Por encima de todo, hay dos cosas que me han enganchado especialmente de Tales From The Ancient Grave, el nuevo álbum de Estertor. La primera, que desde que le dan al gas, ‘Assimilating Flesh’ y algunas otras canciones suenan a jodidos Sodom. La mejor banda que haya existido jamás en cualquier galaxia, ya sabéis… La segunda, el rollo teatral que se lleva Edu al micrófono. Me lo imagino partiéndose la caja en Moontower Studios mientras registraba estas voces, y es que no es para menos…
Parapetado tras un púlpito ficticio, el tío parece un predicador del tres al cuarto rememorando viejas glorias del cine de terror, ahí, a lo Bulldozer, llenándose la boca con cada vocablo… Desde luego, en este grupo de thrash nos encontramos con un cantante muy diferente de ése que a lo largo de los años nos ha encandilado con su gutural en Onirophagus o Decapitated Christ. ¡Recuerda a los Darkthrone más exagerados!
Luego está la banda que le acompaña, por supuesto, repleta de veteranos curtidos en Ered, Ouija, Falç, Wild Road Rollers o Blazemth. La intención es clara: ir hacia lo clásico del estilo y, favoreciendo mis intereses, fijarse mucho más en lo que se cocía en la Europa de los 80 que en cualquier otro lugar o momento.
Bajo estas directrices, ‘Venereal Horror’, seguida de la mortal ‘Nocturnal Strigoi’, son dos sonoros mamporros a mano abierta, estilo Bud Spencer, y allanan en el terreno para que ‘The Torch That Corrupted The Earth’ se abra paso en plan desfile militar. No presenta nada que no hayamos escuchado antes, pero qué buena, ésta.
A ‘Blood For Sheetar’ sólo le falta estar cantada en alemán para asemejarse al típico tema desenfadado con el que Tom Angelripper descarga tensiones de vez en cuando, pero no te acomodes mucho, pues intenta distraerte para que después ‘Repugnant Face Of Death’ y ‘Tales From The Ancient Grave’ te acuchillen en un callejón mugriento.
‘Worship The Black Goat’ podría pasar por un híbrido entre Motörhead y Celtic Frost creado en el laboratorio de Víctor Frankenstein, y en su recta final, ‘Keeper Of Hell’ se arranca una carrera épica algo Bathory, cerrando así el círculo de cualquier disco vetusto que se precie. Por cierto, ¿es ese fundido a negro un homenaje a Metallica?
Estamos ante un segundo álbum que entra fácil, que demuestra que rendir culto a todo lo que ama la gente de bien es más que suficiente para destacar. Estertor recuerdan a unos Körgull The Exterminator, pero mucho más reposados y surtidos de unos mostachos de la parra.
Se agradece la sinceridad, la ausencia de pompa y esa veneración hacia el riff pendenciero y primigenio, así como al solo currado.
PAU NAVARRA