Sin haber llegado todavía a la mayoría de edad, los componentes de Ash vieron a mediados de los 90 cómo sus primeros singles entraban en las listas de éxitos. A partir de ahí, su vida nunca volvería a ser la misma. 25 años después hacen balance con un nuevo recopilatorio.

Teenage Wildlife – 25 Years Of Ash es el título del nuevo álbum recopilatorio del trío norirlandés con el que celebran su primer cuarto de siglo como banda. Como ocurre con cualquier carrera que se prolonga durante años, Tim Wheeler (voz, guitarra), Mark Hamilton (bajo) y Rick McMurray (batería) las han visto de todos los colores. Desde saborear las mieles del éxito con discos como 1977 o Free All Angels a caer en el olvido mientras otras bandas ocupaban su puesto. Pero si algo queda escuchando esta irrefutable colección de canciones es que sus hits siguen sonando hoy en día con la misma frescura que entonces.

Además, para aquéllos que no hayan seguido con atención sus pasos es una magnífica oportunidad para redescubrir un montón de temas que están a la altura de sus clásicos más conocidos. Sin ir más lejos, ‘All That I Have Left’ de su último trabajo Islands de 2018 merecería haber tenido una repercusión mucho mayor. Es posible que en el clima actual ya no haya sitio para una banda como Ash en el mainstream, pero mientras ellos sigan tocando, seguro que seremos unos cuantos los que querremos seguir escuchándolos.

La próxima semana deberían haber estado en nuestro país repasando sus grandes éxitos, pero el coronavirus ha dejado, por el momento, en suspenso los cuatro conciertos previstos. Antes de que nada de esto ocurriera, teníamos la oportunidad de repasar con su batería estos 25 años de carrera, aunque con sólo 20 minutos de tiempo, se nos quedaron un montón de asuntos en el tintero.

Vuestro nuevo disco lleva el subtítulo de 25 Years Of Ash, pero en realidad el grupo empezó unos años antes. ¿Tienes una fecha exacta de cuándo nació el combo?
RICK McMURRAY “Fue en junio de 1992; no recuerdo el día, lo siento (risas). Pero los 25 años se refieren a cuando tuvimos nuestra primera canción en el top 40, así que el recopilatorio se hizo tomando esa fecha. En realidad llevamos 28 años como banda, una locura (risas)”.

¿Recuerdas vuestro primer ensayo juntos? ¿Qué tocasteis?
“Conocí a Tim en la escuela, en clase de teatro, haciendo una obra rusa llamada El Suicidio. Yo interpretaba a un detective ruso y Tim a un guitarrista gitano. En el camerino, le vi tocando la guitarra y le pregunté si sabía tocar de verdad. Y me dijo que sí, que iba a reunirse con unos amigos para tocar versiones; me preguntó si yo también tocaba, le dije que la batería, y me invitó a ir a su casa. Así que me llevé mi batería y tocamos algunos temas, no recuerdo cuáles. Luego de unas semanas, volvió a invitarme y estaba con Mark, y me dijo que habían formado un grupo y que necesitaban a un batería. Si no me equivoco el kit del antiguo batería todavía estaba ahí. En apenas unas semanas ya estábamos grabando nuestro primer material”.

¿Desde el principio viste el potencial de Tim como compositor?
“Tim y Mark empezaron el grupo sin apenas saber tocar (risas), pero enseguida empezaron a componer. Así que desde el principio tenían el ansia de hacer canciones, incluso más que de saber tocar bien (risas). A los pocos meses de estar juntos, Tim trajo ‘Jack Names The Planets’, que era mucho más melódica. Parecía una canción de verdad (risas). Bueno, en realidad lo era. Fue nuestro primer lanzamiento y ya llamó la atención. Y poco después escribió ‘Girl From Mars’. Creo que desde el principio Tim tenía ese don para la melodía. Para cualquier banda es genial tener temas que la gente pueda cantar”.

En ese momento el grunge estaba pegando fuerte, pero ya estaban emergiendo grupos como Green Day o Weezer, que eran mucho más melódicos. ¿Crees que salisteis en el momento adecuado?
“Sí. Cuando empezamos todo el mundo ya estaba muy metido en Nirvana, que tenían un estilo mucho más simple. No se trataba de ser un virtuoso o de tocar muchas notas. Al final era hacer canciones pop con guitarras agresivas. Ésa era la base de nuestra música”.

Desde el principio teníais influencias del pop, del rock alternativo, del punk, del metal…
“Sí, los tres escuchábamos de todo, pero quizá Mark es el más punk, le iba mucho el rollo DIY, Tim quizá era el más pop y yo era el más rock. Pero ninguno de los tres estábamos cerrados a un estilo”.

Vuestro debut 1977 salió en 1996 y fue un verdadero pelotazo. ¿Fuiste capaz de asimilar todo lo que os estaba ocurriendo?
“No estábamos preparados para eso. El año anterior tuvimos una cadena de hits con ‘Kung Fu’, ‘Girl From Mars’, ‘Angel Interceptor’ y ‘Goldfinger’, todos ellos antes de que saliese el disco, y la cosa iba a más y más. Hicimos una pequeña gira mundial con el EP Trailer, fuimos a Japón, a Australia, a Estados Unidos, pero ni eso nos preparó. Nuestra reacción inicial cuando el disco fue número 1 en Inglaterra fue la de ‘Oh, ya está, lo hemos conseguido’, pero no pensábamos en lo que iba a conllevar toda la atención mediática y el trabajo que teníamos que hacer. De lo que teníamos ganas era de estar de fiesta 24 horas al día, pero la discográfica y el management querían hacernos trabajar, naturalmente (risas). Nos llevó un tiempo acostumbrarnos a todo eso. Estuvimos dos años de gira y creo que quedó muy bien documentado que al final del ciclo de 1977 estábamos totalmente quemados”.

