Como reflejamos en nuestra lista de Mejores Discos del Año, Umbilical de Thou fue uno de los mejores trabajos que nos dejó 2024. Así que no quisimos pasar la oportunidad de charlar con su vocalista Bryan Funck para descubrir cómo se vive desde el interior de la bestia. Y resulta que no es tan fiera como la pintan.

A lo largo de sus dos décadas de carrera, Thou se han convertido en uno de los nombres más reconocidos de la escena sludge del sur de Estados Unidos. Si bien son otro eslabón en la cadena que conecta a Eyehategod, Crowbar o Acid Bath, su espíritu artístico les ha llevado a no limitarse a fabricar esos riffs pesados y arrastrados que caracterizan el estilo, sino que no se han cortado a la hora de experimentar acercándose al noise, el grunge o a sonidos acústicos haciéndoles tener un alcance mayor del que sería su público natural.

Prueba de ello son los discos colaborativos que en la última década han grabado con artistas como The Body, Emma Ruth Rundle o Mizmor, su ristra de versiones que alcanzan desde Neil Young a Yeah Yeah Yeahs o las fabulosas de Nirvana que compilaron en el disco Blessings of the Highest Order en 2020.

Pero pese al reconocimiento general (Pitchfork eligió su cuarto álbum Heathen como el mejor disco de metal en 2014), tanto los miembros más veteranos Bryan Funck (voz), Andy Gibbs (guitarra), Mathhew Thudium (guitarra), Mitch Wells (bajo), como los más nuevos, Tyler Coburn (batería) y KC Stafford (guitarra/bajo) que se incorporaron en 2018, distan mucho de haber sacado el rédito monetario de unos Mastodon o Baroness. Sin ir más lejos, Funck nos atiende vía Zoom desde el mostrador de la tienda de discos que regenta en Nueva Orleans, Sisters In Christ.

¿Así que este es tu lugar de trabajo?
BRYAN FUNCK «Sí, tengo una tienda de discos en Nueva Orleans”.

¿Es una tienda especializada en música extrema o tenéis de todo tipo?
“Tenemos punk, hardcore, indie, underground, experimental y todo lo que hay en medio”.

Muy bien. Bueno, quería felicitarte por el último álbum de Thou. Obviamente no es música hecha para todo el mundo, algunos podrían decir que incluso es desagradable. ¿Por qué crees que hay gente que todavía se siente atraída por este tipo de música?
«¿Por qué creo que a la gente todavía le atrae? No lo sé. He estado escuchando punk y hardcore desde que era adolescente. No puedo hablar por los demás. Siempre estoy buscando cosas nuevas, algo que no haya escuchado, algo interesante, algo que me haga sentir lo mismo que cuando empecé a escuchar música. Eso me lleva por muchos géneros y estilos. A veces me cuesta entender a las personas que no quieren escuchar cosas diferentes o raras, cosas que no son canciones pensadas para sonar en la radio. Nunca lo he entendido. Cuando se trata de arte, la idea de quedarse solo en un género me resulta absurdo”.

¿Recuerdas a qué edad pasaste de escuchar rock o pop más mainstream, o lo que escucharas, de niño a algo diferente?
«Probablemente tenía 10 u 11 años y empecé escuchando a Weird Al Yankovic. Luego, a los 12 o 13, escuché a Nirvana y fue mi puerta de entrada a la música alternativa. A pesar de que era muy popular, el grunge alternativo no sonaba como el pop azucarado que era común en los 80. Tengo 44 años así que crecí con ese pop y, aunque ahora me gusta mucho, en ese momento no me atrapaba de la misma manera que las bandas alternativas. Estética y políticamente, esas bandas tenían mucho contenido. Eso fue lo que me enganchó. Desde ahí, el grunge me llevó directamente al punk y al hardcore”.

¿Y cuándo sentiste la necesidad o el impulso no solo de escuchar música, sino de hacerla?
«Intenté aprender a tocar el bajo cuando tenía unos 16 o 17 años, pero no me salió bien. Creo que no tenía la disciplina. Pero en algún momento algunos amigos me pidieron que cantara en sus bandas porque sabían que me gustaba el hardcore, y eso abrió otra puerta… hasta ahora”.

