La fortaleza de una persona se demuestra en su capacidad para superar los momentos difíciles. Escuchando Death By Rock An Roll, el nuevo disco The Pretty Reckless, queda claro que a Taylor Momsen no es tan fácil tumbarla.

Taylor Momsen nunca olvidará el 18 de mayo de 2017. Ese día, The Pretty Reckless habían ofrecido un concierto más abriendo para sus héroes Soundgarden en el Fox Theater en Detroit. Todo parecía haber ido bien, pero al cabo de unas horas Taylor, y el resto del mundo, recibían la trágica noticia que Chris Cornell se había suicidado. El impacto fue tal que Taylor y sus compañeros, Ben Philips (guitarra), Mark Damon (bajo) y Jamie Perkins (batería), decidieron cancelar todos sus planes y desaparecer de la vida pública. Pero las desgracias no iban a terminar ahí.

Sólo once meses después, su amigo, productor, y mentor Kato Khandwala fallecía después de sufrir un fatal accidente de motocicleta. Estas dos muertes, y por lo que nos cuenta Taylor, hubieron algunas más en su círculo, sumergieron a la cantante en un pozo muy oscuro. Afortunadamente, la música acudió al rescate.

Inspirada por todos estos acontecimientos, Taylor y Ben empezaron a componer, y a finales de 2018 entraron en el estudio para grabar el cuarto álbum de la banda, el flamante Death By Rock And Roll (Century Media). En él, The Pretty Reckless han aparcado algunos tics superfluos del pasado, y con la ayuda de veteranos como Tom Morello, Kim Thayil y Matt Cameron, renacen como una banda determinada a dar un nuevo aliento a la música hecha con guitarras y corazón. La semana pasada teníamos la oportunidad de charlar de todo ello con su principal protagonista.

Acabasteis de grabar el disco hace más de un año. ¿Te ha costado tenerlo guardado durante tanto tiempo?
TAYLOR MOMSEN «Sí, ha sido muy extraño. Lo terminamos antes de que empezara la pandemia, y la idea era salir de gira. Teníamos el mejor plan de gira de nuestra carrera, íbamos a girar con Foo Fighters, con Guns N’ Roses, con Pearl Jam, festivales… y todo se tuvo que cancelar. Ha sido duro, pero bueno, ahora estoy contenta de que por fin salga el disco. En cierta manera ha estado bien poder disfrutar del disco yo sola. Un disco es como un hijo, así que he podido tenerlo para mí antes de mandarlo a la universidad (risas). La esperanza es que lo hayas criado bien para que luego pueda valerse por sí mismo. En cierto modo, ahora aprecio más el disco que cuando lo hicimos porque he podido escucharlo con calma. Pero ahora ya es momento de compartirlo».

Creo que en vuestro anterior disco, Who You Selling For, ya empezasteis a dejar aflorar vuestras influencias de rock más clásico, y en este habéis culminado ese proceso. ¿Crees que el nuevo álbum representa la visión que tenías para The Pretty Reckless desde el principio?
«Sin duda. Siento como si este disco fuera el primero de la banda. Perdimos mucho durante la creación de este disco, ha sido como volver a empezar. Nos quedamos sin nada, volvimos a la casilla de salida. Así que tuvimos que volver a aprender cómo funcionar de nuevo. La inspiración para este disco surgió de lugares muy profundos, que no necesariamente me gustan, pero que provocaron que las canciones salieran de mí sin ni siquiera ser consciente de lo que estaba haciendo. En realidad, casi me resistía a volcar esos sentimientos en las canciones, pero no pude evitarlo. Cuando haces un disco estás esperando que te venga la inspiración, que algo te golpee, pero eso también puede ser una tortura. No puedes forzarlo. Esperas un golpe que te inspire, pero no sabes de dónde vendrá. Pero con este disco fue todo lo contrario. La inspiración me vino de golpe, como si me hubiera caído una roca encima y me hubiera partido la cabeza. Las canciones no dejaban de salir. Es un disco muy honesto y personal. Creo que hemos madurado muchísimo como personas, como músicos, como banda. Para mí este disco es un renacimiento. Humildemente creo que es lo mejor que hemos hecho».

