Solo, pero muy bien acompañado. Así podríamos definir cómo está desarrollando Xavier Calvet su carrera en solitario. Hace año y medio debutaba con Firebird y ahora prolonga las buenas sensaciones de aquél en Crosswinds arropado por una brisa de buenas canciones.

Creo no equivocarme si digo que Xavier Calvet es el primer sorprendido con cómo de bien le fueron las cosas desde que publicara su primer disco Firebird en octubre de 2017. A pesar de que el ingrato recuerdo del fallecimiento de su compañero en Bullitt, Ferran Bonet, todavía estaba fresco, Xavier volvió a ilusionarse presentando su disco en los escenarios, donde las canciones crecían y crecían gracias a las aportaciones de una banda formada por músicos tan buenos como Vidal Soler, Guillem Caballero, Marc Clos o los hermanos Santi y Víctor Garcia. Hasta logró que Jack Johnson le invitara a cantar con él durante su actuación el Festival de la Porta Ferrada (podéis ver el vídeo más abajo). Como era de esperar, nuevas canciones empezaron a salir, y el de Sant Feliu no ha tardado en embotellarlas en un nuevo álbum, Crosswinds (BCore/TBC), en el que sigue esa senda abierta entre las melodías pop y un sonido americano inspirado en Ryan Adams o The War On Drugs. Una excusa perfecta para volver a charlar con él.

No has tardado demasiado en editar un segundo álbum… ¿Querías afianzar esta aventura en solitario?
“La idea de publicar un segundo disco la tenía clara desde que saqué el primero. Me daba un poco de miedo que la gente lo viera como un proyecto paralelo o como algo para entretenerme al margen de Bullitt, pero en realidad lo que estaba pasando es que Bullitt se estaba acabando y tendría que tirar por aquí. Bueno, Bullitt se acabó el día que Ferran murió. Intentamos hacer de tripas corazón y tocar el disco que grabamos con él, y hacer el concierto de versiones de Bad Religion porque era una manera de hacerle un homenaje, pero con el tiempo Carlos, Enric y yo vimos que se nos hacía muy difícil seguir sin una figura tan importante como la de Ferran. No es que nos hayamos separado, porque igual tocaremos si surge algo especial, pero volver a hacer discos y girar sin Ferran, no lo haremos. Y seguro que algún día nos apetece volver a tocar juntos, pero no será bajo el paraguas de Bullitt, sino con una historia nueva. Así que respondiendo a tu pregunta, yo tenía el chip de sacar mi primer disco, girar y enseguida hacer otro. Una de las cosas que he descubierto es que hacer las cosas tú solo es mucho más difícil que hacerlo dentro de una banda, y por ejemplo, con el tema de la pasta, tienes que afrontar todos los gastos. Así que también estaba ese factor a tener en cuenta”.

¿Te planteaste Crosswinds como una continuación de Firebird?
“Quería hacer una continuación, pero que no fuera una segunda parte de Firebird. Quería coger los temas y darles un horizonte que apuntara hacia dónde queremos ir, afianzando el sonido de la banda. Teniendo la suerte de estar rodeado de estos músicos, quería sacarles jugo. El primero era más un disco de banda-autor, y éste es más de banda”.

¿Se alargó más la gira de Firebird de lo que esperabas?
“La verdad es que sí. Tampoco tenía ningún horizonte fijado. Más bien lo hice por necesidad. Después del duelo que supuso la muerte de Ferran, volví a tener el gusanillo de hacer algo. Santi (Garcia) me animó mucho y luego tuve la suerte de conseguir a estos músicos. Cuando terminamos los conciertos de Bullitt, ya me pude dedicar a esto al 100%, compaginándolo con Jamie 4 President. No sabía dónde me llevaría todo esto, pero se me han abierto muchas puertas y me he situado en un plano musical donde nunca llegamos con Bullitt. Lo que hago ahora, más pop folk, puede llegar a más gente que una banda de punk rock”.

¿Con Jamie 4 President habéis grabado algo nuevo ya?
“Tenemos las demos preparadas y grabaremos el disco a finales de abril. Supongo que saldrá en otoño. Nos hace mucha ilusión porque será el primer álbum que Borja y yo podremos grabar juntos con ellos. Jamie ha hecho canciones muy chulas. Para mí ha supuesto un aire fresco también porque está más cerca de lo que hacía con Bullitt”.

