y girando por todo el mundo desde la más absoluta independencia. Si con sus dos primeros trabajos se les situó dentro de la vertiente más pop del emo, más por sus flequillos que por otra cosa, con el tiempo se ha visto que en realidad la identidad de la banda de Arizona se basaba en una concepción amplia del pop rock que abarcaba desde Tom Petty & The Heartbreakers a U2.

Gracias al talento compositivo y la cercanía que transmiten, John O’Callaghan (voz), Jared Monaco (guitarra), Kennedy Brock (guitarra), Garrett Nickelsen (bajo) y Patrick Kirch (batería) han conseguido una relación muy especial con sus fans a través de la organización 8123, que también da nombre a su sello y propio festival que celebran anualmente.

Quien quiera ver el fenómeno de cerca tendrá la oportunidad el próximo 18 de febrero en Madrid (sala Independance) y el 19 en Barcelona (sala Bóveda) cuando vengan a presentar su último trabajo You Are OK, recientemente escogido como el Álbum del Año por parte de nuestros colegas de la revista Rocksound en Inglaterra.

Habéis bautizado esta gira como The Mirror; sin embargo, no es el título del disco, ni de una de sus canciones. ¿Cuál es el concepto que hay detrás?
JARED MONACO “Sí, es el nombre que hemos utilizado para la gira americana también. Intentamos buscar un nombre que reflejara lo que es el disco You Are OK y el espectáculo en sí. Por primera vez hemos usado una producción importante con una pantalla y vídeos que hemos producido nosotros mismos. Todo está interrelacionado con el setlist y con la idea del espejo. Es algo nuevo para nosotros y prácticamente llevaremos el mismo show a Europa que hemos tenido en Estados Unidos. Creo que será una experiencia distinta incluso para quienes nos hayan visto antes”.

Entonces, ¿el repertorio sigue una especie de narrativa?
“Bueno, tenemos ya siete discos y hacer un repertorio cada vez es más difícil. Queríamos hacer algo que tuviera sentido de principio a fin, representando bien el nuevo disco, pero también integrando temas antiguos. Sea cuando sea que descubrieras el grupo, hay algo para ti. También tenemos muchos fans que nos van diciendo qué temas les gustaría escuchar que no hemos tocado nunca, así que es positivo tener ese input también. Pero tenemos como cien canciones publicadas y cada uno tiene sus favoritas”.

Entiendo que tener una producción más grande es estimulante, pero ¿no hace que se pierda un poco la espontaneidad de poder tocar lo que os apetece en cada momento?
“Bueno, en los conciertos siempre hay momentos espontáneos, no está todo milimetrado. No llevamos escrito lo que vamos a decir (risas). Es horrible cuando veo un grupo que siempre repite lo mismo. La energía de cada sala es la que marca la diferencia. Creo que en un concierto de rock tienes que dejar que las cosas pasen de manera natural. Lo que hacemos no es como una obra de teatro”.

¿Han funcionado bien los temas nuevos en directo?
“Sí. Realmente hasta que sales a la carretera y tocas los temas, no sabes muy bien si han gustado de verdad a la gente. Lo puedes intuir, pero ése es el verdadero examen. Tengo que decirte que algunos temas nuevos están funcionando mejor que los antiguos y eso es lo más para un artista. Creo que estamos en un muy buen momento. Lo último que queremos escuchar es que la gente diga que prefiere a los The Maine de antes”.

¿Ha sido complicado adaptar el disco al directo? En la grabación hay bastantes arreglos de cuerda y efectos de producción.
“En un mundo ideal giraríamos con una sección de cuerda de ocho músicos, pero la realidad es que no podemos permitírnoslo. En el estudio experimentamos con eso, pero la base sigue siendo la banda. Creo que la gente reconocerá los temas, aunque no tengan los arreglos. Y Adam, nuestro teclista de directo, llena algunos de esos huecos”.

Para mí You Are OK suena como una especie de continuación de Lovely Little Lonely. ¿Era vuestra intención?
“Creo que inicialmente pensamos que sería así porque ése fue un disco que gustó mucho a nuestros fans, pero cuando empezamos a grabar tomó su propia dirección. Queríamos que fuera un álbum con cierta urgencia, y acabó sonando más agresivo de lo que pensaba. Así que creo que comparte el espíritu del disco anterior, pero su ejecución fue distinta”.

John suele ser el que trae los temas en su forma más básica y luego los trabajáis entre todos. ¿Cuál fue el tema que sufrió una transformación más radical?
“En este disco diría que la mitad son bastante parecidas a sus maquetas y, el resto, cambió bastante. Uno de los primeros que nos excitó a todos fue ‘Slip The Noose’. Empezó como un tema al piano, pero luego fue tomando un tono más épico. De hecho, utilizamos algunas partes de la maqueta de ‘Black Butterflies And Déjà Vu’ del disco anterior y creo que eso es lo que le dio un impulso. De hecho, entramos en el estudio cuando todavía nos faltaba escribir dos canciones. De ahí salió ‘Broken Parts’, por ejemplo, porque nos faltaba algo que equilibrara el resto. Nos daba un poco de miedo no tenerlo todo preparado, pero al final todo salió bien”.