«Las muertes de Chris y Kato sucedieron muy seguidas, y fue
un shock absoluto. Nada puede prepararte para algo así»
TAYLOR MOMSEN

Como dices, muchas veces el arte surge de los momentos más duro. Es triste, pero es así. 
«Sí, la vida te golpea, y lo que te hace crecer es tu manera de encajarlo, de rebelarte, de superar un trauma, una pérdida… Todo eso es lo que te define. Creo que este disco captura ese momento de crecimiento. Trata sobre asuntos muy específicos y personales, pero son asuntos que serán relevantes para siempre, y con los que pueden identificarse personas de todo el mundo de una manera profunda. Ojalá les ayude. A mí la música siempre me ha ayudado, me ha llenado el alma, incluso cuando no sabía que lo necesitaba».

El título Death By Rock And Roll es un muy atrevido, teniendo en cuenta las circunstancias que lo han rodeado. ¿Te da miedo de que pueda ser malinterpretado o que se vea como oportunista?
«(Risas) No. Quizá desde un punto de vista comercial pueda resultar demasiado agresivo, o morboso. Pero eso no es lo que significa para mí y estoy contenta de poder explicarlo. ‘Death By Rock And Roll’ es una frase que solía decir mucho mi amigo y productor Kato. Era como un lema para el grupo, pero no con un sentido morboso, sino en plan ‘Vive a tu manera, vive según tus reglas’. Es un sinónimo de libertad, de vida, en realidad. Cuando Kato murió esa frase no paraba de repetirse en mi cabeza. Es la primera vez que he tenido tan claro el título del disco antes de empezarlo. Tenía que llamarse así. No es un título triste, ni morboso; al revés, tiene un significado positivo, de empoderamiento».

Lidiar con la muerte es una de las cosas que más te hace madurar como persona. No sé si lo habías vivido antes con algún familiar, pero por lo que has contado, las muertes de Chris Cornell y Kato Khandwala tuvieron un gran impacto en ti. ¿Qué aprendiste de esas experiencias? 
«No sé si puedo darte una buena respuesta. No sé si aprendí algo específico. Perder a gente querida, y que ha afectado tu vida de una manera tan profunda, es increíblemente duro. Cada persona reacciona de manera distinta. Las muertes de Chris y Kato sucedieron muy seguidas, y fue un shock absoluto. Nada puede prepararte para algo así. Chris murió de manera trágica y poco después, Kato tuve el accidente de moto. Fue devastador. Caí en una depresión y empecé a abusar de sustancias, no estaba emocionalmente preparada para gestionarlo. Era demasiado duro, demasiado pronto. Y no quiero revelar nada más públicamente, pero no fueron las únicas personas que perdimos durante ese periodo. Suele decirse que las desgracias ocurren de tres en tres, pero cuando llegamos a cinco, fue demasiado. Nunca había pasado por algo parecido, y por decirlo de manera suave, no lo llevé nada bien. No podía imaginarme el futuro. O bien iba a morir o iba a superarlo. Y sé que sonará a cliché, pero lo que me ayudó a salir de ese agujero fue el rock’n’roll. Salvó mi vida. Sé que lo de ‘el rock’n’roll salvó mi vida’ suena fatal, pero escribir y grabar este disco es la razón por la que sigo aquí».

«Hago discos porque sé que un día ya no estaré viva,
pero que la música permanecerá» TAYLOR MOMSEN

Corrígeme si me equivoco, pero tengo la sensación que el concierto tributo a Chris Cornell en enero de 2019 fue un punto de inflexión. Como si ahí se hubiera plantado la semilla para este disco. ¿Lo viviste así?
«En parte sí. Recordar la vida y el legado de alguien es algo hermoso. Hago discos porque sé que un día ya no estaré viva, pero que la música permanecerá. Así que honrar a alguien a través de su música es una manera de mantenerle vivo. Fue una noche muy, muy emotiva. No fue nada fácil de llevar. Pero creo que fue un momento catártico para todos los participantes, y todos nos sentimos muy orgullosos de haber formado parte de un evento así».