¿Cómo sonaba tu primera banda seria?
«Queríamos hacer algo grindcore, pero acabó siendo más hardcore. Se llamaba Chopsley. Luego estuve en una banda punk llamada Eat A Bag Of Dicks, que era puro caos. Después, estuve en otra llamada Dear Diary I Seem To Be Dead, más post hardcore, screamo. Luego ya me uní a Thou, aunque he tenido otras bandas. Ahora tengo una que se llama The World Is A Vampire”.

¿Grabaste algo con esas bandas primerizas?
«Sí, todas tienen grabaciones, con diferentes niveles de calidad. El material de Dear Diary es bueno. El de Chopsley no tanto, pero tiene un tono de guitarra que todavía adoro. James Whiten que es con quien grabamos todo lo de Thou ya grabó la maqueta de Chopsley. No recuerdo si lo hicimos en un cuatro o un ocho pistas. Me encantaría estar una banda hardcore como esa. Pero sí, todas esas bandas tienen grabaciones, aunque no todas se publicaron”.

¿Notas mucha diferencia en la dinámica de las distintas bandas en las que has estado, o al final siempre es lo mismo aunque sea con personas diferentes?
«(Risas) Son totalmente diferentes. Siempre he estado en bandas con amigos, pero cada una tiene su propia dinámica. Por ejemplo, The World Is A Vampire es más relajada, sin presiones. Es todo lo opuesto a Thou, no hay presión, solo queremos divertirnos. En cambio, Thou está muy orientada a objetivos, con plazos y ambiciones. Es diferente. Thou probablemente sea la única banda en la que entré sin conocer bien a los demás miembros. Conocía a Andy un poco por sus otras bandas, pero éramos más conocidos que amigos. Al resto de los chicos ni siquiera los había conocido antes. Fue la primera banda así para mí. Pero, sinceramente, tuve suerte, porque siento que todos nos llevamos bien y estamos en la misma sintonía”.

Estoy sorprendido de que digas que Thou es una banda orientada a objetivos, porque para mí suena como si hicierais lo que os da la gana. ¿O te refieres a metas artísticas más que comerciales?
«Oh, sí, sí. Nuestras metas son artísticas. Tenemos una idea de lo que queremos hacer, establecemos unos plazos o algo así, y empezamos a trabajar en ello. Pero no nos importa la fama o el dinero. Otras bandas tendrán diferentes ideas de lo que es el éxito, pero eso nunca ha sido algo que nos preocupe. Pero a nivel logístico Thou es algo más complicado de poner en marcha por las agendas de cada uno. Pero desde luego no hay ninguna razón comercial que nos mueva”.

Hablando de Umbilical, ¿cuáles eran los objetivos que os marcasteis?
«Queríamos escribir algo que estuviera más en la línea de nuestras canciones de tempo medio. Básicamente, queríamos tener más material con el que jugar en directo. Tenemos diferentes sets que hacemos dependiendo del concierto, del estado de ánimo en el que estamos o de lo que sea. A veces nos inclinamos hacia lo lento, otras hacia lo atmosférico o lo épico. Otras veces tenemos lo que llamamos el ‘set cabezón’, que son canciones más rockeras y directas. Pero dentro de nuestro catálogo tenemos una cantidad limitada de ese tipo de canciones, y aún más limitada cuando se trata de lo que los cinco de nosotros podemos recordar y tocar bien en un momento dado. Así que queríamos tener más canciones de ese estilo para añadir al repertorio, y pensamos que sería un ejercicio interesante ver si podíamos escribir más material de ese tipo. Aunque, al final, siento que con este disco nos alejamos bastante de esa idea. Hay un puñado de canciones que son más lentas”.

¿Os resulta difícil escribir canciones simples y directas?
«Sí, los chicos tienen problemas para escribir una canción realmente simple. No es que estemos haciendo algo súper complejo, pero las cosas que quieren tocar tienen que ser interesantes para ellos. A veces les cuesta reducir las cosas y escribir partes por pura diversión o simplemente porque suenan bien. Tienen que cumplir ciertos criterios creativos o intelectuales para que sea interesante para ellos tocarlo. No nos gusta repetirnos. Podríamos haber escrito otro Heathen o Magus, pero ¿para qué? Ya tenemos esos discos. ¿Por qué necesitaríamos escribir algo así otra vez?».

