Al igual que muchas de las grandes producciones cinematográficas, Viven han apostado por una precuela para dar continuidad a un fantástico primer trabajo como lo fue El Solitario. La única diferencia respecto a la mayoría de la películas de Hollywood es que su segundo trabajo sí está a la altura de lo esperado.

A raíz de la separación de su anterior grupo,The Black Rose Road, Rubén (voz y guitarra) y Eloi Martínez (batería), ambos hermanos, pusieron en marcha Viven. Un proyecto que, junto a las incorporaciones de Juli Ferré a la guitarra y Carlos Aranda al bajo, sorprendió a propios y extraños en 2014 con un primer intento tan original como lo fue El Solitario. Aquella obra suponía todo un viaje a golpe de rock alternativo y stoner donde se narraba la historia de un indio nativo americano vagando por el desierto en busca de venganza contra aquéllos que habían destruido su poblado. A la potente base musical se unían instrumentos como el banjo, el dobro, teclados o trompetas, formando un discurso perfectamente articulado y casi inusual para tratarse de un debut.

Tras foguearse en una intensa gira durante los siguientes cuatro años donde llegaron a compartir escenario con Minor Empires, Graveyard o Triggerfinger, Viven regresan en 2018 con un nuevo plástico en el que una vez más ponen sobre la mesa toda su ambición. Las Tripas Y El Lodo (coeditado entre varias casas discográficas como The Braves, Pundonor, Radix y Godbox) no sólo mejora lo mostrado anteriormente, sino que añade nuevos recursos como el paso al castellano, dotándoles de una mayor épica en la narrativa. Y es que este segundo trabajo, supervisado por el omnipresente Santi Garcia, nos cuenta la historia previa a El Solitario. Un salto atrás en el tiempo y, de la misma manera, un paso adelante que Rubén y Carlos tuvieron a bien de comentarnos.

¿Cómo ha sido la grabación de Las Tripas Y El Lodo?
RUBÉN MARTÍNEZ “El Solitario lo grabamos nosotros mismos en el local y pedimos a Santi Garcia que se encargase de la mezcla y a su hermano Víctor del master. Estamos contentos de cómo suena, pero nos quedamos con la espinita de saber cómo sería encarar la grabación completa con ellos. Y así ha sido. El disco se ha grabado con Santi en Ultramarinos Costa Brava salvo las voces, que por una desincronización de calendario las grabamos con Jorge Mur en Ax Studio. Para la mezcla y el master repetimos la fórmula de El Solitario”.

Desde el primer momento se nota que éste es un trabajo completamente diferente al anterior, empezando por el obvio cambio de idioma. ¿A qué se debe?
RUBÉN “Cantar en castellano era una opción que nunca había descartado y que siempre había mirado con una mezcla de inquietud y recelo. Ya para El Solitario me lo planteé, pero imagino que en ese momento no fui lo suficientemente valiente. Dar el paso a cantar en la lengua en la que todos tus conocidos van a poder opinar asusta y te hace exponerte mucho más. Después de 15 años acomodado en el inglés he de reconocer que da vértigo. Pese a lo ya dicho, la decisión la tomamos con bastante naturalidad. Ya teníamos compuestas cuatro letras en inglés y nos pusimos como objetivo adaptar una y probarla en el local para ver qué sensaciones nos daba y contrariamente a lo esperado, nos flipó. Yo personalmente me sentí súper cómodo cantando ‘Coronas De Laurel’. La suerte estaba echada”.
CARLOS ARANDA “La verdad es que a mucha gente cercana a nosotros la idea les impactó, pero en cuanto pudieron escuchar alguna cosa nos dieron la razón, y eso nos dio mucha seguridad”.

Pregunta para Rubén: a la hora de encarar las melodías del álbum, ¿el pasar al castellano te ha hecho cambiar algo la manera de cantar? Yo noto que aquí hay un estilo más heavy o épico, por así decirlo. No sé si me explico…
RUBÉN “El castellano tiene para mí algunos factores de complejidad añadidos al inglés. Es un idioma mucho más percutivo, las consonantes son más explosivas y te marcan la métrica de los versos. Además, la longitud de las palabras es mucho mayor en promedio. En inglés suele ser bastante sencillo rellenar un verso con un monosílabo que queda magnífico. En castellano, jódete y reescribe el verso. Este hecho a su vez conlleva que tengas que preocuparte por la sílaba tónica de la palabra. Odio cuando, por meter una palabra en un verso, el cantante se ve obligado a cambiar la tónica de ésta. Es cutre y feo. Respecto a lo que comentas sobre el estilo, tengo que decir que discrepo. No creo que sea más heavy. Desde mi punto de vista creo que tienen un aire bastante más pop que las de El Solitario, pero puede que eso les dé un punto épico nuevo. No sé… Me flipan ABBA. Además, cuando estuvimos trabajando las voces en preproducción, una de las premisas es que no sonasen demasiado rotas salvo en momentos concretos. Creo que de algún modo se ha conseguido”.

