Pioneros a la hora de fusionar rock y electrónica a finales de los 80, The Young Gods siguen buscando nuevos caminos tres décadas más tarde.
En unos días, concretamente el 12 de abril en Barcelona (Razzmatazz 2) y el 13 en Madrid (Caracol), Franz Treichler (voz, guitarra), Bernard Trontin (batería) y Cesare Pizzi (teclados, samplers) se encontrarán con el público español para presentar su última obra Data Mirage Tangram, publicado en febrero. Se trata de un disco en el que los suizos han destapadado su vertiente más psicodélica, y casi podríamos decir humana, después de prácticamente una década de silencio.
Su debut de 1987 o su tercer álbum T.V. Sky de 1992 rompieron muchas barreras en su momento, llevándoles a ganar la admiración de artistas como David Bowie, The Edge o Mike Patton aunque nunca la del gran público. Si buscas la definición de banda de culto, seguro que les encuentras.
Fuisteis una de las primeras bandas en utilizar samplers y secuenciadores. En ese momento, muchos fans del rock o músicos veían esas máquinas como enemigos. ¿Tuvisteis que luchar contra muchos prejuicios?
FRANZ TREICHLER “Al principio la gente se iba de nuestros conciertos porque no teníamos guitarras. Pero al final hemos conseguido un público que está dispuesto a los experimentos y nuevos enfoques. Hicimos un pacto con las máquinas, teníamos que encontrar una manera de coexistir. Ése era el futuro”.
¿Cómo os ha influenciado la evolución en la tecnología en vuestra manera de hacer música?
“Nosotros nacimos gracias a la tecnología. Cuando salieron los primeros samplers a un precio razonable al mercado, dejé mi guitarra en un rincón, y empecé a escribir música de manera totalmente distinta. Me olvidé de los acordes y las afinaciones, el sonido puro se convirtió en la base de todo. La tecnología ha evolucionado mucho. Sigo pensando que el sampling es genial, pero escribimos con otras herramientas como sintetizadores, ordenadores, plug-ins… cualquier cosa que suene bien. No hay restricciones”.
¿Os sentís en cierta manera reivindicados ahora que la electrónica se ha infiltrado en prácticamente cualquier género?
“Para la mí la revolución electrónica es un poco como lo que ocurrió con la revolución eléctrica. Al principio, la gente la criticó y poco a poco se fue acostumbrando y empezó a usarla. De todos modos, todavía puedes escuchar mucha música por gente que no quiere utilizar instrumentos electrónicos o eléctricos: música folk, étnica, acústica… todo eso existirá para siempre”.
Habéis publicado hace poco un nuevo álbum Data Mirage Tangram, vuestro primer disco en nueve años. ¿Por qué un silencio tan prolongado?
“Nuestro anterior disco, Everybody Kows, fue publicado a finales de 2010. Hicimos una gran gira en la primera mitad de 2011. Tras terminarlo, estábamos agotados y decidimos tomarnos un descanso. Al se fue a la India durante 6 meses para aprender a tocar el sitar y cuando volvió tenía otros planes que seguir con Young Gods. Nos llevó bastante tiempo decidir qué hacer después de la salida de Al. Giramos con los dos primeros discos con Cesare en 2012 y 2014, pero también le costó decidirse si quería volver al grupo de manera definitiva. Así que no fue hasta 2015 que decidimos escribir nueva música y abrir un nuevo camino. Data Mirage Tangram es el resultado de quiénes somos ahora, nosotros tres, con nuestros diferentes gustos musicales mezclados”.
Desde luego, el nuevo disco muestra nuevos sonidos y es más ecléctico. ¿Lo enfocasteis casi como fuera vuestro primer disco?
“No. Hicimos el disco de una manera colectiva desde el principio.
Cada uno aportó ideas, en cambio en el primer disco yo fui el compositor principal”.
¿Qué os llevó a esta mayor colaboración?
“Un pequeño club, The Hundred Blue Bottle Club, nos pidió hacer una residencia de 10 días durante el Cully Jazz Festival en Suiza, en un apartado dedicado a la música experimental y la psicodelia. Tocamos ahí cinco noches, 3 sets por noche, haciendo improvisaciones con nueva música ante unas 80 personas por noche. Teníamos muchos instrumentos en el escenario y probamos nuevas ideas. Acumulamos mucho material y durante las semanas siguientes lo escuchamos y fuimos eligiendo las mejores partes”.
David Bowie era fan vuestro. ¿Llegasteis a conocerle?
“Por lo que he leído, David Bowie dijo que se inspiró en nosotros para su disco Outside, no tanto que fuera fan nuestro. Pero yo sí era un gran fan suyo. El primer single que me compré de niño fue ‘Jean Genie’. Por desgracia, nunca llegué a conocerle”.
En unos días estaréis por aquí. ¿Os resulta complicado llevar algunas de las canciones al directo?
“En los conciertos vamos en formato power trio. Para mí el mayor desafío es volver a tocar la guitarra. Este disco es mucho más psicodélico y el concierto es como un sueño de una hora”.
¿Tienes algún recuerdo especial de anteriores visitas a España?
“Una vez en Madrid, nuestro encargado de prensa nos llevó a un club de flamenco muy auténtico. Sólo había verdaderos aficionados y todo se conocían. Me quedé impresionado”.
¿Y te impresiona que The Young Gods todavía sigáis en activo?
“Desde luego. Cuando empecé el grupo nunca pensé en que seguiríamos adelante después de 34 años. No sé si es una sorpresa, pero desde luego es algo que me hace muy feliz y me maravilla”.
MARC LÓPEZ