«Tengo claro que no queremos convertirnos en una banda que saca álbumes mediocres por el simple hecho de seguir en activo. Por eso tratamos de rebasar los límites con cada disco» BRYAN FUNCK

Entre discos habéis hecho proyectos como las colaboraciones con Emma Ruth Rundle, el álbum de Nirvana o el trabajo con Mizmor. ¿Es por manteneros frescos, al tanto de lo que ocurre a vuestro alrededor, o simplemente las ganas de hacer cosas nuevas?
«Sí, creo que es un poco de ambas cosas. Pero no diría que estamos constantemente mirando a nuestro alrededor para ver qué está sucediendo. Quizás en un sentido muy vago dentro de nuestro círculo de bandas cercanas. Por ejemplo, The Body ha sido una gran influencia para nosotros, especialmente en cómo gestionan su banda. Hacen muchas colaboraciones y tienen un enfoque experimental. Full Of Hell es otra banda con la que somos amigos y tienen una idea similar. Uniform probablemente sea otra. En nuestro caso, la idea de abrirnos más a la experimentación y colaborar más es lo que probablemente nos ha influido más. No es tanto el sonido de esas bandas, sino la forma en la que hacen las cosas».

¿Cómo surgió la colaboración con Emma Ruth Rundle?
«Fue algo que salió de manera muy orgánica. En algún momento estábamos trabajando en un disco acústico, y hablamos sobre la posibilidad de hacer otro. Emma era alguien con quien queríamos colaborar porque nos encantaba su música, y pensamos que podría ser una gran idea. También nos gustaba la idea de hacer una gira con ella, así que la colaboración realmente comenzó como una excusa para convencerla de que girara con nosotros. Luego, con Liam (Mizmor), fue diferente. Estábamos hablando de trabajar juntos durante la pandemia, cuando todos estábamos ansiosos por volver a hacer algo. Umbilical fue el primer proyecto en el que empezamos a trabajar durante ese tiempo, pero luego apareció la banda sonora de Norco, y dijimos que sí. Después, Liam trajo algunas canciones acústicas que había estado escribiendo y que no estaba seguro de usar con Mizmor, así que propuso hacer algo juntos. Fue algo que surgió de manera orgánica y todo el mundo se entusiasmó con la idea.»

¿Entonces no perseguís activamente estas colaboraciones?
«No, no es algo que planeemos mucho. Incluso el proyecto de Nirvana que mencionas: ese disco es solo una colección de versiones que hemos hecho durante los últimos 15 años. No nos sentamos a aprender un montón de canciones de Nirvana y luego las grabamos todas de una vez. Es algo que ocurrió a lo largo del tiempo, y decidimos ponerlas todas en un solo álbum porque muchos de esos discos ya no estaban disponibles. Con Thou, creo que hay una falsa ilusión, como si siempre tuviéramos un plan maestro detrás de todo, pero en realidad no es así. Todo sucede en largos períodos de tiempo, Umbilical lo empezamos en 2019, por ejemplo. Mucho de lo que hacemos parece más organizado de lo que realmente es».

«No quiero hacer sangre, pero no me gusta tocar frente a un público inmóvil. Es incómodo. Lo odio» BRYAN FUNCK

¿Te gustaría que Thou fuera una banda más orientada al estudio que al directo? Entiendo que salir de gira no es lo más estimulante a nivel creativo.
«Para algunos de nosotros, se está volviendo un poco así, pero más por cuestiones prácticas. Estamos envejeciendo, y todos tenemos otras cosas en nuestras vidas. En términos de giras, todavía nos encanta tocar en vivo, pero nunca hemos sido una banda que gire nueve meses al año. Hacemos bastantes giras, pero siempre en pequeños bloques espaciados en el tiempo. Incluso con eso, las giras pueden ser divertidas o tediosas dependiendo del público. Viajar y los gastos pueden ser difíciles de gestionar, especialmente porque la mayoría de nosotros no tiene ingresos altos. No ganamos suficiente con las giras como para justificar hacerlas diez veces al año. Pero tal vez mi percepción sería diferente si nuestro público fuera un poco más entusiasta».

¿No te gusta el público que tenéis?
«No quiero hacer sangre, pero no me gusta tocar frente a un público inmóvil. Es incómodo. Lo odio. Cuando tocamos al principio, durante la era de Tyrant, nuestros fans eran mucho más salvajes. Y eso que tocábamos la misma música lenta y aburrida (risas), pero los shows eran caóticos. Ahora siento que hay una percepción de que nuestra música es demasiado seria, y eso puede hacer que la gente esté más contenida. Honestamente, preferiría un público más activo, aunque entiendo que depende del contexto y la música. No soy alguien que se vaya a poner a bailar ni nada de eso».