Como guitarrista, ¿cómo ha ido cambiando tu estilo a medida que evolucionaba el sonido del grupo?
“La mayor evolución en mi manera de tocar ha sido la de tocar menos (risas). Si escuchas el primer disco todo está apilado, hay partes sobre otras partes intentando luchar por sonar. Ahora es casi lo contrario. No se trata de meter cosas, sino de quitarlas. Hacer algo que por sí solo tenga sentido. Cuanto más simple, más claro llega el mensaje”.

En ese sentido, un banda cuya influencia noto mucho en las guitarras de los dos últimos discos es INXS.
(Risas) Sí, totalmente. Es muy divertido porque en el estudio hablamos mucho de INXS. En este álbum también hay mucho de U2. Está bien tener esas referencias a las que poder acudir cuando andas un poco perdido. En American Candy la referencia era más Third Eye Blind y en éste han sido más INXS y U2”.

«Nos llevó mucho tiempo averiguar quiénes éramos, pero ahora lo sabemos” JARED MONACO

Al inicio de vuestra carrera, siempre había algunos temas con clara vocación de ser hits. ¿Es algo que todavía os influya o ya no os importa?
“Al menos para mí es algo que siempre tengo en mi cabeza. Pero la realidad es que llevamos 13 años y nunca hemos tenido un hit de verdad. Me gustaría precisamente porque nunca lo he experimentado, pero siempre pensamos en términos de hacer un álbum, no una colección de singles. Creo que nuestros fans están más interesados en escuchar lo que tenemos que ofrecer que no en que les demos un tema súper pegadizo porque sí. Nos gustaría que el grupo que hemos creado, 8123, siguiera creciendo, y quizá un hit nos ayudaría, pero preferimos que salga de manera natural”.

Quizá el que nunca hayáis tenido un gran hit es lo que hace que vuestros fans empaticen tanto con vosotros. Es como si os quisieran proteger.
(Risas) Sí, tienes razón. Creo que nuestros fans sienten cierto orgullo de serlo. Tener un gran hit también da un poco de miedo porque puedes ganar muchos fans de golpe, pero no sabes cuánto tiempo van a estar ahí. En cambio, los fans que tenemos ahora son muy fieles. Realmente sentimos que hemos creado una comunidad con ellos. Es lo más importante a preservar para nosotros. Nos llevó mucho tiempo averiguar quiénes éramos, pero ahora lo sabemos”.

En cierta manera, vivís en vuestra propia burbuja. ¿Hay algún grupo actual al que os sintáis muy cercanos o que creas que tienen una visión parecida a la vuestra?
Mmm… Supongo que me siento cercano a cualquier grupo que cree en lo que hace y que es fiel a su visión. Para mí una de mis mayores inspiraciones fue Tom Petty. Cuando salió ese documental suyo de cuatro horas nos inspiró mucho. En él ves lo mucho que luchó por sus ideas, y cuando salió, nosotros estábamos pasando por un momento complicado y nos ayudó a seguir adelante. Y hablando de grupos más actuales, quizá Mayday Parade, con quienes hemos girado mucho”.

¿Y vuestros paisanos Jimmy Eat World?
“Jimmy Eat World son mis héroes locales. Crecí escuchando sus primeros discos. Es otro buen ejemplo de banda íntegra”.

En paralelo a You Are OK publicasteis un libro con el mismo título, y en él hablabas muy abiertamente de que pensaste en dejar el grupo antes de la grabación. ¿Por qué decidiste contarlo?
“Para mí era importante. Creo que cuando llevas haciendo algo durante mucho tiempo, tiendes a olvidarte de qué te motivó a empezarlo. Hemos vivido muchas cosas en estos diez años y eso te cambia como persona. Estar en un grupo requiere mucho de tu tiempo, y llegué a un punto en el que sentía que estaba siendo injusto con mi pareja, porque no le daba lo que necesitaba. Así que tenía que tomar una decisión. Y acabé decantándome por la banda, aunque me dolió mucho. Pero cuando tomas una decisión así de radical, al final es cuando las piezas empiezan a encajar. Ahora soy mucho más feliz. Mucha gente de la industria musical me escribió después de leer el libro porque es algo muy común, pero de lo que nadie habla”. 

Es muy habitual que en las redes sociales los grupos intenten proyectar una imagen de éxito, pero creo que contar la realidad tal como es, es lo que de verdad crea una conexión.
“Así es. En los 80 la idea de una estrella del rock era factible porque sólo sabías de los músicos por lo que leías en las revistas y sólo podías verles si ibas a un concierto. Eran inaccesibles. Pero ahora, todo está a la vista. No hace falta ser misterioso. Puedes estar en una banda que mole, y mostrarte abierto”.

MARC LÓPEZ