Cuando surgieron en 2004, Escape The Fate se presentaron algo así como ‘los chicos malos del metalcore’, con una actitud y una estética que parecían querer parecerse más a la de Mötley Crüe que a las de sus coetáneos. Pero tras años de problemas, peleas, y rotación de miembros -sólo el batería Robert Ortiz ha participado en todos sus discos-, la banda de Las Vegas encontró cierta estabilidad en 2013, y éste es el tercer disco consecutivo que graban los mismos músicos.
¿Se nota en algo? Pues no especialmente. Como tantos grupos de su quinta que todavía siguen en activo, Escape The Fate tiene más la mentalidad de una factoría, en la que el productor y los colaboradores son tan importante como los propios miembros a la hora de definir la dirección de un disco. De ahí que con la vuelta de John Feldmann, con quien ya había trabajado en su disco Ungrateful de 2013, una ya esperase que se decantasen más por el pop y menos por el metal. Que nadie se lleve las manos a la cabeza todavía, porque aquí siguen sonando guitarras, pero las voces melódicas y los estribillos ‘de estadio’ son lo que dominan. Y si soy sincera, no puedo negar que enganchan lo suyo.
Empezando con la divertida ‘Lightning Strike’, que me ha recordado un poco a los My Chemical Romance de Danger Days, el disco prosigue con la épica ‘Invincible’ en la que colabora la violinista Lindsey Stirling, y tiene un toque un poco a aquellos Rasmus que cayeron en el olvido. ‘Unbreakable’ presenta un ritmo casi militar con un coro que les puede llevar a traspasar fronteras, mientras que la medio balada ‘Chemical Warfare’ parece un cruce entre Good Charlotte y, de nuevo, My Chem.
Menos convincentes resultan ‘Erase You’ o ‘Not My Problem’, que pese a la batería de Travis Barker, o ‘Burn The Bridges’ resultan demasiado azucaradas y con un toque como R&B que no me acaba de pegar. Por contra, en ‘Demons’ o ‘Hand Grenade’ parecen recordar que una vez fueron un grupo de metalcore y animan el cotarro hasta con Craig Mabbitt soltando hasta algún grito. Para el final dejan, ‘Walk On’, una balada que empieza con una guitarra acústica, pero que va ganando fuerza con orquestaciones y un solo de guitarra muy de guitar hero que cierra el disco a un nivel alto.
Está lejos de ser un disco perfecto, pero seguro que más de un tema acabará en tu playlist de 2021.
MARTA PUIG
BONUS TRACK CON… KEVIN ‘THRASHER’ GRUFT (guitarra)
¿Cómo describirías la creación de Chemical Warfare?
«Fue fácil. Nunca he tenido problemas para crear canciones, pero quizá esta vez fue más divertido porque pude co-producir el disco con John Feldmann. Escribimos la mayoría de las canciones antes de la pandemia, pero después escribimos un par más. El COVID no supuso un gran problema, aunque dificultó que pudiéramos estar todos al mismo tiempo en el estudio».
Después de dos discos con Howard Benson ¿cómo fue volver a trabajar con John?
«John es increíble, un gran colaborador, y un gran compositor. Howard también molaba mucho, pero tienen dos estilos distintos. Lo interesante de estar en un grupo es poder trabajar con gente distinta que aporte su perspectiva».
Supongo que fue mediante él que Travis Barker (Blink-182) acabó tocando en ‘Not My Problem’.
«Sí, John le invitó. Fue increíble. Travis es un genio. Me encantaría que pudiera dar algún concierto con nosotros».
De nuevo, se aprecia una gran influencia del hard rock de los 80.
«Totalmente. Mi estilo de tocar la guitarra viene totalmente de esa época. Nos encantan los grandes estribillos y eso es algo que caracterizaba la música de los 80. Cuando compongo me imagino al público cantando los temas. Creo que como compositor y productor tengo en mente la reacción que tendrán los temas cuando se toquen en directo. Ahora mismo es una pena que no podamos tocar, pero hay que tener que paciencia».
¿Qué canción nueva tienes más ganas de tocar?
«Creo que ‘Lighting Strike’ será muy divertida. Y ‘Invincible’ también creo que será increíble. En directo lo damos todo, aunque fuera del escenario somos la banda más aburrida que puedas encontrar».
No me lo creo (risas).
«(Risas) No, es broma. Pero quizá ahora lo seamos. Siempre hemos sido como la oveja negra de la escena, pero en las dos últimas giras en lugar de estar de fiesta, hemos montado mi estudio en el autobús y nos hemos centrado en hacer música. Eso es lo que hacemos cuando terminamos los conciertos. Llevamos un estilo de vida más saludable».
¿Dónde crees que ahora mismo encaja Escape The Fate como banda ya no sólo dentro de vuestra escena, sino con el auge de las estrellas de TkTok?
«Siempre hemos ido a contracorriente, siempre hemos sido los marginados. Pero no nos preocupa. Yo trabajo para dos de los TikTokers más famosos del mundo y siempre se ríen de mí y me llaman viejo (risas). Y yo les pregunto ‘¿Sabéis quienes son Taking Back Sunday?’ Y me dicen ‘¿Quién?’. Pero ahora todos quieren hacer discos de punk pop y rock. Mola mucho ver cómo nuestro género les está influenciando».
¿Crees que en los dos o tres próximo años habrá un resurgimiento de estos estilos?
«¡Ya está ocurriendo! El rock está volviendo a lo grande. El disco de Machine Gun Kelly fue al nº1, y la canción nº1 en la radio es su canción ‘My Ex’s Best Friend’, y tiene guitarras y batería. Así que, el rock ha vuelto».
JORDI MEYA