«Una banda es en cada momento la suma del crecimiento de sus miembros. Todo influye».

Otro aspecto que se nota es que Las Tripas Y El Lodo es un álbum más libre de etiquetas en comparación con El Solitario, aunque habéis conservado algunos recursos como eran los arreglos acústicos. ¿Esta vez queríais alejaros del estar encasillados dentro del stoner?
RUBÉN “Una banda es en cada momento la suma del crecimiento de sus miembros. Todo influye. Compartir escenario con otras bandas, formar otros proyectos musicales, colaborar en proyectos de amigos, cambiar de trabajo, pareja, amigos… ¿Cómo puede una banda querer sonar igual durante años? ¡Qué aburrimiento, por Dios! No ha habido ninguna decisión en cuanto al tipo de disco que queríamos hacer. Cuando compusimos El Solitario partíamos de unos temas que mi hermano y yo habíamos compuesto en casa, incluso con ideas que habíamos hecho para The Black Rose Road. Para Las Tripas Y El Lodo todo nace del local, con Juli y Carlos aportando desde el principio y haciendo que los temas evolucionen en la cabeza y el estómago de toda la banda. Eso aporta a los temas nuevos colores tanto en estructura como sonoridad”.
CARLOSEl Solitario se compuso sin pretender sonar de una u otra forma, y este disco se ha compuesto de la misma manera. Lo que ha cambiado de uno a otro tal vez sea el contexto. Cuando se empezó a gestar El Solitario se hizo con guitarras acústicas, en un ambiente más íntimo. Las Tripas Y El Lodo en cambio se ha construido en el local de ensayo, en un ambiente más ruidoso, en un esfuerzo más colectivo y con alguna cerveza que otra (risas)”.

Escuchando con atención, he detectado la voz de Kantz de Tenpel, De La Cuna A La Tumba y Delobos en el tema ‘Debes Mandar’. ¿Cómo surgió esta colaboración? ¿Hay alguna intervención más en otras canciones del disco?
RUBÉN “Tengo que confesar que no lo conocía hasta hace un par de años, cuando Carlos me pasó el primero trabajo de De La Cuna A La Tumba. No sé dónde he estado todos estos años y por qué tenía la cabeza metida en el culo, pero es así. El disco me flipó y Carlos, que ya seguía a Kantz desde Coilbox y Tenpel, le envió El Solitario y algo de merchandising en plan ‘queremos ser tus amigos’. Habíamos hablado entre nosotros que sería guay tener alguna colaboración en el disco, y Víctor de Ànteros me puso en contacto con Kantz y la cosa salió fácil. A él le gusta participar de manera activa en la composición para colaborar y yo tenía una parte de ‘Debes Mandar’ donde mi mente estaba en blanco, así que le pasé el marrón y me devolvió esa maravilla, de la que al final salió hasta el nombre del tema. Un honor. En ‘Alabarda’ colabora Adam Vives de Soul Aside y Madee echándonos un cable con las segundas voces. Con Soul Aside hicimos un mini tour de dos fechas por Euskadi en 2016 y surgió el amor entre las dos bandas. Desde entonces hemos hecho varias fechas más juntos y solemos vernos a menudo, de manera que la colaboración de Adam era algo que inevitablemente no podía faltar”.

El Solitario tenía como hilo conductor la historia de un indio americano que vagaba a través del desierto en busca de venganza. ¿Es Las Tripas Y El Lodo otro disco conceptual? Y en caso afirmativo, ¿de qué trata?
RUBÉN “Correcto. Las Tripas Y El Lodo es otro disco conceptual que narra la historia previa a El Solitario. Es una precuela. Los conceptos en los que navega la historia son la ambición, la codicia, la ira y el ansia de poder. Planteamos los pensamientos de un personaje únicamente movido por su ascenso y enriquecimiento personal. Tras conseguir llegar a lo más alto, envejece junto a sus demonios y acabará siendo devorado por otros que son quien él mismo fuera en algún momento. En El Solitario hablábamos de un personaje al que el hombre blanco arrebataba todo lo que tenía y lo obliga a deambular por un infierno en vida. Con Las Tripas Y El Lodo se da la vuelta al concepto. Cada uno nos creamos nuestros infiernos y hemos de vivir con ellos. También hay un mensaje entre líneas de crítica al nuevo mundo que vivimos, a la velocidad, a la divinización corporativa y la falta de criterio y contemplación personal”.
CARLOS “Usando también una historia hemos querido dar nuestro punto de vista sobre una vida que nos ha tocado vivir y con la que no estamos conformes. A fin de cuentas, todo lo que le pasa al protagonista del disco son procesos en los que nos hemos visto involucrados. Y en un mundo en el que el objetivo de los individuos es acaparar poder y dinero cueste lo que cueste, el desenlace sólo puede ser trágico”.

GONZALO PUEBLA

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