¿Y no crees que quizá la gente se siente un poco intimidada por vuestra música? Quizá es una cuestión más de miedo o respeto que de indiferencia…
«Tienen que superarlo. Diles que el Papa Ian MacKaye y el Obispo Brian Funck dicen que puedes divertirte y disfrutarlo. Está bien. No pasa nada (risas)«.

De todos modos, en tus canciones parece que viertes todo lo que tienes dentro de ti. ¿Es fácil para ti acceder a ese lugar emocional y expresarlo, o te lleva un tiempo sentirte cómodo en el estudio?
«No, grabar en el estudio es realmente fácil para mí. Seguimos grabando con James Whiten. He sido amigo de ese tipo desde que tenía como 15 años. Es fácil. Normalmente, cuando estoy grabando las voces, ni siquiera entro en la sala de grabación. Estoy en la sala de control con él, sentado frente al equipo, y simplemente tengo un micrófono. Para cuando llegamos al estudio, por lo general ya tenemos todo bastante bien definido. Depende del disco, pero en general, trabajamos mucho las cosas en el local de ensayo. Muchas veces también tocamos el material en vivo durante bastante tiempo para ajustar algunos detalles, y luego volvemos a ajustarlo en el local. Así que, para cuando llegamos al estudio, todo el mundo sabe lo que está haciendo y cómo se siente respecto al material. Para mí, lo más difícil son las letras. Escribir algo que crea que es bueno y que dice lo que quiero expresar. Normalmente hay una idea clara de lo que trata el disco, al menos internamente. Así que intento construir canciones que encajen con ese tema general y con la visión más amplia del disco».

¿Consideras que tus canciones son catárticas o terapéuticas? Son adjetivos que la gente usa para describirlas.
«No estoy seguro de que ‘catártico’ sea la palabra adecuada. Para mí, es más una cuestión de expresión. Quiero que las canciones tengan significados múltiples, tanto para el público como para mí. No quiero escribir cosas literales, quiero que sean poliédricas. Mis pensamientos y sentimientos sobre un tema pueden cambiar con el tiempo, y necesito que las canciones sigan conectando conmigo a lo largo de los años. Que puedan significar otra cosa si siento otra cosa en el momento de cantarlas. Por eso escribo de una manera que no es literal.»

¿Dirías que la música de Thou o tus letras no son tan oscuras como la gente piensa?
«Bueno, ¿a qué te refieres con oscuro?».

Me refiero a la imagen de la banda, la percepción que se tiene de Thou es de una banda realmente oscura, y que todo proviene de un lugar de dolor, sufrimiento y rabia.
«Entiendo lo que dices. Lo de la rabia, sí, porque estoy gritando y hay guitarras distorsionadas. Entiendo la reacción de una persona que no está familiarizada con esto y lo asocia a la rabia».

Por eso digo que quizás sea por el sonido y la estética, más que por lo que realmente queréis transmitir.
«Sí, entiendo que las personas que no están acostumbradas a este tipo de música puedan hacer esa asociación. Pero para mí, que estoy inmerso en la música hardcore, específicamente el hardcore de mediados y finales de los 90, que básicamente es metal con comentarios sociopolíticos, tiene más sutileza, más matices. Así que no asocio la música de Thou con rabia o agresión, ni con una romantización del dolor y el sufrimiento. Pero sí pienso en nuestra música como música triste, música melancólica. Este disco trata sobre la frustración y la decepción ¿Pero la rabia? No sé. Esa hiper agresividad no es el lugar del que escribo nuestras canciones, y no es algo que asocie con nuestro estilo necesariamente. Entiendo el impulso de la gente de poner esa etiqueta a nuestra música, pero quizá porque estoy tan cerca de ella, simplemente no es lo que escucho en ella. Para mí, es más parecido a lo que siento escuchando a Soundgarden o Alice in Chains. Hay una melancolía en ello. Es oscuro, pero es una oscuridad triste. Probablemente Magus fue lo más cercano que hemos estado, en mi opinión, a un disco ‘chungo’ o violento. Y ni siquiera lo veo así. Lo veo más como un sonido inquietante y perturbador».