¿En Crosswinds son todo temas nuevos o hay algún descarte de Firebird?
“Hay una, ‘Lost Highway’, que quería grabar entonces y no lo hice. Durante el año y medio de gira la tocaba yo solo en un interludio acústico que hacía. La toqué tanto que todos le cogieron cariño y Guille y Vidal me animaron a grabarla. Si la escuchas, quizá sí encajaría mejor dentro de Firebird, pero todo el resto surgió después de que terminara ese disco. Bueno, ‘Fading In The Open’ es una idea que en su día mostré a Bullitt y nunca le acabamos de dar forma. Y Carlos me dijo que me la guardara para mi disco en solitario. Cuando la escuchó me dijo ‘ves como tenía razón…’ (Risas)”.

El tono general del disco me ha recordado al Sky Full Of Holes de Fountains Of Wayne.
“Es uno de mis discos favoritos de Fountains Of Wayne. No me extraña que haya ecos de ellos porque han sido un grupo referencial para mí. Condensan muchas cosas que me gustan, el gusto por las melodías, las guitarras y los arreglos súper cuidados. Pero también hay grupos como R.E.M., o incluso de cosas de antes. Uno de los motivos por los que soy fan de The War On Drugs es porque soy fan de Dire Straits. Cuando tenía 8, 10 años, me hinché a escuchar sus discos de mi padre en el coche. Así que me hace gracia ver un grupo de ahora que los recupera, al igual que Springsteen, Dylan o Neil Young. A mí la voz de Adam Granduciel a veces me recuerda a Bryan Adams; no a Ryan, a Bryan (risas). Al final tú comienzas un camino con tus colegas haciendo punk rock, y con el tiempo vas sedimentando otras cosas que se te quedan, y cuanto mayor te haces, más amplio es ese espectro y menos te cierras a hacer cosas porque ya no se llevan o porque te dan vergüenza. Una de las cosas buenas de hacerte mayor es que pierdes los prejuicios”.

Como fan de Ryan Adams que eres, ¿cómo has llevado las acusaciones que han surgido contra él últimamente?
“Lo llevo fatal. A pesar de que su culpabilidad no esté probada, sólo leer la noticia hace que se te caiga el mundo encima. Muchas veces llegamos a confundir el artista con la persona y en ese sentido, yo no puedo hacer que me dejen de gustar las canciones de Ryan Adams, aunque el tío sea un cerdo o tenga conductas reprobables. Es muy contradictorio. Ojalá te pudiera decir que pienso que es inocente, pero todo apunta a que esto es sólo la punta del iceberg. Es una lástima”.

Ya te comenté que mi canción favorita era ‘Lovers For All Time’. Y creo que también es la tuya…
“Sí, sí”.

Normalmente los músicos dicen que no se pueden quedar con una sola canción. ¿Qué la hace especial para ti?
“Básicamente es una canción que habla de la relación con mi pareja de los últimos 15 años. Sobre todo de todas las cosas que cuestan dentro de una relación, las cosas en las que te tienes que esforzar, que tienes que entender, tener paciencia… En el fondo hablaba de mi relación, pero es algo muy universal. Es un desafío. Es de las primeras canciones que le enseñé y es una especie de regalo que nos hemos hecho a nosotros mismos para celebrar que seguimos juntos”.

Antes hablabas de la diferencia entre estar en una banda o en solitario. Supongo que la presión es mayor porque aquí todo el chiringuito se aguanta o no por tus canciones. ¿Cómo llevas esa responsabilidad?
(Risas) A nivel de funcionamiento interno mío no ha cambiado tanto. Al final la faena de generar canciones y melodías lo tienes que hacer igual. Lo que más ha cambiado es que he intentado profesionalizarme más, hacerte autónomo, hacerte responsable de los músicos, invertir en bolos que quizá por pasta no cogerías para hacer visible el proyecto… Todos estos temas de gestión son un desgaste y tienes que aprender. Pero tienes que hacerlo o el negocio te devora”.

Puesto a soñar, ¿te gustaría que la banda que tienes ahora llegara a ser tu E Street Band o tus Heartbreakers?
“Para mí ésa es la idea. Sé que solo haría pocas cosas. Me gusta generar canciones, pero lo que más ilusión me hace es poder haber montado mi banda de ensueño. Es una idea muy romántica, pero la tiraré hacia adelante hasta donde pueda. Todos ellos han puesto la máxima predisposición y no se lo podré agradecer lo suficiente”.

JORDI MEYA