“Creo que desde el principio Tim tenía ese don para la melodía. Para cualquier banda es genial tener temas que la gente pueda cantar” RICK McMURRAY

Es que erais muy jóvenes, es normal que se os fuera de las manos.
“Ya, pero de todos modos no creo que haya nada que pueda prepararte para eso. Nada es comparable y te jode la cabeza. Igual nos podría haber pasado lo mismo con 25 años”.

¿Cuál es la mayor estupidez que cometisteis en esa época?
“No lo sé. Hicimos lo que pudimos para asimilarlo. Quizá lo más estúpido fue no tomarnos algunos descansos durante esos dos años para recargar baterías, recordarnos por qué habíamos empezado el grupo y componer algo nuevo. Durante ese tiempo nos fue imposible crear nada. Bebíamos toda la noche, hacíamos entrevistas durante el día, viajábamos, tocábamos, no había nada de tiempo para crear. Por eso cuando entramos en el estudio, no teníamos ni un solo tema. Seguramente por eso no funcionó y tuvimos que cancelarlo y tomarnos un tiempo extra para hacerlo”.

En 1997 Charlotte Hatherley se incorporó como guitarrista y os convertisteis en cuarteto durante unos años. ¿Fue su entrada un intento de domesticaros?
“No, no. Más bien fue que estuvimos girando con Weezer durante semanas y vimos las posibilidades que daba tener dos guitarras. Fue interesante. Charlotte era un poco más joven que nosotros, así que pudimos ver a través de sus ojos todo por lo que habíamos pasado, pero con la experiencia ya vivida. También pasamos por un bloqueo creativo, nos sentíamos frustrados, así que fue un momento raro para que entrara alguien nuevo. Pero tiramos adelante (risas)”.

Nu-Clear Sounds
no acabó de funcionar, pero luego en 2001 volvisteis a lo más alto con Free All Angels, un disco con canciones fabulosas, y entrasteis en una etapa mucho más estable. ¿Te sientes orgulloso de que el éxito viniera por vuestras canciones y no por vuestra imagen o asuntos extramusicales?
“Desde luego. Habíamos vivido el éxito con 1977 y el fracaso con Nu-Clear Sounds, y en ese momento decidimos hacer nuestro álbum más comercial. Habíamos visto cómo a otros grupos los habían echado de sus sellos y no queríamos que nos pasara, pero la amenaza estaba ahí. Así que decidimos que, si iba a ser nuestro último disco, al menos tuviera nuestras mejores canciones. La presión vino de nosotros, pero al final nos sentimos más orgullosos del éxito de Free All Angels que del primero, que había pasado casi sin querer”.

La lista de singles de este recopilatorio es impresionante. ¿Crees que descubristeis la fórmula del single perfecto?
Mmm… No creo que tengamos una fórmula, porque siempre hemos intentado no repetirnos, pero creo que el secreto son las melodías de Tim. No importa lo que hagamos, siempre ha sido capaz de ponerle una gran melodía encima que atraiga a la gente”.

Más adelante dijisteis que ya no ibais a grabar más álbumes y que sólo publicaríais singles, e hicisteis la serie A-Z. Pero luego volvisteis a sacar un disco convencional… ¿Qué os hizo cambiar de opinión?
“En 2007 las ventas de los discos estaban por los suelos, todos los fans estaban entrando en masa en el mundo digital y parecía que sólo importaran los singles. Parecía que los álbumes ya no importaban. La industria estaba totalmente desorientada y lo vimos como una oportunidad. Supongo que en el fondo también nos veíamos como una banda de singles y decidimos afrontarlo con una nueva perspectiva creativa. Así que sacamos un nuevo single cada dos semanas durante un año, y fue excitante. Para nosotros era un poco como volver a la época pre1977, pero luego vimos que tampoco acababa de funcionar. Nuestra predicción de la muerte del álbum no se cumplió (risas), y para 2012 parecía razonable volver a ese formato. En parte nos arrepentimos de haber dicho que nunca más grabaríamos un álbum, pero no pasa nada, fue un periodo divertido”.

Personalmente prefiero el formato álbum.
“Lo entiendo. Fue una decisión creativa en un momento de confusión. Quizá nos creímos los únicos que lo veíamos como una oportunidad en lugar de algo de lo que estar asustado”.

En Teenage Wildlife habéis incluido algunas rarezas como una versión de los Buzzcocks con Chris Martin de Coldplay. No sabía que erais amigos.
“Creo que conocimos a Chris en 2001 durante la gira de Free All Angels, en un festival. Nos contó lo mucho que le gustaban Ash y que le habíamos inspirado a formar un grupo. Nos dijo ‘estos chavales tienen mi edad y ya tienen hits en la radio, ¿por qué yo no?’ (Risas). Pero convirtió los celos en inspiración. Luego con el tiempo Tim se hizo muy amigo suyo. Pero la verdad es que no recuerdo haber estado nunca en el estudio con él (risas)”.

Ahora que han cambiado las tornas, ¿te cambiarías por Coldplay?
“Quizá durante un año (risas). Sólo para pillar un verano de festivales y luego retirarnos (risas)”.

JORDI MEYA