En 2017 girasteis con Soundgarden, así que supongo que ya entonces estableciste una relación con Kim Thayil y Matt Cameron, pero ¿cuándo decidiste que querías que participaran en el disco?
«La verdad es que establecimos una relación muy buena. Ahora mismo les considero buenos amigos. Cuando terminé de escribir la canción ‘Only Love Can Save Me Now’ se la mandé y les pregunté si querían tocar en ella, y aportar su magia. Les hice la broma que sonaba tanto a Soundgarden, que si no la grababan ellos, me acusarían de haberles copiado (risas). Necesitaba su validación (risas). Por suerte, les encantó y dijeron que sí. Toda la experiencia fue genial. Fue de las últimas que grabamos para el disco. La hicimos en Seattle, en los legendarios London Bridge Studios que es donde Soundgarden grabaron Louder Than Love, donde Pearl Jam grabaron Ten, y Alice In Chains grabaron Dirt... un montón de discos icónicos. Yo creo mucho en que los lugares son como las personas, tienen su propia energía. Sólo entrar en ese estudio ya sientes algo, como si las paredes respiraran toda la música que se ha hecho allí. Es muy inspirador. Estar en ese sitio, con Kim y Matt, creando algo nuevo después de toda la tristeza por la que habíamos pasado, para mí fue como cerrar el círculo de una manera muy bonita. Fue como la manifestación  del poder sanador de la música. Moló muchísimo. En el momento en el que Matt golpeó por primera vez la caja, me explotó la cabeza (risas). Tienen tanto poderío… Elevaron la canción a otro nivel. Es lo más excitante que me ha ocurrido en un estudio de grabación».

Una de las cosas que me ha gustado es que el disco suena mucho más orgánico y natural que los anteriores. Temas como ‘Rock And Roll Heaven’ o ‘Harley Darling’  podrían haberse escrito en cualquier época.
«Siempre compongo con una guitarra acústica, pero esta vez decidimos no revestir los temas con tanta producción. Creo que es muy importante que puedas sentir que detrás de las notas hay un ser humano tocándolas. Ahora se llevan mucho los sonidos sintéticos, pero creo que no hay nada comparable a que pongas una canción y sientas a través de los altavoces que detrás hay una persona».

¿Crees que en el futuro las nuevas generaciones volverán a interesarse por el rock?
«No lo sé. Lo que sé es que lo maravilloso del rock’n’roll y de los instrumentos reales es que apelan a las emociones humanas. Si un niño coge una guitarra y rasga las cuerdas,  sadrá un sonido. Cuando una persona toca o canta está transmitiendo un sentimiento. En cierta manera, con toda la tecnología actual, es como si hubiéramos vuelto a los 80. Es normal que la gente nos sintamos atraídos por nuevas posibilidades, pero al final también hace que los sonidos queden muy apegados a una época. Posiblemente de aquí a diez años, mucha música que se hace hoy con ordenadores nos sonará pasada de moda. Pero si te apoyas en la esencia de una canción, en los instrumentos, en sonidos orgánicos, eso siempre sonará vigente. No es que sea anti tecnología, me encanta el hip hop, y cada estilo tiene sus propios códigos, pero yo tiendo a componer buscando una conexión más humana».

Empezaste el grupo siendo una adolescente y ahora ya eres una mujer. ¿Cómo ves ahora tus primeros discos? ¿Escuchándolos notas esa evolución a nivel personal?
«Desde luego. Creo que es imposible no notarlo. En el primer disco tenía 16 años, ahora tengo 27. Si no hubiera crecido ¿qué diría eso de mí? (Risas). Pero al mismo tiempo el espíritu del rock’n’roll y la música te mantiene siempre joven. Es un estilo de vida que te hace madurar, pero te mantiene joven al mismo tiempo. Es una combinación hermosa. Me siento orgullosa de que cada disco sea mejor, más maduro. Siempre quieres mejorar como persona y como artista. Por eso me siento tan orgullosa de este disco, pero a la vez no reniego de nada que hecho antes. Cuando terminé el primer disco también estaba super orgullosa. Algunas de las canciones de nuestro primer disco, Light Me Up, siguen siendo de mis favoritas para tocar en directo. Es más, incluso te diría que tengo una relación más profunda con ellas de la que tenía entonces. Las veo con una nueva perspectiva. Ha sido un largo viaje, aunque a veces parezca que empezamos ayer (risas)».

Bueno, espero que podamos seguir entrevistándote cuando tengas, 37 años, 47, 57…
«(Risas) Sí, 107. Igual cuando llegue a esa edad, igual la gente ya vive 200 años (risas). Lo que tengo claro es que mientras esté viva, seguiré haciendo música. Ése es mi objetivo, mi misión».

JORDI MEYA