Ya, supongo que con Nirvana mucha gente también confundía el dolor con la rabia. Supongo que es complicado cuando lidias con muchas emociones que hierven dentro de ti, intentar definir exactamente qué son y cómo puedes liberarlas de una manera que se entienda.
«Sí, tienes razón. Y no estoy diciendo que no esté enfadado por muchas cosas. Simplemente, es que no lo asocio personalmente con eso. Lo más cercano sería una especie de frustración. No lo sé, la rabia no es lo primero que me viene a la mente. Pero no lo sé, igual si me haces la misma pregunta mañana, podría darte una respuesta completamente diferente».

Hablando de frustraciones, ¿qué es lo más frustrante para ti al tratar con el resto de la banda? ¿Sientes que a veces no te entienden?
«¿Me vas a meter en problemas con esta, eh? (Risas) No sé. En cualquier relación siempre hay problemas de comunicación. A veces siento que no se me escucha o que no se reconoce el esfuerzo que hago por el grupo”.

Es gracioso porque desde fuera muchas veces parece como si el cantante fuera el líder y el que lo dirige todo, pero a menudo son completamente ignorados. Como cuando estás ensayando y todos están tocando y haciendo ruido, y si quieres decir algo, es como si nadie te escuchara. O quieres hablar sobre una letra y a nadie le importa.
«Sí, no diría que el problema viene por la composición de canciones. Es más bien los aspectos logísticos. Pero ya lo he aceptado. Sé que hay ciertas cosas que no voy a poder cambiar sobre cómo una persona o la otra reacciona a algo o cómo gestionan ciertas situaciones. Tengo que ajustar cómo lo abordo yo. Por ejemplo, solía organizar todas nuestras giras desde que me uní hasta el COVID. Y claro, organizas una gira, y durante ellas inevitablemente hay cosas de las que quejarse: un trayecto largo, un lugar donde te quedaste a dormir que no te gustó, lo que sea. Y aunque esas quejas no están dirigidas a mí como persona, a veces es difícil no tomártelo de manera personal, porque fuiste tú quien hizo todo el trabajo, y ellos no hicieron nada. Por suerte, ahora tenemos una persona que se ocupa de todo eso”.

Y eres tú el que se queja…
“Bueno, intento no quejarme. Además, el tipo no viaja con nosotros, así que no sirve de nada (risas)”.

¿Cómo de importante es la geografía para Thou? Desde fuera, hay cierta mitología sobre la escena de Nueva Orleans y Luisiana. ¿Crees que el lugar de donde venís influye en vuestra música o no tiene nada que ver?
«Sí, creo que nos influencia muchísimo, pero no de la forma en que la gente lo percibe. No es porque vivamos cerca de los pantanos o porque nos juntemos con bandas como Crowbar. La verdadera influencia viene de la cultura de Nueva Orleans: la actitud relajada, la amabilidad, esa especie de espíritu comunitario punk que incluso se cruza con la forma en que la gente común interactúa entre sí. Eso tiene un impacto mucho más grande que cualquier influencia de Black Sabbath o Crowbar, aunque esas bandas han influido en nosotros porque las hemos escuchado desde que éramos niños. Pero ¿nos han influido más que Nirvana o Pearl Jam? No lo creo. Antes de que yo me uniera a la banda, estaban más influenciados por Pelican o Sunn O))) que por Soilent Green, por ejemplo”.

¿Y sobre la idea de que todas las bandas de Nueva Orleans son como una gran familia?
«No sé. Somos amigos de los tíos de Eyehategod porque nosotros venimos más del lado punk de las cosas: shows en casas, espacios DIY, todo eso. Ellos tienen un trasfondo similar, menos orientado al metal de clubes y más como una banda hardcore”.

¿Cómo ves el futuro de Thou?
«No sé. Tengo claro que no queremos convertirnos en una banda que saca álbumes mediocres por el simple hecho de seguir en activo. Por eso tratamos de rebasar los límites con cada disco. Queremos seguir desafiándonos a nosotros mismos y a nuestro público. Me da miedo que pasemos nuestra fecha de caducidad y convertirnos en una versión floja de lo que alguna vez fuimos. Parte del ímpetu con este disco fue hacer algo realmente crudo, jodido y pesado, porque nuestro impulso, a medida que envejecemos, no es suavizarnos, sino ir en la dirección opuesta y hacerlo más difícil de escuchar. Perdona, pero tengo que dejarte, me toca abrir la tienda (risas)”.

Tranquilo, ha sido un placer.

“Lo mismo digo”.

JORDI MEYA